(206) Repudio al aborto clerical

aborto seguroMientras tratamos de reponer fuerzas ante la náusea por el circo romano vivido anoche en el Congreso otorgando media sanción al infanticidio prenatal, comparto con los lectores lo que creo digno de ser difundido, mientras nos sentamos a esperar ‘alguna alusión’ a las penas canónicas para quienes promueven el aborto, como correspondería a quienes tienen a su cuidado el bien de las almas, más que el de las urnas. Hemos recibido muy complacidos, eso sí, los buenos augurios del papa para el Mundial de fútbol que comienza hoy.

Las negritas son nuestras.

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REPUDIO AL ABORTO CLERICAL
Por ANTONIO CAPONNETTO
 
Tras el resultado favorable al aborto en la Cámara de Diputados, el 14 de junio del corriente, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina junto con la Comisión Episcopal de Laicos y Familia (Celaf) emitió un comunicado. El mismo es un muestrario vergonzoso de insensateces y de cobardías, que los católicos verdaderos sólo podemos rechazar con desprecio.
- No podemos aceptar que se diga que lo que acaba de suceder nos causa el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes”. El aborto no es un olvido o una exclusión. Es un asesinato vil y abyecto, tanto más sí, como en este caso, cuenta con el patrocinio de los poderes políticos, subordinados a su vez al Poder Mundial.
- No podemos aceptar que se nos proponga luchar por la dignidad de toda vida humana; porque el que con pertinacia y porfía niega el derecho a la vida a los inocentes y propone su exterminio, su mismo pecado lo vuelve indigno, mezquino y punible; tanto más si es una autoridad devenida en tiránica y propulsora de la violación descarada del Quinto Mandamiento. A esta clase de sujetos, que son verdaderas amenazas contra el bien común y caen en malicia suprema, no debe ofrecérseles amistad, enseña Santo Tomás, sino querella frontal y llegado el caso la muerte (Suma Teológica, II,IIae,q.25,art.6). Una cosa es luchar por la dignidad creatural del hombre, hecho a imago y simillitudo Dei; otra cosa es pecar contra la justicia, tratando al indigno como si no mereciera pugna, impugnación y castigo.
- No podemos aceptar que se insista en la suprema idiotez y complicidad manifiesta, de seguir “con el debate legislativo”. Se ha llegado a este extremo de corrupción de las leyes, de los principios y de las costumbres, precisamente por no tener la cordura y la valentía de impugnar a la democracia como la corrupción de la república y sistema inherentemente perverso. Lo que ha sucedido no es la agregación de “otro trauma, el aborto”, a los problemas que arrastra la mujer, y al cual habría que hallarle una solución prosiguiendo con el susodicho debate legislativo. El aborto no es un trauma; es un pecado mortal. Los que queden traumados por practicarlo tendrán la posibilidad de regenerar su salud psíquica o corpórea. Los niños descuartizados, ya no.
- No podemos aceptar que, en el Senado, ”tenemos la oportunidad de buscar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer tenga que acudir a un aborto”. No hay soluciones nuevas. Hay una sola solución virtuosa, antigua, vigente y perenne: dejar que los hijos vengan al mundo. No hay tampoco soluciones creativas. Hay un Creador cuya Ley debe acatarse.
No se trata asimismo de acudir al Senado reconociendo el valor de toda vida y el valor de la conciencia”. Ya lo hemos dicho: no estamos a favor de la vida, a secas, in genere, indistintamente tenidas todas por valiosas, desde la de la hiena hasta la del mineral despedido por la lava de un volcán. Para esta demencia están desde los jainistas que no matan las liendres, prefiriendo convertirse en piojosos, hasta los ridículos veganos que ingieren con culpa aún las legumbres, pasando por todas las heterodoxas corrientes filosóficas de cuño vitalista.
Tampoco somos defensores de “la conciencia”, si ésta no se tiene a sí misma como el heraldo NSDesamparadosde Dios, al decir de San Buenaventura. Una conciencia laxa, permisiva, carente de sindéresis y de docilidad a lo creado, no solamente no es defendible sino que ha sido y es, en gran medida, la causa del actual estropicio moral. Ir al Senado a reconocer la validez de la conciencia, es acudir a un prostíbulo valorando las predilecciones aberrantes de cada cliente.
- No podemos aceptar que se le proponga a los fieles no vivir el debate como una batalla ideológica, en que busquemos imponer la propia idea o interés y acallar otras voces. Por lo pronto porque para un bautizado leal esto es mucho más que una batalla ideológica: es la conflagración contra el demonio, mentiroso y homicida desde el principio. Se quedaría muy corto quien creyese que sólo estamos inmersos en un diálogo entre ideologías. Estamos en la lid postrimera entre Cristo y el Anticristo, con el agravante fatídico de que quienes deberían servir al primero se sienten más cómodos sirviendo al segundo. Empezando, al parecer, por el mismísimo Bergoglio, cuyo silencio ominoso lo llena de niebla, de negritud y de espanto.
No se trata asimismo de “imponer la propia idea” y “acallar otras voces”. Sino de imponer la Voz del Padre y hacer enmudecer la de los blasfemos y sicarios. El Señor nos pidió hablar siempre definiendo, hablar la verdad y hablarla en el desierto o desde los tejados. No nos aconsejó nunca negociar o mezclar el sí con el no. “Enmudezcan los labios mentirosos”, clama la Escritura (Salmo 31,18). “Los labios del necio provocan contienda y su boca llama a los golpes” (Proverbios 18,6-7). Es deber de los fieles acallar las voces mentirosas e imponer la Palabra Revelada.
- No podemos aceptar que se les agradezca a todas las personas que, con auténtico respeto hacia el otro, han expresado sus ideas y convicciones aunque hayan sido distintas a las nuestras”. Esto no es caballerosidad ni urbanidad ni decoro de formas. Es vulgar obsecuencia de petimetres cagaleros. Porque no ha consistido la tarea demoledora de los adversarios en presentar convicciones distintas a las nuestras, sino en cometer sacrilegio público contra El Autor de la Naturaleza. Es rebajar el sentido de la virtud del agradecimiento, ligada a la justicia, darle las gracias al maldiciente, al excecrador o al renegado.
- No podemos aceptar que se invoque a María Santísima, parangonándola con una mujer que “conoció la incertidumbre de un embarazo inesperado”, comparación irrespetuosa e impía.
Incoada en el seno de la Trinidad, como Hija, Esposa y Madre; conocedora de las profecías escriturísticas y presentidora del anuncio del Ángel que al final se consumó, el Niño no le fue inesperado a la Virgen. Lo esperaba desde el Comienzo, desde la inauguración de los siglos, desde toda la Eternidad. Lo esperaba con su “hágase” dócil, manso y fecundo como los rocíos mañaneros de Belén. Su expectación mesiánica singular e irrepetible no le otorgó incertidumbre a su embarazo, sino confianza, esperanza y evidencia.
Me siento obligado y moralmente autorizado a concluir estas líneas en primera persona. Toda la vida he enseñado que la democracia es una perversión ingénita, que no debe convalidarse sino exterminarse. Toda la vida he enseñado que el sufragio universal es la mentira universal. Toda la vida he predicado el deber de la guerra justa. Tomado que se me hubo por inmovilista, abstencionista y contrario a la acción política, la horrorosa trampa del debate sobre el aborto, que acabó este 14 de junio, con tahúres y quinieleros jugando la vida y la muerte en la chirlata pestífera del Congreso, no ha venido sino a refrendar dolorosamente mi posición. …
Hagan lo que gusten, demócratas laicos, mitrados, religiosos, rockeros evangelistas y mixturados de toda especie en el campeonato de los votos. Sigo pensando que nuestro deber es la victoria. Si no se logra la física y temporal –porque no la merecemos, no estamos en fuerza o simplemente porque ha cesado el tiempo de las naciones- se logrará la moral manteniéndonos coherentes, firmes y dignos.
Con suficientes motivos entonces volvemos a Facundo Quiroga, el caudillo que planteó el dilema inexcusable: Religión o Muerte. Que le prometió la victoria a sus llanistas bravíos e irreductibles; y que concluyó una de sus póstumas arengas, diciéndole a los suyos: “Nuestro deber es la victoria. Pero en caso de derrota, os espero en el campo de combate”. ―
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16 comentarios

  
gringo
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V.G.: Gringo, no se moleste en incordiar, porque no estamos para discutir ridiculeces.
15/06/18 10:57 AM
  
Ana
Que alivio encontrarse con gente recta, y que no teme ser dura si las circunstancias lo ameritan... y vaya si éstas circunstancias lo ameritan. Lo admiro señor, y siento que respiro después de tanta opresión que genera la situación a la que se refiere.
Saludos en Cristo y María
15/06/18 12:36 PM
  
Marcelo
Pese a todo, y pese a la tristeza del último 14 de junio, estoy convencido que todavìa no està pèrdida la batalla del aborto en Argentina.
Hay que seguir y continuar, cada uno desde el lugar en que estè o pueda. Dios siempre tiene la última palabra, aprendamos de los otros (de los malos), que estàn siempre e insisten siempre por ridìculos que sean sus slogans.
Ya sabemos que si El quiere hasta las piedras hablarán, y hemos visto que personas (ex artistas, modelos, economistas, etc) que no hubiéramos imaginado terminaron dando mejor testimonio PUBLICO que el clero en general.
Pero lo que es realmente ridìculo es actuar o esperar en base a que desde la Roma actual o de buena parte de la Jerarquìa salgan soluciones para esto. Eso es, sencillamente, negarse a ver la realidad que se tiene delante de los ojos, lo que es una grave perversiòn.
15/06/18 9:30 PM
  
Jordi
Los cinco pilares del catolicismo occidental están dentro de las leyes inicuas del aborto: Irlanda, Italia, Francia, España, Portugal.

Se suma ahora Argentina.

Se acerca la Gran Apostasía de 2 Tesalonicenses 2.

Llega pronto nuestra liberación.
15/06/18 9:55 PM
  
María Rosa
Gracias por compartir este magnifico escrito docente de Antonio. Tendría que ser utilizado en las escuelas católicas argentinas...
15/06/18 10:05 PM
  
Luis I. Amorós
Se puede decir más alto, pero no más claro.
15/06/18 10:53 PM
  
Ale Humerez
Va llegar un día el triunfo definitivo de la justicia de Dios. Al final mi Corazón Inmaculado triunfará
16/06/18 6:02 AM
  
Fernando Martín López Avalos
Me la he pasado fatal estos días. Lo que más me duele es que en todos los ámbitos católicos en que me desenvuelvo, no se ha mencionado este genocidio, cuyo origen está en el Maligno. Me duele MUCHÍSIMO ese silencio cómplice de nuestros sacerdotes y obispos, que temen malquistarse con el poder en turno. Es como llevar clavadas en el corazón mil espinas, pero pienso en la soledad de Nuestro Señor Jesucristo, cuyo Corazón Sacratísimo fue traspasado por una lanza, pienso en el Corazón Inmaculado de la Virgen Santísima, traspasado de dolor y entonces encuentro el bálsamo que necesita mi agobiado corazón. Pido por todos esos criminales que son los nazis de nuestro tiempo.
17/06/18 1:41 AM
  
hornero (Argentina)
No son nazis, son democráticos liberales, progresistas-marxistas, ecumenistas del NOM. Dejemos de repetir panfletos del enemigo.
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V.G.:Plenamente de acuerdo, gracias.
18/06/18 1:29 AM
  
Ecclesiam
No es lo mismo democracia liberal que democracia, aquella atenta contra ésta.
«La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica... Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana. Requiere que se den las condiciones necesarias para la promoción de las personas concretas, mediante la educación y la formación en los verdaderos ideales, así como de la «subjetividad» de la sociedad mediante la creación de estructuras de participación y de corresponsabilidad» (nº 46).
Encíclica «Centesimus annus» de san Juan Pablo II.
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V.G.: Muy bien, ahora dígame HOY, en la práctica concreta, qué democracia hay viable en los países de América.
18/06/18 6:03 AM
  
Juan Carlos Monedero
Buenos días. En primer lugar, Virginia, te felicito por haber posteado el comunicado del Dr. Antonio Caponnetto. Es una brisa fresca en el medio de tanta intoxicación.

En segundo lugar, estimado "Ecclesiam", en la distinción que realiza entre democracia y democracia liberal Usted separa nocionalmente dos cosas que están unidas realmente. Nocionalmente, la anticoncepción no nos lleva de forma necesaria al aborto. Nocionalmente los lazos entre las cosas no son forzosos. En la realidad en cambio, como le dice Virginia, las cosas son distintas. La realidad es tozuda, los hechos son tozudos Ecclesiam. Por eso, en vez de argumentar y convertirse en el paragolpes de la democracia, haríamos un bien mucho más grande denunciando su perversidad. Saludo atento.
19/06/18 5:10 PM
  
Ecclesiam
''Muy bien, ahora dígame HOY, en la práctica concreta, qué democracia hay viable en los países de América.''

Muy buenas Virgina.
Hasta donde sé, ninguna es verdadera democracia. Todas son liberales.
''En segundo lugar, estimado "Ecclesiam", en la distinción que realiza entre democracia y democracia liberal Usted separa nocionalmente dos cosas que están unidas realmente. ''

Buenos días Juan Carlos.
Falso, la distinción no es nominal, sino esencial.
La democracia es entitativamente diversa de la «democracia liberal». La causa eficiente primera (y por ende, causa final) de la democracia es el Ser Subsistente por sí mismo, esto es: Dios. Y la soberanía de la misma radica en Él.
Empero, la causa eficiente, o mejor, deficiente, de la «democracia» liberal es el «pueblo» y su soberanía radica en él.
La causa formal de la democracia radica en la ley divina y natural; la causa formal de la «democracia» liberal radica en la voluntad del pueblo.

Cualquier constitución que ponga la soberanía en el pueblo, es una constitución liberal y, por consiguiente, antidemocratica.

En una democracia, el aborto no se debate, la eutanasia no se debate, etc, pues la democracia no puede ir contra aquél que la sostiene: Dios y las leyes divinas y naturales emanadas de Él.
La verdad, es la verdad. Hay que condenar el error, no la verdad.
El no hacer distinción de los conceptos -que no son nominales sino esenciales- es propio de sofistas y engañados.
La Iglesia no condena la democracia y sí condena la democracia liberal, hace la distinción. Si nosotros no hacemos la distinción y condenamos por igual la democracia y la «democracia» liberal, condenamos -aunque no queramos- lo que dicta la Iglesia y vamos contra la Iglesia, que es columna y fundamento de la verdad.
Hay que elegir: ir con la Iglesia, o contra la Iglesia.
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V.G.: Coincido plenamente con su última oración, Ecclesiam.
Los primeros que han ido contra Ella son los cientos de prelados liberales a ultranza, que pretendieron cambiar el primer mandamiento por el 'Ama al Diálogo por sobre todas las cosas'. La igleia a la que pertenecen ellos no es la mía, por cierto, que es la Esposa de Cristo.
Soy, pues, antidemocrática por amor a Cristo Rey y a su Iglesia -la que lleva dos mil años-. Dios lo guarde.
20/06/18 4:31 PM
  
Ecclesiam
Cuando hablo de ir con o contra la Sacrosanta Iglesia Romana, hablo de ir con o contra el Magisterio de Ella. No de opiniones y contingencias particulares de miembros de Ella.

407 Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del «bien común» como fin y criterio regulador de la vida política. Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad.

(Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia)

«Nos hemos querido, amados hijos e hijas, aprovechar la ocasión de la fiesta de Navidad, para indicar por qué caminos una democracia, que sea conforme a la dignidad humana, puede, en armonía con la ley natural y con los designios de Dios manifestados en la revelación, llegar a resultados benéficos».

Radiomensaje «BenignItas et Humanitas» de Su Santidad Pío XII en la Víspera de Navidad, 24 de diciembre de 1944.

«Del hecho de que la autoridad proviene de Dios no debe en modo alguno deducirse quelos hombres no tengan derecho a elegir los gobernantes de la nación, establecer la forma de gobierno y determinar los procedimientos y los límites en el ejercicio de la autoridad. de aquí que la doctrina que acabamos de exponer pueda conciliarse con cualquier clase de gobierno auténticamente democrático». (San Juan XXIII, Pacem in terris, nº 52).

«Observé en mi carta encíclica Centesimus annus que «la promoción de las personas concretas, mediante la educación y la formación en los verdaderos ideales» (n. 46) es una condición necesaria para la auténtica democracia. Sin una sana formación moral ningún ciudadano puede ser capaz de desempeñar bien sus funciones políticas. Sólo si las personas son justas, prudentes, moderadas y valientes, sus decisiones -tanto respecto a los líderes como a las políticas que deben escoger- conducirán verdaderamente al bienestar de la nación».
(San Juan Pablo II: Discurso a los obispos de Zambia en visita ad limina, 31.05.1993).
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V.G.: Me va dando la razón:
'Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia'
'Sin una sana formación moral ningún ciudadano puede ser capaz de desempeñar bien sus funciones políticas.'

Creo que estos párrafos se comentan solos, a la luz de lo que vemos a diario.
21/06/18 3:11 PM
  
Ecclesiam
Me disculpará mi insistencia, pero quisiera ampliar lo dicho con un discurso más, del Dr. Alberto Caturelli, de su libro «Liberalismo y apostasía». Cito:

c) La verdadera democracia es jerárquica y antiliberal, y el verdadero liberalismo es inorgánico y antidemocrático

Ya he indicado anteriormente que es menester no confundir democracia y liberalismo. La primera es una forma legítima de gobierno y el segundo es una concepción del mundo que, aplicada al orden político, genera lo que se ha dado en llamar la «democracia liberal». Al percibir que esta mezcla constante o confusión de esencias diferentes se agrava la equivo-cidad del tema; Pío XII aprovechó la Navidad de 1944 para hacer valiosas precisiones. Por un lado, como suele ocurrir en la experiencia histórica, actualmente los pueblos parecen exigir «un sistema de gobierno» más compatible con la dignidad y libertad, y de ahí la «tendencia democrática» que se advierte (Benignitas et huma-nitas, nº 7 y 9, radiomensaje del 23-12-44: AAS, 37, 1945).

No dice el Papa, naturalmente, que la democracia sea la única forma legítima de gobierno, sino que los pueblos adoptan la que mejor les conviene según la marcha de los tiempos. Por eso advierte, citando la Libertas de León XIII, que, salvada la doctrina católica del origen del poder y ejercicio del poder público, no reprueba ningún régimen con tal que sea apto para orientar la sociedad al bien común (Benignitas et humanitas, nº 10; cf. León XIII, Libertas, nº 32).
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V.G.: Agradezco su empeño, pero creo que sigue ud. dándome la razón:
'La verdadera democracia es jerárquica y antiliberal'. Muéstreme alguna así, hoy en día, y los medios internacionales se encargarán de estigmatizarla al unísono como una dictadura encubierta.
21/06/18 3:28 PM
  
Richard
Don Antonio Caponnetto, santo varón. Deo gratias.
22/06/18 2:45 AM
  
Ecclesiam
Muy buenas María Virginia.

En lo que usted señala, nunca le he contra-dicho, al contrario. Hoy día no existe ninguna verdadera democracia en ningún país -al menos que yo conozca-.
23/06/18 2:54 AM

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