“Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos”: extractos del nuevo libro de Benedicto XVI

En la próxima semana será publicado el histórico libro “Luz del mundo”, una larga conversación del Papa Benedicto XVI con el periodista alemán Peter Seewald. No es la primera vez que Joseph Ratzinger y Peter Seewald emprenden una aventura similar: del mismo modo, han surgido los recomendables libros “La sal de la tierra” y “Dios el mundo”. Pero sí es la primera vez que lo hace como Papa. El libro, que será presentado en la Sala de Prensa de la Santa Sede el próximo martes, lleva como subtítulo “El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos”. En los 18 capítulos que lo componen, reagrupados en tres partes – “Los signos de los tiempos”, “El pontificado”, “Hacia dónde vamos” – Benedicto XVI responde a las grandes preguntas del mundo de hoy. L’Osservatore Romano ha anticipado hoy algunos extractos del libro, que aquí ofrecemos en lengua española.

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La alegría del cristianismo


Toda mi vida ha estado siempre atravesada por un hilo conductor, que es este: el cristianismo da alegría, amplía los horizontes. En definitiva, una existencia vivida siempre y sólo “contra” sería insoportable.


Un mendigo


En lo que respecta al Papa, también él es un pobre mendigo frente a Dios, todavía más que los otros hombres. Naturalmente rezo, en primer lugar, siempre al Señor, al cual estoy vinculado, por así decir, por una antigua amistad. Pero invoco también a los santos. Soy muy amigo de Agustín, de Buenaventura y de Tomás de Aquino. A ellos les digo: “¡Ayúdenme!”. La Madre de Dios es siempre y de todos modos un gran punto de referencia. En este sentido, me inserto en la Comunión de los Santos. Junto a ellos, reforzado por ellos, hablo, luego, también con el buen Dios, sobre todo mendigando, pero también agradeciendo; o contento, simplemente.


Las dificultades


Las había tenido en cuenta. Pero en primer lugar habría que ser muy cautos con la valoración de un Papa, si es significativo o no, cuando está todavía en vida. Sólo en un segundo momento se puede reconocer qué lugar, en la historia en su conjunto, tiene una determinada cosa o persona. Pero que la atmósfera no habría sido siempre alegre era evidente en consideración de la actual constelación mundial, con todas las fuerzas de destrucción que existen, con todas las contradicciones que en ella viven, con todas las amenazas y los errores. Si hubiese continuado recibiendo sólo aprobaciones, habría debido preguntarme si estaba realmente anunciando el Evangelio.


El shock de los abusos


Los hechos no me han tomado de sorpresa del todo. En la Congregación para la Doctrina de la Fe me había ocupado de los casos americanos; había visto montar también la situación en Irlanda. Pero las dimensiones, de todos modos, fueron un shock enorme. Desde mi elección a la Sede de Pedro, me había encontrado repetidamente con víctimas de abusos sexuales. Tres años y medio atrás, en octubre de 2006, en un discurso a los obispos irlandeses, les había pedido “establecer la verdad de lo ocurrido en el pasado, tomando todas las medidas necesarias para evitar que se repita en el futuro, asegurar que los principios de justicia sean plenamente respetados y, sobre todo, curar a las víctimas y a todos aquellos que han sido afectados por estos crímenes abominables”.


Ver el sacerdocio improvisamente ensuciado de esto modo, y con esto a la misma Iglesia Católica, ha sido difícil de soportar. En aquel momento era importante, sin embargo, no apartar la vista del hecho de que en la Iglesia el bien existe, y no sólo estas cosas terribles.


Los medios y los abusos


Era evidente que la acción de los medios no estaba guiada solamente por la pura búsqueda de la verdad, sino que había también una complacencia en avergonzar a la Iglesia y, si es posible, en desacreditarla. Y, sin embargo, era necesario que esto estuviera claro: desde el momento en que se trata de llevar a la luz la verdad, debemos ser agradecidos. La verdad, unida al amor correctamente entendido, es el valor número uno. Y los medios no habrían podido dar aquellos informes si en la Iglesia misma no hubiese estado el mal. Sólo porque el mal estaba dentro de la Iglesia, los otros han podido dirigirlo contra ella.


El progreso


Surge la problematicidad del término “progreso”. La modernidad ha buscado el propio camino guiada por la idea de progreso y por la de libertad. ¿Pero qué es el progreso? Hoy vemos que el progreso puede ser también destructivo. Por eso debemos reflexionar sobre los criterios a adoptar a fin de que el progreso se realmente progreso.


Un examen de conciencia


Más allá de los planes financieros singulares, es absolutamente inevitable un examen de conciencia global. Y la Iglesia ha tratado de contribuir a esto con la encíclica Caritas in veritate. No da respuestas a todos los problemas. Quiere ser un paso adelante para mirar las cosas desde otro punto de vista, según el cual existe una normatividad del amor por el prójimo que se orienta a la voluntad de Dios y no sólo a nuestros deseos. En este sentido deberían darse impulsos para que realmente ocurra una transformación de las conciencias.


La verdadera intolerancia


La verdadera amenaza frente a la cual nos encontramos es que la tolerancia sea abolida en nombre de la tolerancia misma. Está el peligro de que la razón, la así llamada razón occidental, sostenga haber reconocido finalmente lo que es correcto y avance así en una pretensión de totalidad que es enemiga de la libertad. Considero necesario denunciar con fuerza esta amenaza. Nadie está obligado a ser cristiano. Pero nadie debe ser obligado a vivir según la “nueva religión”, como si fuese la única y verdadera, vinculante para toda la humanidad.


Mezquitas y burkas


Los cristianos son tolerantes y, en cuanto tales, permiten también a los otros su peculiar comprensión de sí. Nos alegramos por el hecho de que en los Países del Golfo árabe (Qatar, Abu Dabi, Dubái, Kuwait) haya iglesias en las cuales los cristianos pueden celebrar la Misa y esperamos que ocurra así en todas partes. Para esto es natural que también de nuestra parte los musulmanes puedan reunirse en oración en las mezquitas.


En lo que respecta al burka, no veo razones de una prohibición generalizada. Se dice que algunas mujeres no lo llevan voluntariamente sino que, en realidad, es una suerte de violencia que se les impone. Es claro que con esto no se puede estar de acuerdo. Sin embargo, si quieren usarlo voluntariamente, no veo porqué habría que impedirlo.


Cristianismo y modernidad


El ser cristiano es en sí mismo algo vivo, moderno, que atraviesa, formándola y plasmándola, toda la modernidad y que, por lo tanto, en cierto sentido realmente la abraza.


Aquí se necesita una gran lucha espiritual, como he querido mostrar con la reciente institución de un “Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización”. Es importante que tratemos de vivir y pensar el cristianismo de tal modo que asuma la modernidad buena y correcta, y al mismo tiempo se aleje y se distinga de aquella que está convirtiéndose en una contra-religión.


Optimismo


Se lo podría pensar mirando con superficialidad y restringiendo el horizonte sólo al mundo occidental. Pero si se observa con más atención – y es esto es lo que puedo hacer gracias a las visitas de los obispos de todo el mundo y también a tantos otros encuentros – se ve que el cristianismo en este momento está desarrollando también una creatividad del todo nueva […]


La burocracia está desgastada y cansada. Son iniciativas que nacen desde dentro, desde la alegría de los jóvenes. El cristianismo tal vez asumirá un nuevo rostro, tal vez también un aspecto cultural diverso. El cristianismo no determina la opinión pública mundial, otros están a la guía de ella. Y, sin embargo, el cristianismo es la fuerza vital sin la cual las otras cosas tampoco podrían continuar existiendo. Por eso, sobre la base de lo que veo y de lo logro hacer experiencia personal, soy muy optimista respecto al hecho de que el cristianismo se encuentra frente a una dinámica nueva.


La droga


Muchos obispos, sobre todo los de América Latina, me dicen que allí donde pasa el camino de la cultivación y del comercio de la droga – y esto ocurre en gran parte de aquellos países – es como si un animal monstruoso y malvado extendiera su mano sobre aquel país para arruinar a las personas. Creo que esta serpiente del comercio y del consumo de droga que envuelve el mundo es un poder del cual no siempre logramos hacernos una idea adecuada. Destruye a los jóvenes, destruye a las familias, lleva a la violencia y amenaza el futuro de naciones enteras.


También esta es una terrible responsabilidad de Occidente: tiene necesidad de drogas y así crea países que le ofrecen aquello que luego terminará por consumirlos y destruirlos. Ha surgido un hambre de felicidad que no logra saciarse con aquello que hay; y que luego se refugia, por así decir, en el paraíso del diablo y destruye completamente al hombre.


En la viña del Señor


En efecto, tenía una función directiva; sin embargo, no había hecho nada solo, trabajé siempre en equipo; precisamente como uno de los muchos trabajadores en la viña del Señor que probablemente ha hecho el trabajo preparatorio pero, al mismo tiempo, es uno que no está hecho para ser el primero y para asumir la responsabilidad de todo. He entendido que junto a los grandes Papas deben estar también Pontífices pequeños que dan la propia contribución. De este modo, en aquel momento dije lo que sentía realmente […]


El Concilio Vaticano II nos ha enseñado, con razón, que para la estructura de la Iglesia es constitutiva la colegialidad; es decir, el hecho de que el Papa es el primero entre varios y no un monarca absoluto que toma decisiones en soledad y hace todo por sí mismo.


El judaísmo


Sin duda. Debo decir que, desde el primer día de mis estudios teológicos, me ha sido clara de algún modo la profunda unidad entre Antigua y Nueva Alianza, entre las dos partes de nuestra Sagrada Escritura. Había comprendido que podríamos leer el Nuevo Testamento sólo junto con aquello que lo ha precedido, de otra manera no habríamos entendido. Luego, naturalmente, lo ocurrido en el Tercer Reich nos ha impresionado como alemanes y nos ha impulsado tanto más a mirar al pueblo de Israel con humildad, vergüenza y amor.


En mi formación teológica estas cosas se han entrelazado y han marcado el camino de mi pensamiento teológico. Por lo tanto, para mí era claro – y también aquí en absoluta continuidad con Juan Pablo II – que en mi anuncio de la fe cristiana debía ser central esta nuevo entrelazamiento, amoroso y comprensivo, de Israel e Iglesia, basado en el respeto del modo de ser de cada uno y de la respectiva misión […]


De todos modos, en aquel punto, también en la antigua liturgia me ha parecido necesario un cambio. De hecho, tal fórmula hería realmente a los judíos y ciertamente no expresaba de modo positivo la gran, profunda unidad entre Antiguo y Nuevo Testamento.


Por este motivo, pensé que en la liturgia antigua era necesaria una modificación, en particular, como dije, en referencia a nuestra relación con los amigos judíos. La he modificado de tal modo que estuviese contenida nuestra fe, es decir que Cristo es salvación para todos. Que no existen dos caminos de salvación y que, por lo tanto, Cristo es también el Salvador de los judíos, y no sólo de los paganos. Pero también de tal modo que no orase directamente por la conversión de los judíos en sentido misionero sino para que el Señor apresure la hora histórica en la que todos nosotros estaremos unidos. Por esto, los argumentos utilizados por una serie de teólogos polémicamente contra mí son irresponsables y no hacen justicia a lo realizado.


Pío XII


Pío XII ha hecho todo lo posible para salvar personas. Naturalmente siempre se puede preguntar: “¿Por qué no ha protestado de manera más explícita?”. Creo que comprendió cuáles habrían sido las consecuencias de una protesta pública. Sabemos que, por esta situación, personalmente ha sufrido mucho. Sabía que en sí habría debido hablar, pero la situación se lo impedía.


Ahora, personas más razonables admiten que Pío XII ha salvado muchas vidas pero sostienen que tenía ideas anticuadas sobre los judíos y que no estaba a la altura del Concilio Vaticano II. El problema, sin embargo, no es este. Lo importante es lo que ha hecho y lo que ha tratado de hacer, y creo que es necesario reconocer realmente que ha sido uno de los grandes justos y que, como ningún otro, ha salvado muchos y muchos judíos.


La sexualidad


Concentrarse sólo en el profiláctico quiere decir banalizar la sexualidad, y esta banalización representa precisamente la peligrosa razón por la que tantas y tantas personas no ven más en la sexualidad la expresión de su amor sino sólo una suerte de droga, que se suministran a sí mismas. Por eso, también la lucha contra la banalización de la sexualidad es parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y puede ejercer su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad.


Puede haber casos singulares justificados, por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico, y esto puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia del hecho de que no todo está permitido y que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el modo auténtico y propio para vencer las infecciones del HIV. Es realmente necesaria una humanización de la sexualidad.

La Iglesia


Pablo, por lo tanto, no entendía la Iglesia como institución, como organización, sino como organismo viviente, en el cual todos trabajan el uno por el otro y el uno con el otro, estando unidos a partir de Cristo. Es una imagen, pero una imagen que conduce en profundidad y que es muy realista también sólo por el hecho de que nosotros creemos que, en la Eucaristía, realmente recibimos a Cristo, el Resucitado. Y si cada uno recibe al mismo Cristo, entonces realmente todos nosotros estamos reunidos en este nuevo cuerpo resucitado como el gran espacio de una nueva humanidad. Es importante entender esto y, por tanto, entender la Iglesia no como un aparato que debe hacer de todo – también el aparato le pertenece, pero dentro de los límites – sino más bien como organismo viviente que proviene del mismo Cristo.


La Humanae vitae


Las perspectivas de la Humanae vitae siguen siendo válidas, pero otra cosa es encontrar caminos humanamente transitables. Creo que habrá siempre minorías íntimamente convencidas de la justicia de aquellas perspectivas y que, viviéndolas, quedarán plenamente satisfechas de modo que podrán ser para otros un fascinante modelo a seguir. Somos pecadores. Pero no deberíamos asumir este hecho como instancia contra la verdad, cuando aquella moral alta no es vivida. Deberíamos buscar hacer todo el bien posible, y sostenernos y soportarnos mutuamente. Expresar todo esto también desde el punto de vista pastoral, teológico y conceptual, en el contexto de la actual sexología e investigación antropológica, es una gran tarea a la cual es necesario dedicarse más y mejor.


Las mujeres


La formulación de Juan Pablo II es muy importante: “La Iglesia no tiene, de ningún modo, la facultad de conferir a las mujeres la ordenación sacerdotal”. No se trata de no querer sino de no poder. El Señor ha dado una forma a la Iglesia con los Doce y luego con su sucesión, con los obispos y los presbíteros (los sacerdotes). No hemos sido nosotros quienes creamos esta forma de la Iglesia, más bien, es constitutiva a partir de Él. Seguirla es un acto de obediencia, en la situación actual tal vez uno de los actos de obediencia más gravosos. Pero precisamente esto es importante, que la Iglesia muestra no ser un régimen del arbitrio. No podemos hacer lo que queremos. Hay, en cambio, una voluntad del Señor para nosotros, a la cual nos atenemos, aún si esto es fatigoso y difícil en la cultura y en la civilización de hoy.


Por otro lado, las funciones confiadas a las mujeres en la Iglesia son, de tal modo, grandes y significativas que no puede hablarse de discriminación. Sería así si el sacerdocio fuese una especie de dominio, mientras que, por el contrario, debe ser completamente servicio. Si se da una mirada a la historia de la Iglesia, entonces nos damos cuenta de que el significado de las mujeres – desde María a Mónica, hasta la Madre Teresa – es tan eminente que, de muchas maneras, las mujeres definen el rostro de la Iglesia más que los hombres.


Los novísimos


Es una cuestión muy seria. Nuestra predicación, nuestro anuncio, efectivamente está ampliamente orientado, de modo unilateral, a la creación de un mundo mejor, mientras que el mundo realmente mejor casi no es más mencionado. Aquí debemos hacer un examen de conciencia. Ciertamente, se busca ir al encuentro del auditorio, de decir aquello que está en su horizonte. Pero nuestra tarea es, al mismo tiempo, traspasar este horizonte, ampliarlo, y mirar a las cosas últimas.


Los novísimos son como pan duro para los hombres de hoy. Les parecen irreales. Quisieran en su lugar respuestas concretas para el hoy, soluciones para las tribulaciones cotidianas. Pero son respuestas que se quedan a mitad de camino si no permiten también presentir y reconocer que yo me extiendo más allá de esta vida material, que existe el juicio, y que existe la gracia y la eternidad. En este sentido, debemos también encontrar palabras y modos nuevos para permitir al hombre de hoy traspasar el muro del sonido de lo finito.


La venida de Cristo


Es importante que cada época esté cerca del Señor. Que también nosotros mismos, aquí y ahora, estamos bajo el juicio del Señor y nos dejamos juzgar por su tribual. Se discutía sobre una doble venida de Cristo, una en Belén y una al final de los tiempos, hasta que Bernardo de Claraval habló de un Adventus medius, de una venida intermedia, a través de la cual siempre Él entra periódicamente en la historia.


Creo que ha encontrado la tonalidad justa. Nosotros no podemos establecer cuándo terminará el mundo. Cristo mismo dice que nadie lo sabe, ni siquiera el Hijo. Debemos, sin embargo, permanecer, por así decir, siempre ante su venida, y sobre todo estar seguros de que, en las penas, Él está cerca. Al mismo tiempo, deberíamos saber que para nuestras acciones estamos bajo su juicio.

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Fuente: L’Osservatore Romano


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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15 comentarios

  
c
Me parece que hay una falta de traducción - parafo mezquitas... I cristiani sono tolleranti ed in quanto tali permettono anche agli altri la loro peculiare comprensione di sé. Ci rallegriamo del fatto che nei Paesi del Golfo arabo (Qatar, Abu Dhabi, Dubai, Quwait) ci siano chiese nelle quali i cristiani possono celebrare la Messa e speriamo che così accada ovunque. Per questo è naturale che anche da noi i musulmani [ Ha puesto CRISTIANOS y NO MUSULMANOS] possano riunirsi in preghiera nelle moschee
20/11/10 11:35 PM
¡Gracias por la corrección!

Francesco
21/11/10 1:07 AM
  
Guillermo Juan Morado
I cristiani sono tolleranti ed in quanto tali permettono anche agli altri la loro peculiare comprensione di sé. Ci rallegriamo del fatto che nei Paesi del Golfo arabo (Qatar, Abu Dhabi, Dubai, Quwait) ci siano chiese nelle quali i cristiani possono celebrare la Messa e speriamo che così accada ovunque. Per questo è naturale che anche da noi i musulmani [ Ha puesto CRISTIANOS y NO MUSULMANOS] possano riunirsi in preghiera nelle moschee

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Los cristianos son tolerantes y, en cuanto tales, permiten también a los otros su peculiar comprensión de sí mismos. Nos alegramos del hecho de que en países del Golfo Árabe (Qatar, Abu Dhabi, Dubai, Quwait) haya iglesias en las que lo cristianos pueden celebrar la Misa y esperamos que así suceda en todas partes. Por esto es natural que, también entre nosotros, los musulmanes puedan reunirse en oración en las mezquitas.
21/11/10 1:08 AM
  
mori
Las palabras del Papa fueron groseramente sacadas de contexto. Vean el original en inglés:
http://www.catholicworldreport.com/index.php?option=com_content&view=article&id=221:pope-benedict-xvi-discusses-condoms-and-the-spread-of-hiv&catid=53:cwr2010&Itemid=70

1. El condón no es solución real ni moral (dicho explícitamente).
2. El que usa condón en ciertos casos, puede que esté con eso dando el primer paso en un camino de moralización por el hecho mismo de tener que protegerse de las infecciones. Pero cuando dice eso, no habla de la moralidad del uso del condón (de eso habla en la pregunta inmediatamente siguiente, la cual no fue citada por l'Osservatore).
21/11/10 6:37 AM
  
Francesco
Algunas consideraciones de Andrea Tornielli en su blog:

Cari amici, chiedo anticipatamente scusa per il titolo provocatorio che ho sceltro per le (troppo lunghe) considerazioni che seguiranno. Come sapete, martedì prossimo sarà in vendita nelle librerie di tutto il mondo il libro-intervista che Peter Seewald ha scritto con Benedetto XVI. Il Giornale ne ha parlato più volte, e già ieri ne ha presentato alcuni stralci, tratti da un capitolo nel quale il Papa parla del suo modo di affrontare il servizio di Pietro e il contatto con le folle di fedeli.

Oggi anche Il Giornale, come i quotidiani di tutto il mondo, dà ampio spazio alle parole del Papa sul preservativo contenute nel libro e anticipate ieri pomeriggio da L’Osservatore Romano. Argomento che continuerà a far discutere, anche perché, come più di qualcuno ha fatto notare, mentre nel testo del quotidiano vaticano (che ovviamente avrà riportato in modo fedele la versione italiana del libro), nell’esempio dedicato all’uso in qualche modo giustificato del condom, Ratzinger parla di «prostituta», al femminile, nel testo originale tedesco e nelle traduzioni in francese e inglese, quel termine è al maschile, vale a dire «prostitito». Un’incongruenza sulla quale è probabile che nelle prossime ore la Libreria Editrice Vaticana (Lev) o la Sala Stampa della Santa Sede faranno chiarezza.

La Lev aveva deciso che oggi, sarebbero uscite su molti quotidiani alcune selezionate anticipazioni del libro del Papa, vale a dire ampi stralci dei capitoli primo, sesto e diciasettesimo. Capitoli che non contenevano notizie eclatanti, prese di posizione sulla sessualità, sulla pedofilia etc., ma dalle quali emergeva comunque in modo limpido l’atteggiamento del Pontefice, come ha vissuto l’elezione, alcuni particolari anche spiccioli sulla sia vita quotidiana.

Ieri pomeriggio, però, L’Osservatore Romano ha pubblicato un’anticipazione molto ampia, scegliendo le parti giudicate evidentemente più interessanti da tutto il libro e non soltanto dai capitoli che l’editrice vaticana aveva selezionato per questa prima anticipazione. Gli stralci sul quotidiano del Papa sono stati pubblicati senza le domande dell’intervistatore. Com’era prevedibile – e non occorre essere degli spin-doctor o dei professori in scienze della comunicazione – è stato l’importante passaggio sul preservativo ad attirare l’attenzione mondiale. Tanto che l’anticipazione de L’Osservatore ha provocato la fine dell’embargo che la Lev aveva chiesto a coloro ai quali era stato dato in anteprima il testo integrale, che nella serata di ieri era ormai di pubblico dominio in tutto il mondo.

Mi permetto sommessamente di proporvi alcune domande. Anche perché ieri, sabato 20 novembre, in Vaticano non era un giorno qualunque. Era il giorno in cui Benedetto XVI ha celebrato il suo terzo concistoro, elevando alla porpora 24 nuovi cardinali. E ha pronunciato un’omelia bellissima, straordinaria, attirando ancora una volta l’attenzione sul fatto che quello ecclesiale è un ministero di servizio, non di potere, e che l’autorità è data per servire, non per primeggiare, non per realizzare la propria ambizione o i propri progetti.

Mi chiedo: ma era davvero necessario che proprio ieri, proprio nel pomeriggio del giorno del concistoro, proprio il quotidiano vaticano pubblicasse un’anticipazione tale da vanificare quella «pilotata» dalla Libreria Editrice Vaticana? L’Osservatore Romano, non un tabloid, non un giornale o un sito Web laico a caccia di scoop – con tutto il rispetto per gli scoop, dato che il mestiere del giornalista è quello di cercare le notizie, di verificare se siano attendibili e di pubblicarle, con buona pace di coloro i quali, dentro i sacri palazzi, amano soltanto i cronisti «laudatores», e spesso non trovano di meglio, per giustificare i loro errori, che dare la colpa a noi: ne abbiamo tantissime di colpe, e gravissime, ma anche Oltretevere si commette qualche sbaglio e ieri, a mio modesto avviso, ne è stato commesso uno considerevole…

Non sarebbe stato meglio far uscire le anticipazioni già previste (che nel caso del mio quotidiano, ad esempio, sono finite nel cestino, sostituite da due pagine praticamente monotematiche sul preservativo), lasciando per la presentazione di martedì, o comunque per oggi o domani, la diffusione dei brani che più avrebbero fatto discutere, in modo da lasciare lo spazio mediatico che meritava al concistoro, alle bellissime parole del Pontefice, al «colore» delle visite di calore ai nuovi porporati?

Ieri, all’ora di cena, mentre stavo scrivendo l’ultimo degli articoli che pubblico oggi sul Giornale, mi ha chiamato un amico e collega dal Veneto che mi ha detto: «Che gran battage mediatico sul preservativo! Ma i cardinali il Papa li fa domani?». Aveva letto i giornali online nel pomeriggio, la notizia del concistoro era scomparsa, credeva che tutto fosse rimandato a oggi. Perché non si è pensato che l’anticipazione sul quotidiano vaticano – arrivato per primo a presentare tutti i passi più mediaticamente interessanti del nuovo libro del Papa – avrebbe anestetizzato o addirittura fatto scomparire la notizia del concistoro, ridotta a un box a piede di pagina? A me sembra una questione di buon senso, non di strategie comunicative.

Vorrei credere che si sia trattato di un caso, di uno scivolone imprevisto (anche se è onestamente difficile considerare imprevisto un concistoro). Spero vivamente che non si sia trattato di una strategia studiata a tavolino.
21/11/10 10:45 AM
  
Francesco
Según informa hoy Tornielli, "la Libreria Editrice Vaticana había decidido que hoy saldrían anticipaciones del libro del Papa, amplios extractos de los capítulos 1, 6 y 17. Capítulos que no contenían noticias impresionantes, tomas de posición sobre la sexualidad, sobre la pedofilia, etc, pero de las cuales emergía de todos modos de manera clara la actitud del Pontífice, cómo vivió la elección, algunos particulares también pequeños sobre su vida cotidiana. Ayer por la tarde, sin embargo, L'Osservatore Romano publicó una anticipación muy amplia, eligiendo las partes juzgadas evidentemente más interesantes de todo el libro y no sólo los capítulos que la Editrice Vaticana había seleccionado para esta primera anticipación. Los extractos en el periódico del Papa han sido publicados sin las preguntas del entrevistador. Como era previsible ... ha sido el importante pasaje sobre el preservativo a atraer la atención mundial. Tanto que la anticipación de L'Osservatore Romano provocó el fin del embargo que la LEV había pedido a aquellos a los cuales se les había dado el texto integral, que en la tarde de ayer era ya de público dominio en todo el mundo".

Dicho esto... hay que decir, por otro lado, que no se trata de ninguna revolución lo que dice el Papa, tampoco de algo no conforme a la moral católica. Es lo de siempre. Los principios de siempre y la aplicación del principio reflejo del mal menor en algunos casos particulares y justificados. Pero los medios han hecho de esto algo insoportable... además de tergiversar, mentir, falsear (como de costumbre, por otro lado). Y al haber sido el mismo día del Consistorio, oscureció cualquier otra noticia (pero, si L’Osservatore no se mandaba esta, el estallido hubiera sido el martes… eso también es cierto).

El Papa habla de muchas cosas en este libro. Pienso que será interesantísimo como los otros dos libros con Seewald, y todavía más ahora que es el Papa. Los medios se quedarán con esto, tal vez con alguna otra polémica que encuentren (por ejemplo, cuando el Papa habla del obispo Williamson y dice que nunca vivió la comunión con la gran Iglesia, en obediencia al Papa, y que nunca fue católico en sentido propio porque pasó del anglicanismo a la FSSPX; o sobre la salud del Papa, ante su confesión de que no usa la "bicicleta" que le aconseja el médico; o bien, su admisión de que el discurso de Ratisbona fue, en cierto sentido, un error al haberlo pensado desde el punto de vista académico sin tener en cuenta que un discurso pontificio es leído políticamente). Sí, los medios se quedarán con eso... por una semana, y luego se olvidarán. Quienes queramos alimentarnos de la sabiduría de este gran hombre, que providencialmente está en la Sede de Pedro (aunque este no sea, es cierto, un texto magisterial), podremos sacar mucho fruto de su lectura.
21/11/10 1:32 PM
  
Coloma
Se equivoca el papa. Williamson fue recibido en la Iglesia por un jesuita, e incluso fue novicio en el Oratorio de Londres. Solo despues se hizo lefebvrista.
21/11/10 2:43 PM
  
Nonplacet
Los medios mienten y deforman, pero sabiendo como son, me parece que se ha sido muy imprudente. Ahora todas las tvs, los periódicos, etc dicen que por primera vez el Papa acepta el uso del condón en determinadas situaciones. Era de esperar que pasara ésto, así que el error está en la publicación indiscriminada de estas palabras dando carnaza a los enemigos y los ignorantes. Me parece que en Roma no hay nadie con la capacidad necesaria para cuidar la información hacia afuera. Para eso, mejor no decir nada, ni sacar libros, ni hacer delaración alguna salvo las pastorales propias.

Llevo años rezando y haciendo apostolado con personas en camino de conversión, pero que no acaban de aceptar toda la doctrina católica, especialmente los que tienen relciones prematriomoniales.. Y ahora las mismas personas vendrán a decirme que el Papa ya acepta los condones, como es lógico porque la Iglesia se tiene que actualizar y demás zarandajas.

Sinceramente, es desasosegante y cabreante. No se puede ser tan descuidado con estas cosas porque muchas personas pueden confundirse fatalmente.
21/11/10 3:03 PM
Tratemos de ver estas declaraciones de Benedicto XVI desde el mismo Corazón sufriente de Cristo: Lo que el Papa dice, no es que esté justificado el preservativo a aquel que frecuenta carnalmente a una prostituta, sino que la prostituta, cuyo oficio es indigno y comete pecado junto con su cliente en el comercio sexual contra el sexto y el noveno mandamiento, no añada otro pecado, vg. Contra el quinto, si conoce que tiene una enfermedad de transmisión sexual, cuyo virus trasmitirá con seguridad cierta.

No dice el Papa que en este caso tal uso del profiláctico por parte de la ramera sea moral, porque no puede haber un acto meritorio sin tener la gracia santificante y parece obvio, sin particularizar, que quien vende su cuerpo, templo del Espíritu Santo, y quien lo compra, cometen pecado mortal. Pecado al que se añade la realización de acto reservado al matrimonio y siempre abierto a la vida. Por eso dice Benedicto XVI que puede ser un primer paso hacia una moralización, como un primer escalón que le puede llevar a la toma de conciencia de que no todo está permitido; es decir, en algún caso concreto, visto a luz de la doctrina sobre la gracia y el pecado, puede suponer una débil esperanza de una futura toma de conciencia sobre la sacralidad de la sexualidad. No dice que lo sea, ni que necesariamente ese primer escalón le lleve a los sucesivos ascendiendo sin pausa por la escalera de la virtud. Simplemente afirma que dado ese supuesto, puede ocurrir que por la gracia, no habitual pues carece de ella, sino actual, una prostituta decida colaborar con la moción del Espíritu Santo, al menos para no bajar de ese primer escalón y hundirse totalmente en el fango, donde todo vale, no sólo la fornicación y el comercio de los cuerpos, sino también poner en riesgo la salud y la vida de sus “clientes”, que también están en pecado mortal y que si murieran sin arrepentirse irían directamente al infierno (Es dogma de fe que quien muere sin la gracia santificante va directamente al fuego eterno, pues todos los méritos de su vida los pierde cuando comete pecado mortal y en el momento de la muerte uno mismo fija su destino eterno, según la gracia que posea).

Son ciertas sin embargo tres cosas, a mi modesto parecer. La primera que es desafortunada la manera de decirlo por Ratzinger sin más explicaciones, salvo que las dé en el libro. La segunda, que si las frases dichas por Raztzinger, realmente están más matizadas en el libro, entonces quedaría en entredicho el papel del periódico oficial del Vaticano que ha publicado estos extractos. Pero aunque las citas escogidas no estén mucho más explicadas en el libro, el papel del periódico del Vaticano es de una mediocridad insólita, por la inoportunidad de los textos escogidos que nos avanza, como en la fecha que lo hace. Si fuera mal pensado, diría que se ha escogido el día de su publicación y se han seleccionados los textos para desviar la atención del nombramiento de los cardenales o para crearles más problemas al Papa.Pero no tengo información suficiente para pensar mal. En tercer lugar hay que señalar, que ni estas citas ni el libro entero, ni en partes, son magisterio, ni ordinario, ni extraordinario, ni infalible. El Magisterio está en otros documentos, como la Humae Vitae, Familairis Consortio, etc, en consonancia perfecta con la tradición de siempre.

Mal hacen algunos ejerciendo la “papolatría” o la “ratzingerlatría” a toda costa, porque esa actitud no es católica y veo bastantes comentarios que caen esa actitud, que más que ayudar al Papa, cosa que sin duda pretenden de buena fe, obstaculizan a la Iglesia, sin reflexionar sobre el auténtico sentido de las declaraciones, y sobre todo ahogando toda voz que en aquello que es oponible disienta y mal interpretando el dogma de la infalibilidad papal; es decir, la de todos aquellos que no saben distinguir entre Ratzinger y Bendicto XVI. Pero tampoco lo es la posición de los que sin más se lanzan contra la persona de Ratzinger, sin meditar a luz del Corazón de Cristo lo que dice. Creo que tanto Ratzinger como teólogo o como Papa ha dejado clara suposición contra el preservativo.No cabe ninguna duda sobre su ortodoxa posición. Aunque se le puede puede pedir mucha más sagacidad cuando está frente a un periodista, porque ayudado éste por el propio observatore Romano, periódico que cada día que pasa más pierde los papeles, contribuye a la confusión.

Creo sinceramente que las citas objeto de esta discusión sobre el tema de los preservativos, deberían haber sido más explicadas por el Papa, o no haber hablado de ello en un libro entrevista, salvo para decir el dogma puro y duro. Por lo tanto, Ratzinger ha sido algo imprudente o se la han colado (No debemos olvidar nunca las palabras de Pablo VI: “El humo de Satanás ha entrado en la Iglesia), cosa que no nos ha de extrañar. Pero no habiendo heterodoxia en lo que dice, sino que la cita es demasiado parca para su plena comprensión , según he explicado, al menos hay una desafortunada forma de decir que puede confundir a los sencillos. Ojalá seamos más prudentes todos.

A mi personalmente, tampoco me gusta y creo que es desafortunada por confusa, la expresión “humanización de la sexualidad”; prefiero hablar de “evangelización de la sexualidad”, acción por la cual la Luz de Cristo ilumina todo nuestro ser, incluido aquel aspecto importante de nuestra humanidad que es la sexualidad. Lenguaje que propongo a los pastores, en vez de educación sexual o humanización de la sexualidad, pues para el cristiano su meta es que Cristo viva en él, de manera que pueda decir “ya no soy yo, sino es Cristo que vive en mí”.
21/11/10 3:21 PM
  
Nonplacet
Sí, lo de humnaziar la sexualidad tiene sentido, pero a mi me parece incompleto. El ser humano también es animal e instintivo, luego huamanizar la sexualidad no tiene porque llevar al sexo según la doctrina católica. De hecho, en nuestra sociedad el sexo está muy humanizado: mezcla de sentimientos y placer siempre a flor de piel. Eso es humano. La única razón convincente para llevar a cabo la sexualdiad tal como afirma la Iglesia es que la Revelacíón nos enseña un Amor de Dios infinito que desvela la pureza de intención de la que son capaces sus hijos si se dejan llevar por Él. De hecho, sin la Fe y su Gracia es muy difícil o imposible cumplir sus mandamientos en este aspecto y sa acaba recalando en un simple moralismo, el cual acaba siendo una tortura para el individuo.

Sólo vivendo la Fe y la Misericordia de Dios tiene sentido la sexualidad desde la perspectiva cristiana. Sin Dios la moral no es otra cosa que cumplimiento voluntarista, para lo que el hombre no está creado ni preparado: "Si me amais, guardaréis mis Mandamientos".
21/11/10 4:16 PM
  
Tulkas
Las palabras, incluso dentro del contexto que conocemos (pues no sé si habrá otro contexto u otras explicaciones en el libro) son peligrosas porque pueden confundir a los sencillos. Aunque G. Ciprita creo ha explicado muy bien la perspectiva desde la que se deben entender.


Mejor sería que los Papas no se dedicaran a colaborar o a escribir estos libros-entrevista, porque entre col y col hay alguna lechuga. Así, había muchas lechugas en "Cruzando el umbral de la esperanza".


Deberían ser más prudentes: nadie va a leer el libro como si fuese de Joseph Ratzinger
21/11/10 6:03 PM
  
Tulkas
Nadie va a leer el libro como si fuese de J. A. Ratzinger, sino como si fuese del Vicario de Cristo, y ése es el problema.

Y por supuesto, nadie de los enemigos va a leer el libro desde el Corazón de Cristo, sino más bien desde la perspectiva del Príncipe de este mundo.

21/11/10 6:05 PM
  
Hermenegildo
Según publica hoy "Secretum Meum Mihi", el Papa no se opone a la Comunión en la mano: “No me opongo en principio a la Comunión en la mano; he administrado y recibido la Comunión en esta forma yo mismo”.

No entiendo bien cómo se puede estar a favor de una cosa y de la contraria.
21/11/10 11:41 PM
  
albert perez
para hacer un comentario objetivo e interesante primero hay que hacer oraciòn con el documento¡
23/11/10 9:15 PM
  
Maria
Pues yo ya tengo el libro Luz del Mundo en formato eBook. Con todo el revuelo que ha generado el libro la verdad es que no he podido esperar. Todavía no he leído mucho pero de momento promete ee!!

http://www.todoebook.com/LUZ-DEL-MUNDO-BENEDICTO-XVI-HERDER-EDITORIAL-LibroEbook-9788425427602.html
24/11/10 12:04 PM

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