Un rabino analiza el pontificado de Benedicto XVI

Ofrecemos nuestra traducción de un interesante artículo que el rabino Jacob Neusner, que desde hace años mantiene con el actual Papa un intercambio epistolar, escribió para un diario italiano en el que comenta, desde su perspectiva, el pontificado de Benedicto XVI.


El rabino Neusner fue citado por el Papa Ratzinger en su libro “Jesús de Nazaret” por la lectura que realiza, a partir de los Evangelios, de la figura de Jesucristo, llegando a una conclusión muy clara a la que, sin embargo, no han llegado muchos teólogos cristianos contemporáneos: la novedad del Evangelio consiste precisamente en la persona de Jesús y en que Él se presenta como Dios.


Es interesante notar que, en este artículo, este rabino llega también a conclusiones claras y ciertas sobre el Papa Benedicto XVI, conclusiones a las que muchos, incluso dentro de la Iglesia, no han podido o no han querido llegar.

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La mejor broma de mi vida la hice una vez en el gimnasio, a alguien que contestaba mis opiniones sobre el equipo de baseball de los New Cork Yankees en comparación con los New Cork Mets: “No trates de prevalecer sobre mí. ¡Soy un profesor, por lo tanto, tengo siempre razón!”. Desafortunadamente, en lugar de tomarlo para la risa, me tiró contra una toalla.


Cuando a un estudioso e intelectual de éxito se le confiere el status de infalibilidad, aquí comienzan los problemas. Un estudioso no tiene necesidad de que se le diga que es infalible. Ya lo sabe, y se le paga por ello. La profesión de investigador requiere integridad, racionalidad y honestidad intelectual. En sus primeros cinco años de papado, Ratzinger ha revelado todas estas características, junto a una abundante humildad, generosidad y amor. Sin embargo, el mundo tiene todavía necesidad de tiempo para acostumbrarse a este Papa-estudioso, que afronta de modo directo y sin titubeos los temas fundamentales y deja caer las nimiedades, cuando es posible.


Los musulmanes han comprendido de qué está hecho este Papa, en Ratisbona cuando, con una intervención muy profunda, Benedicto XVI puso en duda la contribución del Islam a la civilización. Los anglicanos han entendido de qué está hecho este Papa cuando él, en un arranque de honestidad, invitó al clero anglicano a entrar a formar parte de la Iglesia. Los judíos han entendido de qué está hecho este Papa cuando Benedicto XVI volvió a una liturgia que cuestionaba el credo hebreo. En los tres casos, la fractura ha sido recompuesta y han prevalecido las posiciones más moderadas: con el Islam se ha hecho la paz y con anglicanos y judíos se ha llegado a una conciliación.


Pero el Papa-estudioso no había hecho más que expresar la verdad así como es sentida en el corazón del catolicismo: el Islam no puede competir con el cristianismo en cuanto a estatura moral, los anglicanos serán siempre bienvenidos, y los judíos estarían mucho mejor dentro de la Iglesia. El Papa Benedicto habla como un estudioso y pronuncia verdades cristianas tal como las enuncia el infalible obispo de Roma. Un estudioso no puede sino actuar de este modo.


La cuestión que, en este momento, perturba la paz es el modo en que, en el pasado, el cardenal Ratzinger liquidó el caso de un sacerdote culpable de haber abusado sexualmente de algunos niños. La caridad cristiana sugería perdonar a aquel sacerdote, un alma penitente despedazada y en el final de su vida. El cardenal Ratzinger le ahorró las humillaciones que un justo castigo habría comportado. El sacerdote murió en el seno de la Iglesia y Benedicto XVI mostró el verdadero significado de arrepentimiento y amor cristiano.


El pasado enero, cuando me encontré con el Papa en Roma, le pregunté qué quería hacer cuando, en unos seis meses, terminara el segundo volumen de su “Jesús de Nazaret”. Con una sonrisa, me respondió: “Nada más. Este es mi último libro. Tengo otros asuntos para atender”. Un estudio que deja de escribir libros no mantiene por mucho tiempo tal título. Benedicto XVI no tuvo que agregar: “Después de todo, soy el Papa”. Pero el académico que hay en mí susurró: “A qué precio”.


Lo que el mundo ha aprendido en estos cinco años respecto al Papa-estudioso es el precio que la academia paga por sostener la verdad y mantener la propia integridad. La infalibilidad tiene sus costos. La gente prefiere políticos capaces de mediar antes que personajes críticos y propensos a las controversias. Esto es lo que nos enseñan los papas-estudiosos en general. Pero lo que yo aprendí de este Papa-estudioso en particular es algo más. La genuina integridad de este hombre y su capacidad de exponer la verdad a la humanidad entera, mueven intereses muy fuertes. Y por esto, también los musulmanes, los anglicanos y los judíos deben prepararse a un debate de alto perfil sobre la razón y la racionalidad compartida y encontrar un punto de encuentro sobre los conflictos, tratando de establecer quién está del lado correcto y quién del incorrecto, y qué prescriben las Sagradas Escrituras y la tradición.

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Fuente: Il blog degli amici di Papa Ratzinger


Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

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6 comentarios

  
César Fuentes
El señor Neusner vuelve a mostrar una gran integridad intelectual. Para mayor honra suya, cede el puesto al Papa en las alturas morales,científicas,intelectuales y como guía de hombres. Habla a un colega con respeto e inclinándose y a un amigo con una sonrisa. Y no siente pena por Su Santidad por todo lo que está pasando, pues sabe que no puede, ni debe,ni sabe hacer otra cosa sino servir a la verdad: a Dios. Y lo sirve bien.

"El pasado enero, cuando me encontré con el Papa en Roma, le pregunté qué quería hacer cuando, en unos seis meses, terminara el segundo volumen de su “Jesús de Nazaret”. Con una sonrisa, me respondió: “Nada más. Este es mi último libro. Tengo otros asuntos para atender”. Un estudio que deja de escribir libros no mantiene por mucho tiempo tal título. Benedicto XVI no tuvo que agregar: “Después de todo, soy el Papa”. Pero el académico que hay en mí susurró: “A qué precio”. "

Esta última frase del señor Neusner es la admiración-y aquí si hay cierta tristeza,¿acaso,quizá, por saber que pierde un amigo con quién conversar en las alturas,los dos solos,en un tranquilo anonimato,hasta el final de sus días?- de quien contempla a quien lo abandona todo por el supremo sacrificio. Y el Papa,genial como siempre,sencillo y humilde como siempre, dice sí-como a hecho toda su vida- a Cristo.

Gracias por el texto. Admiro mucho al Señor Jacob Neusner desde que leí su "Un rabino habla con Jesús".

Y, de nuevo, Dios bendiga a Su Santidad y nos lo conserve muchos años.
22/04/10 5:45 AM
  
Guillermo Juan Morado
Gracias por el texto. Este blog es un lujo. Felicito a su autor.
22/04/10 3:37 PM
  
Hector
Excelente...
22/04/10 6:22 PM
  
romulo
Esta es la verdad. El Papa ha amado más a Cristo, a la Iglesia y a los hombres, que a sí mismo. Se le reconocerá en el único lugar apto para dicho sacrificio: en la Resurreción de los Justos.
22/04/10 7:10 PM
  
Tulkas
Y no sólo en la Resurrección de los Justos.

Hay también una esquina muy adecuada en la basílica de san Pedro, entre las reliquias de san Juan Crisóstomo y de san Gregorio Magno.
23/04/10 5:15 PM
  
Carlos Manzo
Yo leí, por supuesto, el primer tomo de "Jesús de Nazaret", donde S.S. Benedicto XVI menciona al Rabino Neusner. Y también leí el libro que él escribió, "Un rabino se encuentra con Jesús".

El rabino Neusner es un hombre de gran capacidad intelectual e integridad, es un judío digno y muy valioso. Muchos cristianos deberían aprender de él, primero, a ser estudiosos, como él mismo resalta este valor; y segundo, a tener esa integridad moral de apreciar la verdad donde se encuentre, así sea dicha por el Papa católico.

En cuanto al Papa, bendito sea Dios por este santo de nuestros tiempos. El Papa Benedicto XVI está llamado a subir a los altares y convertirse en patrono de los sabios, estudiosos y hombres y mujeres que legítima y humildemente buscan a Dios.

Felicidades por este blog.
25/04/10 12:12 AM

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