Una Iglesia que se ahoga en el sentimentalismo
Suelo leer lo que escribe Samuel Gregg, habitualmente ponderado e informado. Pero el artículo que escribió la semana pasada, “Una Iglesia que se ahoga en el sentimentalismo” me llamó especialmente la atención porque abordaba un fenómeno devastador y muy extendido que está desfigurando la Iglesia y condenándola a la irrelevancia más atroz. El subtítulo también me pareció significativo: “La fe y la razón están asediadas por una idolatría de los sentimientos”. Y eso mientras muchos se alegran de los efímeros momentos de gloria que el sentimentalismo desbocado les ofrece.
Gregg señala en su recomendable artículo que la Iglesia siempre ha tenido en alta estima la razón, la que nos permite usar la lógica, conocer la verdad moral o entender y profundizar en la Revelación. Tal valoración puede haber llevado, reconoce Gregg, en determinados momentos a excesos. No es el caso en nuestros tiempos, cuando lo que parece prevalecer es lo que Gregg califica como “affectus per solam”, o lo que podemos traducir como “sentimientos y nada más”. Una actitud, extendidísima, que se caracterizaría por “una exaltación de los sentimientos, un desprecio de la razón y la subsiguiente infantilización de la fe cristiana”.
A continuación Gregg se detiene en los síntomas de este peligroso fenómeno. Merece la pena repasarlos:
- Uso generalizado en la predicación y enseñanza de un lenguaje que es más característico de una terapia que de las palabras usadas por Cristo y sus apóstoles. Palabras como “pecado” desaparecen y son sustituidas por “sufrimientos”, “remordimientos” o “errores”.
- Rechazo de la defensa razonada de la moral católica acusando a quien lo hace de ser hiriente o moralista. Parece como si la verdad debiera ser silenciada si puede herir los sentimientos de alguien.
- Rechazo a hablar sobre el juicio y la posibilidad real del infierno. El sentimentalismo sencillamente evita el tema. Se pregunta Gregg, ¿cuándo fue la última vez que la posibilidad de condenarse eternamente fue mencionada en la misa de tu parroquia?
- Un Jesucristo deformado. “El Cristo que nos presentan es una especie de rabino liberal que recicla trivialidades como “cada uno tiene su propia verdad”, “haz lo que te haga sentir bien”, “sé autentico contigo mismo”, “quién soy yo para juzgar”, etc. Y sobre todo, nunca tengas miedo: este Jesús garantiza el cielo, o lo que sea, a todo el mundo”. Aquí la cita de Ratzinger que reproduce Gregg es impagable: “Un Jesús que está de acuerdo con todos y con todo, un Jesús sin su santa ira, sin la dureza de la verdad y del verdadero amor no es el Jesús real que nos muestran las Escrituras, sino una miserable caricatura. Una concepción de los evangelios en la que la seriedad de la ira de Dios está ausente no tiene nada que ver con el Evangelio bíblico”.
- Y por último, un declinar de la claridad en la exposición de la fe cristiana.
Cuestionándose acerca de las causas que nos han llevado a esta situación Gregg enumera las siguientes:
a) El contagio de un mundo en el que el emotivismo es generalizado y que considera la moralidad como el compromiso con determinadas causas. Lo que importa es el grado de pasión en tu compromiso y el grado de corrección política del mismo.
b) Una concepción de la fe que consiste en lo que ésta hace por cada uno de nosotros y nuestro bienestar, y no en nuestra salvación.
c) Los esfuerzos por diluir y distorsionar la ley natural desde el postconcilio. A pesar de algún loable intento de recuperación, la ley natural tiene una posición marginal en el magisterio actual. “El precio de esto es que cuando relegas la razón a la periferia de la fe religiosa, empiezas a imaginar que la fe es de algún modo independiente de la razón, o que la fe es de algún modo inherentemente hostil a la razón. Finalmente la razonabilidad de la fe deja de ser importante y de este modo se acaba en la ciénaga del sentimentalismo”.
d) La desaparición de la lógica del currículo educativo .
e) La excesiva insistencia en una mala psicología y en una mala sociología por parte de muchos clérigos formados durante la década de los 70.
La solución a esta plaga de sentimentalismo no está en negar la importancia de los sentimientos y emociones, sino en integrar estos de modo coherente con la fe, la razón y la voluntad. No será fácil, pero la alternativa es una Iglesia convertida en oenegé, y como dice Gregg, resignada a la pura irrelevancia.
61 comentarios
Siempre habrá Cristianos auténticos protegidos por el Espíritu Santo. Dios sigue fiel a su plan para la humanidad a pesar de los listos de turno.
Ahora nos toca sufrir y orar confiando en Dios.
Yo agregaría, como inciso "f)", el olvido, abandono y rechazo de la filosofía perene, el Tomismo que tanto bien hace a las almas y a la razón.
Como inciso "g)" la pereza mental de las nuevas generaciones, que prefieren consumir videos - breves - a pensar, leer y fundamentar sus convicciones. La ley del mínimo esfuerzo, el afán de novedades y la falta de compromiso a todos los niveles.
A pesar de haber recibido mucho bien de la "Renovación Carismática", no dejo de reconocer, con tristeza, que - como movimiento en general - se ha quedado en una fe emocional, infantil y superficial, no crece hacia el "alimento sólido" que dice San Pablo, sino que la "leche espiritual" de una fe pueril se ha extendido abundantemente en la Iglesia (Heb 5,11-14).
Tampoco me parece que eso tenga que ver con el Concilio Vaticano II, por lo menos directamente.
Me parece que mas tiene que ver con la pésima formación que se imparte en los seminarios, y a la situación de decadencia del clero, que mas ha estado preocupada en ocultar sus "problemas" internos, problemas de homosexualidad, pederastia, vale decir problemas sexuales de sus miembros,
La solución es lo que mas debe importar, y es cambiar totalmente las materias que se imparten en los seminarios, retomar la tradición de la Iglesia, y tal vez, en los casos necesarios modificar el lenguaje, mas no el contenido...
Como ejemplo puedo señalar que una vez escuché en un organismo de la Iglesia que se llama CONFER a un sacerdote que enseñaba a alrededor de 100 religiosas que "el demonio es una fuerza que nos lleva a hacer lo malo"... para mas información vean por ahí la Biblia"... esa fue su enseñanza "sentimentalista" del demonio, ¿con ese tipo de formación, que pueden enseñar a la juventud esas religiosas? ¿Es que este sacerdote cree en lo que la Iglesia enseña sobre el demonio?, ¿Que le enseñaron a él sobre el particular?...
Se requiere un cambio, pero desde la cabeza de los pastores
La están ahogando quienes estando entre nosotros, no son de los nuestros.
Nada nuevo bajo el sol, basta leerlo a San Pablo, salvo por un detalle: creo que jamás antes esos tan dañinos que no son de los nuestros, habían sido tantísimos como lo son hoy en día, y habían llegado tan alto en la jerarquía.
1. La fe entendida como un sentimiento es de origen protestante. La fe entendida como un sentimiento es una blasfemia contra Dios.
2. Lutero niega la razón, llega a decir que es la "prostituta del diablo". Así, el Protestantismo típico es irracional porque va en contra de la razón humana: afirma que por el pecado
original el Hombre quedó incapacitado para conocer la verdad, por lo menos en el ámbito
religioso. Y si el Hombre queda incapacitado para conocer la verdad, entonces deja de ser racional, porque la racionalidad es la búsqueda de la verdad. Ahora el Protestantismo moderno se contradice posicionándose en el otro extremo: es racionalista y niega los milagros desde Rudolf Karl Bultmann (1884-1976).
3. ¿La Fe es un sentimiento? El Protestantismo afirma que sí lo es. Pero, ningún ser humano es responsable de sus sentimientos, ni puedo
serlo, y un sentimiento nunca es una razón: “Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza.” (1 Pe 3,15). Así pues, como no puedo controlar mis sentimientos, ¿a
quién le echo la culpa si no tengo Fe? La gente termina diciendo algo que, literalmente, es una blasfemia: le echan la culpa a Dios: “La fe es un don de Dios. A mí no me lo ha dado. ¿De qué se queja exigiéndome responsabilidad por no tenerla?”. Eso es una blasfemia porque es acusar a Dios de injusticia.
4. La fe, en cierto sentido en el Bautismo, es un don de Dios, pero yo soy responsable de
buscar el conocimiento en que se basa mi fe. Yo soy responsable de buscar las pruebas de que Cristo existió, y que enseñó lo que enseñó, y por eso en Teología tradicionalmente se define la Fe como un obsequio racional, no irracional, por lo que no tiene mucho sentido la teología de la Consolación ni la teología protestante en general.
5. ¿Cómo puedo yo entonces justificar mi fe en lo que Cristo enseñó? Necesito establecer dos hechos: primero, que Cristo demostró que era Dios; y segundo, que su enseñanza se ha transmitido hasta mí sin error, y estos dos hechos tienen que demostrarse también históricamente. Este es el principal problema en la letra del CV.II que ha "olvidado" que el Cristianismo se basa en hechos históricos no en un sentimiento ni en valores humanos de fraternidad sin Cristo (derechos humanos).
6. Es necesario recordar que la letra del CV.II redunda y permite, en pos de la unidad de la Iglesia con los hermanos separados en base a un ecumenismo falso, de humanismo falso, de fraternidad en la riqueza de los valores humanos sin cabeza en Cristo y divinidad de Jesús nula, un documento de oración por la unidad de los cristianos, preparado por el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, en el que se equipara a San Ignacio de Loyola o San Francisco de Borja con Lutero, Calvino o Zwinglio: “Los grandes reformadores como Martín Lutero, Ulrico Zuinglio y Juan Calvino, como también muchos que permanecieron católicos, como Ignacio de Loyola, Francisco de Sales y Carlos Borromeo, intentaron conseguir que la Iglesia occidental se renovara. Sin embargo, lo que debería haber sido una historia de la gracia de Dios, estuvo también marcada por el pecado de los hombres y se volvió una historia del desgarramiento de la unidad del pueblo de Dios. De la mano del pecado y de las guerras, la hostilidad mutua y la sospecha fueron creciendo a lo largo de los siglos.”; y una afirmación herética: "Separando lo que es polémico de las cosas buenas de la Reforma, los católicos ahora son capaces de prestar sus oídos a los desafíos de Lutero para la Iglesia de hoy, reconociéndole como un «testigo del evangelio» (Del conflicto a la comunión, 29). Y así, después de siglos de mutuas condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos en 2017 conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma." Recuerdo que una estatua de Lutero está en los jardines de la Ciudad del Vaticano.
7. El sentimentalismo entendido como Fe por muchos católicos tiene su origen en el CV.II por la influencia protestante luterana del que mama el modernismo y la dictadura del relativismo que protestantiza a la Iglesia Católica.
4. adj. Exagerado en la expresión de sus sentimientos. U. t. c. s.
Es a eso a lo que se refiere Gregg, no solamente la razón sino también la virtud de la Prudencia es opuesta al sentimentalismo y, por ende, podríamos decir que la Sabiduría en su sentido tradicional. La persona que se mueve a impulsos de sentimientos ni es razonable, ni prudente ni sabia porque los sentimientos deben de estar regulados y no campar por sus respetos. La Iglesia, lo mismo que no puede ser solo racional tampoco puede ser predominantemente sentimental.
El sentimiento por sí mismo no mueve a la acción sino que puede quedar en agua de borrajas y en puras expresiones, por lo que para ser misericordioso o caritativo se necesita mucho más ya que estos dos adjetivos son eminentemente activos.
De las tres personas que pasaron junto al herido en la Parábola del Buen Samaritano solo uno fue misericordioso pero los tres pudieron tener un sentimiento por su desgracia: ¡Pobre hombre! si no hay un acto que indique compasión ( pasión con) lo que pudieran sentir los otros dos es inane.
" Lo que importa es el grado de pasión en tu compromiso y el grado de corrección política del mismo", dice el texto de Gregg. Es decir, si el samaritano hubiese sido un sentimental, habría aprovechado la primera ocasión para denunciar públicamente las víctimas producidas por el bandolerismo, pero eso no obliga a pararte, atender al herido y pagar la posada sin decir nada.
Las expresiones del texto que tanto oímos: “cada uno tiene su propia verdad”, “haz lo que te haga sentir bien”, “sé autentico contigo mismo”, “quién soy yo para juzgar” ¿a qué obligan? Absolutamente a nada y quedas muy bien si tienes la suerte de que el otro sea tonto. ¿Cuántas veces decimos "¿en qué puedo ayudarte?" o, simplemente la verdad: "estás dirigiendo mal tu vida"?
¿Qué tiene que ver que el Catecismo hable de sentimientos y de pasiones?
Me parece que no has entendido nada del texto y sales por peteneras. Si estuviera aquejada de sentimentalismo habría dicho: "pues si tú lo ves así y te vale, así será", pero como no lo estoy hablo con claridad, que no empece para que pueda estar equivocada.
Típico ejemplo de sentimentalismo visto en un video:
Un entrevistador, rubio y con aspecto anglosajón a la puerta de una universidad americana que en principio preguntaba sobre el asunto del "género", pasó bruscamente a otra cosa y dijo a un entrevistado:
-¿Y si yo te dijera que soy chino?
A lo que el estudiante le contestó:
-A mi no me lo parece, pero si eso te hace feliz...
La respuesta de una persona no aquejada de esa plaga habría sido:
-No, no eres chino.
Sin importarle un pimiento si el otro se molestaba o no. Eso es sentimentalismo buenista y de eso habla Gregg, no de los sentimientos ni de las pasiones en el sentido hasta ahora normal del término.
A lo que el estudiante le contestó:
-A mi no me lo parece, pero si eso te hace feliz...
La respuesta de una persona no aquejada de esa plaga habría sido:
-No, no eres chino."
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Buen ejemplo Palas, ¡y actualísimo!: esto es poner al capricho por encima de la verdad.
Es cierto que eso ha penetrado en la Iglesia, pero antes ha contaminado al mundo. La penetración en la Iglesia es un síntoma de la mundanización que han permitido los irresponsables que han "abierto las ventanas de par en par para que entre aire fresco" a la Iglesia, y luego te topas con un tufillo a azufre que apesta. Acto seguido se denuncia el "humo de Satán", pero no se mueve un dedo para aventarlo, antes al contrario. Historia archiconocida, por lo que huelga poner nombres propios.
Volviendo a tu ejemplo, eso de poner al capricho por sobre la verdad es un horror. Con eso tan sólo, anulas totalmente el mensaje de Cristo, que es la Verdad, la cual queda sometida a la líquida tiranía del capricho humano.
Y es un horror de consecuencias horrorosas, no sólo en la eternidad -lo cual es obvio - sino también acá abajo. Un ejemplo patético es la Ideología de Generada, que se basa en ese "principio" del capricho como fuente de toda razón y justicia. Pero los ejemplos se multiplican por millares.
Sin ir más lejos, días pasados estaba mirando un video titulado "Kilos mortales", donde se relata el caso de una adolescente que pesaba más que un novillo, casi 400 Kg. La familia había acudido a ayuda médica porque la joven estaba a un tris de una crisis cardíaca, totalmente inmovilizada en la cama. El médico le prescribió una dieta, pero al mes la chica pesaba más que antes porque la familia le daba lo que ella pedía. Entonces el profesional la internó en una clínica con una dieta de 1.000 calorías, con la cual debería bajar 30 Kg. en un mes, al cabo del cual la pesan y había bajado ¡sólo 2 Kg.!. Era evidente que la familia hacía trampa. Es entonces que le hacen un reportaje a los familiares y todos ellos confiesan que, aún sabiendo que eso la acercaba a la muerte, no eran capaces de negarle lo que la pobre infeliz les pedía.
Si bien lo miras, la entronización del capricho como fuente de toda razón y justicia explica no sólo el auge de la obesidad, sino también muchas otras plagas modernas, como las drogas, la pornografía o los asesinatos en masa.
Lo cual me lleva a preguntarme cuánto tiempo falta para que la gente se percate de que la vida sin Cristo es un infierno.
Continuamente nos encontramos con ese falso sentimentalismo destructor de la verdad y la realidad, el NO ha sido desterrado y hacemos el "bien" dándole la razón al otro para acabar todos enfadados.
Lo primero que tiene que aprender un profesor es a fortalecer la personalidad del alumno diciéndole cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Una vez le dije a una alumna:
-Prepárate porque tú en la escuela vas a recibir muchos fracasos. La escuela solo mide algunos tipos de capacidades, no todas, cuando saques malas notas recuerda que tienes una gran habilidad manual y capacidad espacial. Yo tengo que pensar durante unos segundos cuál es la derecha y la izquierda y por eso no sirvo para profesora de gimnasia, tú no tienes ese problema. Refuerza tus puntos fuertes y acepta aquello que, sin ser culpa tuya, no forma parte del legado genético que se te ha dado. Estudia pero no compitas y no te desanimes si otros sacan mejores notas que tú".
Me lo aceptó a la perfección y hoy creo que es florista.
Los musulmanes tienen que darse cuenta de que están en un país de mayoría cristiana que les ha dado acogida y respetar su religión y sus costumbres. Yo puedo preguntar a un negro si es negro o mulato y nadie se me ha ofendido jamás. Tenía una alumna cubana a la que todos tenían por negra y nadie lo decía, un día en clase le pregunté si era negra o mulata y me contestó con naturalidad. Los otros alumnos no sabían el significado de mulato y lo aprendieron, así se dieron cuenta que hay negros casados con blancas o al revés. La madre de la niña me llamó por teléfono dándome las gracias por la forma conque había llevado el tema porque ya estaban hartas de silencios y miradas de incomprensión.
Ese es el camino razonable, el sentimentaloide no porque provoca infelicidad y huida de la realidad.
Nosotros tenemos que cantar villancicos, ir a misa, poner balconeras de Navidad, como la que tengo yo, y no ocultar nuestra fe y nuestras creencias. Se está haciendo todo mal y la Iglesia ha caído en la trampa.
Pero lo de los vascos es otra cosa, allí no hay consentimiento a capricho alguno, sino meramente persecución anticatólica. Porque el separatismo que allí padecen, hábilmente maquillado de "nacionalismo", es un brote tardío de la ideología que en su momento aplastó Franco.
Los musulmanes son sólo la excusa.
Sentimentalismo asqueroso.
Cuando has ayudado a tu padre, milico condenado por torturador a escapar de un hospital militar donde cumplía condena, pero luego como hipócrita para defender la pena de muerte dices que aceptarías que se la aplicaran incluso a un familiar tuyo porque hay que obedecer al poee civil AUNQUE LA SENTENCIA FUERA INJUSTA.
¡JAJAJAJA! HIPÓCRITAS.
Hasta las narices de tanto cura facha sentimentalista.
Feliz Año.
Feliz Año.
Esto es espantoso, porque te lleva a condicionar tu escala de valores al qué dirán.
Pero sobre todo es diametralmente opuesto al mensaje evangélico: quien hace depender sus juicios del qué dirán, así como quien acepta lo moralmente inaceptable o lo abiertamente antinatural sólo porque "hace feliz" a quien lo comete, no sigue a Cristo.
Y sí, la Iglesia - mejor di una buena parte de su jerarquía -cayó en la trampa, y eso quedó claro con Amoris Laetitia y el famoso sínodo que le precedió, donde llegó a argumentarse que si los adúlteros se sentían bien en su adulterio, entonces la Iglesia debería buscarles alguna manera de justificación sacramental.
Lo cual es aberrante por donde se lo mire.
Es decir que lo que Samuel Gregg dice es perceptible incluso por aquellos que estando fuera de la Iglesia, precisamente por su falta de fe, respetan a los creyentes. Solo los que no respetan a la Iglesia, dentro y fuera de ella, pueden admitir que la tensión en que tiene que vivir un cristiano pueda ser compatible con el nirvana de un budista, con la negación del pecado y con el Cielo para todos se piense lo que se piense y se haga lo que se haga.
El agnóstico piensa que la decisión es tremenda pero que hay que tomarla, yo le dije que no hay tal decisión porque tiene fe aquél a quien Dios se la otorga y me dio la razón, pero estableció que eso implica que todo aquel que se reconozca católico tiene que aceptar todo el "paquete" y no puede parcelarlo a su gusto. Mi conciencia no depende de mi, sino de la Revelación, la de él es suya (conciencia subjetiva).
Los ateos o agnósticos que no reconocen estos principios elementales son propagandistas de la negación o la duda, no imparciales observadores.
Y no se me borra de la memoria el video del general afirmando que no se arrepentía de nada con respecto al golpe y la represión, y que no le temblaria la mano si tuviera que volver a hacerlo.
Pinochet, "en conciencia" comulgaba con las manos manchadas de sangre porque no necesitaba confesarse. Eso también es sentimentalismo.
Siempre apelar a la Sinderesis, que no dice lo que esta mal y lo qu estábien.
los enemigos dela Patria, quiere que pensemos todos los mismo, que agayemos la caabeza, de arrriba hacia ababo, in un mismo tema prevalece, sobre lo demás se infiltro el enemigo.Si Un pensamiento unico prevalece sobre lo demás, se infilto el enmigo.Doy la gracia a los cintificos de mundo univeridad de Stanford, Nagoya, primeros contactos
Profesor Gabriel Rabinovich.
Profesor Jos{e Raúl Oubiña.
Profesor Michael Maes.
Profesor George Chousos
de la Nasa, y a todos los cientifico del mundo.
Quedando paraeste año ser bilingue.
Dios salude a la jovenes de mi patria.
Eso es lo que ha hecho la Iglesia.
Pero los sedevacantistas cismáticos que sois lobos con piel de cordero, estáis mintiendo a troche y moche y haciendo labor de zapa para derribar al Papa Francisco.
Aquí uno dice que Francisco lidera una falsa Iglesia que no es la que fundó Jesucristo y todos callados porque en el fondo pensáis igual.
A ver ¿dónde están los católicos cuando Chimo de Valencia dice esas cosas?.
Hipócritas.
No acusamos a los demás nos acusamos a nosotros mismos si estamos en la misma situación, pero la cuestión no puede depender de si yo admito mi pecado o no lo admito sino de un criterio objetivo. Aunque no seas responsable de la ruptura no puedes volver a casarte de nuevo y, si no te vuelves a casar, puedes comulgar. Para los católicos no es nuestra conciencia la que nos absuelve sino el propósito de enmienda, la confesión y el cumplir la penitencia. Solo un ateo se absuelve a si mismo.
Que un cura ante un conflicto con indígenas en Brasil, defienda la frase "Si te gustan los indios vete a Bolivia" es asqueroso.
Es como si en Europa atacan a los judíos y al defenderlos te dicen "Si te gustan los judíos vete a Israel".
El racismo es pecado para un creyente y una inmoralidad para cualquier buena persona.
Y los que callan ante el se vuelven cómplices.
En primer lugar, la idea de inundarlo todo coraconzitos eliminando las pruebas visibles del amor extremo y salvífico de Dios que se entregó voluntariamente por nosotros a una muerte de cruz, triturado por nuestras culpas. Eliminan los instrumentos de la pasión: la corona de espinas, la lanzada en el corazón, la cruz en llamas. Sin estos símbolos, prueba del amor inmenso que tuvo por nosotros, el corazón en si no vale nada. Un Cristo sin cruz no es Cristo. Un Cristo resucitado con las señales de la lanzada y de los clavos en sus manos no es Cristo. El pago el precio por nuestras culpas, cuando no tenía culpa alguna y sabiendo de la ingratitud de muchos antes, ahora y siempre ¡Que amor tan inmenso!
El misterio es que Cristo no nos dio pruebas de su amor entregándonos un ramo de flores y una caja de bombones con forma de corazón, sino que nos dio la cruz. Nos dice que Él nos salvó de nuestra muerte siendo crucificado por nosotros. Que cada uno coja su cruz y me siga.
Quieren convertir la devoción al Sagrado Corazón en una pasta sentimentaloide para reducir la fe a buenos sentimientos, en filantropia, para sentirse bien sin conversión. El Padre Antonio Royo Marín dijo en su día que La devoción al Sagrado Corazón "no se trata de una devoción enfermiza, sino de una piedad, viril, recia y sana, llena de contenido teológico".
Nada me sorprende que la Diócesis de Getafe interiorice lo que es nuestra sociedad y juventud actual. Quieren vender su producto en una sociedad que huye del dolor y el sufrimiento, del sacrificio, sin asunción de la culpa. Una juventud que huye como de la peste de las responsabilidades con Dios y con el prójimo.
El Padre Royo Marin continúa diciendo " Jesús emplea el amor para atraernos. Mostrando su corazón rodeado de espinas dijo a la Santa [ a Santa Margarita María de Alacoque]: "Si los hombres me correspondiesen, estimaría en poco cuanto he hecho por ellos".
Y dice más: Cristo, "al aparecerse a Santa Margarita, le pidió algo más que admiración. No quiere esa compasión que sólo inspira frases bonitas".
Cristo "suplica a Santa Margarita "al menos, dame ese gusto de suplir las ingratitudes de los hombres con todo el amor que seas capaz". Cristo no busca nuestra admiración por lo que hizo, o compasión por su inmolación, o buenos sentimientos de paz y amor. Él busca que correspondamos a su amor, junto a Santa María en el Calvario, reparando y participando en la obra de redención y salvación del mundo.
¿Donde están estas bases fundamentales de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en toda este porquería sentimentaloide que nos han preparado? en ningún sitio. Encima en el perfil de Instagram se atreven incluso a poner fotos de una chica (una "influencer" de esas) en un paisaje paradisíaco, en biquini, con un símbolo en las manos del corazón... ¡toma ya! como corresponde maravillosamente al amor de Cristo crucificado... o suben y promueven canciones del cantor protestante Evan Craft...
Recomiendo leer "El Corazón de Jesús" del Padre Antonio Marin Royo, editorial Apostolado mariano, gran teólogo domínico español, que desgrana la devoción en un estilo escolástico inconfundible.
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