Lo que olvidamos de la evangelización de América
Es un hecho que la Iglesia en América tiene un peso como nunca hasta ahora: tanto la demografía como el hecho de haber dado al actual Papa lo confirman. Pero también es cierto que no todo es un jardín de rosas: la teología de la liberación, el avance protestante o el indigenismo son algunos de los problemas a los que se enfrenta la Iglesia en América.
Para comprender en mayor profundidad la situación de la Iglesia en América, la revista Cristiandad ha dedicado su último número a este continente, en el cual colaboro con un artículo sobre la obra evangelizadora de España en América.
No voy a reproducirlo aquí, pero sí quiero recapitular algunos de los aspectos que señalo allí. El artículo, que bebe de varias fuentes, la principal el imprescindible libro de José María Iraburu, Hechos de los apóstoles de América, busca llamar la atención sobre algunos aspectos importantes que suelen quedar olvidados:
- La España evangelizadora fue un pueblo de santos: en el siglo XVI América fue evangelizada por un pueblo con una cantidad de santos canonizados elevadísima.
- Los religiosos fueron clave para el buen fin de la evangelización en América: Hernán Cortés jugó, además, un papel importante para que el Rey de España enviase a religiosos antes que a clero secular.
- También los laicos jugaron un papel decisivo: Los españoles que fueron a América tuvieron diversas motivaciones, entre ellas, en muchísimos casos, también la de extender el Evangelio. Escribe al respecto el Padre Iraburu: “Otros hombres quizá más civilizados, por decirlo así́, pero menos creyentes, sin cometer brutalidad alguna, no convierten a nadie, y aquéllos sí.”
- La evangelización de América fue muy mariana: Evidentemente destaca la Virgen de Guadalupe, pero este carácter está ya presente de buen inicio, como lo atestigua la Virgen de la Caridad del Cobre, en Cuba, por cierto, llevada por un soldado español, Hojeda.
- Los indios no sólo fueron evangelizados, sino que también fueron evangelizadores: ya desde muy pronto los indios evangelizan a otros indios y, en ocasiones, reciben martirio por ello.
- Los religiosos desplegaron, además, una impresionante acción civilizadora: pueblos, escuelas, universidades, imprentas… fueron obra de los religiosos.
- Gobernantes: muchas luces, pero también sombras. En general el balance es positivo, pero no se puede negar que algunos cometieron verdaderas atrocidades. Es el caso de la primera Audiencia de México, unos gobernantes inicuos que hicieron grandes barbaridades. Motolinía asegura que si aquellos canallas de la primera Audiencia, que son «escoria y heces del mundo… no se tragaron ni acabaron los indios», fue gracias al «primer obispo de México don fray Juan de Zumárraga», y a los nobles hombres de la segunda Audiencia”.
10 comentarios
Si se estudian independientemente cada uno de los territorios evangelizados se ve que los misioneros estudiaban con gran atención el tipo de cultura, la lengua, las virtudes y los defectos que tenían, las costumbres, etc...y adaptaban sin alterar-¡enorme mérito!-el mensaje evangélico. Posteriormente no ha habido ningún antropólogo, político o escritor que haya podido llegar a su altura.
Cuando comprendían que la cultura de los indios les permitía estudiar fundaban colegios tipo Santa Cruz de Tlatelolco, de donde salieron ilustres historiadores, los trilingües de Tlatelolco; donde la cultura era inferior se pusieron talleres artesanales como en caso de las Misiones Guaraníes y se les enseñó música para la que estaban muy dotados; cuando se trataba de tribus recolectoras sin apenas identidad se les acogió y se les enseñó lo básico, como en el caso de las Misiones de California. El año 1950 el gobierno californiano hizo un censo de la población autóctona y se encontró conque los indios contestaban de esta manera a la pregunta referente a la tribu a la que pertenecían: "Soy luiseño" (Misión de San Luis Rey de Francia), "soy obispeño" (Misión de San Luis Obispo), "soy gabrieleño" (Misión de San Gabriel) o "soy diegueño" (Misión de San Diego de Alcalá). Y eso que hacía casi cien años que el gobierno de México había desamortizado las misiones.
Pero si en todos los países de Iberoamérica el catolicismo ha retrocedido en los últimos años en favor del protestantismo, que en países como Guatemala casi iguala a la religión católica.
El "protestantismo" NO es una Iglesia, carece per se de unidad, es un rompecabezas, desde los cultos más "serios" -digamos- a los "kiosquitos" del "Show de la fe"... La Iglesia es UNA. Seamos 4 o 400 millones, es UNA. Y aunque haya problemas -que no recuerdo un siglo en el que no los hayan testimoniado- sigue siendo LA Iglesia que nació en Pentecostés, la que Cristo mismo fundo en Pedro.
No sé como será en nuestra hermana Guatemala, pero por lo que recuerdo, en algún momento en Europa, el arrianismo era ampliamente mayoritario y a su tiempo desapareció -a pesar de Pagola- (y no ha sido la primera herejía -ni la última- en correr esa suerte).
Lo que aconsejó el Maestro Gamaliel sabiamente "No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo, pero si verdaderamente viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios" Hech.5.38-39 sigue completamente vigente: La Iglesia es UNA y hace casi 2000 años que sostiene la misma verdad revelada, que alimenta el Magisterio consolidada en los fuertes lazos de la tradición.
Insisto: El protestantismo es -como no podía ser de otro modo- un mosaico variopinto sin unidad verdadera. Allí, muy brevemente, puedes hallar el por qué de la correcta afirmación de Jorge respecto de la fortaleza de la Iglesia en nuestra castigada y confundida América (más acá o más allá de ciertas heterodoxias y otras defecciones internas). ¿Hará falta que recuerde que el Espíritu Santo gobierna la Iglesia y eso explica el por qué es indefectible?
Saludos.
Hice un estudio de las Misiones de California y, efectivamente, Fray Juan Mariner aparece citado:
"1785, Cerca de un año después de la muerte de Figuer, Lasuén* se queda solo. En noviembre de 1785 se fue a San Carlos y su plaza en San Diego fue ocupada por Juan Mariner (llegado en 1785). Con él se quedó Antonio García Riboo (llegado en 1783), hasta octubre de 1786, luego Hilario Torrens (llegado en 1786). Mariner y Torrens sirvieron los últimos años del siglo*. Torrens dejó California al final de 1798 y murió en 1799; Mariner murió en la misión el 29 de enero de 1980"
*Fray Fermín Lasuén, natural de Vitoria, fue el sucesor de Fray Junípero Serra,
**Si tu pariente o tocayo estuvo cinco años en California, hasta su muerte, seguramente estaría en constante movimiento como era costumbre entre los franciscanos californianos que buscaban continuos emplazamientos para nuevas misiones y, generalmente, iban y volvían. Eso explica el que, en tan corto espacio de tiempo, estuviera en tantas misiones.
No es que tengamos un problema de sectas, sino de evangelización y de catequesis. Creo fue se necesita otro tipo de obispo, pues tampoco se dedican a hacer visitas pastorales. Santo Toribio de Mogrovejo, que dedicó 17 de los 24 años como Arzobispo de LIma, a visitas pastorales en los lugares más remotos. Ha sido declarado Patrono de los Obispos Hispanoamericanos. Ojalá los obispos actuales aprendan esta lección, pues parece que las Conferencias Episcopales crean mucha burocracia.
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