Respuesta a Alejandro Bermúdez: De donde ha venido la castigo-fobia
En mis últimos artículos he estado tratando el tema del castigo, específicamente cómo la idea de que Dios no castiga nunca ha ido infiltrándose en el pueblo católico al punto que es frecuentemente escuchada en predicaciones, homilías inclusive de gente muy preparada. Pero ¿de dónde ha venido esta alergia a la palabra “castigo” o lo que dicha palabra significa, incluso entre gente muy buena y bien formada? El Papa Benedicto XVI dio un lúcido diagnóstico que nos lo puede clarificar:
“Me comentó algo muy interesante el arzobispo de Dublín. Dijo que el derecho penal eclesial funcionó hasta los últimos años de la década de 1950, que si bien no había sido perfecto -mucho hay en ello para criticar-, se lo aplicaba. Pero desde mediados de la década de 1960 dejó simplemente de aplicarse. Imperaba la conciencia de que la Iglesia no debía ser más Iglesia del derecho, sino Iglesia del amor, que no debía castigar. Así, se perdió la conciencia de que el castigo puede ser un acto de amor.
En ese entonces se dio también entre gente muy buena una peculiar ofuscación del pensamiento. Hoy tenemos que aprender de nuevo que el amor al pecador y al damnificado está en su recto equilibrio mediante un castigo al pecador aplicado de forma posible y adecuada. En tal sentido ha habido en el pasado una transformación de la conciencia a través de la cual se ha producido un oscurecimiento del derecho y de la necesidad de castigo, en última instancia también un estrechamiento del concepto de amor, que no es, precisamente, sólo simpatía y amabilidad, sino que se encuentra en la verdad, y de la verdad forma parte también el tener que castigar a aquel que ha pecado contra el verdadero amor”
Benedicto XVI, Luz del mundo, Herder 2010, p. 16-17
De esta manera se ha querido erradicar tanto la idea de un Dios que pueda castigar si así lo decide, como la imagen de una Iglesia que castiga con las penas medicinales a quien así lo amerita. Sencillamente, no resulta políticamente correcto hablar del castigo divino hoy en día.
¿Es acaso un problema de semántica?
Así que para cerrar este hilo de reflexiones, quiero abordar con más detalle el problema de la terminología, pues algunas de las personas que he escuchado opinar sobre este tema, me han dicho que quizá se trata todo de un problema de semántica. Que probablemente estamos todos diciendo lo mismo con distintas palabras.
Y es que ¿no es mejor enseñar solo que Dios “corrige” sin utilizar la palabra “castigo” y así evitar el riesgo de que personas poco formadas se hagan la idea de un Dios “castigador” y “vengativo”? ¿No es más conveniente presentar un Dios “buena onda” que por ser pura misericordia jamás nos va a castigar? ¿Una palabra más “suave” que diga esencialmente lo mismo quizá podría ayudar, piensan algunos?
Pues bien, en mi opinión no se trata sólo de un problema de terminología, sino de una mala comprensión de la doctrina católica, que se manifiesta en una incapacidad de entender la justicia divina a la luz de su misericordia, pero antes de ir a ello, repasemos brevemente el significado de la palabra “castigo”.
Clarificando una vez el significado de la palabra “castigo”
En mi primer comentario decía que las cuestiones terminológicas son de segundo orden con respecto a las cuestiones de fondo o de contenido y porque cada uno tiene derecho a elegir su propia terminología, dentro de ciertos límites. Pero…¿Es conveniente que en este caso cada quien use su propia terminología? Sabemos que un “castigo” es simplemente la “pena que se impone a quien ha cometido un delito o falta.” (Diccionario de la Real Academia Española), si alguien desea llamarle corrección, quizá no haya problema. Ahora señalaré porqué pienso que esto no es conveniente:
1) Si bien el castigo puede tener carácter correctivo, como es el castigo temporal, también tiene un carácter vindicativo, pues busca además la conversión del pecador y expiar la ofensa inferida a Dios y restaurar el orden moral perturbado por el pecado. Por lo tanto, es correcto decir que la palabra “castigo” no es sinónimo de “corrección”, aunque puede comprenderlo. El castigo puede tener solo carácter vindicativo, como es el caso del castigo eterno o la condenación.
2) El pueblo de Dios siempre ha entendido el castigo divino en este sentido, comprendiendo a la vez su carácter correctivo como vindicativo, ya sea tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo, así como en la Iglesia primitiva, los escritos de los Santos y Padres de la Iglesia y el Magisterio. Nunca se debe dejar de predicar la verdad aunque no sea lo políticamente correcto ¿Qué entenderá un fiel que lea las obras de los santos y encuentren que se habla nítidamente de la noción de que Dios puede castigar y vean que ahora se propaga la doctrina contraria? ¿No es mejor enseñar la verdad conforme a las Escrituras y la Tradición, de manera que los fieles puedan comprender rectamente que la justicia divina no entra en conflicto con su misericordia? ¿No dice acaso la Biblia que “el Señor castiga a quien ama y azota a los hijos que reconoce” (Hebreos 12,6)?
3) Es un error asumir que ha habido un “desarrollo” de la doctrina cristiana cambiando la posición de la Iglesia en este punto. En primer lugar, se ha de recordar que la doctrina se desarrolla siempre en el mismo sentido y no de manera transformista. En segundo, no hay nada en el Magisterio que permita inferir o sospechar esto. Todo lo contrario, si quienes afirman que Dios no castiga pudieran citar un solo documento magisterial donde se afirme tal cosa, ya lo hubiesen hecho y no hubiesen tenido que echar mano de citas parafraseadas en las que ni siquiera aparece la palabra “castigo”. No resulta difícil encontrar muchas referencias explícitas del Magisterio, incluyendo Concilios Ecuménicos, diciendo lo contrario, tal como se evidenció en las entregas anteriores.
Aclaratorias pertinentes
Por último, quiero aclarar un punto desagradable. Me he enterado por las redes sociales que Alejandro Bermúdez ha reaccionado de manera negativa a mi corrección y ha entendido que les he acusado a él y a nuestro hermano Frank Morera de ser “herejes” o de que están en contra de la doctrina católica. Aprovecho de aclararle que esto no es cierto. He señalado que están equivocados en este punto, y que por su relevancia en los medios de comunicación, esto hace que su error afecte a más personas, pero para ser hereje se necesitan ciertos elementos que él seguramente conoce tan bien como yo y no me corresponde hacer ese tipo de juicios. Este problema trasciende por mucho el error puntual que puedan cometer dos comunicadores católicos, se trata de un error que se encuentra en la predicación inclusive de sacerdotes (sin ir muy lejos, mi propia hermana en la Santa Misa de hoy, escuchó al sacerdote en la homilía, predicar que Dios no castiga)
Mi exhortación es que enseñemos la doctrina católica tal como la Escritura, el Magisterio y la Tradición la han enseñado siempre, no cayendo en la tentación de ceder a lo políticamente correcto, o de aferrarnos a una idea de moda que como ha dicho Benedicto XVI, aunque se encuentre entre gente muy buena, no es sino una “peculiar ofuscación del pensamiento” que ha “perdido la conciencia de que el castigo puede ser un acto de amor“
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Extractos del libro: ¿Dios castiga?: Un debate entre hermanos católicos para comprender mejor nuestra fe
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58 comentarios
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JM: Estimado Gustavo, si lees detenidamente verás que si se ha citado al Magisterio actual de la Iglesia, por ejemplo, ESTO es Magisterio. Para una completa referencia de lo que el Magisterio ha dicho, no sólo ahora sino a lo largo de la historia sobre este tema, puedes consultar el Denzinger.
Estoy gratamente satisfecho por la serie de artículos. Ahora que venga la debida y justa difusión.
Dios te guarde
El castigo es una consecuencia inmediata del pecado. Dios, en su infinita Misericordia, es también infinitamente Justo.
Tanto cuanto nos acerquemos a Él recibiremos bienes... Pero, igualmente, tanto cuanto nos alejemos de Él, recibiremos males.
Mientras estemos vivos, los males (o castigos) podrán ser expiatorios o incitándonos a la conversión... Luego, tras la muerte, si nuestra decisión no fue un NO definitivo al infinito Bien, los males serán puramente expiatorios y temporales...
Pero, si después de la muerte decidimos un NO definitivo... pues los males serán vindicativos y eternos....
Dios no castiga porque quiera castigarnos, o porque sea un sádico (como dicen algunos ateos), sino porque su perfección Divina lo exige... al haber sido rechazado el Amor Infinito...
(Todo lo anterior, según lo poco que he entendido, de lo poco que he leído).
Recuerdo también una frase de un sacerdote en un sermón "Dios e padre no abuelito" :-)
Es más, ha prestado un magnífico servicio a los católicos de lengua española que convendría difundir por todas partes. Si se quiere, y para evitar enfrentamientos personales, quitando los nombres de quienes sostenían posturas erradas que José Miguel ha corregido con la fe de la Iglesia en la mano.
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JM: A mi me parece que ilustra bien cómo algunas concepciones pretenden presentar a un Jesús "políticamente correcto". Ya la imagen en cuestión es utilizada con diversos fines en diversidad de Webs.
si intentamos una nueva evangelización poniendo este tipo de argumentos tan importantes para Infocatólica (castigo, pecado, ex-comunión, infierno, etc) como bandera de enganche, usted debe saber que se van a quedar solos. Me refiero a los considerados catolicos conservadores.
LF:
Ya que menciona Infocatólica, le respondo como director del portal. A ver, ¿usted sabe cómo empezó Jesucristo a predicar el evangelio?
Mt 4,17
Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: Convertios, porque se acerca el reino de Dios.
¿Usted sabe cómo predicaba el mayor profeta nacido de mujer, precursor de Cristo?
Mat 3,1-2
En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: Arrepentios, porque el reino de los cielos está cerca.
Y
Mt 3,7-8
Como viera a muchos saduceos y fariseos venir a su bautismo, les dijo: Raza de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que os amenaza? Haced frutos dignos de penitencia.
No sé si nos quedaríamos solos. Sí sé que haríamos, y hacemos, lo que hay que hacer.
Además no es cierto que solo nos centremos en eso. Ni siquiera es verdad que le demos una importancia desmedida. En todo caso, ahí tiene usted al Papa Francisco hablando más de Satanás en año y pico que algunos otros papas en todo su pontificado.
Y por último, esta serie de artículos de José Miguel Arraiz no ha sido motivada por un debate sobre cómo evangelizar.
Hay algo que debemos tener presente: en esta vida estamos para superar una prueba de Amor. Para ello debemos crecer en Sabiduría y Amor. La Sabiduría nos indica el Camino correcto y nos hace conocer cada vez un poco más a Dios, un poco más cuál es Su Voluntad en cada momento de nuestra vida. Pero debemos actuar amando a los demás (y por supuesto también a Dios que también está implícito en lo anterior) lo cual significa que debemos ayudar a los demás (física, mental y espiritualmente) y que con nuestro ejemplo, como dice el refrán “Obras son amores y no buenas razones” , convertimos la Sabiduría en Amor.
Aquello que no aprendamos mediante el discernimiento lo aprenderemos mediante el sufrimiento, pero para regresar a Dios y ser Uno con Dios (como lo era y es Jesús y ejemplo de ello nos dio) debemos demostrar que hemos crecido suficientemente en Sabiduría y Amor.
Desde el esquema de la preexistencia de las almas (del que es difícil hablar con libertad y serenidad, sin prejuicios) el planteamiento cambia: la Infinita Justicia y Ecuanimidad de Dios, está presente eternamente porque la libertad conlleva la decisión de Amar o negar a Dios durante toda la eternidad. Existe pues, esa posibilidad en el Purgatorio, en el día a día, y mediante el discernimiento o mediante el sufrimiento aprendemos, comprendemos y elegimos, (o elegiremos) desde nuestra voluntad y libertad, Amar a Dios. Pero si decidimos, en el día a día, no hacerlo podemos incluso eternamente negar a Dios. Por eso el infierno es eterno porque eterna es nuestra libertad para negar a Dios.
Así pues, el infierno no es un castigo sino una consecuencia de nuestro error, de no haber crecido en Sabiduría y Amor. O incluso, de que nadie nos haya podido ayudar a crecer suficientemente. Por ello la máxima expresión de Amor a Dios y a los demás la realizamos con paso firme si nos acercamos a la santidad. Con la seguridad de que Dios está en nuestro interior y que somos Uno con Él y en Él, debemos, con nuestro Ejemplo, "predicar": “Obras son amores y no buenas razones”.
Ánimo y un abrazo.
También podría esperarse cuando la BAC la incorpore, eso espero, en las obras completas de Joseph Ratzinger.
Esto son algunos párrafos que he copiado:
Y las respuestas de Joseph Ratzinger, corresponde al Magisterio de la Iglesia Católica, no ha respondido de forma distinta, sino en conformidad del Magisterio.
«DIOS Y EL MUNDO: CREER Y VIVIR NUESTRA ÉPOCA ».
(una conversación con Peter Seewald).
SOBRE LA LIBERTAD
(…)
• Bueno, ¿qué significa realmente castigo en el lenguaje divino? ¿Es algo que se le impone a alguien por hacer su propia voluntad? No, el castigo es la situación en la que entra el ser humano cuando se aleja de su auténtica esencia.
• Cuando, por poner un ejemplo, mata a alguien. O cuando no respeta la dignidad de otra persona, cuando le da la espalda a la verdad, y así sucesivamente. Porque entonces el individuo utiliza su libertad, sí, pero también abusa de ella. Destruye y pisotea entonces aquello para lo que ha sido creado, el concepto de su existencia, destruyéndose de ese modo a sí mismo.
¿CÓMO ES DIOS?
• Aunque Dios no sea ni hombre ni mujer, ¿se puede decir cómo es? El Antiguo Testamento nos informa de sus estallidos de furia y de los subsiguientes castigos. «Porque yo, el Señor, tu Dios», dice el pasaje, «soy un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en sus hijos basta la tercera y cuarta generación.» ¿Sigue siendo hoy Dios tan iracundo como antaño, o ha cambiado?
(Nota: el siguiente párrafo, hay un texto que he destacado en mayúscula)
• Antes que nada, me gustaría COMPLETAR la cita. Dice así: «Castigo la maldad hasta la tercera o la cuarta generación, mi compasión llegará a miles de generaciones». Comprobamos, pues, que esta palabra profética revela un desequilibrio entre la ira y la compasión. En comparación con la ira, la compasión es mucho mayor, lo cual indica que si he merecido castigo y he salido fuera de ese amor, siempre puedo saber que la piedad de Dios es mil veces mayor.
• La ira de Dios revela que yo me he alejado del amor divino. Quien se aparta de Dios, quien se aparta del buen camino, se acerca a la ira. Quien sale del amor, entra en lo negativo. Así pues, no es algo que te imponga cualquier dictador despótico, sino únicamente la expresión de la lógica interna de una actuación.
• Si salgo de lo que es adecuado a mi idea de la creación, si salgo del amor que me sustenta, entonces caigo sin más en el vacío, en la oscuridad. Entonces ya no estoy dentro del ámbito del amor, sino en otro que cabría considerar el ámbito de la ira.
• Los castigos de Dios no son castigos en el sentido de que Dios establezca multas policiales y le guste perjudicarnos. En realidad la expresión «castigo de Dios» manifiesta que he errado en el buen camino y pueden sobrevenirme consecuencias posteriores por seguir huellas falsas y abandonar la verdadera vida.
Hasta aquí arriba las anotaciones de la entrevista. Hay otros textos semejantes que hablan del castigo. Reflexionando sobre algunos de los puntos, si yo me complico la vida, que no cuento con Dios ni con la Iglesia, me voy metiendo en un camino donde comienza los castigos causados por mi soberbia, desobediencia a Dios y a la Iglesia Católica, soy yo el culpable. El mal uso del libre albedrío, una falsa libertad, es la consecuencia de los castigos. Si lo sobrellevamos buen, comprendiendo que ese castigo no es tan duro, sino una corrección por el Amor, para que rectifiquemos. Porque Dios no quiere castigarnos con la condena eterna. Es el propio pecador incorregible quien desafía a Dios y se busca complicar la propian vida no haciendo caso a las advertencias de Dios, y nos avisa siempre por medio de la Iglesia Católica, nuestra conciencia, también son saludables los terremotos y otras adversidades, compréndase porque lo que se trata es en beneficio eterno de las almas, todos los cuerpos tienen un momento de morir pero el alma, los embates de los castigos son sacudidas como especie de sacudidas, «… Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo. (Efesios 5, 14) », por eso debemos sacudir de nuestra vida lo que es opuesto a la Voluntad de Dios.
De hecho, sí lo hay. Porque el término “castigo” o “pena” da cuenta del fin retributivo, es decir de la función de restauración del orden violado por la falta, aunque sin excluir otros fines. Mientras que el término “corrección” enfatiza unilateralmente el aspecto medicinal.
Por la finalidad vindicativa o retributiva la pena tiene un sentido de devolver al delincuente, al menos parcialmente, el mal que ha causado a la sociedad. En los últimos siglos se ha producido un oscurecimiento filosófico del fin retributivo de las penas temporales a tal punto que es políticamente incorrecto sostener que las penas se justifican por ese fin primario, aunque puedan tener otros fines. Este pensamiento ha penetrado en la Iglesia.
Otro problema, sobre todo en el clero, proviene de una transposición indebida de la singular estructura de las penas en el Derecho Canónico a otros ámbitos, como el moral o el jurídico civil. En el Derecho de la Iglesia, las penas tienen una importante función medicinal, ya que la salvación del alma del penado es la ley suprema. Por eso el Derecho de la Iglesia es tan benigno cuando se lo compara con el Derecho penal civil. La Iglesia está dispuesta a remitir una excomunión si al minuto de imponerla el excomulgado da un signo de cambio en su disposición subjetiva, deponiendo su actitud pertinaz. Porque le importa que ese excomulgado se salve, que reciba los sacramentos, y deja la reparación integral para el juicio de Dios. En el Derecho penal civil, en cambio, si un homicida se arrepiente al minuto de ser condenado a 20 años de prisión, no por ello se lo exime de pena, porque el bien de la comunidad política exige que esa pena sirva de retribución, prevención general y especial.
Saludos.
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JM: Completamente de acuerdo. Esa frase la coloco a manera de ejemplo de las objeciones que he recibido, para contestarla luego.
Saludos.
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JM: No se objeta aquí que se afirme que Dios corrige, sino que se niegue que castigue porque corrija.
Jesús habla del fuego eterno "preparado para el diablo y sus ángeles", y ese "preparado" es claro que apunta a Dios, que es quien lo ha "preparado".
La pena del Infierno es justa o no lo es. Si es justa, viene de Dios, porque lo justo es bueno, y todo bien viene de Dios. Y obviamente que no es cristiano decir que es injusta.
Por tanto es claro que Dios castiga.
Saludos cordiales.
El excluir la escatología individual de la espiritualidad de los católicos, o al menos reducir significativamente su relevancia, no parece que haya tenido efectos positivos en la práctica de la Fé. Y ya sabemos quien está encantado con una Fé diluida...
“En mi opinión, Dios no castiga. Creo que la biblia esta escrito en lenguaje humano tratando de revelar los misterios divinos. El castigo del que se habla no es que lo imponga Dios, puede que sea consecuencia directa del pecado, es decir Dios permite que las cosas sucedan ya que el hombre al alejarse de Dios, (quien es el supremo bien y da la verdadera felicidad) pierde la gracia y genera su propio sufrimiento que es lo que podríamos entender como castigo; pero también allí tenemos algunos problemas por entender. Si revisamos la historia de N.S. Jesucristo y la vida de muchos de los apóstoles y demás cristianos que han sido martirizados cruelmente y asesinados a través de la historia, ¿veremos esto como castigo de Dios? ¿han sufrido el castigo como consecuencia de sus pecados?. En ningún modo lo creo, simplemente pienso que en esta vida y en este mundo existirá una series de sucesos buenos y malos, y mientras tengamos afectos desordenados y apegos a las ideas, personas y/o cos
as, veremos premios y castigos (si suceden cosas buenas en la primera o cosas malas en la segunda). Dios, a través de su Hijo Jesucristo nos invita a seguirle, quiere que en nosotros brote la gracia y ese río de agua viva, que logremos amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo que es la síntesis de lo que realmente Dios quiere, y a través del amor construir el Reino de Dios. Yo creo que si logramos mantenernos despiertos y conscientes del amor y la presencia de Dios de manera constante, lograremos poder ver su amor y su misericordia de forma constante sea que las circunstancias en la que estemos sean favorables o no, eso es tener libertad interior la libertad que nos da la gracia, pero para ello debemos ir viviendo el evangelio y desapegandose de las personas y las cosas, para amarlas libremente y ser feliz y viviendo como Jesús confiando en el Padre sin temer al castigo de la sociedad, no acatando las normas absurdas que esclavizan e incluso ser pers
eguido y morir por hacer el bien y servir en el amor, aunque eso pueda parecer un castigo. Es mi opinión y estoy seguro que a algunos le agradará y a otros no y la refutarán. Yo prefiero y elijo creer en el Dios que nos muestra Jesús en el evangelio y entender los pasajes oscuros de otros textos desde ese punto de vista y no en ese dios celoso, castigador, maquiavélico que a veces nos pintan, al más puro estilo del hombre machista que golpea a su mujer y sus hijos y luego de verlos golpeados y maltratados les dice que lo hacia por amor y por su propio bien.”
Luego lo analizaré en detalle
San Juan Pablo II en una de las catequesis habló del infierno,
En la web del Vaticano:
JUAN PABLO II
AUDIENCIA
Miércoles 28 de julio de 1999
El infierno como rechazo definitivo de Dios
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JM: Le hago un enlace vivo a esa catequesis del Papa.
Supongamos que alguien levanta testimonio contra su prójimo y le perjudica. Si Dios castiga al pecador esto no es un acto de venganza sino de justicia. Aunque puede que también sea un acto de amor hacia la víctima inocente que recibe el perjuicio del pecado.
JM: Claro que el castigo puede ser un acto de amor: “el Señor castiga a quien ama y azota a los hijos que reconoce” (Hebreos 12,6)?
GEO: “Si revisamos la historia de N.S. Jesucristo y la vida de muchos de los apóstoles y demás cristianos que han sido martirizados cruelmente y asesinados a través de la historia, ¿veremos esto como castigo de Dios? ¿han sufrido el castigo como consecuencia de sus pecados?. En ningún modo lo creo”
No lo cree usted y tampoco aquí nadie. No decimos que todos los sufrimientos y percances que padecemos son un castigo divino, eso se ha dejado claro a lo largo de estos post. El Papa Juan Pablo II precisamente para responder a eso explica en su carta apostólica Salvifici Doloris:
“Al mal moral del pecado corresponde el castigo, que garantiza el orden moral en el mismo sentido trascendente, en el que este orden es establecido por la voluntad del Creador y Supremo Legislador. De ahí deriva también una de las verdades fundamentales de la fe religiosa, basada asimismo en la Revelación: o sea que Dios es un juez justo, que premia el bien y castiga el mal: « (Señor) eres justo en cuanto has hecho con nosotros, y todas tus obras son verdad, y rectos tus caminos, y justos todos tus juicios. Y has juzgado con justicia en todos tus juicios, en todo lo que has traído sobre nosotros ... con juicio justo has traído todos estos males a causa de nuestros pecados ».
...
El libro de Job no desvirtúa las bases del orden moral trascendente, fundado en la justicia, como las propone toda la Revelación en la Antigua y en la Nueva Alianza. Pero, a la vez, el libro demuestra con toda claridad que los principios de este orden no se pueden aplicar de manera exclusiva y superficial. Si es verdad que el sufrimiento tiene un sentido como castigo cuando está unido a la culpa, no es verdad, por el contrario, que todo sufrimiento sea consecuencia de la culpa y tenga carácter de castigo.”
San Juan Pablo II, Salvifici Doloris, 10-11
Mi pregunta estimado José Miguel: ¿Cómo reconocer castigo de prueba? Perdón mi ignorancia, es que a veces nos suceden cosas muy dolorosas y ya uno pierde noción de qué se trata.. incluso cuando hay hostigamientos externos sobre el tema, por ejemplo: - te pasa esto por tal cosa (un pariente de la secta evangélica)verá, el demonio aprovecha obviamente.. no me afecta el hostigamiento, sino qué contestar. La cita Hb. 12,6 gracias! vino en el momento justo.
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JM: Pues, sin una especial revelación no es posible saber si determinado sufrimiento es producto de un castigo divino, una mera consecuencia de nuestros pecados, de los pecados de otro, o incluso un hecho accidental. Yo recomendaría oración y discernimiento.
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A proposito de este parrafo de San Juan PabloII;
Y ese sufrimiento que podemos padecer,puede ser culpa del pecado de terceros.y sea para nosotros oportunidad de santificacion;(1ª de Pedro;2;18-22).
Dios no da puntadas sin hilo.O tambien podriamos decir que no le hace falta el hilo de nuestro libre albedrio,para tenerlo todo bien cosido.
En realidad todo los santos estaban y estan indeciblemente agradecidos de haber padecido por la Causa de Cristo.Porque al haberse conformado en todo a Cristo,Cristo les hace luminarias para todo el orbe.Contra mas se conforma el hombre a Cristo,especialmente en el sufrimiento injusto,mas puede co-operar con EL en la salvacion del mundo,porque se santifica mas.
El que esta dispuesto a santificarse,acepta el castigo merecido de muy buen gana,por sus obras malas o no todo lo santas que quisiera.De hecho,le reclama a Dios que le castigue,pero que por favor no le deje volver a ofender SU Santidad,no le deje volver a traicionar a Cristo,a crucificarle de nuevo.
¿Las lagirmas y arrepentimiento profundisimo,que purifican el alma de manera indecible,son un castigo de Dios? ,pues bien,esto lo da Dios como castigo a nuestros pecados y en verdad,es una gracia indecible desgarrar el corazon clamando a Dios por perdon y santidad.
La Paz de Cristo.
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JM: Yo no he puesto palabra en la boca de nadie. Lo que he es diagnosticado el deseo de muchas personas que con buena intención, pretenden presentar un Dios políticamente correcto que no castiga. Como antídoto, en vez de adulterar la verdad diciendo "Dios no castiga, corrige" hay que enseñar "Dios castiga y corrige".
Pero yo me refería al castigo divino sobre los impenitentes como acto de justicia.
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JM: Ok.
Tambien Dios nos puede llamar si nos estamos alejando de EL,por medio de algun castigo fisico,real.Un toque de atencion,que nos haga re-orientarnos a SU Amor y a SU servicio.
Afirmar que Dios no castiga, sino que corrige , no es un llamamiento a la impunidad...
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Luis Fernando:
No será un llamamiento a la impunidad, pero es falso. Y un católico se debe a la verdad. Sobre todo si tiene responsabilidades públicas respecto a otros católicos.
Y si una vez que a alguien se le muestra la verdad con multitud de citas de la Escritura, padres, santos y doctores de la Iglesia, y magisterio pontificio, esa persona persiste pertinazmente en el error y además insiste en hacerlo público, ¿miramos para otro lado?
Cosas mías, espero no haber dicho ninguna barbaridad.
El que no quiera pasar por mi misericordia, tendrá que pasar por mi justicia.
Dios corrige a sus hijos y los que no lo quieren escuchar se autocastigan, como decia San Agustin Al que se aleja de Dios todo se aleja de el.
Los que si han sido castigados fueron los angeles que se rebelaron que fueron arrojados fuera de la presencia de Dios, esto es el infierno (donde todo es odio y no existe el amor)por lo tanto ese camino sigue abierto para otros a través de la historia.
Algunas reflexiones del beato Duns Scoto
En el alma humana el intelecto y la voluntad no son en realidad tan diferentes pero la relación entre ambas es tal que cronológicamente el acto de conocimiento precede al acto de voluntad.
No se puede querer nada que antes no se haya conocido, (padre Pio decía las cosas humanas necesitan ser conocidas primero para ser amadas, las divinas necesitan ser amadas para luego ser conocidas) por otro lado nada tiene más poder sobre la voluntad que la propia la voluntad (San Gregorio – Agustín), la voluntad precede al intelecto.
¿Qué es mejor querer el bien o conocer el bien?
Conocerlo está bien pero no es necesariamente bueno, hay que quererlo, pero la voluntad es más perfecta que la inteligencia porque la corrupción de la voluntad es peor con respecto a la corrupción de la inteligencia ¿Qué es más grave? Odiar a Dios, o no conocerlo o no pensar en el?
Precisamente por la dignidad decisiva de nuestra voluntad la responsabilidad de nuestras acciones es tan grande !!!
Cuál es la fuerza más noble ? La voluntad o la inteligencia? PUES LA VOLUNTAD.
LA LIBRE VOLUNTAD
Es cierto que si no se puede pecar no se es libre?
En el fondo es como el razonamiento de la serpiente en el jardín del Edén,
Examinemos este Don que Dios ha dado
Que dice Anselmo al respecto, nos enseña que el poder pecar no es libertad, ni parte de la libertad, pecar nada tiene que ver con la libertad en si misma, este es el error que han cometido, pensar que el pecar es una expresión de liberad. Entonces porque Dios nos dio la libertad de pecar?
Dios nos dio la libertad no para ofenderle y perjudicarnos a nosotros mismo sino para amarlo y santificarlo.
El pecado no es una expresión de libertad verdadera sino todo lo contrario.
Porque una cosa es verdadera? Porque Dios lo dice que es verdadero?
Dios no podría querer que lo contrario fuese verdadero o sea lo falso seria verdadero?
En absoluto si se le aplicase a la realidad humana una voluntad arbitraria que prescinde del bien como sistema de dominio se producirían consecuencias devastadoras de atrocidades y dolor para la familia humana
La creación del mundo por Dios es un acto verdaderamente libre, si es verdad Dios en la creación podría haber hecho algo diferente respecto a lo que hizo?
Dios podría haber creado un mundo distinto pero no contradictorio o contrario al orden presente, cualquier orden al provenir de Dios refleja la perfección de Dios es una voluntad libre y omnipotente pero tiene de alguna manera se podría decir un límite que es incapaz de obrar sino e en la dirección del bien y la verdad
Dios no guía hacia la belleza no puede contradecirse esto no es un límite porque atribuirle a Dios un límite seria una contradicción es como decir que Dios es imperfecto, la libertad perfecta e infinita de Dios nunca es arbitraria Dios es Amor.
La respuesta a cualquier pregunta es Jesús que pudo salvarnos con un suspiro y sin embargo nadie le obligo a tanto , los hombres no tenían ningún poder sobre el hijo predilecto de Dios Padre. En verdad no existe amor mas grande.
Muchos dicen esto parece un absurdo va en contra de toda lógica sacrificar a su único hijo, Sí contra la lógica humana y natural pero no contra la lógica sobrenatural y divina, Dios ha querido salvar al género humano para redimirnos, no hacia falta que Cristo sufrirera una pasión tan cruel pero lo hizo por la humanidad con la finalidad de que al verle sufrir en la cruz nos arrepintiésemos de nuestros pecados.
Ante semejante prueba de amor nos sentimos obligados a amarle y participar de su gracia hasta el final de los tiempos.
Debemos contemplarlo, ahí se comprenden ciertas cosas.
Un esfuerzo inútil...gastar el parque en urracas cómo decimos por el norte de México.
En el libro del Éxodo, Yahvéh castiga a los egipcios que oprimen a los israelitas. En el libro de Daniel, Nabucodonosor y Baltasar (reyes de Babilonia) llegan a reconocer la majestad de Yahvéh (protector de los israelitas).
Para que Dios nos perdone tenemos que confesarnos y cumplir la penitencia que nos sea impuesta. Pero sospecho que los impenitentes tienen remordimientos de conciencia porque son incapaces de la humildad reconocer sus pecados y hacer penitencia.
Dices "...espero no haber dicho ninguna barbaridad".
En estos tiempos tan secularizados que corren no eres la única que siente vergüenza de expresar sus pensamientos religiosos.
Muchos de los que se autodenominan católicos apenas conocen la Biblia y se pueden extrañar de lo que pensamos y decimos. Otros pueden burlarse y llamarnos cosas como retrógrado.
A mi también me da corte expresar mi religión fuera de los ambientes católicos.
PALABRA DE DIOS
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JM: Seguro me enteraré de una manera o de otra.
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Esto que dice el Papa emérito es muy cierto pero además, es muy ilustrativo acerca de lo que pasó en la Iglesia de posguerra: sobrevino un caos fatal.
Poco puedo argumentar sobre esto sin alejarme del motivo de este artículo. El lugar común (o tópico) del "Dios que no castiga" fue uno de los muchísimos que infectaron a la Iglesia con el fin de "descafeinarla", de desfigurarla, de vaciarla de contenido. Muchas de las cosas que se empezaron a repetir en esa época - y perduran - bastarían por sí solas para hacer caer todo el edificio doctrinal católico.
Ímprobos esfuerzos se hacen día a día para acomodar ese caos en el medio del cual se convocó el CVII. Entre esos esfuerzos está esta serie de artículos tan bien logrado que has publicado, José Miguel. Enhorabuena y muchas gracias.
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JM: Esto lo traté en la primera y segunda entregas antes de esta.
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JM: Precisamente eso es lo que yo he hecho, citando inclusive un Concilio Ecuménico.
Lástima que la Madre Angelica de EWTN no está enterada y nada puede hacer en sus circunstancias; no me cabe duda que le cantaría las cuarentas ---EDITADO---
¿Es idea mía, o está de moda comentar y después leer?
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JM: Que va, eso pasa en casi todos los post, ya estoy acostumbrado, jeje
Enseña además el sagrado Concilio, que es tan grande la liberalidad de la divina beneficencia, que no sólo podemos satisfacer a Dios Padre, mediante la gracia de Jesucristo, con las penitencias que voluntariamente emprendemos para satisfacer por el pecado, o con las que nos impone a su arbitrio el sacerdote con proporción al delito; (mayúsculas mías:) SINO TAMBIÉN, LO QUE ES GRANDÍSIMA PRUEBA DE SU AMOR, CON LOS CASTIGOS TEMPORALES QUE DIOS NOS ENVÍA, y padecemos con resignación.
como bien has demostrado alegando textos de la Escritura, de Padres, del Magisterio apostólico, "Dios castiga" etc. Ciertamente que hay expresiones como ésta (y muchas), que requieren una explicación para no ser mal entendidas. Pero el remedio no es decir lo contrario, contra-decirlo: "Dios no castiga".
Recuerda los avisos tan graves (muy tradicionales) que da Pío XII en la "Humani generis" (1950, nn. 9-12) señalando que es "suma imprudencia abandonar o rechazar o privar de su valor tantas y tan importantes nociones y expresiones que" etc. (n. 11).
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JM: Muchas gracias padre José María. He buscado la cita completa que nos comparte del Papa Pio XII y dice:
"Por todas estas razones, pues, es de suma imprudencia el abandonar o rechazar o privar de su valor tantas y tan importantes nociones y expresiones que hombres de ingenio y santidad no comunes, bajo la vigilancia del sagrado Magisterio y con la luz y guía del Espíritu Santo, han concebido, expresado y perfeccionado —con un trabajo de siglos— para expresar las verdades de la fe, cada vez con mayor exactitud, y (suma imprudencia es) sustituirlas con nociones hipotéticas o expresiones fluctuantes y vagas de la nueva filosofía, que, como las hierbas del campo, hoy existen, y mañana caerían secas; aún más: ello convertiría el mismo dogma en una caña agitada por el viento. Además de que el desprecio de los términos y nociones que suelen emplear los teóricos escolásticos conducen forzosamente a debilitar la teología llamada especulativa, la cual, según ellos, carece de verdadera certeza, en cuanto que se funda en razones teológicas."
Pio XII, Humani Generis - Contra las falsas opiniones contra los fundamentos de la doctrina católica
Muy bella y precisa la cita.
---EDITADO---
JM: Muchas gracias por su comentario que está muy bueno, pero efectívamente está muy largo para ir en la sección de comentarios.
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JM: Si Dios permite que el debate se alargue pienso que puede ser porque quiere sacar bien de esto. Por supuesto, analizaré todas las respuestas de Alejandro detalladamente, y con tanto material recopilado quizá me dé hasta para publicar un pequeño libro, lo cual sería muy bueno, pues de otro modo, no hubiese tenido ocasión para escribir tanto sobre el tema.
Pues también era importante que también conocieras, que a veces se nos puede pasar, otros textos de las Sagradas Escrituras,
Que el Señor te bendiga siempre y te premie todo el bien que hace por los demás.
Dios sí castiga... ¿Conclusiones?
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JM: Si, la cosa se va a a alargar, pero como he dicho, ya luego cambiaré el título de este post a "Segunda respuesta" o algo parecido, y posteriormente quizá recopile todo en un pequeño libro, lo que no es mala idea, ya que el material de uno de mis libros fue producto precisamente de un debate en este blog.
Comprendemos bien, en esos "puntos de vista" de Alejandro Bermúdez, hay algo que falla, cuando dice que "Dios no castiga", no he escuchado mención
¿Qué sucede cuando un alma muere en pecado mortal?;
¿Qué sucede con una persona -antes de morir- que no se arrepiente de sus gravísimos delitos?
¿Qué sucede con quienes cometen transgresiones contra los Santos Mandamientos de Dios?
"Secuestradores, violadores, ladrones, maltratadores, etc. Personas que no son capaces de buscar el perdón de Dios, ¿no serán castigados? Entendiendo que han rehusado su tiempo de arrepentimiento y no han querido corregirse. Pienso que Alejandro Bermúdez debería reflexionar cuestiones como estas, y es lo que nos enseñan nuestros Papas.
Me acuerdo de estas palabras del Papa Francisco:
El Santo Padre a los mafiosos: 'Conviértanse y dejen de hacer el mal'
Finalmente, el Papa no ha querido terminar su intervención sin dedicar unas palabras a "los protagonistas ausentes". "A los hombres y mujeres mafiosos: por favor, cambiar de vida, convertíos, parad de hacer el mal, que nosotros rezamos por vosotros, convertíos. Lo pido de rodillas y por vuestro bien. Esta vida que vivís ahora no os dará placer, no os dará alegría, no os dará felicidad. El poder, el dinero que tenéis ahora, de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, está ensangrentado, es poder ensangrentado y no podréis llevarlo a la otra vida. Convertíos, todavía hay tiempo para no terminar en el infierno, que es lo que os espera si continuáis en este camino. Habéis tenido un padre, una madre, pensad en ellos. Llorad un poco y convertíos". (Ciudad del Vaticano, 21 de marzo de 2014 (Zenit.org))
Efectivamente, quien no quiere convertirse, termina allí, en el infierno. Hasta el Papa Francisco refiere sobre el infierno.
No creo tampoco que el Catecismo de la Iglesia Católica esté equivocado: V EL JUICIO FINAL 1038-1041.
Jamas afirma en la entrevista con Peter Seewald que Dios castiga.
No porque se menciona la palabra "castigo" la puedes usar de referencia.
Debes de retractarte.
Bendiciones.
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JM: Si lee bien el contexto de mi comentario, yo no pretendo utilizar esa cita para demostrar que el Papa Benedicto XVI afirma que Dios castiga, ni para citar el magisterio. Para eso ya lo he citado en su contexto en muchos otros documentos. Lo he citado para indicar de donde ha venido la "alergia" o el rechazo a la noción de "castigo". Me cito textualmente:
"Pero ¿de dónde ha venido esta alergia a la palabra “castigo” o lo que dicha palabra significa, incluso entre gente muy buena y bien formada? El Papa Benedicto XVI dio un lúcido diagnóstico que nos lo puede clarificar"
Cómo ve, ni afirmo que lo que dice allí sea magisterio ni que se esté refiriendo específicamente al castigo divino, por lo que no hace falta que me retracte, sólo que usted afine un poco su comprensión de lectura.
Arraiz lleva dando citas del magisterio a diestro y siniestro, ¿y tú vienes con que lo de la entrevista a Seewald no lo es? ¿y qué más da que no lo sea si hay una acumulación extraordinaria de citas que sí lo son?
¿Que Arraiz tiene que retractarse? Como chiste no queda mal, pero no estamos para chistes.
No os podéis hacer idea algunos de las consecuencias que puede tener este "debate". Pongo debate entre comillas porque una de las partes no para de citar lo que la Iglesia enseña mientras que la otra es literalmente incapaz de mostrar un solo texto magisterial que afirma literalmente lo que sostiene.
Creo que es sintomático de cómo estamos hoy en día.
Salu2. Paz y Bien.
Sí, es Magisterio de la Iglesia Católica.
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JM: Recuerdo que el propio Benedicto XVI ha dicho que su entrevista no forma parte de su magisterio, aunque diga las mismas cosas que decía cuando hablaba magisterialmente. De hecho, yo no le he citado allí como magisterio, sino por su lúcido diagnóstico respecto al rechazo de la palabra castigo y la imperante confusión que ha venido ganando terreno, en la que muchos católicos creen que el amor está reñido con el derecho.
Saludos.
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JM: Le adelanto algo: dirá que lean el Catecismo o algún texto del Magisterio que allí se explica que la naturaleza de Dios es el amor y la misericordia, y como resultado de aplicar la "razón teológica" se deberá concluir que Dios no castiga.
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