(Agencias/InfoCatólica) En su discurso como nuevo doctor, compuesto por 26 folios y que él mismo ha calificado de “largo y denso”, el cardenal Cañizares ha defendido el papel de la universidad al servicio del hombre, de su verdad, su grandeza y la dignidad del ser humano.
El cardenal, que fue uno de los impulsores de esta universidad, ha citado en numerosas veces a lo largo de su intervención las encíclicas y enseñanzas del Papa Juan Pablo II y ha señalado que la fuente de la esperanza para la sociedad y el mundo entero es Cristo y la Iglesia, que es el canal a través del que se difunde “la ola de gracia del corazón traspasado del Redentor”.
Don Antonio ha afirmado que la Iglesia y las universidades católicas deben servir a la nueva sociedad, revitalizando sus raíces y los cimientos que la sustentan. “Es preciso volver con renovado vigor a Jesucristo”, ha comentado el cardenal, quien ha estado acompañado por sus hermanos y sobrinos, así como por numerosas autoridades de la Región de Murcia.
La Iglesia, promotora de unidad y respeto
Mons. Cañizares ha dicho que a través del testimonio de la palabra de los cristianos la sociedad podrá descubrir que “Cristo es el futuro del hombre” y ha señalado que la universidad ha de expresarse en iniciativas de solidaridad, porque la misión de la Iglesia no es alimentar conflictos sino ayudar a solucionarlos, a la luz de la verdad, y con vocación de unidad.
El purpurado ha subrayado que la Iglesia debe actuar con respeto exquisito a las convicciones ajenas, a las personas y a su libertad, y nunca desde la imposición, “exclusión o avasallamiento”, y ha añadido que la nueva evangelización no pretende una restauración del pasado o una manipulación de instituciones como la universidad.
Dios y la renovación moral de la sociedad
El cardenal Cañizares ha abogado por un despertar la conciencia pública sobre los pobres, “los nuevos y los de siempre”, y por una necesaria renovación moral, que debe consistir en “liberarse de una vida hedonista y materialista que nos está llevando a un callejón sin salida demográfica”. De otro modo, advirtió, “el fantasma de una sociedad cruel, egoísta y violenta pudiera convertirse en dura realidad”.
Además, don Antonio ha hablado de la edificación de una sociedad vertebrada en torno a las ideas de la dignidad del hombre, de los derechos humanos, de la democracia y del Estado al servicio del hombre y se ha mostrado en contra de “cualquier desviación” de los sistemas políticos que puedan llevar a un “grave riesgo de totalitarismo”.
En este sentido, ha asegurado el nuevo Doctor Honoris Causa por la UCAM, Dios es base y fundamento imprescindible para edificar una sociedad vertebrada, aunque también ha afirmado que la Iglesia ahora “no sueña con una sociedad sociológicamente cristiana”, sino con que “Europa se vuelva a encontrar a si misma, que reavive los valores que hicieron gloriosa su historia y benéfica su presencia en otros continentes”.