(AICA) «En poco tiempo dos buenos curas tomaron la decisión de no seguir adelante con el ministerio por distintas razones. Son personas muy queridas que estaban trabajando en la diócesis. Los curas somos seres humanos, tenemos procesos y vivimos crisis en distintas épocas de la vida, con mayor o menor intensidad», reflexionó en una entrevista con el diario local El Periódico.
¿Qué reflexión hace de estas deserciones en la Iglesia local?
-En poco tiempo dos buenos curas tomaron la decisión de no seguir adelante con el ministerio por distintas razones. Son personas muy queridas que estaban trabajando en la diócesis. Los curas somos seres humanos, tenemos procesos y vivimos crisis en distintas épocas de la vida, con mayor o menor intensidad.
¿Qué puede estar pasando?
Hay que ampliar la mirada. Es una sociedad que se está transformando mucho y se ponen en crisis todas las instituciones y la misma Iglesia también. La misma Iglesia se está reconfigurando en su figura histórica y social. Ser cura hoy no es lo mismo que hace 50 años, hoy un joven que entra al seminario o se ordena sacerdote es muy diferente a antes. Hoy existe una inestabilidad afectiva a nivel general y desde ahí se proyecta a otros campos y se termina manifestando en los curas.
¿Qué piensa del celibato?
-Estoy convencido del celibato, soy célibe y la mayoría de los sacerdotes lo vive. Pero estos casos de crisis nos obligan a plantear estas cosas.
¿Cree que en la Iglesia se producirá un debate más grande sobre el celibato?
-La figura clave es el papa Francisco que destrabó varios temas. El debate existe y se habla desde hace mucho tiempo. Hay muchos estudios, muchos «run run» y posiciones enfrentadas. Hay que ayudar a los curas a ser buenos curas y a vivir el celibato, y si el día de mañana se abre la posibilidad de ordenar hombres casados que lo vivan también. Pero tampoco es la solución de la problemática. Sí están dadas las condiciones para un debate más llano.
Como obispo, ¿hace alguna autocrítica de lo sucedido?
Yo soy el responsable último de la diócesis y de manera particular de la vida de los curas. Me pregunto qué me faltó hacer, qué palabra no dije a tiempo o qué dije de más. También si he podido acompañar a los curas. Lo hablamos con el resto de los sacerdotes para ver cómo ayudarnos más.