(Fides) «Casi todos los prisioneros –según un informe de la Corte Penal Internacional enviado a la Agencia Fides– son miembros de las minorías étnicas de las mesetas centrales de Vietnam». Debido a su pertenencia, «los fieles cristianos se enfrentan a un nivel de discriminación y opresión más alto que la mayoría de los vietnamitas».
El P. Ambrose Nguyen Van Si, OFM, teólogo vietnamita y rector del Colegio Internacional de San Antonio de Roma, entrevistado por la Agencia Fides, cree que las cifras y el contenido del informe de la Corte Penal Internacional «son completamente creíbles»:
«La situación es la siguiente: todavía hay –explica el padre Van Si– limitaciones y restricciones de la libertad de expresión y de conciencia: los que tienen opiniones diferentes a las del gobierno son penalizados o, a veces severamente castigados. Esto es reprobable, sobre todo porque se daña con detenciones arbitrarias a jóvenes que defienden los derechos humanos.
Quienes pagan todo esto son los miembros de las minorías étnicas, conocidas colectiva mente como «montagnard» (gente de la montaña), que todavía son considerados una amenaza para la estabilidad nacional. En su mayoría son cristianos protestantes. Espero que se tenga más atención hacia estos hermanos y hermanas que sufren y oran».
Según el informe de la ICC, en las mesetas la vigilancia del gobierno para con las instituciones religiosas es muy estricta. Algunos de los 63 prisioneros probablemente están en la cárcel desde 2004, cuando las autoridades vietnamitas lanzaron una ofensiva contra los que protestaban contra la confiscación ilegal de tierras y la opresión religiosa. En la provincia de Binh Phuoc, las autoridades locales siguen insistiendo en desmantelar 116 capillas construidas por los fieles cristianos de etnia «Stieng».
Estas estructuras pertenecen legalmente a la «Iglesia Evangélica de Vietnam del Sur», oficialmente registrada en el país. Las autoridades vietnamitas temen que entre las minorías se pueda desarrollar un movimiento «separatista e independentista». En los últimos años, cientos de personas señaladas y arrestados por ser «una amenaza a la seguridad nacional» o de cometer «actividades ilegales» son cristianos protestantes, pero también hay seguidores del grupo pretendidamente católico poco conocido «El Mon», que venera a la Virgen María, aunque no está reconocido regularmente en la Iglesia católica local.