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6.01.13

La neuroteología

Una nueva disciplina científica denominada “neuroteología” ha descubierto que ciertas zonas cerebrales “se activan” durante ciertas experiencias místico-religiosas. En bien de la brevedad, supongamos que esto fuese una descripción aproximadamente correcta de un hecho real.

Hechos son hechos e interpretaciones son interpretaciones. El problema de la “neuroteología” es su tendencia a la interpretación materialista de esta clase de hechos.

Lo realmente importante aquí es la cuestión de la causalidad: ¿El fenómeno neurológico causa el fenómeno religioso o el fenómeno religioso causa el fenómeno neurológico? El propio nombre de la “nueva ciencia” hace pensar en una tendencia (científicamente injustificable) hacia la primera de ambas alternativas.

El hombre es una unidad de cuerpo y alma. Sus emociones, por ejemplo, afectan a estas dos dimensiones de su ser. Cuando siente vergüenza, su cara enrojece; cuando siente miedo, el latido de su corazón se acelera. Pero no siente vergüenza porque su cara enrojece ni siente miedo porque el latido de su corazón se acelera, sino al contrario. ¿Por qué habría de ser diferente en el caso de las “emociones religiosas"?

Ni siquiera es seguro que dos hechos concomitantes estén relacionados causalmente entre sí. Al menos en eso David Hume tenía razón.

Lamentablemente con demasiada frecuencia las estadísticas se usan para establecer relaciones disparatadas entre fenómenos concomitantes pero no relacionados causalmente entre sí (al menos en forma directa). Por ejemplo, se podría demostrar matemáticamente que existe una fuerte correlación positiva entre el porcentaje de cristianos en la población de un país y los puntos ganados por su selección en los campeonatos mundiales de fútbol. Pero de allí no se puede inferir que ser cristiano favorezca el talento futbolístico ni menos aún que la buena performance futbolística de una selección favorezca el crecimiento del cristianismo en su país.

Por otra parte tenemos el hecho de que la mística (al menos la cristiana) no puede de ninguna manera reducirse a determinadas emociones. La mística cristiana en sustancia no depende de ningún fenómeno extraordinario ni de emociones particulares. Por desgracia con mucha frecuencia la mística cristiana es casi totalmente desconocida en ambientes no creyentes. Los cristianos no sentimos a Dios a través de algún oculto sexto sentido. Lo conocemos por la razón y por la fe.

La religiosidad humana, en su esencia más propia, no tiene absolutamente ninguna relación con ninguna “sensación de infinito” ni de “pérdida de linealidad del tiempo", como sostienen los partidarios de la “neuroteología". Ésta no es la actual interpretación de los momentos místico-religiosos, sino tan sólo la interpretación de la corriente de pensamiento materialista. La fe cristiana provee una interpretación alternativa.

La ciencia no es ni puede ser materialista. El materialismo es la doctrina (filosófica, no científica) que postula que todo es materia. La ciencia experimental prescinde metodológicamente del espíritu, pero no lo niega ni puede hacerlo. Es decir, no trata del espíritu simplemente porque no es su tema. Cuando algunos científicos apoyan el materialismo no hacen ciencia, sino filosofía. Y no tienen derecho a utilizar el prestigio de la ciencia a favor de su falsa filosofía.

Daniel Iglesias Grèzes


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17.11.12

Nuevas amenazas a la vida humana según la encíclica Evangelium Vitae

En el contexto del Año de la Fe, el Centro Cultural Católico “Fe y Razón”, con el apoyo de la Facultad de Teología del Uruguay “Monseñor Mariano Soler”, organizó un Ciclo de Charlas sobre el Pensamiento de Juan Pablo II. Esta tarde (de 17:00 a 19:00), en la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso (Tapes 956 casi San Juan, Montevideo), tendrá lugar la cuarta y última charla, en la que actuaremos como expositores el Lic. Néstor Martínez y yo.

Mi presentación es un simple resumen del Capítulo I de la formidable encíclica Evangelium Vitae del Papa Juan Pablo II. La he subido a Slideshare. La pueden encontrar en esta dirección:

http://www.slideshare.net/feyrazon/nuevas-amenazas-a-la-vida-humana-segn-la-encclica-evangelium-vitae

Los invito a leerla y a reflexionar sobre ella.

Daniel Iglesias Grèzes


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7.09.12

Diez claves para el renacimiento o la renovación de la cultura católica

1. La cultura católica brota de la fe católica profesada, celebrada, vivida y rezada en clave de plena fidelidad a Dios, a Jesucristo y a la Iglesia Católica, tanto en el nivel individual como en el nivel colectivo.

2. La verdad objetiva existe y el ser humano puede conocerla y comunicarla a otros. El católico debe practicar la filosofía en clave realista, no idealista.

3. De entre las muchas filosofías realistas posibles, el Magisterio de la Iglesia Católica reconoce un valor muy especial a la filosofía tomista. El tomismo debe ser considerado como un elemento fundamental, ejemplar e insustituible para la enseñanza y el ejercicio de la filosofía y la teología en la Iglesia.

4. El catolicismo es la religión verdadera. La fundamentación de la fe católica debe practicarse en clave apologética, no racionalista ni fideísta. Contra el relativismo imperante, se debe renovar la apologética, en sus tres etapas clásicas (“demostración religiosa”, “demostración cristiana” y “demostración católica”).

5. La misión evangelizadora de la Iglesia Católica es universal. Ningún grupo de personas debe ser excluido de la meta pretendida por dicha misión. Por parte de la Iglesia, todo diálogo debe practicarse en clave de evangelización.

6. El ateísmo (teórico o práctico) y el secularismo son hoy los principales enemigos de la fe católica. La cultura católica debe incluir como uno de sus elementos principales el combate contra el ateísmo y el secularismo.

7. El bien objetivo existe y el ser humano puede conocerlo y realizarlo. La filosofía moral y la teología moral deben reafirmar la existencia y el valor de la ley moral natural.

8. El derecho humano a la vida y los derechos del matrimonio y la familia, hoy sometidos a una gravísima agresión por parte de la cultura predominante en Occidente, son valores morales, políticos y jurídicos fundamentales e irrenunciables. La cultura católica debe fundamentar y reafirmar firmemente dichos valores.

9. En la vida cristiana, todo (también la cultura) debe tener como objetivo la gloria de Dios y el bien de los hombres. Superando la tendencia a un academicismo estéril, la cultura católica debe tener siempre muy presentes las interrogantes, las dudas, las carencias, las objeciones, las necesidades y los intereses de las mayorías, tendiendo muchos puentes entre la vida intelectual y las actividades prácticas (pastorales, caritativas, políticas, etc.) de los católicos.

10. Teniendo en cuenta la escasez de recursos de sus representantes y el alto valor de Internet como factor de democratización de la información, la cultura católica debe hacer un uso amplio, generoso y prudente de la red de redes como un medio de expresión privilegiado.

Daniel Iglesias Grèzes


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16.06.12

El Sagrado Corazón de Jesús y la victoria sobre el ateísmo (Bernhard Häring)

“Habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y se oscureció su insensato corazón. Diciendo ser sabios, se hicieron necios… Y como no procuraron tener conocimiento cabal de Dios, Dios los entregó a una mente depravada para hacer cosas indebidas, llenos de toda injusticia, malicia, perversidad, codicia, maldad; rebosantes de odio, de homicidio, de disputas, de engaño, de malignidad; chismosos, calumniadores, aborrecedores de Dios, insolentes, altaneros, soberbios, inventores de maldades, desobedientes a los padres, insensatos, desleales, sin amor y sin piedad.” (Romanos 1,21-22.28-31).

La devoción al Sagrado Corazón tuvo un período de grande esplendor antes y durante la revolución francesa, cuando una buena parte de las clases dirigentes de Francia y de las naciones limítrofes apostató de la fe en Cristo. La devoción al Corazón de Jesús fue vista como un llamamiento del amor misericordioso ante tanto extravío. La situación actual es todavía más dramática. El ateísmo se va difundiendo bajo múltiples formas.

El hombre se vuelve ateo cuando se separa práctica y teóricamente del Dios del amor. Una sociedad “sin amor y sin misericordia” se ha separado prácticamente de Dios, que es amor, aun antes de llegar a negarlo explícitamente.

La forma más vigorosa e impresionante de ateísmo es ciertamente el ateísmo dialéctico organizado, que opone a la fe cristiana en el Dios del amor una interpretación de la historia, que debería tener el propio motor en el odio y en la lucha de clases, que ve al hombre dentro de una vida económica llena de conflictos. Es, pues, un ateísmo “carente de amor y de misericordia”.

Dentro de esta forma organizada y agresiva de ateísmo y cerca de ella hay muchos ídolos, que separan al hombre de Dios: la autoglorificación llevada hasta el rechazo radical de la adoración a Dios, la arrogancia, la ambición de poder, el terrorismo, el armamentismo, la amenaza de una destrucción total de la humanidad, la avidez, la deificación del consumo.

A esto se añade el ateísmo oculto en el corazón y en el estilo de vida de muchos que se dicen cristianos, el contagio progresivo por parte del ateísmo práctico y, finalmente, hasta del ateísmo teórico.

La destrucción de todos estos falsos ídolos y la superación de las varias formas de ateísmo son posibles solamente por medio de una fe viva en el amor de Dios, que se reveló en Jesús. Solamente si nos dejamos tocar en nuestro centro más íntimo por el mensaje del amor y de la gracia y correspondemos con todo el corazón al amor infinito, que tiene su símbolo originario en el Corazón de Jesús, podemos escapar de los peligros y levantar un dique contra las oleadas del ateísmo.

En esta situación del mundo la fe cristiana exige de modo particular una gran decisión, un sí radical al reino del amor. Solamente quien ha sido plenamente conquistado por el amor de Dios en Cristo puede ser un predicador creíble y un testigo fiel de la fe.

Tenemos que adherir y unirnos íntimamente a la apremiante oración de Jesús: “Que todos sean uno como Tú en Mí, oh Padre, y Yo en Ti; que también ellos sean uno en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado” (Juan 17,21). El amor grande, generoso e íntimo del Corazón de Jesús nos reveló con cuánto amor el Padre lo envió. Él quiere atraernos a su Corazón, llenar nuestro corazón con su amor, para que a nuestra vez lo difundamos nosotros. Jesús nos envía con el mismo amor con el que el Padre lo envió a Él, y ora: “Para que el amor con el que me has amado esté en ellos y Yo en ellos” (Juan 17,26).

La fórmula breve de la devoción al Sagrado Corazón suena así: aprender a amar a Jesús y aprender a amar con Él: de esto y exactamente de esto tiene necesidad el mundo amenazado por el ateísmo y por la falta de amor.

Solamente un corazón que arde en el amor de Cristo convierte en cenizas cualquier forma de ateísmo secreto. Solamente este amor limpia la vista para desenmascarar los disfraces de la incredulidad. Solamente el amor encuentra los medios salvíficos que el mundo necesita urgentemente.

Los que han sido tocados y conquistados por el amor del Corazón de Jesús deben unirse más íntimamente en estos tiempos de grandes decisiones y apoyarse mutuamente en el testimonio comunitario de esa fe, que da fruto en el amor y en la justicia.


¡Corazón lleno de amor, luz suave, llama ardiente! Viniste para curar a un mundo enfermo, pero también eres el signo ante el cual los hombres tienen que decidirse. La decisión que Tú deseas y haces posible es la decisión por el reino de la paz y del amor, la decisión a favor de la glorificación del Padre celestial mediante un amor fiel. Quien rechaza tu amor cae en el reino de las tinieblas, de la mentira, del odio y de la enemistad.

Señor, quiero decidirme sin reservas por este amor, y me arrepiento sinceramente de las faltas que muy a menudo cometí en el pasado. Comprendo toda la injusticia cuando miro tu Corazón lleno de amor, y ahora veo más claramente la injusticia de un mundo que tiene necesidad de un testimonio creíble.

Ilumínanos a todos y sé nuestro apoyo, Corazón fiel de Jesús, para que en estos tiempos de decisión y de elección formemos un bloque unido en la fe y en el amor fiel, de tal manera que el mundo crea que el Dios infinito, misericordioso y bueno quiere cuidarnos como Padre, y que Tú eres el camino, la verdad y la vida: la vida para la vida del mundo.

Es triste ver que muchos cristianos son perezosos y descuidados a pesar de los signos tan elocuentes del tiempo. Despiértanos del sueño, de la indiferencia: llénanos de nuevo fervor y celo, y muéstranos los caminos más eficaces para dar testimonio de Ti y del Padre.

(Berhard Häring, El Sagrado Corazón de Jesús y la salvación del mundo, Ediciones Paulinas, Bogotá, 1988, Cap. 29, pp. 158-161).


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11.05.12

"Razones para nuestra esperanza" cumple dos años

Muy poco después del tercer cumpleaños de InfoCatólica, comparto con ustedes mi alegría por el segundo aniversario de este blog. Cito (creo que por primera vez) algunos datos estadísticos sobre el mismo: en total, en estos dos años publiqué 225 posts (incluyendo éste); y el blog tuvo 234.008 “pageloads” (páginas cargadas) y 128.000 visitas.

Siempre se puede mejorar, pero me siento bastante contento con lo logrado hasta ahora. Doy muchas gracias a Dios. “No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu Nombre da la gloria". Y también doy gracias a los directivos y compañeros de InfoCatólica.