Una reseña de “La obediencia del ser”
Si uno escribe un libro es con la modesta pretensión de que sea leído. No se aspira al Premio Nobel – no hay para tanto – , pero a que sea leído, sí; si no, no se publicaría.
Por eso agradezco mucho que alguien se tome la molestia de recensionarlo. Y si quien hace la reseña es un blogger tan leído como Francisco José Fernández de la Cigoña – “La Cigüeña de la Torre” – , no dar las gracias sería, por mi parte, una falta de educación.
Soy muy consciente del alcance de mis libros. No pretenden competir con Rahner o con von Balthasar. Pero sí pretenden ayudar, y hasta ayudarme. Me ayudan a preparar mis predicaciones, conferencias y – hasta - mis clases. Si me ayudan a mí, pueden ayudar a otras personas. Y por eso los publico. Mientras haya quien los compre, al menos en número suficiente como para no dar pérdidas a la editorial.
Que alguien se haga eco y dé noticia de la publicación me anima mucho. Máxime teniendo en cuenta de que, cada mes, salen muchos libros al mercado.
Un saludo agradecido a “La Cigüeña de la Torre”, tan amado por tantos, tan aborrecido por otros, pero tan leído por todos.
Muchas gracias,
Guillermo Juan Morado.
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