Descanse en la paz de las Tierras Imperecederas Christopher Tolkien
Hay noticias que son más tristes que otras. Y la que hoy traemos aquí es muy, pero que muy triste.
Esto lo decimos porque hoy, 16 de enero de 2020, apenas 13 días despues de haber recordado y celebrado el nacimiento de J.R.R. Tolkien, ha pasado a la otra vida Christopher Tolkien.
Tenía el buen hombre 95 años de edad muchos de los cuales los pasó junto al genio que era su padre, autor de El Hobbit y El Señor de los Anillos.
La labor que este estudioso de la obra de su padre ha sido, es y será siempre, verdaderamente impagable.
El que esto escribe siente más que mucho una muerte como la suya. Y sí, muchos años pisó este valle de lágrimas pero no por eso le vamos a desear un prematuro adiós a nadie. Se lo ha llevado Dios, Eru o Ilúvatar en el mundo de la Tierra Media. Y al que esto escribe eso le parece la mar de bien si era la Voluntad del Creador.
Gracias le sean dadas ya para siempre porque su obra ha quedado para siempre como la propia de quien se entrega de todo corazón a una labor tan especial y, seguro, trabajosa, como la que ha llevado a cabo, digamos, hasta hoy mismo.
Como pequeño homenaje a este hombre tan conocedor de lo maravilloso que fue su padre, publicamos un artículo de título “La labor impagable de Christopher Tolkien” que publiqué en este blog hace unos meses. Ahora mismo no puedo decir nada más que, eso, gracias.
Es bien cierto que J.R.R. Tolkien, por diversas circunstancias (entre las cuales no fue de poca importancia la perfección que quería imprimir a sus obras) no publicó, en vida, muchas obras de ficción o, digamos, de subcreación.
Sin embargo, no es poco cierto que escribió mucho y más que mucho. Era de esperar que alguien que había colaborado mucho en su trabajo desde bien pequeño (en cada edad, lo suyo, claro está) como es su hijo Christopher se encargara de continuar con la labor de publicación a que su padre no pudo hacer frente.
Se ha dicho que esto, a lo mejor, tiene mucho de aprovechamiento de lo hecho por su padre pero, no podemos dejar de reconocer que es gracias a Christopher que podemos gozar y disfrutar con muchas páginas escritas por Tolkien, padre. También se ha dicho que, a veces, da la impresión de que quiere, digamos, estirar mucho la cosa pero no es poco cierto que todo el material publicado viene a conformar, muy bien, el mundo de J.R.R. y que sin el trabajo de Christopher es muy probable que mucho de lo que ahora podemos leer hubiera quedado perdido para siempre pues más que conocida es la relación tan estrecha que los unía (y no sólo como padre e hijo) que, a nivel, digamos, literario, ha llegado a ser más que efectiva, rica y, si se nos permite decir esto, “aprovechable” por muchos lectores que podemos hacer uso de la misma.
Por nuestra parte, sólo nos cabe decir gracias por haber hecho, hasta ahora (y parece que, después de salir a la luz “La caída de Gondolin” ya no va a publicar nada más…) y nunca agradeceremos lo suficiente que llene tanto nuestro corazón con el resultado de su trabajo y, suponemos, con otras personas que hayan colaborado con él.
El caso es que, de sus manos, han salido. como editor, por ejemplo:
La Caída de Gondolin - 2018
Beren y Lúthien - 2017
Beowulf. Traducción y comentario – 2014
La caída de Arturo – 2013
La leyenda de Sigurd y Gudrún - 2009
Los hijos de Húrin – 2007
Los pueblos de la Tierra Media. La historia de la Tierra Media XII - 1996
La guerra de las joyas. La historia de la Tierra Media XI - 1994
El anillo de Morgoth. La historia de la Tierra Media X - 1993
El fin de la tercera edad. La historia de la Tierra Media IX -1992
La guerra del anillo. La historia de la Tierra Media VIII - 1990
La traición de Isengard. La historia de la Tierra Media VII - 1989
El retorno de la sombra. La historia de la Tierra Media VI - 1988
El camino perdido y otros escritos. La historia de la Tierra Media V - 1987
La formación de la Tierra Media. La historia de la Tierra Media IV - 1986
Las baladas de Beleriand. La historia de la Tierra Media III- 1985
El libro de los cuentos perdidos II. La historia de la Tierra Media II - 1984
El libro de los cuentos perdidos I. La historia de la Tierra Media I - 1983
La historia de la Tierra Media - 1983
Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media - 1980
El Silmarillion- 1977
Sobre todos estos libros destaca, seguramente, el primero de ellos publicado en 1977, cuatro años después de la muerte de su padre. Y es que es más que conocido el amor que tenía, porque debía ser así, el profesor por El Silmarillion, obra que creía necesario publicar, seguramente, antes de El Señor de los anillos porque estaba más que seguro que el segundo libro hubiera quedado explicado por el primero o, al menos, muchas cosas se hubieran comprendido. Pero no pudo ser y, por mucho que lo intentó, no pudo ver publicada aquella obra empezada muchos años atrás.Y, aunque se pueda decir que la “mano” de Christopher puede apreciarse en el resultado final de El Silmarillion en el sentido de que, a lo mejor, como dice Daniel Grotta en su libro “Tolkien”, refiriéndose a la obra póstuma de J.R.R. Tolkien: “El estilo es absolutamente irregular -por todas partes se ve la mano de Christopher Tolkien, y es muy inferior a la de su padre-…”. Sin embargo este autor, acto seguido, reconoce que las peculiares características de El Silmarillion hacen que debamos considerarla como una obra más que especial y no se puede comparar con otras como El Hobbit y el mismo Señor de los Anillos. Y por eso mismo, por la publicación de tal texto debemos gran agradecimiento al hijo de J.R.R. que, imaginamos, tuvo que hacer un esfuerzo más que grande para hilar, por decirlo así, la trama que contiene el origen de todo…
No se ha limitado, por tanto y además, a publicar, así dicho, lo escrito por su padre sino que ha estudiado profundamente muchos de los aspectos de la obra del profesor. Así, por ejemplo en el libro, citado arriba, sobre Beowulf, comenta de forma más que extensa la traducción que hizo su padre y lo hace haciendo uso de las notas que J.R.R. Tolkien utilizó a la hora de pronunciar conferencias sobre este texto. Eso sin olvidar que en multitud de libros en los que aparece como editor no se ha limitado a eso, a editarlos, sino que ha escrito introducciones en los mismos y ha confeccionado mapas y ha elaborado índices que tan necesarios son en una obra como la de su padre, el profesor de Oxford.
Vemos, por tanto, que no es poco lo que debemos agradecer, como decimos arriba. Y eso, como de bien nacidos es ser agradecidos… pues eso, que le damos las gracias, con franqueza, por un trabajo tan esforzado. Y quede esto dicho al viento porque no es probable que lo lea nunca.
Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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