Un amigo de Lolo - 100 años ya de Lolo

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

100 años ya de Lolo

 

Hoy, como fácilmente puede comprobarse, no hemos traído aquí texto alguno de nuestro hermano y Beato Manuel Lozano Garrido, a la sazón llamado Lolo. Y no lo hemos hecho por una razón muy y más que especial.

Se suelen celebrar los 100 años de muchas cosas. No siempre con cosas buenas porque a veces trátase la cosa de recuerdos de guerras o batallas o algo por el estilo. Pero en otras ocasiones se celebra una edad así de una persona que aún se encuentra en el mundo de los vivos…

Hoy, sin embargo, queremos recordar los 100 años de alguien que no, ya no se encuentra entre nosotros desde hace algunos decenios pero que, en el Cielo, intercede por nosotros y por todos aquellos que le invocan con especial recuerdo.

A estas alturas, como suele decirse, de la película, es más que seguro que cualquiera sabe que nos estamos refiriendo al Beato Manuel Lozano Garrido, a la sazón llamado Lolo por razones obvias…

En efecto, este año 2020 se celebrarán los 100 años del nacimiento de un niño que, con el paso del tiempo, sería luz para muchos y esperanza para no pocos.

En cuanto a lo de luz, no podemos negar que Manuel Lozano Garrido supone un faro más que importante para todos aquellos que, sufriendo, quieren saber sobrenadar (como diría él mismo) sus circunstancias y, como también sostendría nuestro hermano en la fe, llegar a saber tener un dolor “con escafandra” en el sentido de que no afecte a sus próximos los padecimientos de uno.

Por eso Lolo es luz. Y lo es también porque nos ilumina el camino que nos lleva al definitivo Reino de Dios. Y lo hace con su forma de ver las cosas, con sus palabras o, en fin, con sus quehaceres diarios tan alejados de su sufrimiento y tan cercanos al Padre Todopoderoso…

Pero, como decimos, el Beato de Linares (Jaén, España) es esperanza para todos aquellos que crean que no la tienen o que la han perdido. Y tal es así porque de la existencia de nuestro hermano en la fe podemos entresacar una conclusión bien clara: es posible seguir adelante y, sobre todo, es posible llegar lejos, mucho más allá de nuestras circunstancias personales y temporales. Más allá está, precisamente, Dios, y a Él queremos ir y acudir.

Estos primeros 100 años de Lolo (seguros estamos que otros verán los 100 siguientes y los siguientes y los siguientes) nos valen y nos sirven para agradecer a Dios que suscite, entre sus hijos, a los que pueden guiar nuestros pasos hacia la vida eterna que es, exacta y justamente, a donde queremos llegar. Y en Lolo tenemos un ejemplo de que eso es posible.

El próximo mes de agosto, es seguro, se celebrará con una cercanía mayor, un acontecimiento como es el nacimiento de quien, en día, llegaría a ser periodista y ser humano completo en su espíritu y en su alma y de alguien que sabía que se podía llegar a volar a lugares espirituales profundos sin moverse de un sillón de ruedas. Y así nos mostró y demostró que, en esto sí, quien quiere, puede.

¡Felicidades por anticipado, LoloY felicitémonos nosotros mismos por haber conocido a quien de lo imposible hizo realidad el sueño de acercarse al corazón de Dios y ahora, ahora mismo, poder gozar de Su presencia eterna.

       

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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