Iglesia católica y aborto: hacer lo que hay que hacer
Parece mentira que las cosas que tan sencillas pueden parecer a primera vista resulten de difícil entendimiento para determinados pensamientos y formas de pensar.
El tema del aborto es uno de los que, a pesar de que se sepa qué piensa cada cual y qué ha de defender cada cual, siempre salta a la palestra quien se hace el desentendido y quien no entiende lo que tan fácil es de entender.
Algunos, llevados por la intención escrita de defender el aborto como sea, se empeñan en decir que la Iglesia católica vuelve por donde solía como si tal forma de actuar fuera extraña al organismo de donde emana la declaración de que se trata.
Dice Juan G. Bedoya, en el artículo aquí referido, que los obispos son “Inasequibles al desaliento” porque debe creer que la actuación, en la vida, ha de ser puramente relativista y llevada por los gustos momentáneos que a cada cual le convengan. Y eso no es propio de personas que tienen una fe y que la tienen que respetar, cumplir y hacer de ella una forma de ser.
Dice Juan G. Bedoya, en el artículo aquí referido, que los obispos creen que se pretende imponer “La ideología abortista y de género en el sistema educativo obligatorio” como si no fuera eso, exactamente, lo que se pretende llevar a cabo en el dicho sistema a través de leyes y reglamentos obligatorios de cumplir por muy intrínsecamente perversos que sean.
Dice Juan G. Bedoya, en el artículo aquí referido algo que, bien pensado, le debería hacer reflexionar acerca del tipo de ideas que plantea. Resulta que, al parecer los obispos entienden que con la nueva ley “la vida de los que van a nacer” se elimina.
¡Qué curioso y qué raro! Ahora va a resultar que la ley del aborto procura el bien del nasciturus, que lo protege y lo llena de derechos que hasta ahora no tenía cuando es, exactamente, al contrario: procurar el aborto es matar a quien va a nacer y, por tanto, se acaba con la vida de “los que van a nacer”. No resulta, por tanto, nada extraño que cuando se dice la verdad sea la verdad la que se diga.
Dice Juan G. Bedoya, en el artículo aquí referido que dicen los obispos que “Se trata de una ley objetivamente incompatible con la recta conciencia moral porque considera la eliminación de la vida de los que van a nacer como un derecho de la gestante durante las primeras catorce semanas del embarazo, dejando prácticamente sin protección alguna esas vidas humanas, justo en el tiempo en el que se producen la gran mayoría de los abortos“.
¿No se considera el aborto, ahora, un derecho? ¿No se deja sin protección las tales vidas humanas?
Entonces, ¿Dónde está el problema de decir lo que es cierto y hacer notar lo que es objetivamente verdad?
Otra cosa distinta de lo que hace la Iglesia católica no puede hacer porque es obligación grave la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural; otra cosa no puede hacer la Iglesia católica al respecto de decir lo que tiene por oportuno al respecto para que no se pueda aplicar aquello de “quien calla, otorga”; no otra cosa puede hacer la Iglesia católica que poner, sobre la mesa, las razones que hay detrás del aborto y lo que supone éste.
Sin embargo, aún hay más porque la aberración ha de rizar el rizo siempre que puede.
Lo que ya es el colmo es que, además, se pretenda defender que la nueva ley del aborto tiene como reto frenar el aborto.
Claro, y los burros vuelan.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).
2 comentarios
Y ¡cómo es posible que tantos católicos acreditados y de alto nivel y baja estopa, y que no aman a España, hayan frivolizado e incluso defendido durante años la anterior ley del aborto como una ley de consenso, de paz y ejemplo de unidaz entre los españoles!
No hay Temor de Dios y el que no es relativista es autosuficiente.
En fin que volvemos a tiempos de Herodes el Grande. ¿Acaso han visto pasar a unos Magos tras una Estrella ...?
Por cierto, que Herodes muríó de gangrena en los genitales agusanados. Sólo lo digo como dato:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872003000500014
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EFG
El caso es que los Magos todos los días buscan el lugar donde, cada día, nace Jesús en nuestros corazones y donde, a ser posible, dejamos anidar.El problema es aquellos casos de las personas que, habiendo sido bautizadas hacen todo lo posible para desmentirlo.
Sí, hay una Estrella en el firmamento que anuncia a Cristo cada mañana, Ella es María, es la Iglesia. Esta vez no se les escapará Cristo -créen- pues saben donde vive y a penas hay vigilancia.
*El aborto es más que un crimen de lesa humanidad -que lo es-.
*No es liberación de la mujer -falsedad-
*No es sólo política antinatalista global -que lo es-
*No es sólo una prueba de los gobiernos para entrar en el Sindicato del Nuevo Orden -que lo es-.
*Es un proyecto para de eliminación y exterminio de los Hijos de Dios planificado por otros Hijos de Dios resentidos, en el orden humano y preternatural también.
*Es una nueva Crucifixión en lo alto del Gólgota. Y se ríen de nuevo de Cristo y le escupen -nos escupen- y le gritan de nuevo -nos gritan-:
¡Si eres Hijo de Dios, baja de la Cruz!
Y se mofan y se revisten con la túnica y se la juegan.
Y están esperando como buitres a ver qué pasa, si es cierto que Jesús tenía 12 apóstoles o sólo uno o ninguno.
Y como diría Santa Catalina de Siena:
"¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!"
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(Lamento la extensión de mi comentario, como siempre que lo lea el que quiera. No soy nada ni nadie)
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