Miguel Pastorino: en las sectas New Age hay extorsión religiosa y daño emocional
“Sectas de la New Age, lobos con piel de oveja". Así se titula la información que firma Danilo Picart en el medio Portaluz.org, y que incluye una interesante entrevista al experto uruguayo Miguel Pastorino, que es miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). En ella, Pastorino afirma que tras las múltiples manifestaciones de la New Age se articulan sectas que son un auténtico peligro para las personas y la sociedad.
Desde sus primeros años como seminarista, Miguel Pastorino tuvo la inquietud de ser fiel a la defensa de la fe, comprendiendo que en la doctrina de la Iglesia se asienta el bien común que permite el desarrollo en dignidad del ser humano y la sociedad. Hoy, desde la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), este sacerdote denuncia el error y riesgos inherentes a las sectas que han surgido en Hispanoamérica desde las diversas expresiones de la ‘Nueva Era’ - New Age.
En entrevista exclusiva con Portaluz, Miguel Pastorino, quien además es director de comunicaciones de la Arquidiócesis de Montevideo y trabaja en la formación de agentes pastorales, enfrenta sin tapujos a quienes tergiversan y pretenden reducir la realidad de Dios a un concepto de “energía”. Pastorino comienza su diálogo invitando a realizar un mea culpa como creyentes señalando que “las sectas crecen por el vacío espiritual que ha dejado la Iglesia”.
Embaucar y dominar
- ¿A quienes buscan captar las sectas inspiradas en la New Age?
- Los emocionalmente vulnerables. Asimismo adolescentes, jóvenes o adultos para quienes es atractiva una propuesta espiritual que no les plantea exigencias. Hace veinte años las personas argumentaban con ideas su cambio de religión. Hoy predomina el pobre, emocional y estético argumento de que «aquí me siento bien», «está lindo». Mucha gente ve y se mueve no desde las ideas, sino desde las emociones y basta que alguien le hable un poco lindo del cosmos, del oriente, le pongan un poco de música e inciensos. Es lo que hoy hacen muchos negocios de la fe.
- ¿Los líderes de sectas New Age son un peligro para la sociedad?
- Sí, porque provocan dependencia, aíslan a los seguidores de sus familias progresivamente. Hay una extorsión religiosa, cuando presionan psicológicamente a la persona y por lo tanto, hay un daño emocional. El líder se sitúa como un mesías carismático, pero encierra una melomanía autoritaria cuyas expresiones más extremas involucran lavado de cerebro, abusos de toda índole e incluso la muerte ritual. Ni hablar de la gran confusión religiosa con la que salen de allí dentro los ex-adeptos.
Por eso, el primer consejo que dan los expertos en sectas a personas que tienen familiares en estos grupos, es no cuestionarlos directamente, porque lo que se logra es que se aíslen más rápido al interior de la secta. Por más que el seguidor vea cosas que no le parezcan, o que sus amigos y familiares le alerten que «eso es una secta», si confía en el sistema, confía en el líder, le admira y estará a la defensiva. Hoy existen muchas agrupaciones de carácter religioso, tras una fachada de centro holístico o terapéutico, que mezcla reiki con ángeles, Jesucristo, la reencarnación; bueno, y todo a gusto del consumidor. Productos de consumo para embaucar y dominar.
- Un desafío para la Iglesia.
- Absolutamente. Juan Pablo II en Santo Domingo decía: «las sectas crecen por el vacío espiritual que ha dejado la Iglesia». Porque a veces hemos dejado un gran vacío pastoral por dedicarnos a muchas cosas. Pero falta que hablemos más del Señor, que lo presentemos, que la gente tenga instancias de encuentro con Dios. No podemos seguir más en una pastoral de mantenimiento, esperando que vengan. Debemos salir a presentarles el Evangelio, esta es la misión de la Iglesia.
La reencarnación, falsa promesa del “catecismo de la Nueva Era”
- ¿Por qué la New Age es incompatible con el cristianismo?
- Cuando uno escucha hablar de la chispa divina, de la energía, o de expandir la conciencia, estamos ante el catecismo de la Nueva Era. Libros como los de Brian Weiss, por su formación como psiquiatra, pretenden legitimar la reencarnación con argumentos que presumen de científicos y que son inexistentes. El Arte de Vivir, del gurú Ravi Shankar, es otro ejemplo. Allí dice «si yo dijera que no soy Dios, estaría blasfemando». El problema es que todo esto viene envuelto en un seductor lenguaje de tipo espiritual donde hablan del amor, del perdón, de lo divino en términos genéricos, de la divinidad como una suerte de energía y la mayoría de los cristianos ni siquiera se da cuenta los engaños que están leyendo y asimilando.
- El concepto New Age ‘expansión de la conciencia’ se presenta como algo positivo. ¿Dónde está el error?
- El Consejo Pontificio para la Cultura y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso elaboraron en 2003 un documento llamado Jesucristo, portador del agua de la vida, dedicado a la Nueva Era. En el capítulo 4 dice: «Dios es persona, no energía». El concepto de expandir la conciencia significa afirmar que yo soy Dios. Y un cristiano sabe que Dios es la Santísima Trinidad, y nosotros somos creaturas.
- ¿Cuál es el desafío entonces?
- Ser católicos de verdad, por opción adulta, porque de lo contrario te llevará el viento de cualesquier doctrina errada. El documento de Aparecida nos recuerda la urgencia de una conversión del corazón que descubre en Jesucristo vivo a quien me cambia la vida, y así me transforma en una persona nueva, adhiriendo a su palabra y adentrándome en su Iglesia.
Si recibimos el bautismo, la comunión, pero no cultivamos una relación personal con Jesucristo o no profundizamos en la Biblia, no conocemos la propia fe, estamos expuestos. Aceptar a Jesús es aceptar su camino. Las sectas de la Nueva Era captan católicos que tal vez han recibido los sacramentos, pero no han sido evangelizados. La mejor vacuna contra las sectas es una auténtica conversión a Jesucristo, en su Iglesia, y una formación permanente.
En este Año de la Fe, repasemos más el Catecismo de la Iglesia Católica. Muchas sectas que beben de la New Age te hablan incluso de Jesús, pero sólo como «el maestro». No te dicen que Él es el Señor y que Él es Dios. Para ellos es un profeta más, entre otros iluminados, al mismo nivel que Buda. Si nosotros somos cristianos, debemos creer en la resurrección y que hay una sola vida, no veintiocho mil. Sin esto muchos podrán decir creo en Jesús, pero la verdad estarán fabricando un concepto de Jesús a su manera.
5 comentarios
Sí sé lo que es la Reencarnación y concretamente creo en la Resurrección y también en que la inmensa mayoría iremos al Purgatorio y ello significa que nuestra vida continua para purificarse. Si nuestra tendencia a cualquier pecado no se ha purificado completamente en la tierra, después de la muerte, tendrá que haber una interacción entre las almas para erradicar esa tendencia. No puedo creer en la Reencarnación descendente porque considero que cada alma ha sido creada a imagen y semejanza de Dios y su destino es retornar a Dios. ¿Cómo conseguiremos purificar nuestro corazón y perfeccionar nuestra alma? Con total exactitud no queda revelado en la fe católica. Por ejemplo: en los niños muertos sin bautizar o con los abortos espontáneos o provocados. En esa línea expresa el punto 1261 del Catecismo: ".....nos permiten confiar que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo"
Es decir, no sé sabe con total exactitud. Por ello si Dios considera que podrían nacer de nuevo o mejor dicho volver a entrar en un nuevo proceso de concepción, bien con los mismos padres o con otros ¿es posible? Desde mi punto de vista sí. Creo que Orígenes no fue un hereje y en todo caso habría que preguntarse si lo fue el Emperador Justiniano.
La Verdad se abre paso siempre por la propia fuerza de la Verdad y acaba imponiéndose por mucho que se retenga o se quiera esconder.
Ánimo un abrazo.
Me acuerdo estos días de una anécdota decisiva para Edith Stein (Patrona de Europa), en una visita a la catedral de Francfort
"Entramos unos minutos en la catedral y, en medio de aquel silencio, entró una mujer con su bolsa del mercado y se arrodilló con profundo recogimiento para orar. Esto fue para mí algo totalmente nuevo. En las sinagogas y en las iglesias protestantes que yo conocía se iba sólo para los oficios religiosos. Aquí, en cambio, cualquiera en medio de su trabajo se acercaba a la iglesia vacía para un diálogo confidencial. Esto no lo he podido olvidar".
Esta escena habitual hace 30 años, hoy puede ser bastante inusual. Se cierran las iglesias para preservar sus tesoros artísticos, destrozando su tesoro más valioso: el silencio ante Dios.
Tropeles de turistas llenan los templos, contemplando supuestas lecciones de arte. Y por si fuera poco, el espacio antes y después de las misas es con frecuencia un espacio de tertulia.
Sin silencio, la oración es difícil. Sin oración la fe es difícil o imposible, porque en este siglo casi todos hemos atravesado las primeras noches de la mística: Ya sabemos que nada en este mundo nos va a calmar la sed de transcendencia. La ciencia oficial se encarga todos los días de comunicarnos que estamos a punto de conocer cómo se formó el universo. Y pocos se dan cuenta de que responder a "cómo se formó el universo", es diferente de poder responder a "qué o quién hizo que se formase". Kant nos desveló (acertadamente) que la metafísica no puede ser ciencia.
Sin oración, la preocupación por los pobres y por mejorar el mundo, se quedan fácilmente en buenas intenciones, especialmente cuando surgen los inconvenientes y se prueban los fracasos.
Si tuviese que dar una razón por la que las personas dejan la Iglesia Católica y se van a otras Iglesias o a las religiones New Age, pondría la desaparición de los espacios personales de silencio ante Dios, en uno de los primeros lugares.
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