Lo que nos separa de verdad no es la Verdad
Hoy tengo bastante trabajo y no pensaba escribir un artículo, pero hay cosas que claman al cielo y que nadie que tenga sangre en las venas puede dejar pasar. En un vídeo grabado en el encuentro de Pastoral Juvenil que tuvo lugar hace poco, he escuchado a una religiosa dominica decir:
Yo tengo sólo un sueño. Sueño con una Iglesia de Comunión, donde la comunión se dé en la caridad, porque muchas veces pedimos la comunión de la verdad y eso sirve para separarnos. La verdad la aportamos todos y la verdad de Jesús.
Increíble. Hasta un niño de primera comunión recordará la frase de Cristo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. También recordará cualquier cristiano que Jesús mismo afirmó que había venido al mundo “para dar testimonio de la Verdad”. Por lo tanto, decir que la Verdad es lo que nos separa es lo mismo que afirmar que Cristo es lo que nos separa.
El Espíritu Santo, como también recordarán los lectores, es el “Espíritu de la Verdad”, que nos “llevará hasta la Verdad plena” (Jn 16,13). Por lo tanto, decir que la verdad es lo que nos separa es lo mismo que afirmar que el Espíritu Santo es lo que nos separa.
Dios Padre es el Verdadero (1 Jn 5,20), sus palabras son palabras de verdad, su enseñanza es “una doctrina de verdad” (Ml 2,6). Por lo tanto, decir que la verdad es lo que nos separa es lo mismo que afirmar que es Dios Padre quien nos separa.
Más aún, afirmar que la comunión se tiene que basar en el amor pero no en la verdad es ignorar algo que se aprende o debería aprenderse en primero de Catecismo: que no se pueden separar Verdad y Caridad. Que un amor sin verdad es un falso amor, un amor superficial y mentiroso. Que somos incapaces de amar sin la fuerza de Dios y la fe verdadera es necesaria para amar de verdad a los demás. Que no vale cualquier amor, porque el único que salva y une es el de Cristo, que ama al enemigo hasta dar la vida por él. Que para poder amar como Cristo tenemos que conocer verdaderamente a Cristo y recibir de él su gracia, porque “sin mí no podéis hacer nada”. Que nuestro amor es débil y enseguida se desvía y se deforma sin la guía de la Verdad. Que el amor a los demás no es algo que construimos con nuestras fuerzas, sino ante todo un don de Dios, que se nos da en Cristo Jesús.
Por algo en nuestras Eucaristías recitamos el Credo, que es la fe que nos une, nos damos la paz como signo de unión fraterna que se realiza en el Cuerpo de Cristo y proclamamos la misma esperanza: Ven, Señor Jesús. La Fe nos une, la Caridad nos une y, aunque lo olvidemos a menudo, la Esperanza nos une, pero siempre las tres, sin que podamos separarlas. La unidad de la Iglesia es unidad en la Verdad, en la Caridad y en la Esperanza.
Si la Iglesia sólo estuviera unida en la Verdad (lo cual es imposible), Cristo no estaría vivo y presente en medio de ella, tocando los corazones de sus miembros y haciendo milagros en ellos. Si la Iglesia sólo estuviera unida en la Caridad (lo cual es imposible), no sería la Iglesia de Cristo y su caridad sería una farsa superficial y más o menos bienintencionada. Si la Iglesia solo estuviera unida en la Esperanza, esa esperanza no sería firme, ni cristiana, ni verdadera. Un sólo Amor, una Verdad, una Esperanza: los tres puntales de la unidad de la Iglesia.
Lo que nos separa no es la Verdad, sino el deseo de mantener “mi propia verdad” por encima de la Verdad a la que sirve la Iglesia y que se nos transmite desde los Apóstoles. Lo que nos separa no es la Verdad, sino el pensar que no existe la verdad o que cada uno tiene la suya. Lo que nos separa es la soberbia que hace imposible recibir la Verdad como un don que me viene de Dios a través de la Iglesia. Lo que nos separa es una falsa caridad que prefiere una aparente unidad a la valentía de construir la verdadera unidad. Quien nos separa es sustituir la Esperanza cristiana por proyectos mundanos según la moda de los tiempos. Quien nos separa no es la Verdad, sino el “creador de división”, que es lo que significa Diablo en griego, a quien Cristo llamó “el Padre de la Mentira”.
59 comentarios
Oponer la caridad a la verdad es prostituir a la primera. Una caridad sin verdad se parece a la verdadera caridad lo que la relación con una prostituta -o "prostituto"- se parece a la relación conyugal.
Por supuesto, la verdad no puede ir sin caridad, pero a nadie veremos decir "Sueño con una Iglesia de Comunión donde la comunión se dé en la verdad, porque muchas veces pedimos la comunión de la caridad y eso sirve para separarnos".
Por cierto que oponerlas es el error raíz de la modernidad, que llega a su cúspide en Kant. De allí se siguen los diversos voluntarismos formales, y el modernismo teologico que inficiona a esta pobre mujer.
Cf. la obra de Romano Amerio, Iota Unum, cuya tesis es que el olvido de la primacía de la verdad sobre la caridad es el origen del desastre progresista postconciliar.
1Co 13,13
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
Por eso, creen que la "caridad" une, porque es un impulso ciego, sin orientacion inteligible. Sin una verdad en funcion de la cual orientarse, la "caridad" se degrada a un vago sentimentalismo irenista, de acogimiento de todos, del "diferente", sea pecador (en tanto pecador), hereje o criminal. Y esta "caridad" acoge a todos, sin exigir cambios ni transformaciones. Se limita a aceptarlos, dado que no hay verdad a la luz de la cual puedan reformarse o transformarse. Lo que importa es el impulso ciego y voluntario al que llaman "fe" (vaciada de todo contenido inteligible -otra vez el odio a la inteligencia y a la verdad).-
En el Cielo, la fe es sustituida por la Vision, que prima sobre la caridad y la constituye. Esa es la raiz de la filosofía tomista, y su olvido es precisamente el que constituye el voluntarismo modernista
Es por eso también que san pablo habla de la "caridad de la verdad".
Es un tema muy interesante el que planteais, aunque, como siempre sucede en estos temas profundos, habría que hacer media docena de "distinguos" para establecer con claridad de qué estamos hablando.
La primacía puede existir desde puntos de vista diferentes: temporal, de subordinación, final, gnoseológica, etc.
En el homo viator (los que aún peregrinamos en esta tierra) claramente existe una primacía temporal de la verdad sobre la caridad, ya que somos incapaces de amar lo que no conocemos. Sólo amamos lo que hemos conocido primero como digno de amor (aunque, por supuesto, ese amor nos lleve a conocer más y mejor lo amado).
En Dios, es evidente que no puede existir primacía temporal de la Verdad sobre la Caridad, ya que Dios es eternamente Verdad y eternamente Caridad. En cuanto a otro tipo de primacía, la cosa es más complicada. En mi opinión (y consciente del escasísimo valor de la misma), aunque Sto. Tomás habla de primacía de la Verdad sobre la Caridad en Dios (y, en consecuencia, comprende el cielo ante todo como un "contemplar" a Dios), no es fácil ver en qué consiste esta primacía, ya que Dios es simplicísimo y, en realidad, no tendría mucho sentido separar en Él, siquiera conceptualmente, la Verdad de la Caridad para compararlas. Yo, más bien, asemejaría la cuestión a los transcendentales del ser, y diría que Verdad y Caridad, en Dios, convertuntur. Es decir, que, en el límite infinito divino, terminan por identificarse.
Todo esto en cuanto a la cuestión teórica. En la práctica, suscribo lo que dice Luis sobre el problema de la época moderna. Sin preocuparse de primacías, lo que se hace directamente es separar la caridad de la verdad y entronizar a aquella por separado, deformándola hasta hacerla irreconocible.
Un saludo.
la disputatio es interesantìsima.
No entiendo si al hablar "en Dios" te refieres a la vision beatífica o al propio ser divino. En cuanto a la vision beatifica, supuesto que las facultades de los salvados, inteligencia y voluntad, persistirán, pues, es obvio que hay una primacía de la contemplacion sobre la caridad. Primacía "formaliter", esto es, habrá una "contemplacion amorosa". La voluntad es el apetito de la contemplacion, el abrazar del intelecto. El problema radica en nuestro dualismo moderno, que tiende a oponer más que a distinguir.
En cuanto al propio ser de Dios, creo que en Santo Tomás está clarísimo, que a pesar de la simplicidad del ser divino, la inteligencia prima sobre su voluntad. Dios "no puede" (hablo con todos los recaudos apofàticos del caso, recordando la advertencia de Juliana de Norwich sobre estas expresiones) hacer algo absurdo o contradictorio. Los voluntaristas (Scot y Occam despuès) dicen que sí. La distincion de Inteligencia y Voluntad en Dios, es esencial para entender sus actos ab extra, en particular la Creacion. Y también para entender que las leyes del ser no son contingentes o discrecionales, sino que forman parte de la propia inteligebilidad simplìsima de Dios.
Un placer, Bruno y Luis Fernando, salir un momento de mi mundo financiero y despuntar el vicio. In Domino
"Respondo: En Dios hay voluntad como hay entendimiento. Pues la voluntad sigue al entendimiento. Pues así como una cosa natural tiene ser por su forma, así también el entendimiento está en acto por su forma inteligible. Cualquier cosa está tan relacionada con su forma natural que, cuando no la tiene, tiende a ella; y cuando la tiene, descansa en ella. Lo mismo cabe decir de cualquier perfección natural, que es un bien natural. En los seres carentes de conocimiento, esta tendencia al bien se llama apetito natural. Por eso, la naturaleza intelectual tiene una tendencia similar al bien aprehendido por la forma inteligible. Esto es, cuando tiene el bien, en él descansa; cuando no lo tiene, lo busca. Y ambos pertenecen a la voluntad. Por eso, en cualquier ser con entendimiento hay voluntad, como en cualquier ser con sentidos hay apetito animal. De este modo, es necesario que en Dios haya voluntad, ya que en Él hay entendimiento. Y como su conocer es su ser, también es su querer "
Hablaba de Dios en sí (lo de la visión beatífica sólo quería ser un ejemplo de como Santo Tomás tiende siempre a dar la primacía a la verdad; debía haberlo dejado claro, tienes razón).
Estoy completamente de acuerdo con Santo Tomás, como es lógico, contra Occam y Calvino y demás ralea de voluntaristas. Sin embargo, el problema de estos no es que eliminen la primacía de la verdad sobre la caridad en Dios, sino que directamente niegan que estén necesariamente unidas y llegan a afirmar lo contrario: la primacía absoluta de la voluntad divina sobre la verdad. A mi entender, se imaginan a Dios a la manera del hombre de Sartre, es decir, como un creador de los valores con su propia voluntad. Basta, contra ellos, defender que Dios no crea la verdad, ni se "inventa" lo bueno y lo malo, sino qué la Verdad es reflejo de su ser eterno increado (ser que es también un amor eterno e increado). Es decir, contra los voluntaristas basta defender la inseparabilidad de inteligencia y voluntad o verdad y caridad en Dios.
Dios "no puede" hacer algo absurdo o contradictorio, pero "tampoco puede" no amar.
Entiendo que tu cita de Santo Tomás lo que afirma es que se puede distinguir intelecto y voluntad en Dios. Estoy de acuerdo, por supuesto. Lo que creo que no se puede hacer es distinguirlos para compararlos entre sí y buscar la primacía de uno, porque eso no tiene sentido en Dios. De hecho, Santo Tomás termina diciendo "Y como su conocer es su ser, también es su querer".
Pues sí, estas discusiones son muy interesantes y da gusto dejar un poco el trabajo para algo así.
Un saludo.
Un placer
Me ha gustado mucho de tu comentario lo de que "tenemos que ser unos enamorados de la Verdad, que es el mismo Jesús" y que "tenemos que amar profundamente toda verdad objetiva".
Si el mundo no nos ve a los cristianos como enamorados y servidores de la Verdad, ¿cómo va a convertirse? Santo Domingo y Santo Tomás estaban enamorados de la Verdad y, precisamente por eso, podían querer verdaderamente a su prójimo y dar la vida por él.
Un saludo.
Desgraciadamente, una progresista muy desviada.
Suelo ser poco categórico al hablar, pero creo que, en el caso de lo que cuentas, "barbaridad", "inadmisible" y "profanación" son los términos perfectos para ese despropósito.
Excmo Sr. Cardenal
William Levada
Congregación de la Doctrina de la Fe Excmo Sr. Cardenal Francis Arinze
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
De mi mayor consideración:
Me dirijo a sus Iustrísimas a los efectos de manifestar mi preocupaciòn por un penoso hecho de abuso litúrgico ocurrido en la diócesis de Barcelona, en Manresa, España, protagonizado por un obispo en extraña jurisdicción, Mons Godayol. De dicho abuso, que estimo podría constituir una posible profanación del sacramento de la confirmación, da cuenta en forma elogiosa el sitio de internet de la hermana de clausura Lucía Caram en la entrada correspondiente al día 29 de mayo de 2008, que reproduzco a continuación:
“Al viento del Espíritu”
29.05.08 @ 09:45:01. Archivado en Fe, Festejar, Iglesia
Copio textual el blog que "no sé por qué se borró"
El día de Pentecostés compartimos una Jornada con un grupo de jóvenes –más de los previstos- en el monasterio. Nos había convocado el deseo de orar juntos y de invocar y esperar el don del Espíritu Santo.
Durante la jornada, que comenzó con una oración que nos remontaba a la experiencia de Elías, el Profeta que descubrió a Dios en la brisa suave –en el murmullo de la brisa-, tuvimos tiempo para profundizar en el sentido de la Fiesta a través de una charla, un taller y unos testimonios de jóvenes que han experimentado la fuerza del Espíritu en su vida de creyentes.
Fue toda la jornada una preparación para la misa de la tarde que sería presidida por el Padre-Obispo, Joan Godayol –que nos acompañó todo el día-. Concelebraron cinco sacerdotes, y en un lugar privilegiado acompañaban representantes de las diversas religiones presentes en la ciudad de Manresa, además de una representación muy numerosa de las mismas que estaban entre los asistentes.
El obispo Joan nos ayudó a situarnos en el cenáculo, en actitud orante con María, y nos recordó el itinerario de fe de la primera comunidad, que supo dejarse llevar por “el viento impetuoso” que se derramó generoso sobre cada uno de los amigos de Jesús, empujándolos a “ir más allá” a anunciar a “todos” la Buena Noticia de la Salvación.
Durante la celebración, Pilar, una joven de 30 años fue confirmada. A la hora de invocar al Espíritu Santo, tanto los con-celebrantes, como los representantes de cada religión, le impusieron las manos e hicieron una oración sobre ella: Oramos, cada uno a su manera, al mismo Dios y Padre, y al mismo Espíritu.
Después siguió el rito habitual, con fuerza y ánimos, y la asamblea, en la que había gente de todas las edades, culturas y religiones, vivió la experiencia de un “nuevo Pentecostés”.
Todos marchamos con la fiesta en el corazón, y brindamos por una Iglesia que viva cada vez más “al aire del Espíritu”; por una Iglesia sensible a esa brisa suave que anima a los desanimados y envía a los “que arden de pasión por el Señor” –como el Profeta Elías- y a los que tal vez, encerrados por los miedos no se animan a caminar, y que son “arrastrados por ese aire impetuoso” y por ese fuego que quema y que se manifestó en Pentecostés… y que hoy sigue quemando, enviando, animando.
www.dominicos.org/manresa
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http://blogs.periodistadigital.com/btbf/trackback.php/168645
Esta cita es textual del sitio de internet de la referida Hermana Lucía, lo que puede fácilmente constatarse ingresando en dicho sitio, y verificando la existencia del texto en la siguiente dirección: http://blogs.periodistadigital.com/sintoniacordial.phpCreo que sus Ilmas no requieren glosas o aclaraciones de mi parte. Estimo que el relato habla por sí mismo.
Confiando en la intervención que vuestras Congregaciones puedan tomar en el asunto, les solicito filialmente su bendición,
...............
Argentina
Hoy, como hace dos mil años, tienen plena vigencia las palabras de Cristo: "¿Pensáis que he venido a traer la paz a la tierra? Os digo que no, sino discordia. En adelante, estarán divididos cinco: tres contra dos y dos contra tres; el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Sólo estando de parte de Cristo en esa división podremos alcanzar la verdadera unidad y comunión que da el ser hijos de Dios.
Es curioso que tanto el post que recoges en tu comentario como el vídeo que yo criticaba han desaparecido.
Creo que me alegro de que así sea. Es una muestra de que, cuando estas cosas se sacan a la luz, se pone de manifiesto que son inaceptables. Me recuerda un poco a aquello de:
"Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios."
Es algo que nos pasa a todos. Somos conscientes de que algo está mal y lo ocultamos. Por eso es bueno que haya cuanta más luz mejor, aunque la corrección cueste (y todos lo necesitamos alguna vez).
Estoy de acuerdo. Por eso hay que tener mucho cuidado de no poner nuestras opiniones personales por encima de la Verdad revelada por Dios, para no sustituir la unidad de la Iglesia por discusiones sin fin entre opiniones.
http://www.youtube.com/watch?v=vVfIIwYMiAg
Ya he visto el post al que te referías. Ciertamente, tiene toda la pinta de un "tirón de orejas" de alguna autoridad, ya sea de la Orden o de Roma (¿quizá como consecuencia de tu carta?). Me parece una buena señal que sean capaces de obedecer en eso (en publicar ese texto), aunque sea poca cosa.
Dios nos conceda a todos la humildad de obedecer en lo que no nos guste.
Claro que lo que se dice en ese post es completamente contrario a lo que se dice en el vídeo:
“El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles. Por su parte, los Obispos son, individualmente, el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares
[..]
4. La salvación se encuentra en la “verdad”. "
Tras la tenida con Luis sobre alta teodicea escolástica, en la que la Summa Theologiae por poco me bloquea el servidor, paso a mi modesta contribución.
Lo que dice la sor no es nuevo, el panteismo, véase Tony de Mello, pseudocristiano es una permanente tentación con una gotitas de "crítica" a la Jerarquía, buenismo al gusto y M.L.KIng (I have a dream), désele un tono verbal "profético"...et voilá.
He conocido, y conoceré supongo, personas (laicos,curas,monjas,frailes y demás especie) como la sor, nunca han pasado de la notoriedad pública, el protagonismo y el mandar-disponer-organizar, ¿donde están años después?.
Pues algunos como P.M. Lamet enredando, otros como Boff detruyendo, otros secularizados/as dando clase de "religión", y así la mayoría, casi todos sin fe.
Pido a Dios, que la sor y el caballero barbado (qui est?), dotado de lentes, a su vera, sepan entender y encontrar en la Penitencia, regalo de Dios, la verdad más cara que nace de un "Dios compasivo y misericordioso tardo a la ira y rico en clemencia, no nos trata como merecen nuestros pecados", pero para eso se necesita "un corazón quebrantado y humillado, tu Señor no lo desprecias", mientras tanto oración de súplica.
Algo nunca visto, la razon de ser de la Orden es el combate a las ideas albigenses, el motor de Domingo y de Tomas. Realmente, como dominico me hierve la sangre, es para llorar. "Veritas" es el lema de nuestra Orden.
http://www.tv3.cat/videos/14559
Curiosísimo. Da la impresión que los cátaros eran buenísimos: vivían la pobreza, vivían el Evangelio y Santo Domingo copió su forma de vida para crear las dominicas, mientras que la Iglesia estaba aburguesada y no hacía más que condenar.
Contado así, ¡lo extraño es que Santo Domingo convirtiera a los cátaros en lugar de convertirse él en cátaro!
Es una pena que tanta "novedad" no sea más que la repetición cansada de los mismos errores de siempre.
Como dices, lo peor es que estas cosas terminan por pasar factura a quienes se las han tragado, porque, al final, sólo Cristo (el verdadero, no el inventado pasteloso de color rosa) puede darnos la felicidad y la vida que no se acaba.
Un saludo.
En fin, una mezcla de burra ignorancia, mala leche y progresismo, con la inevitable adicion de pensamiento políticamente correcto, dado que todos sabemos que los cataros eran grandes tipos injustamente achicharrados por la Inquisicion. Si lo único que predicaban es que la vida era un cancer, que el suicidio era la vía más perfecta, y que reproducirse era una abominacion. Casi, casi como Mac Namara u Obama. Incurable por medio ordinarios.
Como le dije hoy a un cofrade: solo sanable por un milagro de N.P Domingo.
Yo creo que todo esto es un ejemplo perfecto de que, con toda la buena intención del mundo, se puede meter la pata hasta el cuello, haciendo además con ello un daño incalculable a mucha gente.
Pues sí, es lo que separa a la Iglesia de lo que no es la Iglesia.
Entiendo que precisamente eso es lo que no le gusta a Sor Lucía, ella quiere una Iglesia "más amplia" que abarque a todos los hombres de "buena voluntad", crean en lo que crean.
Buena intención, pienso yo, pero destruye totalmente la Iglesia, la salvación, la entrega de Cristo en la Cruz, su resurrección y el Espíritu Santo.
Un viejo dominico, maestro mío, me decía cuando le pedía un consejo para enseñar: "de cada cien palabras meditadas, que desborde, una sola, hacia los demás" "de cada mil pàginas leídas, una sola, concentrada, enseña".
Para hablar con temor y temblor ante jóvenes, le falta estudio, contemplacion, meditacion, concentracion. Como decía Unamuno, lo que tengas que decir, denso, denso...
Pues para reconocerle, ¡al menos!, buena voluntad a sor Lucía, el ensañamiento está siendo bien fogoso. Mucho "distinguo gnoseológico", pero vete a tus propias frases, a las tuyas, no a las de nadie más:
""""Si el mundo no nos ve a los cristianos como enamorados y servidores de la Verdad, ¿cómo va a convertirse?(...) Por eso hay que tener mucho cuidado de no poner nuestras opiniones personales por encima de la Verdad"""
Pues eso. A sor Lucía Caram la conocen cuatro gatos (cinco o seis ahora gracias a ti). A tantos y tantos monseñores los conocen millones de personas. Y al parecer, lo de servidores de la Verdad (ni de ninguna otra cosa o causa noble) es lo que no les reconoce casi nadie.
Gracias por tu comentario, pero no lo entiendo muy bien. ¿No estás de acuerdo con mi frase?
No veo donde me he ensañado con Sor Lucía. Al contrario, como hermana en el Señor y Esposa de Cristo la tengo mucho respeto. Pero eso no quita que pueda señalarlo cuando mete la pata hasta el fondo.
En cuanto a lo de los monseñores, como con todos los cristianos, supongo. Los habrá que sean servidores de la Verdad y otros que se sirvan a sí mismos y la mayoría, no siendo santos, intentarán servir a la verdad pero a menudo terminarán sirviéndose a sí mismos.
Que muchos de ellos sirven a la verdad o lo intentan supongo que lo reconocen, a grandes rasgos, los cientos de millones de católicos que en el mundo hay.
Un saludo.
Hoy tocaba persecución. Sor Lucía, un clásico.
Y también hoy, Eleuterio la toma con un amigo personal mío, el padre Lamet SJ, así, por las bravas: te lees el post de Eleuterio y una no acierta a saber qué puede haber contra este santo varón. Eso, cuando ves que los nombres y apellidos son los de un amigo de la infancia, hasta duele. Lo dicho, se ve que tocaba perseguir con nombres y apellidos. Luego volverá la fase de tirar a bulto a ver a quién se le acierta.
Ay, Señor... Me vuelvo a mis asuntos: como decía mi suegra -una cosa sabia que sí decía- : no hay que preocuparse por medios días habiendo días enteros
Me gusta la frase de tu suegra aunque (hoy debo de estar especialmente denso) no termino de entenderla.
Sobre quién une en nuestra común Iglesia Católica, sobre quén separa y sobre quién divide. Nos une Jesucristo padre de la verdad y muñidor de la verdaderas ideas de amor y fraternidad universales entre las mujeres y hombres de buena voluntad y nos separa o divide el padre de la mentira Satanás hacedor de todas las causas de soberbia, maldad y desunión entre las mujeres y hombres desviados y con deficiente voluntad personal y formación profesional necesaria.
Por lo tanto os digo con Boecio que " Nulla pestis efficatior ad nocendum quam familiaris inimicus": No hay pestilencia que dañe más que un enemigo en casa o
también con Lucrecio. " Non debet quis ponere caretem ante bobes": No se debe poner una carroza antes que los bueyes.
Cordiales saludos.
Gratia et PAX.
Las virtudes virtuosas: La Fe, La Esperanza y la Caridad de las cuales en verdad San Pablo reconoce a la Caridad como lo mayor. están las tres por debajo y totalmente iluminadas y recreadas por la VERDAD.La Existencia y la Verdad son un nivel superior.
Ontológicamente lo primero es el ser existente per se. Y que al ser en esencia ( ens) existente y el primero: es Dios. Y por tanto ya lleva implicita y asociada la cualidad de VERDAD al ser primero y verdadero. Y todas sus cualidades infinitas asociadas. bondad, amabilidad,etc.etc.
Es la primera vez que leo la palabra "muñidor" y me ha gustado. Siempre es bueno aprender algo.
Los apóstoles y los primeros cristianos tenían muy claro qué es lo que les unía: "un solo Señor, una sola Fe, un solo Bautismo", que no podían separarse del "vínculo de la caridad".
Un saludo.
Un solo Señor, una sola fe
Fuente: 1892 Cantos para Evangelizar Cantando, Edisepal
(L. Deiss)
UN SOLO SEÑOR,
UNA SOLA FE,
UN SOLO BAUTISMO,
UN SOLO DIOS Y PADRE
Llamados a guardar
la unidad del Espíritu,
por el vínculo de la paz,
cantamos y proclamamos.
Llamados a formar un solo cuerpo
en un mismo Espíritu,
cantamos y proclamamos.
Llamados a compartir
una misma esperanza en Cristo,
cantamos y proclamamos.
* * *
Me encantan este tipo de expresiones. Mi suegra es de un pueblo de Ciudad Real y también dice cosas así.
Me fascinan, porque tienen una lógica que me desconcierta por completo. En principio, no hay nada que relacione un día entero con un problema grande o un medio día con un problemilla y, sin embargo, uno intuye que el sentido va por ahí, a la vez que se podrían imaginar otros sentidos distintos. Además, "medios días" es una unidad de tiempo muy poco habitual... me gusta la frase, creo que la usaré.
Saludos.
Sí. Los cátaros / albigenses fueron un resurgimiento del antiguo maniqueismo del s. IV en la Francia del S. XII. Llegaron a dominar gran parte de Occitania.
Creían que había un "Dios bueno" y un "Dios malo" (el Dios del Antiguo Testamento, el Creador, que es también el demonio). Como el "Dios malo" era el que había creado la materia, todo lo material era malo, incluido el cuerpo. Por eso, consideraban que el matrimonio era una aberración (al contrario que la homosexualidad), porque daba lugar a más cuerpos humanos. También por eso fomentaban el suicidio.
Negaban el sacerdocio y los demás sacramentos. También rechazaban totalmente la Encarnación, ya que el Dios bueno no podía mancharse con la materia. Prohibían los juramentos (con lo cual destruían totalmente el orden social feudal de la época, basado en los juramentos de vasallaje).
Dentro de los cátaros había una casta especial, los "Perfectos", que eran los más estrictos y, por ello, afirmaban que podían perdonar los pecados a los demás.
Santo Domingo y los dominicos se dedicaron de una forma especial a combatir esta herejía.
Un saludo.
A fuer de hacerme pesado en algún momento, me parece que voy a copiar de vez en cuando unas palabras de la homilia del obispo Munilla en el Foro.
Especialmente dirigidas a algunos contertulios cuyo mayor argumento es aquel de "vosotros" y "nosotros"_
Copio:
"Fijaos… nos han querido colar… nos quieren colar -no hablo sólo del pasado-, lecturas de la realidad de la Iglesia con criterios extraños al Evangelio: Que si “derechas, izquierdas y centro”, que si “los carcas y los progres”, que si “Iglesia Jerárquica o la Iglesia Popular”, que si “Iglesia Magisterial o la Iglesia Caritativa”. TODO ESTO ES UN TIMO, ES UNA CARICATURA. "
La Verdad está en nuestros corazones cuando abrimos su puerta y vamos hacá los demás para compartir.
Nosotros también soñamos con La Belleza de una Iglèsia de Comunión Universal, en la que todos los Credos se unifiquen.
Cristo, Buda, Krishna y la Verdad con ellos. A partir de ahí descubramos su mensaje.
Un abrazo.
Las enseñanzas de Cristo y Buda son contradictorias. Eso quiere decir que no se pueden unificar. Hay que elegir: o una o la otra o ninguna de las dos. Pero pretender que se eligen ambas no significa nada.
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