Polémicas matrimoniales (XV): Fr. Hunwicke
Para contribuir a las discusiones de estos días, me ha parecido adecuado traducir y traer al blog unas líneas del Father Hunwicke, un anglocatólico del Ordinariato inglés, sobre el tema de la gradualidad, la aceptación sin aprobación y los elementos de verdad existentes en situaciones de pecado. Todo ello, enmarcado en una “nueva taxonomía del pecado".
Al crear los ordinariatos, ¿estaría pensando Benedicto XVI que una de las cosas que aportarían a la Iglesia sería el fino humor y el acerado análisis lógico de Oxford? ¿Imaginaría que habían de ser buenos aliados en las luchas morales que se avecinaban? Sea como fuere, dejo a los lectores con el Father Hunwicke, un gran estudioso y conocedor de la historia de la Iglesia, de la liturgia y de la teología en general, cuyos finos análisis y cuyo sentido del humor hacen entender por qué el movimiento anglocatólico nació en Oxford.
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Dejen que les recuerde lo que la Nueva Casuística enseña sobre el pecado:
- Gradualidad: “La gente no puede renunciar a su pecado instantáneamente. Hay que darles tiempo y la gracia de los sacramentos para que vayan desenganchándose gradualmente”.
- Aceptación sin aprobación: “Los divorciados vueltos a casar podrían estar en una situación que no puede ser aprobada formalmente por la Iglesia, pero la Iglesia puede recibirlos tal como están en su vida sacramental ”.
- Elementos de verdad: “Fuera de la relación de la monogamia heterosexual, hay otros modelos de relaciones en los que existen importantes elementos de los valores propios del matrimonio, y son estos elementos los que debemos subrayar (permanencia, amor self-sacrificing, etc.)”.
Ahora, apliquemos la “Pregunta del Fr. Hunwicke”: ¿Aceptaría que, puesto que un pedófilo tiene inclinaciones muy fuertes, su objetivo debería ser trabajar duro para ir abusando de niños cada vez con menor frecuencia? ¿Cómo le hace sentir la posibilidad de que la Iglesia acepte que algunos pedófilos son gente amable y afectuosa con los niños de los que abusan y deberíamos concentrar nuestra atención en los buenos elementos de amabilidad y afecto? O tomemos a alguien con un instinto asesino patológico: ¿Querría que la Iglesia siga manteniendo la enseñanza de los Diez Mandamientos sobre el asesinato pero, sin aprobar los asesinatos, acepte como es a un asesino que no se arrepiente?
Probablemente no. Probablemente, la mayoría de la gente, incluso católicos muy progresistas, dirían que no, a no ser que sean ellos mismos pedófilos o asesinos o ambas cosas. ¿Y por qué no?
Lo que, de hecho, tenemos ante nosotros es la adopción por parte de los progresistas de dos categorías de pecado muy diferentes. Hay pecados que (la mayoría de la gente estaría de acuerdo en decir que) son realmente pecaminosos. Como, por ejemplo, abusar de niños y/o matarlos. Los astutos jueguecitos verbales de 1), 2) y 3) nunca resultarían aceptables para estos pecados. Si alguien sugiriera que una moral cristiana más sofisticada podría permitir que un pedófilo abuse de niños siempre que lo haga de forma gradualmente menos frecuente, la mayoría de nosotros probablemente le daría una patada. Sin importar cómo consigan controlar su comportamiento, los pedófilos deben dejar su vicio o verdaderamente intentar dejarlo. Deberían recibir la absolución y después “irse y no pecar más".
Para los liberales, sin embargo, existe ahora una categoría adicional y muy diferente de pecado. Consiste en cosas que, ya que fueron condenadas por Cristo o por siglos de Tradición cristiana, pueden ser para los progresistas técnicamente pecaminosas en algún sentido. No obstante, los progresistas no creen que realmente estén mal, así que idean maneras sofisticadas de evitar la exigencia del Evangelio: el arrepentimiento y un firme propósito de no volver a pecar y de evitar las ocasiones de pecado. Como niños que han hecho trampas para encontrar el resultado de una suma, empiezan con la conclusión y, después, tratan de hallar los “pasos” adecuados para llegar a ese resultado. “Quiero afirmar que una pareja del mismo sexo puede seguir viviendo en una relación sexual. ¿Dónde puedo encontrar argumentos astutos que apoyen esa conclusión?”
Así pues, ahora tenemos:
- PECADOS REALMENTE MALOS: realmente me hacen sentir náuseas en el estómago.
- PECADOS QUE SÓLO ESTÁN TÉCNICAMENTE MAL: mi estómago no tiene ningún problema. Sólo tenemos que encontrar una forma de que la Iglesia cambie de opinión sin quedar fatal al hacerlo.
Esas son las dos categorías diferentes de pecados en las que creen ahora los progresistas. Bien es verdad que, ni en la Biblia ni en dos milenios de historia cristiana, hay nada que apoye la existencia de la categoría 2.
91 comentarios
1) no es demasiado pecado lo que atañe a las obligaciones con Dios, que no son propiamente jurídicas por faltar igualdad en la relación (primeros tres mandamientos).
2) Es pecado lo que hace daño al otro contra su voluntad (por cierto, prescindimos de análisis más finos, sobre qué es justicia y qué es dañar al otro). Por eso, el sexto mandamiento versión progre podría decir "No tendrás sexo sin consentimiento del otro".
3) Todo lo demás es discutible.
"la corrupción es peor que el pecado"
Hasta donde yo puedo ver, llama "corrupción" a un estado en el que el pecado se ha hecho tan habitual que ya se percibe como lo normal. Es decir, un caso en que la conciencia se ha corrompido tanto que ya no advierte al pecador. En ese sentido, "corrupto" no se referiría simplemente a lo que los periódicos llaman corrupción (politico-económica), sino a un estado moral de las personas.
En ese sentido, la frase es apropiada: el endurecimiento en el pecado es aún peor que el pecado sin más.
"En el pensamiento progresista el pecado tiene una dimensión exclusivamente quasi jurídica"
Es curioso que Lutero pusiera las bases para destruir precisamente las cosas que quería subrayar. Su idea de la depravación total y de la concepción jurídica de la redención han terminado por desembocar en la salvación universal y en la inexistencia del pecado.
"haz la prueba de decir que un matrimonio de divorciados es corrupta o que una pareja de gays lo es por estar endurecidos y después me contás"
Claro. Es que eso es lo que hay que hacer. En cierto modo, es lo mismo que ha hecho Hunwicke: aplicar el tratamiento de los pecados que están de moda a los que no están de moda y viceversa para que salten chispas y, al menos los que aún no tienen podrido el nous, se pongan a pensar.
En ese sentido, es una estupenda línea de argumentación para explicar en qué sentido la nueva situación es peor que el simple pecado de adulterio.
"La escandalosa..."
Por supuesto, no he dicho que la corrupción politico-económica no sea corrupción. Lo que he intentado señalar es que se trata de un estado moral que se puede encontrar en ese ámbito pero también en muchos otros. La corrupción moral es un proceso de muerte y un mal aún más grande que el pecado. Un mal que, más que perdonar, hay que curar.
Es la moral adolescente, cuya norma fundamental es "Nadie puede decirme lo que tengo que hacer".
Por otra parte, dado que "corrupción" tiene una connotación vinculada con el robo, resulta un enorme alivio en estos tiempos de denuncia populista contra las clases dirigentes pensar que "pecador sí, corrupto no". Los malos son los otros, yo me salvo.
Exacto, Bruno. La libre voluntad, emancipada del orden natural. Lo que subyace aquí es un enorme desprecio por un orden dado, que trasciende la voluntad.
La frase esa sobre la corrupción, aunque le demos todas las vueltas justificatorias que queramos, se entiende de lo económico - político. Y eso ni por las tapas se puede decir que es el mal más grande.
Además, hay algo profundamente erróneo en sus argumentos. Se basan en afirmar que una pareja de divorciados o de homosexuales pueden buscar sinceramente al Señor (palabras que empleó el Papa Francisco), que pueden tener buenas intenciones o que en su situación de pecado, a pesar de todo, pueden buscar el bien. Eso es obvio, todos sabemos que lo que hay en el interior de cada cual sólo lo conoce Dios, pero es que ellos no son quienes para enjuiciar sus conciencias, ni para bien ni para mal. Su papel es informar de que dichas situaciones suponen un pecado mortal. A los liberales parece que les entran unas ganas locas de colocarse en el lugar de Dios y decidir que hay en el fuero interior de las personas que viven irregularmente.
Espero que no te lo tomes a mal, pero lo que has dicho demuestra exactamente lo que se dice en el artículo.
El adulterio, ya lo llames así o "que dos personas consienten mutuamente en entregarse afecto en una relación de pareja" es un pecado mortal según la revelación de Dios. Es decir, destruye al hombre, priva completamente de la gracia de Dios y, de por sí, lleva al infierno. Si te parece que Dios, por el hecho de incluirlo en los Diez Mandamientos no tiene "un mínimo de sentido común, decencia y respeto por la dignidad humana" se lo dices a Él. Pero poner verde al Fr. Hunwicke por el hecho de señalarlo no parece que tenga ningún sentido.
Si te fijas, en lugar de recordar lo que es el adulterio a los ojos de la Iglesia (y de Dios), su gravedad y los "graves perjuicios" que causa de por vida (y en la otra vida) a los implicados, lo que has hecho ha sido utilizar un eufemismo que sugiere, precisamente, que eso del adulterio puede ser técnicamente un pecado, pero en realidad se trata más bien de algo bueno, en que dos personas se entregan afecto.
Quiero dejar claro que mi intención no es culparte por hablar así. Es un defecto propio de nuestro tiempo y todos los que vivimos en esta época sufrimos, más o menos, su influencia. Precisamente por eso conviene tenerlo muy en cuenta.
Por otra parte, Cristo no hace la comparación de la rueda de molino hablando de los abusos sexuales, sino de escandalizar o hacer tropezar a los fieles sencillos (los "pequeños que creen en mí"), algo que también es muy apropiado cuando hablamos de sustituir la moral católica por otra cosa. Por extension, por supuesto, también se puede aplicar a los abusos, pero no hay que perder de vista el significado original.
Saludos.
Yo te agradezco, Bruno, por traer este torrente de sensatez a InfoCatólica. Sobre todo me gusta, y lo utilizaré, aquello de que cada época parece tener sus pecados-pero-que-feos-pecados, y sus pecados-no-tan-pecados.
Lo que ello demuestra es que tendemos a definir el pecado de modo subjetivista, en términos de qué sintió el sujeto, cómo fue afectado, si se lo tomó en cuenta, si deseaba lo que hizo. La parte de la ofensa a Dios queda en la penumbra, como también la consecuencia del pecar, más allá de lo que haya previsto la libertad autónoma del sujeto.
"Curiosamente, a la excesiva casuística que se padeció durante cierto tiempo por el lado tradicional (por llamarlo de algún modo) ahora la ha sustituido la casuística progresista o liberal. Leer a ciertos autores y obispos intentar justificar el acercamiento a la Comunión de divorciados vueltos a casar, es como ver a un niño intentar montar un mecano al que le faltan piezas."
Sí, o como dice el propio P. Hunwicke, como alguien que ya sabe el resultado que quiere... y le vale cualquier argumento con tal de llegar a él.
Quise poner un comentario de felicitación en su blog por sus dos posts "No te dejes desanimar..." y "Algunos se cansaron", pero en ambos estaban cerrados los comentarios, así que aprovecho ahora para felicitarlo. Me gustaron mucho y el primero me infundió mucho ánimo. Gracias.
Es así. De hecho, la primera Relatio del Sínodo es un símbolo de este modus operandi: estaba ya redactada antes de que empezaran las discusiones.
Si se quieren poner paralelismos, no hace falta comparar unos pecados con otros. Para mi los Kasper de turno como médicos serían capaces de decirle a un enfermo de cáncer con metástasis que no le pasa nada grave. Le darían una aspirina, un gran abrazo fraterno y lo mandarían a casa "misericordiándolo". Al poco, el paciente moriría, claro. Bueno, pues unos divorciados vueltos a casar espiritualmente necesitan sacerdotes médicos, no animadores socioculturales. Más que nada porque al pasar a la otra vida, si no les han enseñado a sanarse pueden morir para la eternidad.
Falstaff, hace cientos de años que la Compañía usa la casuística para interpretaciones liberales, o como se decía antes, "laxas". De hecho, el casuismo y la restricción mental, que no son nada "tradicionales", fueron llevadas al ápice por la Compañía, con interpretaciones liberales en materia moral o litúrgica. Raras veces el casuismo se usó para interpretaciones rigoristas. Quizás un poco en el siglo XIX o XX cuando se medían los centímetros de tela de las niñas.
En toda comparación, hay algo que es igual y algo que es diferente. Por definición, no caben las comparaciones entre dos cosas idénticas. Por lo tanto, es absurdo descalificar una comparación por el hecho de que las dos cosas comparadas son diferentes en algo y comparables en otro aspecto.
El adulterio y el asesinato son comparables en que ambas cosas son pecados y ambas son pecados mortales. Por supuesto, además de eso tienen muchas diferencias. La comparación es muy útil porque el tratamiento moral que Deben recibir viene de su condición de pecados mortales. De hecho, el primero que "comparó" fue Dios, que asignó un mandamiento al asesinato y el siguiente al adulterio.
El hecho es que, para mucha gente, el adulterio no es realmente pecado, lo importante es quererse. Las propuestas que hemos oído en torno al sínodo sobre este tema se apoyan precisamente en que, para los que hacen las propuestas, el adulterio no es verdaderamente un pecado grave. Por eso es importante, señalar que nunca harían esas propuestas con respecto a pecados que sí consideran graves, para poner de manifiesto que, en realidad, su argumentación se reduce a decir, de forma más o menos encubierta: "pero eso no es realmente un pecado".
1867 La tradición catequética recuerda también que existen “pecados que claman al cielo”. Claman al cielo: la sangre de Abel (cf Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf Gn 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf Ex 3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf Ex 22, 20-22); la injusticia para con el asalariado (cf Dt 24, 14-15; Jc 5, 4).
Es que Antonio no dijo simplemente eso. Si se hubiera limitado a decir eso, yo no habría tenido nada que objetar. El comentario de Antonio1 tenía dos grandes problemas:
- La afirmación de que la comparación no vale porque los abusos, en principio, son más graves que el adulterio (hasta el punto de calificar la comparación de "inmoral"). Pero esa objeción es falsa, porque lo que importa aquí no es la diferencia gradual sino la semejanza cualitativa.
- La sugerencia de que el adulterio, como "dos personas que se dan afecto" no es realmente una cosa grave. Eso es contrario a toda la Tradición cristiana, a la vez que es común a las propuestas criticadas y es justo la actitud a la que se refiere Hunwicke con su artículo.
Muchas gracias y que Dios te bendiga.
El meollo de la cuestión es que por ahora no hay millones de dólares invertidos en convencer hasta a los pajaritos de que la homosexualidad es una maravilla, los Rockefeller todavía no le han visto el filón a la pedofilia, o mejor dicho, se lo han visto hace rato, pero saben que el sapo necesita unos grados más de temperatura antes de poder tragar esa rueda de molino que está un poco gordita.
Y en el fondo, se sabe. Se intuye cuál causa cuenta con el apoyo de los poderosos, y cuál no. A partir de ahí, es cuestión de prudencia elemental, nada más.
Saludos cordiales.
Hay muchas razones por las que la Iglesia está echa unos zorros, pero creo que de las más graves está dicha actitud.
Esto dicho, en un segundo momento el cristiano tiene que estar abierto a acoger a las personas que han caído en esas prácticas, sobre todo si tienen voluntad de superarlas, y ayudarlas a salir de ellas. Pero la reacción inicial de repulsa es sana.
Me alegro mucho de saludarte.
Creo que mezclas varias cosas en tus comentarios, quizá porque no has estado en las conversaciones anteriores.
Como decía, para hacer una comparación las cosas comparadas no tienen que ser exactamente iguales. Es más, si son idénticas no tiene sentido la comparación. Lo normal es que las cosas comparadas sean similares en algo y diferentes en otras miles de cosas. Por ejemplo, tanto un santo como un asesino bautizado son hijos de Dios. ¿Es esto una comparación ilegítima por el hecho de que se esté juntando a un santo y a un asesino? No, porque se les está juntando en lo que tienen de común.
Del mismo modo, cuando se junta a los divorciados vueltos a casar o a las parejas del mismo sexo con cualquier otro pecado mortal a la hora de impedir la recepción de la comunión y las demás consecuencias de esos pecados mortales, la comparación es adecuada. Eso es lo que hace Hunwicke, mostrando que es incoherente aplicar esas consecuencias solo a algunos pecados mortales que gustan menos en cada época y no a los que resultan más aceptables socialmente. Esto es una argumentación general, que podría aplicarse, en otras épocas, a pecados completamente distintos más aceptables socialmente en esas épocas.
Para otras cosas, como es lógico, la comparación no tiene por qué ser adecuada (por ejemplo, a la hora de ilegalizar o no un comportamiento). Por supuesto que las consecuencias de cada pecado son diferentes, por eso son pecados diferentes. Si no, serían el mismo pecado.
En resumen, las cosas se pueden comparar en lo que tienen de comparables, como se ha hecho en este caso, aunque en otros aspectos sean muy diferentes.
Dicho eso, sobre otros temas que has tocado:
- Yo no he dicho de nadie que vaya a ir al infierno, porque eso no lo puede decir ningún ser humano. Sólo he señalado lo que es cualquier pecado mortal: algo que, de por sí, con pleno conocimiento y si no hay arrepentimiento, lleva al infierno y, por lo tanto, es algo que hay que tomarse muy en serio. Dios nos libre a todos.
- Lo de que las personas homosexuales tienen mucho que aportar a la iglesia es algo que, hasta donde yo puedo ver, nadie pone en duda o al menos nadie que yo conozca. De hecho, en estos posts se ha discutido más bien sobre el tema de la comunión y los católicos divorciados en una nueva unión.
- Las tonterías dichas o hechas por seminaristas llenarían innumerables libros. Tampoco creo que haya que pedir una madurez superior a la edad de las personas.
- Lo de identificar con publicano y fariseo solo se puede hacer según una persona se arrepienta o no de sus culpas (porque culpas tenemos todos) y no con el tipo de culpas. En ese sentido, ni es posible despreciar por sistema a un tipo de pecadores ni exculparlos como si fueran el publicano de la parabola. ¿Reconoces tus pecados y te arrepientes de ellos? Bien. Sean cuales sean esos pecados. ¿Crees que no tienes pecados de los que arrepentirte? Vas de cráneo. Sean cuales sean esos pecados.
- Es importante, como dice C.S. Lewis y creo que tú, señalar algo en lo que la actitud de muchos católicos para con las personas homosexuales puede ser diferente de su actitud para con otras personas y otros pecados: los pecados contra el sexto mandamiento en su versión homosexual generalmente son pecados que otras personas no sienten absolutamente ninguna tentación de cometer. Eso tiene el peligro de ser especialmente duros con las personas que cometen esos pecados, de mirarlas por encima del hombro, etc. En ese sentido, hay que tener un cuidado y un cariño especial para acoger a las personas con orientación homosexual.
Un abrazo.
Veo que tienes sacada tu conclusión y te dan igual los argumentos. Eso también se menciona en el post. Tú verás.
"hay cosas que no se pueden comparar"
Como ya he respondido a eso tres veces, además es algo completamente evidente a poco que se piense en ello y no respondes a los argumentos, creo que no merece la pena que lo vuelva a explicar.
"Y siendo muy grave el adulterio, no puede merecer al misma consideración..."
En ningún razonamiento hecho en este blog se requiere "la misma consideración". Basta que ambas cosas sean graves. Es decir, que ambas sean pecado grave y, con las condiciones usuales, mortal. Si discutes eso, dilo. Si no lo discutes, estamos de acuerdo.
"emprende una relación afectiva con otra persona prometiéndole y dandole fidelidad"
Como ya sabes, para el catolicismo la fidelidad a la nueva unión no es una virtud. En lenguaje cristiano se llama empecinamiento en el pecado (o falta de arrepentimiento) y escándalo público. El catecismo lo dice muy claramente y ya lo hemos citado un montón de veces. Tenemos que esforzarnos por no pensar como piensa el mundo, porque de otro modo la batalla está perdida antes de empezar.
Por otra parte, que un cristiano hable de un pecado grave en esos términos eufemísticos (relación afectiva, fidelidad) indica con total claridad que Hunwicke da en el blanco, porque no dirías de un ladrón de bancos que redistribuye más justamente la propiedad ni que muestra una gran compenetración y amistad con sus cómplices.
Y sin embargo, el paralelismo es obvio. Hace cincuenta años el actual totalitarismo homosexual era impensable...¿como lo es ahora la posible futura aceptación de otras actividades que hoy día está de moda repudiar visceralmente?
Yo leo el Evangelio y no veo que Cristo despreciara a samaritanos, publicanos o prostitutas. Al contrario. Eso sí, a los fariseos un rato.
Por cierto que hay una diferencia entre el pecador rampante, que hace propaganda, sobre todo en los menores, de sus vicios, y el pobre débil que lleva vergonzantemente sus fragilidades. Pero qué quiere que le diga, a mí no me tranquiliza tener sodomitas activos de profesores de gimnasia, ni adülteros de catequistas.
Esto sentado, apoyo irrestricto a quien quiere salir de su estado.
Si no me quieres entender no me entiendas. Y no vale lo de decir que nos rendimos al mundo ( sobre todo con los temas sexuales, que es lo que realmente enerva a un sector de la Iglesia).
Que al parecer no les parecíanrendición al mundo el alzar los brazos fascistas en nombre supuestamente de Dios.
Entender que no tiene la misma consideración un adulterio por la espalda que unirse tras ser abandonado a una persona no es rendirse a los valores del mundo. Es tener sentido común, haber llegado a un grado de desarrollo ético que va más allá del fundamentalismo y que sabe que el sábado está hecho para el hombre.
Y una pequeña reflexión. Cuando un compañero de blog dice que cuando Cristo dice que no llamemos a nadie padre, es que se trata de una hipérbole,que no hay que ser fundamentalista literalista a la hora de interpretar sus palabras. Lo mismo dicen algunos de lo del camello y la aguja. O de lo de dejar que los muertos entierrea sus muertos.
Pero cuando tocamos el sexto... Cuando Cristo dice que el que
es repudiadoy se casa de nuevo comente adulterio ahí no hay hipérbole que valga. ahí no pretendía Cristo cargar las tintas para poner de manifiesto la repulsa a la odiosa institución del repudio nipara subrayar la importancia del ideal del matrimonio cristiano.
Hay que entender que es un pecado tan grave como el del adultero durante la relación.
Y a aquellos miembros (mayoría) de la Iglesia que son conscientes de que esta realidad no puede ser analizada en términos de blanco y de negro. Y buscan medios de acercarse a esta dolorosa realidad sin poner entredicho la indisolubilidad matrimonial, se les tacha de herejes, se habla de final de los tiempos, de tiempos oscuros de la Iglesia, de cisma, de papa ilegítimo.
Pero claro, todo menospensar que la rigidez mental de algunos es incompatible con una doctrina sana, en comunión con la Iglesia y con Cristo y capaz de hacer frente a los retos reales de las personas reales de hoy.
Usted habla de personas despreciables cuando son pecadoras públicas. Yo, sencillamente, opto por pensar que nadie es despreciable como persona, aunque su conducta lo sea. ¿Dónde quedó aquello de odiar el pecado y amar al pecador?
El P. Pío podía ser duro en sus reconvenciones, pero no significa que despreciara a lo personas. De hecho, era su Caridad la que le hacía mostrarse en ocasiones tan temperamental y vehemente. No se desde cuando la Caridad se contradice con un carácter fuerte.
Podríamos encontrar algo de cierto en el terce punto, lo de Elementos de Verdad para ciertas situaciones?
Por ejemplo, una pareja, ambos bautizados, viven juntos, pareja de hecho, viven en pecado es cierto, pero se quieren, llevan adelante una familia, tienen hijos fruto de su amor, etc. Me refiero, son aspectos evidentes que no se pueden negar. Aquí habría elementos de verdad?
Gracias,
Saludos,
No hay problema. A mí, al menos, no me han molestado nada tus comentarios. Y, por supuesto, me parece muy bien precisar o corregir lo que dicen otros comentaristas o lo que digo yo. Para eso es el blog.
Un saludo
Cuidemos de no enredarnos en cuestiones de verbis o, si lo hacemos, hagámoslo con caridad.
Por supuesto que hay cosas buenas. El pecado no crea nada, solo deforma. No existe el mal absoluto. El pecado es la carencia de algún bien debido y solo existe parasitando el bien. Por eso, en toda situación de pecado, hay cosas buenas.
Sin embargo, y esto es fundamental, esas cosas buenas no están ahí por el pecado, sino a pesar de ese pecado. En ese sentido, ¿hay cosas buenas en una situación de adulterio, de asesinato, de robo? Sí, porque el mal no tiene existencia de por sí, sino solo parasitando algo bueno. Puede haber lealtad, valentía, laboriosidad, ingenio, etc. Sin embargo, a nadie se le ocurriría hablar de los elementos positivos del adulterio, del robo o del asesinato, porque esos elementos positivos no están ahí por robar, por asesinar o por adulterar, sino a pesar de esas cosas.
Es decir, en ese sentido, esas cosas buenas no hacen el pecado más tolerable, sino menos, y no hacen que sea menos urgente convertirse, sino más, porque precisamente esas cosas buenas están deformadas, estropeadas y fastidiadas por el pecado. Por ello, no tiene sentido elogiar esa situación por las cosas buenas que tiene, pero, una vez que uno se convierte, podrá ver cómo Dios estaba presente ya antes, seduciéndolo, animándolo e invitándolo a convertirse.
Me temo que vuelves a demostrar lo que dice el P. Hunwicke.
"Y no vale lo de decir que nos rendimos al mundo"
Bueno, si propones que nos separemos de la doctrina y de la práctica inmemoriales de la Iglesia y casualmente lo haces en la misma dirección de lo que pide el mundo no cristiano, la carga de la prueba recae sobre ti, digo yo. En cualquier caso, yo no te acuso de rendirte al mundo, lo que digo es que, como todo el mundo, sufres la influencia de la mentalidad pagana de nuestra época, pero no lo ves.
"sobre todo con los temas sexuales, que es lo que realmente enerva a un sector de la Iglesia"
Esto es una insinuación que no añade nada a la discusión y además muestra otra vez lo mismo: eso es justo lo que reprocha a la Iglesia un mundo que está obsesionado con la sexualidad y no soporta que le digan que algo no le está permitido. Es mejor dar argumentos, porque repetir lo que dicen los que odian a la Iglesia no sirve de mucho.
"Que al parecer no les parecían rendición al mundo el alzar los brazos fascistas en nombre supuestamente de Dios"
De nuevo, insinuaciones que no vienen a cuento y, además, no significan nada. ¿Ser franquista es un pecado? No, luego si quieres acusar de algo a alguien, di de qué acusas en concreto y a quién. De otro modo, estas acusaciones sólo sirven para demostrar una falta de argumentos que recurre al insulto a falta de algo más sustancial que decir.
"Entender que no tiene la misma consideración un adulterio por la espalda que unirse tras ser abandonado a una persona no es rendirse a los valores del mundo"
¿Por qué prescindes de lo que te digo? Si no te interesa el tema, no tiene sentido perder el tiempo. En el último comentario dedicado a ti ya te dije que "En ningún razonamiento hecho en este blog se requiere "la misma consideración". Basta que ambas cosas sean graves. Es decir, que ambas sean pecado grave y, con las condiciones usuales, mortal. Si discutes eso, dilo. Si no lo discutes, estamos de acuerdo".
"Es tener sentido común, haber llegado a un grado de desarrollo ético que va más allá del fundamentalismo y que sabe que el sábado está hecho para el hombre"
Eso del "desarrollo ético" puede impresionar mucho a alguien del mundo, pero entre católicos enseguida se ve que no significa nada. Especialmente porque metes la pata en lo próximo que dices. Es algo que sabe todo el mundo, pero lo repetiremos una vez más: la frase del sábado se refiere a un precepto ritual y, por lo tanto, dispensable por una causa justificada. Los cristianos no celebramos el sábado, sino el domingo, y no pasa nada, porque no hay nada intrínsecamente malo en trabajar cualquier día de la semana. En cambio, nadie puede dispensar de la ley moral. No se puede dispensar de un adulterio o del asesinato intencionado de un inocente, son cosas intrínsecamente malas.
"Y una pequeña reflexión. Cuando un compañero de blog dice que cuando Cristo dice que no llamemos a nadie padre, es que se trata de una hipérbole, que no hay que ser fundamentalista literalista a la hora de interpretar sus palabras. Lo mismo dicen algunos de lo del camello y la aguja. O de lo de dejar que los muertos entierre a sus muertos. Pero cuando tocamos el sexto... Cuando Cristo dice que el que es repudiado y se casa de nuevo comente adulterio ahí no hay hipérbole que valga. ahí no pretendía Cristo cargar las tintas para poner de manifiesto la repulsa a la odiosa institución del repudio ni para subrayar la importancia del ideal del matrimonio cristiano. Hay que entender que es un pecado tan grave como el del adultero durante la relación".
Pues, hombre, ese argumento vale para un protestante, pero no para un católico, porque no estamos sólos cada uno frente a la Escritura para interpretarla como podamos, sino que tenemos, en la Tradición de la Iglesia, la forma en la que hay que comprender lo que dijo Cristo. Y la Tradición católica, así como el magisterio son los que son: el matrimonio es indisoluble y no existe el divorcio entre católicos. El que abandona sigue casado y el que ha sido abandonado sigue casado.
Esto, de nuevo, no depende de los blogueros de InfoCatólica, sino que nadie lo puede cambiar, es la realidad del sacramento del matrimonio.
Asimismo, lo de "durante la relación" es otra muestra de la influencia de la forma de pensar del mundo. El matrimonio es indisoluble y, por ello, la "relación" matrimonial no termina aunque haya un abandono, un divorcio o lo que sea.
"Y a aquellos miembros (mayoría) de la Iglesia"
Este argumento, por sí solo, invalidaría todo lo demás y muestra, una vez más, la influencia de la mentalidad del mundo. Las mayorías y minorías dan lo mismo. El pecado tiene mayoría absoluta entre los católicos. La fe es la que es y todas las mayorías del mundo no pueden cambiarla.
"que son conscientes de que esta realidad no puede ser analizada en términos de blanco y de negro"
Creo que eso es una caricatura. Hay muchas cosas que se analizan en términos de blanco y negro. Por ejemplo, ¿hay matrimonio sí o no? ¿Estás acostándote con alguien que no es tu marido sí o no?
Lo adecuado es hablar digitalmente de lo digital y analógicamente de lo analógico.
"Y buscan medios de acercarse a esta dolorosa realidad sin poner entredicho la indisolubilidad matrimonial, se les tacha de herejes, se habla de final de los tiempos, de tiempos oscuros de la Iglesia, de cisma, de papa ilegítimo".
Decir "sin poner en entredicho la indisolubilidad" es muy fácil, pero, como ya hemos mostrado en este blog (sin necesidad de gran esfuerzo, la verdad) que esas propuestas en realidad siempre rompían la indisolubilidad o permitían la bigamia o regularizaban el adulterio o permitían la comunión en situación de pecado grave. Todas esas cosas son contrarias a la fe de la Iglesia. Si tú tienes una propuesta que realmente no ponga en entredicho la indisolubilidad y las otras doctrinas, explícala. Si no la hay, en realidad no estás diciendo nada.
"Pero claro, todo menos pensar que la rigidez mental de algunos es incompatible con una doctrina sana, en comunión con la Iglesia y con Cristo y capaz de hacer frente a los retos reales de las personas reales de hoy"
Mero insulto, que no añade nada. Llamar al bien mal y al mal bien no es un argumento. Y, por cierto, los retos reales de las personas reales de hoy en cuanto al divorcio, por ejemplo, son los mismos que existían hace diez siglos.
Esto no es una lucha de "vosotros" contra "nosotros", como si fuera un partido de fútbol. Es una discusión sobre temas fundamentales de la fe católica, que es lo único que nos puede salvar, así que a todos nos interesa acertar.
Saludos.
Es una reflexión, para que analicemos la bondad de las propuestas de Kasper y otros. Si las propuestas Kasperosas fueran buenas deberían ser aplicables universalmente al espectro de casos morales, y como se demuesta con la comparación, salta por los aires. Salvo que la propuesta de Kasper en realidad lo que pretenda al final sea eso, cargarse el depósito de la Fe católica dinamitando su coherencia.
Yo creo que no es tan dificil de entender
Si. Qué lástima que fundamentalistas como Juan Fischer y Thomas Moore no tuvieran esa doctrina sana, capaz de hacer frente a los retos reales de una pareja enamorada y las necesidades del Reino. Se hubieran ahorrado perder la cabeza, un cisma y la apostasia de la totalidad del episcopado inglés.
Si la respuesta es sí, ¿sería menos malo que matara 199?
Así pues, si nos encontramos con un adúltero, ¿es menos malo que sea fiel a su segunda esposa o es exactamente igual si tiene sexo con diez mujeres más? Si da lo mismo, dejémosle que vaya y haga lo que quiera con quien quiera, ya que no se puede aumentar su pena en el infierno.
Es obvio, y nadie lo niega, que sería mejor que jamás hubiera cometido adulterio. Y sería mucho mejor si no volviera a hacerlo nunca. Pero, entre dos males, ¿son los dos males iguales, o hay gradualidad? Si son igualmente malos, entonces comamos y bebamos, que mañana moriremos. Si no son igualmente malos, algún bien -aunque sea mínimo- se puede hacer evitando que se exceda.
Ahí quería yo llegar, que hay que estar a lo que dice la Iglesia, también cuando lo que dice no nos gusta, sin por ello dejar entrever insinuaciones que ponen en duda la propia legitimidad de la Iglesia y sus ministros o la unidad de la misma.
PD 1: Ser fascista sí es pecado, es una ideología contraria en muchísimos puntos al,cristianismo, pero es cierto que no es el tema del post.
PD 2: No he insultado a nadie, a menos que se considere insulto estas palabras del papa, que viene. Decir lo mismo que yo con otras palabras ( más duras y descriptivas, por cierto):
"La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celosos, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados "tradicionalistas" y también de los intelectualistas."
La tentación de " y también de transformar el pan en piedra , y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7) de transformarla en “fardos insoportables” (Lc 10,27)."
En efecto, para el progresismo habría una categoría de pecados -que no son los tradicionales que claman al cielo-que por su incorrección política u oposición a los criterios mundanos serían irredimibles.
Saludos.
Saludos.
Por otra parte, estoy muy de acuerdo con los comentarios de luis, y a Bruno le pondría el siguiente "pero"; el que se acuesta con otro hombre como si fuera una mujer, comente un pecado abominable, contra natura y contra el orden querido por Dios, que entiendo mucho más grave que la coyunda entre un macho y una hembra adúlteros (sin querer restarle gravedad a este pecado), y su mayor gravedad no se debe a la incomprensión de la mayoría por no sentir ese mismo deseo homosexual. Yo conozco homosexuales, y no me plantean ningún problema, son discretos y no escandalizan a nadie; tengo una buena relación con ellos, igual que mi trabajo está lleno de blasfemos, fornicarios, ateos, etc, sin entrar a tratar el tema de mis propios pecados.
Pero a mí me asquea y escandaliza ver a dos hombres besándose por la calle; me asquea y escandaliza que nadie pueda presumir de semejante perversión; me asquean y escandalizan los gaymonios y la adopción de criaturas por sodomitas. Creo que hay alguna diferencia entre el pecador y el que pública y claramente niega y combate el orden querido por Dios, haciendo pasar por normal lo que es motivo de condenación y arrastrando a la perdición a muchos incautos.
El resumen de Hunwicke es certero: "PECADOS QUE SÓLO ESTÁN TÉCNICAMENTE MAL: mi estómago no tiene ningún problema. Sólo tenemos que encontrar una forma de que la Iglesia cambie de opinión sin quedar fatal al hacerlo."
Resumido: sofismo puro y duro. Tal cual que en época de Platón.
Por cierto, muy adecuada la comparación con el estómago.
"Es el vientre, estúpidos"
Pensar, que en un alma puede morar la Santisima Trinidad, sin participar como dice Editt Stein ,Santa Teresa Benedicta de la Cruz,llamando a la Castidad Bellamente, en un sentido muy positivo,participar de la Limpieza de Dios(Bienaventurados los limpios de Corzón porque verán a Dios), ella afirma que la participación de esa vida Divina el amor aumenta con los años.
Es de una locura total.Sus obras son de una gran profundidad, a está santa del carmén al que pertenezco, es una gloria de la Iglesia.
"a mí me asquea y escandaliza"
Si yo me baño todos los días, no es porque andar sucio sea pecado, sino porque tengo que relacionarme con personas a las que les asquearía mi olor personal. Llego incluso a creer -tonto de mí- que es obra de caridad pasarme el jabón cada mañana.
Claro, hay mucha gente que por su falta de recursos no pueden darse este lujo todos los días. No son malos propiamente, solo son pobres.
Pasando a la categoría de pecado, no es lo mismo el adúltero que presume sus conquistas que el que trata por todos los medios de ocultarlas. Es igualmente pecador, pero al menos hace el esfuerzo de no "asquear y escandalizar" al prójimo. Poquito, pero algo de caridad tiene.
Mi postura en este tema es que debería dársele la oportunidad al pobre de tomar una ducha de vez en cuando, y al pecador la oportunidad de arrepentirse todas las veces que sea posible. No todos los pobres aceptarán la ducha, ni todos los pecadores querrán arrepentirse, pero la oportunidad debería existir. De allí que no comprenda que se le niegue al divorciado vuelto a casar la oportunidad de acercarse a la penitencia. No digo que se le deba dar la absolución si no cumple las condiciones, mucho menos que se le deba dar la comunión si "asquea y escandaliza" a medio mundo. Pero se le debería permitir llegar con el confesor, como se nos permite a todos los pecadores. A los que "asquean y escandalizan", que los confiese el obispo, me parece muy bien. Luego permitamos que la Gracia de Dios actúe. Si sólo una de cada cien ovejas se salva por este medio, habrá valido la pena.
Si a menudo no le "dura la venia del autor" es porque persiste en decir las mismas cosas cuando ya se le ha explicado veinte veces que son incorrectas.
"y al pecador la oportunidad de arrepentirse todas las veces que sea posible... De allí que no comprenda que se le niegue al divorciado vuelto a casar la oportunidad de acercarse a la penitencia"
No hay nadie que niegue al pecador la oportunidad de arrepentirse todas las veces que quiera. Y no hay nadie que le niegue a los divorciados vueltos a casar la oportunidad de acercarse a la penitencia. Para esos pecadores, como para cualquier otro, siempre es posible la penitencia, con las mismas condiciones que para los demás, que incluyen el arrepentimiento y el propósito firme de enmienda (que, en este caso particular, implica el propósito firme de no seguir adulterando). Repito, no hay absolutamente nadie que niegue al divorciado vuelto a casar la penitencia; como mucho puede ser él quien se la niega a sí mismo por no querer arrepentirse y enmendarse.
"Así pues, si nos encontramos con un adúltero, ¿es menos malo que sea fiel a su segunda esposa o es exactamente igual si tiene sexo con diez mujeres más? Si da lo mismo, dejémosle que vaya y haga lo que quiera con quien quiera, ya que no se puede aumentar su pena en el infierno"
A ver si queda claro de una vez. Para un católico, no existe una "segunda esposa". Sólo hay una esposa, la "primera". Como ese señor sigue casado con su esposa, esa segunda mujer no puede ser su esposa. Y, por lo tanto, esa fidelidad a "su segunda esposa" en realidad se llama persistencia en el adulterio. No es ni puede ser una virtud, porque es un pecado. Como ya hemos señalado veinte veces, el catecismo explica que esa segunda unión lo que consigue es hacer más grave el adulterio:
"El hecho de contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público y permanente" (Catecismo 2384)
...al menos eso espero.
Saludos
Uno de los vicios de nuestro carácter nacional es lo que se ha llamado el mito de la refundación periódica. La Argentina es un país cíclico, que va deviniendo entre épocas de prosperidad y crisis terminalesm, al final de las cuales llega un nuevo gobierno denunciando la "pesada herencia" del anterior y anunciando que refunda la Argentina desde cero, sin hacerse cargo de nada. Es como si el espectáculo comenzara cuando llega el gobierno, como si la Historia fuera vana y hubiera que comenzar a construir un nuevo país.
Este espíritu fundacional se caracteriza por el desprecio por el pasado, por la convicción narcisista de que todo está por hacerse, y por el autoritarismo larvado que da al nuevo líder plenos poderes para elaborar principios y moldear a su gusto las instituciones, sin respeto por sus principios constitutivos.
Pues eso...
(Beato J. H. Newman, Carta al Director del Times, 9 de septiembre de 1872)
Pero dividir pecados mortales en "malos" y "no tan malos" (pedofilia y adulterio)..... es tan trágico que hasta raya con lo cómico (¿o debería decir tan cómico que raya en lo trágico?
El problema (desde mi punto de vista) no es que uno vaya o no arrepentido al confesionario, que todos sabemos cómo hay que ir.
El problema es que se le quiere negar a la gente el acceso al confesionario -con o sin arrepentimiento- por la sola naturaleza de su pecado.
Si el pecador no está arrepentido, el confesor no puede absolverlo. Pero si el pecador NO PUEDE, por decreto, acercarse al confesor, ¿se podrá arrepentir? Y si se arrepiente, ¿quién le administrará el perdón?
Esta ya es la última barbaridad que admitimos. Es falso que el pecador "no pueda, por decreto, acercarse al confesor". Todo el mundo puede acercarse al confesor, también los divorciados en una nueva unión, incluso los no arrepentidos. No hay ninguna norma que impida a nadie acercarse al confesor. Si no cumple los requisitos, no podrá recibir la absolución, pero acercarse a la confesión está permitido para cualquiera.
No entiendo qué pretende diciendo esas cosas que todo el mundo sabe que son falsas.
Cuando se necesita mentir para argumentar, uno mismo declara donde está la verdad.
Aunque quizás se refiera al impuesto al culto santificado por la progre Iglesia alemana, esa que no quiere excluir a divorciados vueltos a juntar de la comunión pero niega los sacramentos a quienes se niegan a registrarse. Eso sí que es una aduana bien patrimonial.
rorate-caeli.blogspot.com/2014/10/church-of-germany-church-of-simony.html
Y si los divorciados vueltos a casar tienen acceso al confesionario, ¿no tienen acceso a la absolución? Porque ir sin esperanza alguna de ser absuelto, no tendría sentido.
Y si pueden se absueltos, ¿no podrían comulgar?
Yo no miento. Sólo afirmo que es innecesario abrir una nueva categoría de pecados imposibles de confesar, porque tal cosa no existe y jamás ha existido. Un divorciado vuelto a casar es un pecador tan pecador como cualquiera, tan sujeto a perdón como cualquiera. Y si tiene las condiciones para ser absuelto -si ustedes no las saben, no me pidan que las repita- DEBE ser absuelto y debe ser admitido en los sacramentos.
Deje de actuar como un troll.
Nadie ha creado ninguna nueva categoría. Ha sido usted el que ha dicho, falsamente, que los divorciados vueltos a casar no podían acceder a la confesión ("se le debería permitir llegar con el confesor, como se nos permite a todos los pecadores"). Claro que pueden acudir al confesor, como sabe todo el mundo.
Ha dicho usted que creía que los divorciados debían cumplir las condiciones de arrepentimiento y propósito de la enmienda, como manda la Iglesia, para recibir la absolución ("No digo que se le deba dar la absolución si no cumple las condiciones"). Sin embargo, enseguida ha demostrado que no estaba diciendo la verdad y que lo que en realidad quería es que fueran absueltos sin renunciar a su pecado: "¿no tienen acceso a la absolución? Porque ir sin esperanza alguna de ser absuelto, no tendría sentido. Y si pueden se absueltos, ¿no podrían comulgar?"
Sabe usted perfectamente que pueden ser absueltos si se arrepienten y tienen un propósito firme de enmienda. Lo que usted llama "ir sin esperanza alguna de ser absuelto" es, en realidad, "ir sin arrepentimiento ni propósito de la enmienda". Y lo sabe perfectamente porque se lo hemos mostrado veinte veces y no hace falta ser doctor en sacra Teología para entenderlo.
Y para redondearlo dice que "es innecesario abrir una nueva categoría de pecados imposibles de confesar", cuando precisamente lo que usted hace es eso, pretender que hay una nueva categoría de pecados, como el adulterio, que pueden ser absueltos sin necesidad de propósito de la enmienda.
Lo siento, pero o bien es usted un troll o tiene algún tipo de enfermedad mental que le impide razonar. Y, en cualquiera de los dos casos, no conviene que siga comentando sobre estos temas en este blog.
Saludos.
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