Polémicas matrimoniales (XIV): el olor a oveja y el olor a Cristo
Una de las escenas que más me ha llamado siempre la atención en los Evangelios es aquella, durante las tentaciones de Cristo, en la que el demonio cita las Escrituras para tentar al Señor. A primera vista, uno pensaría que el demonio huiría de la Palabra de Dios como si fuera… bueno, como si fuera el mismo diablo, por así decirlo. En cambio, hace uso de esa Palabra, retorciéndola, para tentar y extraviar.
Me he acordado de todo esto al leer una nueva justificación de la recepción de la comunión por parte de católicos divorciados en una nueva unión basada en algo muy curioso: el “olor a oveja”. Como imaginarán todos los lectores, la expresión que se utiliza en esta justificación proviene de la famosa frase del papa en su homilía de Jueves Santo, en la que pedía a los sacerdotes que fueran pastores con olor a oveja.
Se trata de una justificación indirecta, que elogia a los pastores dispuestos a dar la comunión a los divorciados vueltos a casar (los que supuestamente tienen olor a oveja) y denigra a los que rechazan esa práctica. En una entrevista concedida al diario argentino La Nación, Mons. Víctor Manuel Fernández habla de: “una mayor apertura pastoral de ministros “con olor a oveja” […] muchos han insistido en las segundas uniones que llevan muchos años, que viven con generosidad y que han tenido hijos. La mayoría considera que sería cruel pedirles que se separen, provocando un sufrimiento injusto a los hijos. Por eso seguimos pensando en la posibilidad de que puedan comulgar”.
Cuando he visto que se usaba la frase del papa para elogiar a los pastores que aceptan la comunión de los que viven maritalmente con una persona que no es su cónyuge, además de enfadarme, he pensado, salvando las distancias, en la escena de las tentaciones y en cómo no hay nada mejor que el retorcimiento de algo bueno para extraviar al oyente. Por supuesto, doy por hecho que Mons. Fernández lo hace de buena fe, pero eso no quita que se estén usando mal las palabras del Papa.
En sí, a mi entender, la frase del Papa es estupenda, porque subraya algo fundamental: los pastores no han sido llamados para sí mismos, sino para el cuidado de la grey de Cristo. No tiene sentido que haya obispos y sacerdotes que se dediquen a la política, a los negocios, a salir en los periódicos, a sus cosas y a que los molesten lo menos posible. Los pastores tienen que oler a oveja en el sentido de conocer a los fieles, preocuparse por cada uno de ellos, escuchar sus sufrimientos e inquietudes, predicarles a tiempo y a destiempo la Palabra de Dios, ser un signo de la misericordia de Dios para ellos, enseñarles cuál es el camino estrecho que lleva al cielo y dar la vida por ellos.
En este sentido, el olor a oveja recuerda a las palabras de San Pablo: me he hecho todo a todos, para ganar sea como sea a algunos. O incluso podría decirse que es el cumplimiento del mandato de Cristo: id al mundo entero a proclamar el Evangelio.
El olor a oveja, sin embargo, no debe confundirse con el olor a pecado, a vivir como el mundo, a pensar como el mundo y a ser del mundo. En ese caso, el pastor huele a oveja porque se ha convertido en una oveja más y ha dejado a los fieles como ovejas sin pastor. En lugar de ir a recoger a la oveja perdida para llevarla al rebaño, el pastor se convierte en otra oveja perdida, indistinguible de la primera, olvidando la segunda parte de la expresión de San Agustín: con vosotros, cristiano; para vosotros, obispo.
Este primera deformación del olor a oveja del que habla el Papa equivale a cambiar la frase de San Pablo por “me he hecho todo a todos hasta ser indistinguible de ellos”. Los pastores que huelen a oveja en este sentido son los que denuncia el profeta Ezequiel: pastores que se apacientan a sí mismos, que no dan la vida por las ovejas. Son los que buscan su interés, no el de Jesucristo, como reprochaba San Pablo. Huelen a oveja, pero solamente porque han renunciado a su misión de pastores y se han convertido en meras ovejas extraviadas, que viven su vida sin preocuparse de las demás. Lógicamente, el Papa no se refería a ellos.
Existe una posibilidad aún peor: el pastor que confunde el olor a oveja con el olor a justificación del pecado, a llamar bien al mal y mal al bien. Esta posibilidad es aún peor porque ése es el olor a oveja de los lobos, que huelen así porque devoran a las ovejas, se aprovechan de ellas y se esconden bajo una piel de cordero para pasar inadvertidos.
En este caso, en lugar de anunciar la Buena Noticia del Evangelio al mundo entero, como mandó Cristo, se está proclamando la Mala Noticia del antievangelio, que es la ausencia de noticias: todo sigue igual, es imposible salir del pecado, no puedes cambiar y no hace falta que lo hagas, no tienes que convertirte, estás bien como estás…
Esa es la ausencia de Evangelio que algunos pretenden anunciar a los divorciados en una nueva unión: “es imposible que no peques, no sirve de nada que lo intentes, pero no te preocupes porque todos fingiremos que no pecas y ya está. Puede que el amor de Cristo por su Iglesia sea indisoluble, pero tú en realidad no participas de ese amor, así que tu matrimonio se rompe como cualquier otra realidad meramente humana; eres indistinguible de los paganos y lo normal es que vivas como ellos. No hay esperanza de otra cosa, no hay esperanza. No pienses en el cielo”.
Estos pastores conducen a su pueblo, pero, quizá por ignorancia, lo conducen por el camino ancho de la perdición. Liberan a las ovejas, pero las liberan del yugo suave y de la carga ligera de Cristo, para cargarlas después con la esclavitud del pecado y con la piedra de molino del escándalo. Andan como enemigos de la cruz de Cristo y confunden la misericordia con la aprobación del pecado, olvidando que el salario del pecado es la muerte. Ezequiel también habló de ellos: la descarriada no la habéis hecho volver, la perdida no habéis buscado […] y se han convertido en alimento para toda fiera del campo; se han dispersado. Aplicar la expresión del Papa a estos pastores es una aberración. Sí, huelen a oveja, pero no en el buen sentido de la expresión.
¿Cómo saber el sentido auténtico de la expresión “olor a oveja”? Es fácil. Recordando cómo seguía la homilía del Jueves Santo. Decía el Papa que el pueblo de Dios “siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro”. Resulta que el olor a oveja sólo vale de algo si está unido al buen olor de Cristo del que habla la Escritura, al perfume del Ungido. Las ovejas necesitan pastores con “olor a Cristo”.
Esto es fundamental. Los pastores deben estar con las ovejas para que ellas se impregnen del buen olor de Cristo, a través de los sacramentos, de la Palabra de Dios, de las buenas obras y de la enseñanza de la Iglesia, de otro modo no sirve de nada que lo hagan. En esos sacerdotes con olor a Cristo, las ovejas se encuentran con el Buen Pastor que dijo yo tampoco te condeno y también no peques más, que recordó que en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos y que fue capaz de llamar a las cosas por su nombre, advirtiendo que quien repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio.
Ojalá nuestros pastores adquieran olor a oveja de tanto llevarnos a los fieles el buen aroma de Cristo. Ojalá nunca adquieran el olor a oveja en el mal sentido de estar descarriados o ser lobos con piel de corderos. Terminemos, pues, con la invitación que hizo el Papa en la misma homilía: “Queridos fieles, acompañad a vuestros sacerdotes con el afecto y la oración, para que sean siempre Pastores según el corazón de Dios”.
89 comentarios
Ello gracias a la Iglesia, que no ocultándoles su condición de pecadores, anunciándoles la posibilidad de conversión para Cristo, les suscitó una vaga inquietud o un vivo dolor, aunque siguieran viviendo en el pecado, adormecidos o resignados en él, o no encontrando fuerzas o caminos para liberarse, en un momento de su existencia o al final de ella, lograron un acto perfecto de contrición y amor, así poniendo su pecado en las llagas, heridas, de Jesús, encauzaron su vida, obsequiaron bellamente su alma a Dios.
Hay muchas formas en que la Iglesia puede ser aduana, una de ellas, separando a los hombres de la Cruz de Cristo, es que algunos de sus ministros erren y engañen a los pecadores, diciéndoles aquí en esto o aquello no hay necesidad de su cruz, aquí no hay necesidad del baño purificador de su sangre derramada, aquí no hay, no había motivo para mediante su sacrificio la tierra se reconcilie con el cielo, ya que la tierra se basta por sí misma.
En todo caso, el pastor debe iluminar la conciencia de quien incurre en esas situaciones, de manera que la posible ignorancia invencible desaparezca.
La gracia de Dios capacita a cualquier bautizado para abandonar, sí o sí, cualquier situación de pecado mortal. Dios perdona nuestros pecados y nos ayuda, si lo imploramos, a vencerlos. Ese es el camino de la santidad.
El pastor que no ayuda al fiel a librarse del pecado, sino que se convierte en instrumento para que los justifique y siga esclavo de las tinieblas, no sirve a nuestro Señor.
Por lo visto vamos a estar un año comentando cada chascarrillo que surja relativo al Sínodo
SIN EMBARGO... aunque tengas toda la razón en lo que dices, yo creo que hay algo muchísimo mas importante en la entrevista que citas de este prelado. Y por favor que tu u otro que también tenga ciencia y conciencia me corrija si me equivoco.
Para mi la conclusión mas importante que saco de esa entrevista es que este señor que es alguien muy proximo al Papa, afirma que el Papa apoya las propuestas heréticas de Kasper y de Forte sobre los amancebados y los homosexuales, y que ademas, pretende que en en poco tiempo (el Papa) esas propuestas sean aceptadas para toda la Iglesia.
Eso es lo que yo he entendido de primera lectura sin ningún tipo de intención descalificatoria, sino simplemente tratando de entender lo que dice.
Lógicamente lo que dice este prelado puede ser cierto o no, aunque en cualquier caso es preocupante.
Por favor si me equivoco, si he entendido algo mal explicadmelo, y ya de paso el que pueda o sepa que me oriente sobre las siguientes cuestiones:
¿Que pasaría si el Papa decidiese apoyar públicamente las propuestas de Kasper y de Bruno Forte?
¿Ha ocurrido eso o algo similar en la Iglesia con anterioridad?
si ha ocurrido, ¿como se ha evitado?
Y si ocurriese en un futuro cercano ¿que tendríamos que hacer los cristianos que nos consideramos engañados por esas propuestas?
Yo creo que ahora la cuestión central de la Iglesia es esta y podemos distraernos hablando del sexo de los ángeles, pero dentro de muy poco los cañonazos van a sonar en las murallas de Roma, como mil años antes sonaron en Costantinopla.
Por favor demostradme que estoy errado.
Por favor que alquien me demuestre que lo que digo no tiene ningún sentido, estoy deseando equivocarme.
Tranquilo. Las riendas de la historia las lleva Cristo. No tú, ni yo, ni siquiera el Papa. Estamos en sus manos y son buenas manos.
Dicho eso, lo que preguntas es muy amplio. Podemos hablar de precedentes históricos, condiciones de infalibilidad, el papel del magisterio en documentos pastorales, etc. Sin embargo, a mi entender, lo más importante en este caso concreto es que el Papa no ha dicho absolutamente nada sobre estos temas, todo lo que hay son suposiciones, cosas que han dicho terceras partes interesadas, deducciones sobre sus afirmaciones de tipo general, etc. No creo que basarnos en esos "datos" de tercera mano lleve a nada bueno.
Como mínimo, tiene recorrido hasta el año que viene, cuando se produzca el sínodo definitivo sobre la familia.
A mi entender, es un tema importante.
Este tipo de conductas no están amparadas por la infalibilidad, dado que el Papa no es impecable.
USTEDES HAGAN Y CUMPLAN TODO LO QUE ELLOS LES DIGAN, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen."
Así que plantear una especie de duda o paréntesis respecto de la moral tradicional católico es ya un acto de desobediencia al Magisterio, e incluso una infidelidad que atenta contra la virtud teologal de la fe.
Lo plantee Tucho Fernández o Juan Lanas.
Pero resulta que, como dice Bruno, el papa Francisco todavía no se ha pronunciado abiertamente sobre estas cuestiones. Así que hasta que no se pronuncie, no debemos precipitarnos. No es bueno ni para nosotros ni para quienes nos leen.
Eso sí, deberían ser prudentes TODOS. Eso de andar por ahí diciendo que "el Papa piensa lo que yo" perjudica sobre todo al Santo Padre. Entre otras razones porque el Papa puede tener una opinión particular sobre un tema y luego, en razón de la prudencia pastoral y/o la fidelidad a su ministerio y/o la necesidad de evitar que la Iglesia se enfrente a un cisma de dimensiones espantosas, mantenerse exactamente en la misma postura que manifestaron sus predecesores.
Si al adultero ya le estamos diciendo que haga lo que haga o rece lo que rece, no va a poder cambiar su situación de objetivo pecado (e incluso le facilitamos que no cambie, abriéndole un portillo para los sacramentos) , en el fondo estamos aceptando la errada antropología protestante de la incapacidad del hombre para ser transformado por Cristo. Cristo, a lo sumo, le echa al pecador una manta con la que se le ocultan los pecados ante la ira de Dios, pero él con tal que crea con fuerza en Cristo se salva. Puede ser un impenitente pecador, y acercarse con fe irracional y apasionada al sacramento sin problemas. Luteranismo puro y duro. Si admitiéramos esas aberraciones, estaríamos entronizando el "peca fortius" luterano en versión católica.
No sólo se incurriría en herejía sino en algo mucho peor: en reconocer la absoluta incapacidad de Cristo para redimirnos y transformar nuestras vidas. Dicho de otro modo, tirar a la basura dos ml años de religión católica. O en palabras paulinas, hacer inútil la cruz de Cristo.
Será que estos "pastores" han escuchado alguna vez a Ezequiel: 34, 1-11:
"Esto dice el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar a las ovejas? Pero ustedes se toman la leche de ellas, se visten con su lana, sacrifican las ovejas mejor alimentadas y no apacientan al rebaño. No fortalecen a las ovejas débiles, no curan a las enfermas ni cuidan a las que están heridas. No hacen volver a las descarriadas ni buscan a las perdidas, sino que las dominan con crueldad y violencia."
Esto de "sacrificar las ovejas mejor alimentadas" de "no hacer volver a las descarriadas ni buscar a las perdidas" lo de "no curar a las enfermas ni cuidar a las que están heridos" esto de "dominar con crueldad y violencia" será que es algo propio del Antiguo Testamento? Dudas tontas que le vienen a uno.............
No me vale lo que dices de que el Papa no ha dicho nada, por desgracia si ha dicho cosas, pequeñas cosas, como lo de que ¿quien soy yo para juzgar a un homosexual si es buena gente? y algo que no ha dicho pero que no comprendo. ¿Como es posible que su colaborador el prelado argentino le atribuya su complacencia con esas posturas de Kasper y de Bruno Forte y no las desmienta? No es lógico, es muy grave y el que calla otorga. Y no me vale que me digais eso de que es para evitar un mal mayor, porque yo creo que no hace falta ser muy espabildado, para darse cuenta de que el escándalo y la confusión innecesaria que se se esta creando en muchos cristianos es gravísima. ¿O es que se os ha olvidado lo que decía Ratzinger del relativismo moral? ¿Como no va a haber relativismo si ahora mismo en la Iglesia no hay una voz clara ý única en cuestiones centrales de la doctrina y cada uno dice lo que quiere? Aunque es verdad que unos con criterio y otros sin el. Pero el daño se esta haciendo, y cuanto mas tiemo pase pero. Como tu sabras hay una ley sociológica que dice que un hecho aunque no ses cierto, si es creido por la masa, es como si fuese cierto, porque el grupo actua como si lo fuera. Como si el mundo no tuviese ya suficientes tentaciones lo último que nos falta a los católicos es que algunos prelados nos digan, "barra libre con el sexo" y todos a correr, porque claro, como el Papa no ha condenado esa postura...
El problema de esta confusión, es que mientras la Iglesia no establezca claramente una postura, definida por el Vicario de Cristo, cualquier catolico vamos a poder elegir unos mandamientos a la carta según el obispo o Cardenal que tengamos o al que decidamos acogernos. Total como cada uno hace y dice lo que quiere y nadie fija doctrina.
Y lo más que se puede decir de un Papa, en estos tiempos de plebeyismo y de gay llevar, es que sea un Señor.
Arzobispo Bruno Forte, entrevista Vatican Insider.
En lo de "no juzgar", se podría escribir un post como este mismo. El Papa hablaba de un caso concreto y, como todos sabemos, las intenciones de una persona no se pueden juzgar. En cambio, esa frase se desliza, sibilinamente, a "no juzgar a los gays" por lo que se da a entender que hay que aprobar de alguna forma un cierto modo de vida, la uniones del mismo sexo, que esas uniones tienen muchos elementos positivos, como decía aquella primera relatio, etc.
Es decir, a mi entender las palabras del Papa fueron plenamente ortodoxas, pero imprudentes porque era previsible que fueran a ser mal utilizadas por los medios de comunicación y por varias posturas teológicas más o menos heterodoxas, como así ha sido.
En cuanto a la confusión creada por permitir que se defiendan tesis heterodoxas en el Sínodo, poniéndolas al mismo nivel que las católicas, estoy completamente de acuerdo. Lo he dicho una y otra vez desde antes de que empezara el Sínodo. Es una gran imprudencia.
Todo eso es sustancialmente diferente, sin embargo, de la hipótesis de que el Papa enseñe una herejía. Los papas son imprudentes como los demás, cuando no se dejan guiar por Dios. En cambio, está garantizada su enseñanza solemne en materia de fe. Incluso como opinión privada, el Papa puede equivocarse, como le sucedió a Juan XXII. Otra cosa es su enseñanza como Papa.
Como los defensores de estas innovaciones no se han cansado de decir que ellos no quieren cambiar la doctrina sino solo la pastoral, yo diría que incluso sería posible que el Papa aprobase su propuesta como una "práctica pastoral". En ese caso, se trataría de un tema prudencial y no de disciplina, de modo que no quedaría dañada la infalibilidad, sino que sería de nuevo una imprudencia (esta mucho más grave, claro).
Pero todo esto son elucubraciones, porque el Papa no se ha pronunciado. Simplemente, ha mostrado cierta imprudencia varias veces con respecto al Sínodo.
Recordarás que cuando Orwell escribió su novela 1984, era la epoca de mayor fortaleza de la URRS, cuando el comunismo soviético parecía una fuerza imparable que se expandía por el mundo en el proceso de descolonización y que en poco tiempo todo el planeta sería una dictadura a la sovietica. Esa era la metafora de la obra, un estado totalitario donde este gobernaba hasta la conciencia, decidiendo mediante su burocracia hasta el significado de las palabras, y si era preciso cambiándolas según interesara. Como decía Orwell, buen conocedor del comunismo (y autor de "homenaje a Cataluña" donde cuenta sus andanzas en España en la guerra civiL) el estado podía convertir la mentira en verdad y la verdad en mentira. Era un poder casi divino porque la mera nominación estatal, tomaba carta de naturaleza.
El comunismo ha caido, pero hemos visto en regímenes aparentemente liberales y democráticos, como se pervierte e lenguaje con la cuestión del mal llamado "matrimonio homosexual" o los eufemismos como "interrupcion del embarazo" a lo que en lenguaje llano es matar a un pobre indefenso. Vale que la política se pervierta así, porque es muy humana y no tiene ni siquiera algo de divino como "la Celestína"
Ahora bien, todos estos sofismas del Sinodo apestan a Orwell, a la verdad mentira y la mentira verdad. Mucha palabrería, pero mucha confusión, y cada vez mas lejos de aquel: que vuestro si sea si y vuestro no sea no. ¿No da la impresión de que la Iglesia se parece cada vez mas a la política?.
Equivaldría a que un Papa aceptara la castración como práctica pastoral para alimentar los coros papales, vieja calumnia de los protestantes. O que un Papa convalidara la conversión por la fuerza, como hizo Carlomagno con los sajones.
Imprudencia es que recomiende por teléfono a una mujer divorciada y vuelta a casar comulgar. Autorizar la práctica ya es más que una imprudencia, porque pone en juego sus potestades.
Es decir, aceptar un sacrilegio como lícito es algo inescindible del juicio doctrinal. Si bien no se comprometería la infalibilidad salvo que lo definiera ex cathedra como lícito, sí estaría habiendo un acto atentatorio contra la doctrina catolica.
Coincido en que, hipotéticamente, sería una imprudencia gravísima, similar a lo de Honorio. Sólo quería señalar que, al menos, la afirmación constante de "pastoral, pastoral" en la que insisten los autores de las propuestas divorcistas sería una protección (débil, pero protección) de la infalibilidad.
Por supuesto que, hasta donde yo puedo ver, no es nada bueno. De eso tratan todos estos posts.
He censurado tu chiste para que la Asociación Internacional de Blogs Puritanos y Sin Olor a Oveja no me quite la calificación de "Para todos los públicos".
"Es más, no registro el caso. Que un Papa haya aprobado, en general, prácticas pastorales contrarias a doctrina. Por lo menos en los últimos quinientos años."
Bueno, todo depende de lo fino que hiles. Yo diría que la desistencia general en el uso de la autoridad para disciplinar a los pastores heterodoxos (cuyos frutos están a la vista) va en esa dirección.
En realidad, la garantía de que una pastoral deformante no termine por tirar abajo el edificio es otra nota de la Iglesia, quizás más difusa y menos concentrada en el Papa, que pertenece a todo el cuerpo eclesial, incluido la Ecclesia Discens, que es la indefectibilidad. La verdadera Iglesia no puede claudicar no solo en la doctrina cristalizada en los documentos, sino tampoco puede sucumbir a la institucionalización de prácticas degradadas.
Pero para eso hay que trabajar, todo el cuerpo eclesial.
No registro casos positivos de aprobación de practicas pastorales heterodoxas por parte del Papado. Omisiones es una cosa, aprobación de pastoral degenerada, que implica un juicio doctrinal, otra. Pienso y pienso y solo se me ocurren ciertas invocaciones paganas en los Himnos en el Renacimiento. Nada más.
Indicio inequívoco de que la aprobación de una práctica trae implícito un juicio doctrinal.
"San Pablo frente a San Pedro..."
Sí, precisamente ese caso muestra que, a pesar de sus graves consecuencias de confusión doctrinal (todos podíamos estar circuncidados ahora mismo y comiendo kosher), no se pone en juego la infalibilidad.
Los organismos no se defienden con defibriladores, sino con anticuerpos.
Multitudinario Ángelus del Papa:
Francisco cuenta que estos días ha leído un libro sobre la misericordia escrito por un cardenal alemán, Walter Kasper. "Un teólogo bueno, ¿eh?", destacaba con tono coloquial, "No creáis que hago publicidad de los libros de mis cardenales... ¡Pero me ha hecho tanto bien ese libro! El cardenal Kasper dice que sentir misericordia cambia todo. Un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justos"
Era marzo de 2013. Y muchos nos lanzamos a leer ese libro, que parecía poder darnos una idea profunda de quién era y cómo era este nuevo y sorprendente papa.
Pocos días después de ese domingo, Kasper decía estar sorprendido y feliz: me ha alegrado mucho: más que por la inédita cita del Papa Francisco en el Ángelus, cuando dijo que "el libro del cardenal Kasper me ha hecho un gran bien", sino por lo que esto significa en la perspectiva del Pontificado. Le di mi libro a Bergoglio antes del Cónclave... Y lo leyó. Cuando lo ha visto me ha dicho: Sí, misericordia es el nombre de nuestro Señor.
En esos días no esperábamos esto. Por lo menos yo no lo esperaba. Al cabo de los meses y de los acontecimientos, suena a algo planificadísimo desde el primer día. Desde ANTES del primer día. Estrategia de márketing. Dios me perdone, pero no lo puedo ver de otro modo.
Ahora bien, recordando cómo fue que Cristo triunfó sobre la Cruz, debemos tener en cuenta que lo hizo permitiendo que el mal avanzara hasta límites insospechados: traiciones, torturas, flagelaciones, falsos testimonios, hipocresías y un sin fin de injusticias. Pero la manera en la que salió victorioso Cristo fue totalmente inesperada y definitiva: resucitó. Ante esto, debemos pensar que el Padre permitió que el mal avanzara hasta ese punto para derrotarlo de forma decisiva. ¡Dios es el mejor estratega!
¿Por qué no pensamos entonces en positivo? Quizá el Papa ha estado "alentando" las tesis contrarias a propósito. Quizá quiere que todos los argumentos se expongan, que se exploren todas las facetas, que se manifiesten todas las ideas heréticas; y así, finalmente –lo sabemos todos– la Iglesia confirmará la sana doctrina que Cristo confió, pero esta vez con una victoria que retumbará en todo Occidente. No quedarán argumentos, no habrá lugar a dudas, no podrá decirse que "la Iglesia no ha querido siquiera abrirse a la discusión". Todo quedará en su lugar y no habrá réplica posible.
Claro... en estos caminos del Señor siempre sufrimos algunas bajas, pero esto siempre lo ha tenido en cuenta el Padre, es la historia de la fidelidad y la esperanza, la historia de la Iglesia misma, la historia de tantos cismas y divisiones. No se acaba de inventar el término "crisis" para la Iglesia. Seamos honestos, no hay nada nuevo bajo el Sol.
La Relatio final del sínodo propone que los divorciados vueltos a casar por lo civil puedan acceder a los sacramentos después de un camino penitencial bajo la responsabilidad del obispo diocesano.
Pero hay algo en todo esto que se me escapa: si después de todo el proceso penitencial y después de recibir la absolución sacramental y la sagrada Eucaristía, el divorciado vuelve a tener relaciones sexuales con su compañera, teniendo en cuenta que eso es adulterio, porque el primer matrimonio, si fue válido, es indisoluble -y eso no lo discute el sínodo- ¿qué pasa? ¿tendría que pasar por un nuevo proceso penitencial o por el contrario se admitiría que siguiera comulgando en pecado mortal?
El fin no justifica los medios, decía Pascal en sus Cartas Provinciales.
Cordiales saludos
En todo caso, podria hacerse una analogía con los preceptos de la Iglesia. Pero sucede que no queda ninguno, salvo ir a misa los domingos, comulgar una vez al año y no comer carne los viernes. No parecen cargas que ahoguen a nadie, pero nunca se sabe.
Pero , semejante misericordia, me da la impresión que abriría las puertas de par en par al peor relativismo, ya que tantos podrían calcular: "Me divorcio y rehago mi vida, porque en la nueva instancia, perduraré y tendré hijos, que no podré descuidar". ¿Qué seguridad hay de ello?
¿Por qué la nueva unión resultó mejor? ¿Fue en ella todo idílico y sin sacrificios?
Lo dudo con fundamento. Y entonces, ¿por qué no se encararon con fe y caridad ("que no busca lo que es suyo": I Cor 13,5) los problemas que pudieron haber surgido en el anterior enlace? ¿La preparación al matrimonio subrayó, que el amor no es puro romanticismo, sino que también ha de perdurar en las dificultades, ante los defectos de la persona amada (ambos cónyuges)?
Por todo lo cual, se me hace que sería dar paso a un laxismo impredecible, el hacer una guiñada comprensiva a esos segundos hogares, que han permanecido por años, dadas las falsas consecuencias que se irían deduciendo de ello: "Si nos va mal, dejamos todo y...nos aventuramos a una "posible" (¿ - ?) recreación de la propia vida y amor".
Pero no queda en Africa, así que el tema no está incluido en el Sínodo. Se trata de Alemania. Cualquier duda consultar con el cardenal Kasper.
Pues yo creo que no. Lo que ha pasado - es decir, la división palpable - es algo que se conocía desde hace mucho tiempo.
Que no se hace poco o ningún esfuerzo es cuidar la sana doctrina, lo llevamos sufriendo desde que tengo discernimiento cristiano.
Ahora sale el tema de la comunión a los divorciados. Ya, pero antes nos han hecho comulgar con ruedas de molino otros muchos temas matrimoniales... y punto. Y otros muchos temas de muchas clases. Se ha tragado con casi todo.
El daño ya está hecho desde hace décadas. No hace falta un cardenal para que la gente haga lo que le venga en gana, porque en la Iglesia, si hay un hecho innegable, es que todo el mundo, TODO, encuentra un sitio para hacer más o menos lo que quiere.
Y cuando a un fiel se le hiere es este o aquel sitio, lo único que encuentra es soledad, acompañada de calumnia y difamación en muchos casos. Los obispos apenas intervienen en nada, y los compañeros sacerdotes - salvo excepciones - se cuidan muy mucho de guardar la ley de no injerencia mutua.
Ahora que los cardenales se vocean mutuamente parece que hay un peligro inminente de cisma o incluso herejía, ¿qué miedo verdad?, y nos olvidamos de repente que en los países occidentales la Iglesia tiene una influencia marginal, que en nuestro país en cuestión de meses si vamos a tener razones reales para llorar, que muchísimos sacerdotes ignoran el catecismo y el derecho canónico, que los fieles tienen una formación nula o casi nula, que muchas herejías se han asumido de facto...
Porque mucha gente que gusta de la religión se dedica a formarse con lecturas sin aprobación ninguna y una carga sentimental que sobrepredomina sobre la racional. Toda clase de supuestas apariciones marianas que tienen incluso cita con los videntes todos los días. Libros valtortianos, revelaciones y exorcismos... eso es casi lo único que comen los mejores fieles.
Y como todo eso es poco, vamos a distraer a los cuatro gatos que quedamos con las vergonzosas discusiones de los cardenales sobre temas elementales. Discusiones por cierto, que por mucha importancia que se quiera dar, se van a quedar en nada.
Para una vez que es su entera responsabilidad y los fieles podemos estar al margen de sus historias, vamos a meter la nariz en un avispero. Pues ya son ganas.
Los argumentos morales que se ofrecen, como los que da Bruno, aún siendo impecables, no son nuevos, al menos para los obispos católicos. No olvidemos que se trata de obispos católicos y que han sido muchos los que parecen haber aceptado esta deriva.
Si no admitimos como probable un ataque colectivo de locura entre ellos, debemos encontrar una causa razonable, y ello será el único modo, si lo hay, de atajarla.
Para tratar de conocer la verdad de cómo se han generado estas propuestas tendremos que basarnos en los hechos que se han hecho públicos en sí mismos y en los que se hacen públicos por medio de los propios obispos, cuando convergen todos en una misma cosa.
Primero de todo, acotemos el alcance del conflicto doctrinal que esas propuestas contienen, y que se resume en que el enlace o síntesis entre la exigencia evangélica sobre nuestra conducta y la realidad del pecado, ya no es el arrepentimiento que busca la gracia del perdón, y pasa a ser la misericordia divina que ya no necesita dolor del pecado para obtenerlo.
Consecuencia directa es que la participación en la Eucaristía no precisa el abandono de la situación de pecado, que queda justificado en la misericordia divina.
En la práctica, esto quiere decir que un católico divorciado y vuelto a casar, podrá ser admitido a la Eucaristía aún manteniendo el estado de adulterio y sin voluntad ni necesidad de cambiarlo.
Entrevista a la revista jesuita “La Civitta Cattolica”, 19/8/13:
“Papa Francisco: Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos.”
“Esta es la grandeza de la confesión: que se evalúa caso a caso, que se puede discernir qué es lo mejor para una persona que busca a Dios y su gracia. El confesionario no es una sala de tortura, sino aquel lugar de misericordia en el que el Señor nos empuja a hacer lo mejor que podamos. Estoy pensando en la situación de una mujer que tiene a sus espaldas el fracaso de un matrimonio en el que se dio también un aborto. Después de aquello esta mujer se ha vuelto a casar y ahora vive en paz con cinco hijos. El aborto le pesa enormemente y está sinceramente arrepentida. Le encantaría retomar la vida cristiana, ¿qué hace el confesor?”
Es obvio que no es el aborto, pecado del pasado del que la mujer muestra arrepentimiento, lo que se utiliza para plantear las dudas al confesor para administrar la absolución... Lo que se sugiere con el ejemplo es la posibilidad de la absolución respecto de la situación de pecado objetivo de adulterio, asumida y ampliada a lo largo de años, de la que no se arrepiente y que va a mantener.
Este ejemplo puesto por el propio Papa hace ya más de un año, tiene los ingredientes de las propuestas no-católicas del sínodo:
1. Emotivismo compasivo con “las dificultades de la vida real”.
2. Reconocimiento de incapacidad del hombre para salir del pecado objetivo con ayuda de la gracia.
Factores que sustituyen el ”Tampoco yo te condeno. Vete y no peques más”, por el ”Yo no te condeno aunque sigas pecando”.
Olvidas varias cosas:
- La entrevista con el P. Spadaro es el modelo de lo que no debe ser una entrevista: una especie de reflexiones del periodista entreveradas de citas del entrevistado, aparentemente sin orden ni concierto. En ese sentido, sólo tenemos frases aparentemente entrecortadas, que apenas permiten sacar conclusiones.
- En la frase que citas, aparentemente (aunque no está muy claro por la falta de context en el original), el énfasis se pone en el aborto de la señora. De otro modo, lo del aborto no añadiría nada a la cuestión. Se plantea la situación confusamente y las situaciones confusas apenas permiten sacar conclusiones.
- En realidad, no se afirma nada. Sólo se hace una pregunta, pero no se da la respuesta.
- No se trata de ningún tipo de afirmación magisterial, sino de una entrevista. Por suerte, con el tiempo el Papa ha ido aprendiendo que no puede hablar informalmente, como antes de ser Papa. En una charla informal absolutamente todo el mundo dice cosas imprecisas, tonterías y vaguedades. Por eso los Papas tienen que tener mucho cuidado al hablar informalmente en público y, en general, no hacerlo.
- Es perfectamente posible que un papa piense e incluso afirme de forma no magisterial herejías meramente materiales. El caso de Juan XXII es muy conocido, pero casi seguro que habrá habido muchos otros en dos mil años de historia de la Iglesia. Igual que todos nosotros habremos pensado o dicho herejías materiales de buena fe más de una vez. En una ocasión me corrigieron una en este mismo blog.
Dicho todo eso, no es el tema del post.
Saludos cordiales
"La doctrina ha sido repetida, remarcada, profundizada y recordada una y otra vez. ¿No habrá llegado el momento de fijarnos en otros aspectos? ¿Existe el verdadero amor entre homosexuales? ¿Tiene algún valor la fidelidad entre ellos? ¿Da lo mismo la promiscuidad que la unión en el cariño entre gays?
Creo que son muchos los católicos que, de buena fe, creen sentirse en la obligación moral de responder a todo con un NO absoluto. Como si ese campo fuera el único campo en el que no caben matices, el único campo en el que nada bueno puede crecer.
Hace dos siglos, nuestra práctica ecuménica hubiera sido vista como una traición a la ortodoxia. Hoy día sabemos que eso no es así. Podemos ser ecuménicos y no traicionar la sagrada tradición que hemos recibido. Estoy convencido de que debemos empeñarnos en un esfuerzo para lograr un abrazo universal a todos sin negar la doctrina. Al final, todo se reduce a algo muy sencillo: la Iglesia que enseña pero que abraza a todos."
Es así, rotundamente, recomiendo leer todos tus post, de aqui me adhiero positivamente al Blog de Luis Fernando..
Saludos a tus niños, y seremos sumisos a nuestras mujeres Ja!! Ja!!.
A ver si alguien puede decir que es mentira que una pareja unida (la que sea) no es mejor ejemplo que una pareja que tiene hasta miedo de separarse "por si acaso", "por si nos condenamos", y ahí siguen "casados", muy "indisolubles" en dormitorios separados.
Yo de verdad pienso que, aparte de las visibles promiscuidades, pecadores escandalosos, adulterios flagrantes, actores y actrices de Hollywood, etc... muchas parejas de la vida normal y corriente tienen la madurez, la inteligencia y las carreras universitarias suficientes como para saber llevar perfectamente su vida, incluyendo la sentimental. Si la moral particular de otros no puede aceptarlo, no por ello van a hacerles caso para privarse de ser felices en esta única vida terrenal que tenemos.
Y no lo digo por obstinación, frivolidad, rencor, ni nada parecido. Si a estas alturas no han sido capaces de convencerme, y mira que llevo ya argumentos leídos y releídos, no tengo más opción que ponerme de parte de este tipo de parejas excelentes. ¿Irregulares?, yo no alcanzo a aceptarlas como irregulares, nadie es capaz de darme los datos necesarios, empiezo a pensar que realmente no los hay.
El P. Fortea escribe bien, pero no creo que nunca haya pretendido ser un gran teólogo.
En realidad, no es un tema complejo, sino un lugar común en Teología.
"La doctrina ha sido repetida, remarcada, profundizada y recordada una y otra vez. ¿No habrá llegado el momento de fijarnos en otros aspectos?"
La Iglesia nunca ha hecho eso ni puede hacerlo. Por definición, la Iglesia no puede fijarse en nada al margen de la doctrina, porque esa doctrina es su razón de ser. Si la Iglesia deja a un lado la fe que ha recibido de los apóstoles, se convierte en sal sosa que no sirve para nada.
"¿Existe el verdadero amor entre homosexuales?"
Por supuesto. El pecado, como hemos repetido innumerables veces, no crea nada, solo deforma. No existe el mal absoluto. El pecado es la carencia de algún bien debido y solo existe parasitando el bien. Por eso, en toda situación de pecado, hay cosas buenas. Pero, y esto es fundamental, esas cosas buenas no están ahí por el pecado, sino a pesar de ese pecado. En ese sentido, ¿hay cosas buenas en una situación de adulterio, de asesinato, de robo? Sí, porque el mal no tiene existencia de por sí, sino solo parasitando algo bueno. Puede haber lealtad, valentía, laboriosidad, ingenio, etc. Sin embargo, a nadie se le ocurriría hablar de los elementos positivos del adulterio, del robo o del asesinato, porque esos elementos positivos no están ahí por robar, por asesinar o por adulterar, sino a pesar de esas cosas.
Lo mismo dice la doctrina católica sobre las uniones entre personas del mismo sexo. El verdadero amor entre homosexuales se llama amistad. Y esa amistad, que es un don de Dios, mantiene muchas cosas buenas incluso cuando es deformada y retorcida por el pecado. De nuevo, esas cosas buenas no vienen del pecado, sino que están ahí a pesar de él.
"¿Tiene algún valor la fidelidad entre ellos? ¿Da lo mismo la promiscuidad que la unión en el cariño entre gays?"
En realidad, eso es lo mismo que ya explica el Catecismo sobre los divorciados vueltos a casar. ¿Es meritorio que ese adulterio se convierta en union formal y "monógama"?
"El hecho de contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público y permanente" (Catecismo 2384)
Nos entra la duda porque, en realidad, pensamos como el mundo y no como la Iglesia y porque, en lugar de mirar la realidad, estamos acostumbrados a pensar que la realidad debe ajustarse a nuestros deseos.
De nuevo, en todo eso se mezclan restos de cosas buenas, como en todo pecado. La fidelidad entre ladrones es un resto de una virtud, pero retorcida, deformada y aplicada a un fin malo. Lo mismo sucede con la fidelidad en esas uniones, según enseña la Iglesia.
"no por ello van a hacerles caso para privarse de ser felices en esta única vida terrenal que tenemos."
Dice el salmista:
Mortales de este mundo, sea su lote esta vida,
de tu despensa les llenarás el vientre,
se saciarán sus hijos
y dejarán a sus pequeños lo que sobra.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.
"nadie es capaz de darme los datos necesarios, empiezo a pensar que realmente no los hay."
Es que hay que tener fe católica. Sin ella, el matrimonio católico resulta bastante difícil de entender.
Por cierto, ir cambiando de seudónimo es contrario a la etiqueta de Internet y no se permite aquí. Le ruego que no lo vuelva a hacer.
Uy, uy, uy. No has leído el post.
"Existe una posibilidad aún peor: el pastor que confunde el olor a oveja con el olor a justificación del pecado, a llamar bien al mal y mal al bien. Esta posibilidad es aún peor porque ése es el olor a oveja de los lobos, que huelen así porque devoran a las ovejas, se aprovechan de ellas y se esconden bajo una piel de cordero para pasar inadvertidos".
El "amor" en sí es la argamasa de la existencia, en la medida en que es el apetito del bien conocido, no se puede dejar de amar un bien. El problema es dónde se pone el amor, si en un bien que corresponde o en un bien desordenado. Si el amor se ordena al fin último, es virtud, si es desordenado es pecado. El pecado es el nombre del amor desordenado.
San Agustín no niega que el hombre pecador tenga amor, lo que dice es que es "amor sui", amor a uno mismo con desprecio de Dios. Y dice que efectivamente, el "amor sui" edifica la Ciudad del Hombre, que se contrapone con la Ciudad de Dios, fundada sobre el "amor Dei". Aún más: en cierto modo, el amor sui edifica el Infierno. Dios no hizo el Infierno, lo hace el amor sui.
Un drogadicto pone su amor en la droga, un narcotraficante en el dinero, un gay en la convivencia homosexual. Esto lo sabía el mismo Oscar Wilde, que hablaba del "amor que no osa decir su nombre". Dante coloca en el Infierno a una pareja adúltera, y lo primero que dice la mujer, Francesca, es "Amor conduce noi ad una morte".
Valorar, pues, el amor desordenado es valorar el pecado. Como dice Bruno, se puede apreciar el bien subsistente bajo el pecado, de una forma metafísica (la belleza del amante, el coraje del asesino, etc), pero el amor desordenado como tal, es un acto moral intrínsecamente malo que no se puede ni debe jamás valorar. La especificidad del acto, en realidad, es el odio a Dios, es decir, el desprecio del amor a Dios por aprecio al amor del bien desordenado.
Convendría releer la primera Encíclica de Ratzinger, "Deus caritas est", que explica todo.
Leerlo a Santo Tomás le insumiría al pobre Fortea mayor esfuerzo y lo privaría de sus películas favoritas.
Lo admito, era una estrategia. Capto el requerimiento y empiezo a plantearme dejar de entrar a Infocatólica. Por tranquilidad personal (la verdad sea dicha ya, puesto que el continuo enfrentamiento no me está haciendo ningún bien espiritual) y por riesgo de acabar en denuncia por suplantación o algo así muy serio. Mejor no fiarse.
Pero es triste que no nos dejen más opción que Religión Digital. Ustedes mismos...
"La Iglesia nunca ha hecho eso ni puede hacerlo. Por definición, la Iglesia no puede fijarse en nada al margen de la doctrina, porque esa doctrina es su razón de ser."
Claro, pero hay muchas formas de interpretar y aplicar la doctrina a la luz de la Iglesia. La doctrina cristiana no tiene nada que ver con el espíritu doctrinario, que es una inclinación psicológica o una actitud ideológica:
“Las distintas líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral, si se dejan armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la Iglesia, ya que ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra. A quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio". EG.
No entiendo bien lo que quieres decir: "Claro, pero hay muchas formas de interpretar y aplicar la doctrina a la luz de la Iglesia"
La Iglesia no tiene luz propia. Es el Mysterium lunae; solo tiene la luz que refleja de Cristo y esa luz es la transmitida en la Escritura y la Tradición.
En cuanto a las formas de "aplicar" la doctrina, las más importantes son dos: las que realmente la aplican y las que la mantienen teóricamente pero en la práctica la niegan. Todo lo que quepa en la primera sera más o menos prudente y más o menos acertado, pero eso es normal en una Iglesia hecha de seres limitados. Lo que no puede ser es lo segundo y eso es lo que intentamos criticar.
Por eso, no sirven de nada en este caso (creo yo) esas afirmaciones generales, porque todo el mundo está de acuerdo en que se puede profundizar mucho en la doctrina y en que hay un gran campo para las aplicaciones prudenciales de la misma. No he visto a nadie que lo niegue más allá de las caricaturas. Así pues, lo que se discute no es eso, sino si estas aplicaciones propuestas concretas, como parece, en realidad no aplican nada sino que rechazan frontalmente la enseñanza de la Iglesia desde sus comienzos. Esa es la discusión. Lo demás es embrollar el tema.
Y, francamente, las justificaciones que se han dado hasta ahora para esas propuestas me han parecido de un nivel muy bajo. No sé si es que no se quieren revelar aún los verdaderos argumentos y los están guardando para el año que viene o es que la teología hoy está por los suelos, pero no ha habido ni un solo argumento poderoso y, además, los argumentos que se han dado son mutuamente contradictorios.
Si yo, que no le llegaría a la altura del betún a un verdadero teólogo, puedo ver inmediatamente sus fallos garrafales, es que son argumentos verdaderamente pobres.
Saludos.
Aqui la cuesitión, no es si unas parejas irregulares, entre hombre y hombre o mujer y mujer, o no casadas, son mas felices, o mas estables, o se quieren mas que un matrimonio católico normal.
Aquí nadie el derecho de nadie ha hacer lo que le de la gana. Ahora bien lo que no queremos es que se adultere la verdad, ni el magisterio ni la tradición. ¿que tu quieres vivir amancebado, en unión gay, o con tu mascota? aquí nadie te critica por eso. Ahora bien, no nos vengas con cuentos ni tu ni el Padre Fortea, sobre la conveniencia de aceptar esas practicas como normales dentro de la Iglesia.
Esto es como ser miembro de un club de Futbol, si pagas la cuota y cumples los estatutos, lo eres, si no no. El problema es que hay muchos que parecen querer que la Iglesia les acepte en su en su seno sin pagar "la cuota ni cumplir los estatutos". Es un engaño puro y duro.
no permitas que su ponzoña nos envenene y ayúdanos a todos a no convertirnos en sus intermediarios. No permitas Señor, que paguemos mal con mal. Arranca Señor de nuestra diestra la espada de la venganza y del orgullo herido, y danos fuerza para soportar despecios, humillaciones, insultos, burlas, calumnias, injurias sin albergar odio ni rencor.
Arranca Señor nuestra soberbia y egoísmo de nuestros corazones. Danos fuerza, Dios mío, para seguir a Tu Hijo Jesucristo.
El P. Spadaro es un padre jesuíta, director de una revista de la Compañía de Jesús, que acude a una entrevista concedida por el Papa, también jesuíta, en Santa Marta. La publicación no ha sido desmentida, ni enmendada ni corregida en ningún momento.
- En la frase que citas, aparentemente (aunque no está muy claro por la falta de context en el original), el énfasis se pone en el aborto de la señora. De otro modo, lo del aborto no añadiría nada a la cuestión. Se plantea la situación confusamente y las situaciones confusas apenas permiten sacar conclusiones.
El perdón de Dios no tiene límite. Con arrepentimiento, el mayor de los homicidios encuentra la gracia del perdón divino. El énfasis de la situación no está puesto en el aborto de la señora, pues está en cofesión, “le pesa enormemente” y dice estar “sinceramente arrepentida” ¿Qué duda puede tener un confesor respecto de esto? Ninguna.
El aborto aparece como un dato más que nos muestra la desgraciada vida de la mujer en su matrimonio primero, en contraposición con la vida en paz con sus cinco hijos en su segundo matrimonio. ¿Es que puedo obligarla a volver a aquella calamidad y a renunciar a la paz de su vida presente? Esta es la duda del confesor, la que abre la puerta de la misericordia justificante que no necesita arrepentimiento ni dolor del pecado para obtener el perdón.
- En realidad, no se afirma nada. Sólo se hace una pregunta, pero no se da la respuesta.
Señal de que, para quien la formula, no sólo hay una.
- No se trata de ningún tipo de afirmación magisterial, sino de una entrevista.
Cierto.
- Es perfectamente posible que un papa piense e incluso afirme de forma no magisterial herejías meramente materiales.
Cierto, pero su influencia sobre la Iglesia es enorme y puede derogar, “de facto” y por la vía práctica, como decía Eva, la doctrina oficial.
Saludos.
El problema que tiene Bergoglio es cómo hace para darle la absolución y la comunión saltándose la condición actual de la vida en pecado mortal sin propósito de enmienda de la señora. Subyace además la idea de que la vida en adulterio no sería tan grave. Por cierto es menos grave que el aborto.
Pues no hay forma. La absolución tiene que ser completa. Bergoglio lo tiene que haber estudiado en teología sacramental. Y el adulterio es pecado grave. Si no hay propósito de enmienda no puede absolver.
La Iglesia no tiene luz propia. Es el Mysterium lunae; solo tiene la luz que refleja de Cristo y esa luz es la transmitida en la Escritura y la Tradición.
Que la luna no tenga luz propia, sino reflejada, no quiere decir que no sea capaz de iluminar.
EG
Ya sabemos que alguien en situación de pecado puede ser salvo por miles de circunstancias que mermen su libertad o su conocimiento. Pero no por ello la Iglesia tiene que validar su situación permitiéndole la Comunión. En definitiva, los padres sinodales "aperturistas" han decidido ocupar el papel que sólo corresponde a Dios.
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