Oink, oink
“¡Cuántos predicadores charlatanes, cuántos repetidores de la nada!”
Agnóstico
Este sermón del agnóstico es brutal!
(Debes leerlo antes de seguir)
Quién, después de leerlo, podría afirmar que miente o exagera? Habrá alguno que se justificará? Espero que no.
Lo espero porque tengo plena confianza en que la gracia le iluminará a la hora de reconocer la verdad sobre si mismo. Espero que lo permita y luego clame piedad para su alma y se le conceda el perdón que le ayude a ser criatura nueva.
La imagen que hemos venido dando no está exenta de verdad, lo que convierte en probable el hecho de que, desde hace ya mucho tiempo, en lugar de “fieles” hemos sido “traidores” que, como puercos, alardean de los “muchos y buenos” frutos que dentro de la pocilga genera su actividad.
Porque es eso, para una mayoría de nosotros, la actividad ha sustituido a la gracia.
La actividad es lo que suponemos da sentido a nuestra vida cuando es únicamente la gracia.
Cristo, su vida en nosotros, es la que le da sentido.
Ninguna otra cosa. Entendido?
Por eso el dichoso agnóstico lleva la razón.
Nuestra vida como cristianos, si somos de ese tipo de cristianos, no tiene sentido.
Tarde o temprano nos retiraremos de la actividad cansados o disgustados y, por ahí va y nos hacemos evangélicos, animalistas o ecologistas, según la afición de cada uno. Si, total, para la superficial vida que llevamos, viene a ser lo mismo que ser cristianos. No es cierto? Cierto es.
Tengámoslo claro: no hemos llegado a ser más que un des-graciado adefesio para el cristianismo. Afirmarlo, no será mentir.
Este agnóstico que se atrevió a decir la verdad hizo bien al citar a León Bloy quien alguna vez tuvo el coraje de estamparnos en la cara el que “un cristiano, si no es un héroe, no es más que un puerco”
La razón está del lado del agnóstico de nuevo ya que no se conoce que los héroes surjan del dinamismo de la pocilga sino de la profundidad, amplitud, lucidez que da la gracia.
Se construyen y emergen de esa luz que resplandece aun por sobre el cielo cargado de nubes.
De aspirar, cada minuto de su existencia, a vivir de su claridad y de su calor.
De saber que, bien pueden haber alegría o drama en la vida, que nada ni nadie los arrancará de Su presencia.
Despuntan, como la aurora, por haberse dejado consumir por la hoguera del amor divino.
El único y verdadero amor. El Amor.
Fuera de la pocilga está la vida. Es la vida sobrenatural de la nacen los héroes.
Por eso los llamamos “super-heroes” porque están por-sobre-lo-natural. Vida sobre-natural. Se capta, verdad?
Si tras leerme te das cuenta que no llevas esta vida es que sigues siendo un puerco, oink, oink; por lo que más vale que lo reconozcas para que puedas pedir perdon y la gracia que te arrancará de la pocilga. Que te hará, tarde o temprano, despuntar como la aurora.
Pídela ahora mismo. Ten confianza.
Tacaño no es Dios.