Declaro solemnemente tajante oposición...
Les confieso que no tengo explicación para que diversas advertencias que he presentado tanto en público como en privado acerca de la posición de diferentes personas respecto a aspectos teológico-doctrinales hayan resultado positivas tal como lo anuncié.
Una de las primeras ocasiones fue cuando advertí a un grupo de jóvenes y al arzobispo que, de seguir por el camino que llevaban, los jóvenes tomarían el camino del filo-lefebvrismo y también del sedevacantismo y así sucedió. Ahora el arzobispo batalla con la presencia de estas personas en la arquidiócesis.
En otra ocasión advertí a una autoridad universitaria que el camino teológico-doctrinal que llevaba tendría consecuencias nefastas y, efectivamente, por esa razón perdió su trabajo.
A un sacerdote con autoridad, liderazgo y presencia en televisión le estuve advirtiendo acerca de que el camino que había tomado presentaba graves peligros y no quiso atenderme. Ahora fue encontrado en declarado acto homosexual por lo que lo han separado de su responsabilidad.
Estos son solo algunos ejemplos de tantas ocasiones en que, al final, mis advertencias –muy a mi pesar- resultan positivas.
Con dichos ejemplos solo deseo enmarcar el hecho de que he seguido la instrucción de mi conciencia acerca de advertir del error y sus consecuencias.
Les confieso que desconozco otro camino para enfrentar la mentira, porque la persistencia en el error, es una mentira injustificable. Y a la mentira, al demonio, hay que combatirlo colocando por delante la Verdad, que es Cristo, ya que Suya es la batalla y también la victoria.
Así es como, de aquí en más, declaro que me uno a las palabras del Cardenal Sarah.
“Declaro solemnemente que me opondré tajantemente a toda rebelión contra la enseñanzas de Cristo y del Magisterio”
De tal manera que, cuenten con bellas y delicadas entradas al blog pero también con algunas, también bellas y delicadas pero a la vez contundentes, ya que contendrán advertencias que lanzaré a algunas almas.
El Señor los bendiga.
Feliz domingo de Pascua.
(Sin duda) El Señor ha Resucitado! Aleluya! Aleluya!
NOTA: Se que esto me colocará en una posición marginal pero, igual, ya lo estoy.
Quienes hayan confiado en mi lo seguirán haciendo. Los que no, pues no y que sea de mi lo que Dios tenga en sus planes.
17 comentarios
El lefevrismo no tiene nada de malo en lo que se refiere a su adhesión íntegra e incondicional a la doctrina de la Iglesia, que es una, santa, infalible y verdadera.
Otra cosa son ls lefevrianos como grupo humano, que tienen ramalazos sectarios idénticos a los que yo veo en los del opus, los kikos, los de comunión y liberación.....
Difícilmente la admiración por Lefevre y la adhesión a sus planteamientos puede conducir al sedevacantismo. Màs bien la papolatría.
Dicho lo cual: muchos descubrimos en su momento y otros muchos siguen descubriendo que la praxis eclesial actual es un GRAN TIMO, una magna estafa que difícilmente acerca a Cristo, sino todo lo contrario.
Te luede parecer lamentable que una de las escasas vías de escape de esta estafa postconciliar y neoeclesial sean los lefevrianos, pero es así. También estàn los Pades, santo Tomás, los místicos.... pero eso supone caminar solo, y no todo el mundo quiere o puede hacerlo.
Dios nos agarre confesados...
Pero cumplo con la obligación de advertirle algo: cuando uno acierta muchas veces seguidas, se vuelve engreído y piensa que siempre tiene la razón. Pero nadie es perfecto. No digo que ahora, pero eventualmente se va a equivocar y va a estar completamente segura que tiene la razón. Ese día va a echar por tierra todos sus éxitos anteriores. Lo sé, me ha pasado.
Mi recomendación sería pedirle que no se considere infalible. Abra su mente a la posibilidad de que podría estarse equivocando. Así el día que se equivoque, sabrá que hacer. Si no, el golpe será terrible.
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Sí, efectivamente es una "vía de escape". Muy probablemente, hacia ninguna parte.
Los católicos observantes no estamos por la labor. No buscamos "vías de escape" sino hacer la íntegra voluntad de Dios. Que está muy lejos de alentar la desobediencia sistemática a los sucesores de los Apóstoles ignorándolos olímpicamente y fabricándose sus propias jurisdicciones.
Angustiado como muchos en estos momentos, mantengo por gracia de Dios la esperanza de que Cristo no abandonará a su Iglesia, tan vapuleada. El suscitará e inspirará a quienes la rescatarán en lo peor de la tormenta, cuando parezca que está a punto de hundirse.
Gracias a todos por sus comentarios.
Ante el mal o se huye, o se le enfrenta. Si lo primero es a veces cobardía, lo segundo puede ser también temeridad.
Ante el desastre postconciliar y neoeclesial se puede responder de diversas maneras, y huir de él es legítima si uno se mantiene en comunión con la Iglesia. Por supuesto que la vía lefevriana NO conduce a ninguna parte, porque son Iglesia. Lo que conduce a otras partes es la herejía, la indiferencia o la apostasía. Pero aquí hablamos entre católicos, creo.
Mira fotos de Homs en Siria: ¿huir es legítimo? Pues el desastre postconciliar y neoeclesial está peor que Homs: Babilonia.
De modo que Ricardo, no te estreses. Y si te estresas.... tila.
La realidad es que si el problema de los lefevrianos es canónico, el del postvaticanosegundismo y neoeclesialismo es doctrinal, de Fe. ¿Comparaciones quieres?
Punto final de mi parte, especialmente porque el tema que nos trae Maricruz es otro muy diferente.
Y muchísimo más importante que le deriva lefe.
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