En el modo que tenemos de vivir las circunstancias...
«En el modo que tenemos de vivir las circunstancias, decimos ante todos, quién es Cristo para nosotros».
Padre Luigi Giussani
Esta frase, por si no lo habían notado, la tengo desde hace años como un aviso en la columna de la derecha de este blog. La puse ahí para que me sirviera de recordatorio no solo al escribir sino al responder a los comentaristas.
El caso es que una frase en sí misma no tiene el poder de transformarnos ya que solo la Gracia lo tiene, sin embargo, qué bien hace encontrármela una noche de insomnio para realizar un breve examen.
Si la leen con detenimiento caerán en la cuenta que la frase es sustanciosa.
Muchas preguntas surgen de ella.
Quién es Cristo para una persona homosexual si yo, como católico, me refiero a ella con términos que, aunque correctos, llevan una enorme carga peyorativa? Quién será Cristo para esa persona homosexual?
Quién será Cristo para un Obispo cuando un tradicionalista o lefebvrista juzga como herejía sus convicciones por estar fundamentadas también sobre el Concilio Vaticano II?
Y, al contrario, quién será Cristo para un tradicionalista si un Obispo le prohíbe a un grupo de fieles la celebración de la misa tradicional?
Así podríamos preguntarnos acerca de todo tipo de reacciones (porque son reacciones, pocas veces son acciones meditadas, es decir, razonables) que tenemos ante las circunstancias.
Si fuéramos sinceros tendríamos que admitir que dejamos a Cristo muy mal parado, pésimamente mal parado y, de paso, quedamos como unos verdaderos hipócritas y mentirosos.
Cielos! Si al menos fuéramos capaces de, sin auxilio divino, evitar reaccionar!.
Si, por lo menos fuéramos capaces de, sin auxilio divino, detenernos para reflexionar antes que expresarnos de cualquier forma!
Muy fiados estamos de nuestros conocimientos, destrezas y habilidades. ¡Demasiado!
Convendría, ciertamente, detenernos ante el primer impulso. Mucho convendría.
Nos vendría bien fiarnos únicamente de la Gracia antes que de nosotros mismos.
Bien nos vendría disponernos a “tantito” de humildad. No más “tantito”.
Mucho convendría para que el modo que tenemos de vivir las circunstancias diga quién, verdaderamente, es Cristo para nosotros.
¿Con qué fue dominada la soberbia de los egipcios? Con ranas y moscas. Podía Dios haber enviado leones…
San Agustín. Tratado de la primera carta de San Juan 8,7
7 comentarios
Gracias Maricruz.
Vale ya de pontificar sobre lo que es bueno o lo que es malo; lo verdaderamnete importante y que nos define es los hechos.
El como vivimos las circunstancias dice verdaderamente como vemos a Cristo .
"Autorreferencialmente", diría el Papa. Pero ya dijo usted que sería "fiel a usted misma".
Hay muchas formas de fariseísmo, y los progres también dan gracias de no ser como esos otros, los tradicionalistas.
No es necesario que usted publique esto. Es mas bien personal.
saludos.
Juan
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Juan, lo tomaré en cuenta. Gracias,
Vale, que a mí tampoco me ha gustado nada que se haya referido a Benedicto diciendo que 'era igual que tener al abuelo en casa'. Pero aún así...
¡Hablan más en otras páginas no religiosas!
Por ejemplo, acabo de leer en un diario deportivo que 'el Papa Francisco paga religiosamente de su bolsillo la cuota anual de socio del equipo San Lorenzo de Almagro, del que es seguidor desde hace años'.
: )
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Anónimo,
No tengo idea.
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Ignacio,
Pues si, me parece que por ahí va la cosa.
Saludos y gracias,
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