Castigado sin misa
Hay cosas que te dejan un triste regusto en el alma. Hace unos días me vino Francisco, un niño que hizo la primera comunión en la parroquia hace dos años. Los ojos enrojecidos y una carita de pena de esas que no se olvidan. Llevaba unas semanas sin saber de él y entre sollozos me contó el motivo: flojea algo en el comportamiento y en consecuencia mamá le ha castigado sin ir a misa los domingos. ¿La razón? Que le gusta mucho venir, así que se acabó. No pude decirle muchas cosas. Simplemente que tiene que portarse bien, estudiar, ayudar en casa. ¿Qué otra cosa vas a explicar a un chiquillo de doce años?
Curioso el razonamiento de mamá: quitar justo lo que al niño le gusta. Menos mal, pensé, que al chiquillo no se le ha ocurrido decir que lo que más le gusta en este mundo es ir a clase, ordenar su cuarto, acudir al odontólogo o hacer la compra a la abuela. Porque ya me le veía sin ir a clase, con la habitación como una jaula de tigres y abofeteando a la abuela como castigo.
El niño tiene sus deberes y obligaciones como es natural, cosas que en absoluto son negociables. Ir al colegio, estudiar, ser educado, acudir al médico cuando es menester, hacer deporte, cumplir con sus obligaciones religiosas, la sociabilidad son cosas imprescindibles. Si además le gustan, bendito sea Dios, y si no, pues se siente. Solo faltaba que un arrapiezo de ocho o diez años decidiera por sus santas narices que no va a clase, deje de lavarse o tomara la decisión de tener su habitación convertida en el basurero municipal. Y si al niño hay que imponerle un correctivo, que no me parece mal, que sea con algo que le pueda costar un poco, desde salir o no, retirarle su wii, la paga o el ordenador. Pero ¿la misa? Es como si me dijeran que le han castigado sin ir a clase. No lo comprendería.
Pues a mi amigo Francisco es lo que le ha pasado. Parece que hay dificultades para entenderse con mamá y esta ha decidido, harta de desobediencias, privarle de algo que para su hijo, católico, es vital y que además, ya ven qué curioso, parece ser que le encanta.
¿Hablar con mamá? Por supuesto que lo hemos hecho. Pero… en sus trece. Que si quiere ir a misa, que se porte mejor, y que no se negocia. Pobre muchacho. El caso es que hay que ver lo que se habla de libertad y respeto a los hijos. Pero Francisco sin misa. Porque le gusta. Qué cosas.
34 comentarios
¡Que pena!, repito.
La muy astuta se ha dicho "castigo al crio sin ir a misa que le gusta y a mi me viene bien porque primero, la misa me importa un pimiento y segundo, lo despego de la parroquia no vaya a ser que eche tendencias clericales, ¡ por Dios!"
Cuánto daño ha hecho este régimen político transformando la conciencia moral de la sociedad, hasta el punto de hacer a una madre, presuntamente católica, hacer eso. Una aberración.
Otro caso, esto me lo contó un sobrinito, ya es una persona adulta. Cuando era niño, iban en el coche. "Mira, allí se ve una iglesia, vayamos", y el padre, con un acelerón en el coche, pasa de largo.
Hay personas que huyen cuando en su camino ven una iglesia.
Por otra parte, los padres tan desnaturalizados, no temen que sus hijos, hijas vayan con malignas compañías a las discotecas, a "pasarlo bien"; a jugar, a divertirse, disfrazarse. Cuántos niños y niñas que pudiendo acercarse al Señor, ya de adultos han perdido totalmente la fe, se hacen maltratadores de sus propios padres, matan a sus abuelos. Los delitos y crímenes que suceden en la sociedad, es precisamente, por alejarse, alejarlos de Dios, para su perdición eterna.
No estoy seguro ahora, si era San Alfonso María de Ligorio o el Santo Cura de Ars, que hablaba de una persona, que tras cometer delitos, al fin fue atrapado y lo llevaban al patíbulo, y le decía a la madre, "por tu culpa, ahora me veo así, a punto de morir".
Que piensen los padres, cuando sus hijos, hijas, por no acercarlos a Dios, conforme al sentir de la Iglesia Católica, si son mayores los hijos rebeldes. Piensen que es lo que le ha llevado a esa rebeldía.
Pero hemos de ser justos, pues hay padres y madres que educan cristianamente a los hijos, pero las compañías malas en el colegio, institutos, en el trabajo, etc., aquella alma inocente, se corrompe. ¿Por qué? ¿No será que no ha orado bien? Pues el alma orante, ya se previene con la Gracia de Dios, contra los lazos del enemigo infernal.
El niño que se porta mal, ya dice la Santa Escritura que hay que castigarle. Pero si lo que cree que dejarlo sin Misa, es castigo, la causa, es que no ama, sino que odia a su hijo. Solo un demonio impide que un alma, se acerque a Dios.
Eso sí es castigo cruel. De los crueles eh!.
"Que si quiere ir a misa, que se porte mejor, y que no se negocia. Pobre muchacho. El caso es que hay que ver lo que se habla de libertad y respeto a los hijos. Pero Francisco sin misa. Porque le gusta. Qué cosas."
Vamos, que mal si no se le deja ir a misa pero bien si se considera que cumplir con tus obligaciones religiosas es un deber innegociable. Bien obliga, mal prohibir.
Y todas convienen, mientras untan la galletita, en que la falta de vocaciones es EXCLUSIVAMENTE culpa de los curas,que no han tenido hijos e ignoran la pedagogía elemental.
"En caso negativo, es simplemente falta de fe"
...
Si acaso anticlerical; falta de fe no sé, sólo Dios lo sabe.
De verdad que tiene uno que escuchar cada disparate... Y este .. Será Catolico, me pregunto yo?
-Que a un chaval le guste ir a misa los domingo; Y que después no obedezca a mamá en cosas de niño, supongo; no cuaja.
También es cierto que madre no hay más que una. Y, a veces, por desgracia...
El modelo de niño del que usted habla Padre,(va al colegio, estudia, es educado, obediente, deportista, ordenado, sociable, religioso), yo creía que se había quedado en los principios del siglo XX, si es qué alguna vez existió, que lo dudo. Yo desde luego en mi experiencia no he tenido la suerte de que ninguno de mis hijos fuera tal dechado de virtudes, pero ni los míos ni los de ninguna persona de las que he conocido.
Pero lo que me ha dejado atónita es castigar a un hijo sin ir a misa. ¡Qué fuerte! Para mí que la misa es una de las cosas más importantes de la vida, porque es uno de los Mandamientos de la Ley de Dios...
Vamos, yo antes lo castigaría sin comer, si es que la criatura hubiera cometido falta suficientemente grave.
Cuando mi hijo tenía 16 años, ya él no quería venir conmigo y con sus hermanas a misa; yo cedía en que fuera sólo, pero me asomaba a la hora de la salida de misa para ver si era verdad que había ido. Así que de verdad he alucinado con el castigo impuesto por esta madre. ¡Qué a un niño de 12 años le guste ir a misa, en los tiempos que corren! ¡Y lo castiga con no ir!
¡No sabe lo que está haciendo!
Además, no me parece nada habitual ni lógico castigar a un nińo sin misa, en tal caso castigarlo sin salir, sin consola, sin TV o sin merienda...
Supongo padre, que se trata de una metáfora, porque de lo contrario, como dice rastri, no cuaja.
En este caso, a quien tendría que haber caso a la mamá o al Papa (Francisco)...? Je, je!
Menuda "lógica", la de la tal señora...
Si el niño no va a Misa, no digo que sea imposible que se porte mejor. Pero, sin duda, le costará mucho más.
Espero que el Señor ayude a este chaval a volver a Misa.
Obviamente, no me pongo en el lugar del P. Jorge, ya que el pastor y responsable es él, pero vamos... lo que hay que ver.
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