3.06.17

He venido a encender fuego sobre la tierra

Espíritu Santo, Basílica de San Pedro

Como preparación al día Santo de Pentecostés, compartimos con nuestros lectores un fragmento del maravilloso “Año Litúrgico” de Dom Guéranger, en su comentario a la liturgia de este día.

Dom Prosper Guéranger (Sablé, 1805-Solesmes, 1875), fue liturgista y restaurador de la orden benedictina en Francia . Ordenado en 1827, recuperó el antiguo priorato de Solesmes, del que tomó posesión en 1833, y en el cual llevó adelante el proyecto de restauración de la orden benedictina. Obtuvo el ascenso de Solesmes a abadía. Primer abad de Solesmes (1837) y superior de la Congregación de Francia, se convirtió en el alma del movimiento de restauración litúrgica . Entre sus principales obras cabe recordar las Instituciones litúrgicas (1840-1851) y el Año litúrgico (1841-1866).

Aquí va el texto del Año Litúrgico (destacados para facilitar la lectura son nuestros)


El gran día que consuma la obra divina en el género humano ha brillado por fin sobre el mundo. “El día de Pentecostés—como dice San Lucas—se ha cumplido” (Hch 2,1). Desde Pascua hemos visto deslizarse siete semanas; he aquí el día que le sigue y hace el número misterioso de cincuenta. Este día es Domingo, consagrado al recuerdo de la creación de la luz y la Resurrección de Cristo; le va a ser impuesto su último carácter, y por él vamos a recibir “la plenitud de Dios".

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21.05.17

En la tormenta, mirar a Cristo

Mons. Fulton Sheen

En el presente post compartimos con nuestros lectores un hermoso texto de la Vida de Cristo de Monseñor Fulton Sheen.

MONSEÑOR FULTON SHEEN (1885-1979), fue obispo de Estados Unidos, gran predicador y maestro de la fe católica. Fue pionero del uso de la TV y de la radio para predicar, destacando en sus programas “The Catholic Hour” (La Hora Católica) y “Life is Worth Living” (La Vida vale Vivirla)

El 3 de octubre de 1979 fue un momento muy especial para Mons. Sheen. El Papa Juan Pablo II lo abrazó en la Catedral de San Patricio, Nueva York, y le dijo: “¡Has escrito y hablado bien de nuestro Señor Jesucristo! ¡Eres un hijo leal de la Iglesia!". Tres meses más tarde, el 9 de diciembre, el Señor se llevó al buen obispo al cielo.

El 14 de septiembre, La Congregación para la Causa de los Santos oficialmente abrió la causa del Arzobispo Sheen y le confirió el título de “Siervo de Dios".

Aquí el texto, propicio para meditar en los tiempos de prueba y turbulencia, en las tentaciones y desconcierto, donde más que nunca debemos mantener la mirada interior fija en Cristo y en la victoria y fuerza de su gracia:

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23.03.17

San Benito: buscar a Dios, buscar la verdad, escuchar

San Benito y Santa Escolástica

Al mirar los frutos que ha dado en la historia la figura de San Benito, a través de sus hijos, entre los que se cuentan numerosos santos, Papas, cardenales, obispos, y cómo él ha llegado a inspirar un modelo católico de reinado de Cristo que influyó poderosamente en la constitución de la Cristiandad Medieval, interesa poder encontrar un primer principio que pueda dar razón de esta obra grandiosa en la vida eclesial y humana.

La Regla de San Benito comienza con las palabras:

«Ausculta, o fili, praecepta magistri» (ESCUCHA, oh hijo, los preceptos del maestro) [RB Prol].

Ausculta: no es lo mismo escuchar que oír. Se puede oír algo sin abrirle el corazón. Oír algo sin que me interpele. Oír sin escuchar puede transformarse en una “sordera del corazón” o “sordera de espíritu”, que incluso puede llegar a ser, en casos extremos, un rechazo de la voz del Espíritu Santo.

Nada más ajeno al espíritu que deba animar a un hijo de San Benito que esta sordera espiritual. En cierto sentido, el monje debe ser todo oídos, porque busca a Dios y Dios habla de mil maneras: habla a través de la Sagrada Liturgia, habla a través de la Palabra de Dios y la Sagrada Tradición, habla a través de los Hermanos de comunidad, habla a través de los Superiores y habla a través de lo que la Providencia nos regala en esta vida cada día…

En este sentido, aquella condición que San Benito prevé para un candidato a la vida monástica: «si revera quaerit Deum» (si verdaderamente busca a Dios), de alguna manera presupone el Ausculta, la actitud interior de escuchar. La fe entra por el oído. Y esta búsqueda de Dios, en definitiva, es lo mismo que la búsqueda de la verdad, no sólo porque Dios es la Verdad con mayúscula, sino porque esta Verdad se participa de mil maneras en lo que podríamos llamar la verdad con minúscula y que el hombre puede conocer.

Buscar a Dios, buscar la verdad, escuchar: He aquí un programa profundamente contemplativo que nuestro carisma de Schola Veritatis nos propone para la unión con Dios.

 

9.02.17

Santa Escolástica: pudo más, porque amó más

San Benito y Santa Escolastica, mosaico de autor desconocido

El día 10 de febrero, la Iglesia celebra a Santa Escolástica virgen, hermana gemela de San Benito Abad. Para quienes aún no conocen este precioso texto, reproducimos en este post para nuestros lectores un par de capítulos del Libro II de los Diálogos de San Gregorio Margo, Papa y Doctor de la Iglesia, el cual se puede leer completo en el siguiente link: http://www.sbenito.org/vidasb/vida01.htm

Los capítulos que reproducimos a continuación son los relacionados a esta gran santa , la cual fue capaz de “vencer” a su propio hermano por la fuerza de un amor más grande, con el cual deseaba pasar junto a él, en conversaciones espirituales, una de las últimas noches de su vida.

Los dejamos entonces con esta preciosa lectura.

Nota: La obra de los Diálogos, como lo indica su mismo nombre, está escrita a modo de un diálogo entre San Gregorio y el diácono Pedro, a quién se le cuenta la historia, y que interviene haciendo preguntas y comentarios.


Capítulo XXXIII.- El milagro de su hermana Escolástica

GREGORIO.- ¿ Quién habrá, Pedro, en esta vida más grande que san Pablo? Y sin embargo tres veces rogó al Señor que le librara del aguijón de la carne (2Co 12,8) y no pudo alcanzar lo que deseaba . Por eso, es preciso que te cuente del venerable abad Benito cómo deseó algo y no pudo obtenerlo. En efecto, una hermana suya, llamada Escolástica, consagrada a Dios todopoderoso desde su infancia, acostumbraba a visitarle una vez al año. Para verla, el hombre de Dios descendía a una posesión del monasterio, situada no lejos de la puerta del mismo. Un día vino como de costumbre y su venerable hermano bajó donde ella, acompañado de algunos de sus discípulos. Pasaron todo el día ocupados en la alabanza divina y en santos coloquios, y al acercarse las tinieblas de la noche tomaron juntos la refección.

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12.01.17

Discurso sobre porqué el cristianismo no debe cambiar con los tiempos

Teófano el recluso, de autor desconocido

Teófano el Recluso (1815—1894) , también conocido como Teófano el Eremita, es un santo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Fue obispo de Tambov, y posteriormente de Vladímir. En 1866 renunció al episcopado y se retiró al eremitorio de Vysha donde permaneció hasta su muerte en 1894. Escribió obras como “El arte de la oración” y “Consejos a los ascetas”, así como un amplio epistolario. Fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa.

El texto que reproducimos en este post, está tomado de un sermón del domingo después de Navidad, del 29 de diciembre de 1863.

Todos los destacados en negrita y cursiva son nuestros:


“Ha llegado a mis oídos que, por lo que parece, consideráis mis sermones muy estrictos y creéis que hoy en día nadie debería pensar de esta manera, nadie debería vivir así y por lo tanto nadie debería enseñar así. ¡Los tiempos han cambiado!

¡Cómo me alegré de escucharlo! Esto significa que escucháis con atención lo que digo, y no sólo lo escucháis, sino que también estáis dispuestos a cumplirlo. ¿Qué más podríamos querer nosotros, que predicamos todo lo que ha sido dispuesto y según nos fue ordenado?

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