(125) Católicos y política –y XXX. Ya vale. 17

–Si no lo veo, no lo creo.
–Hombre de poca fe. Todas las cosas de este mundo tienen un final.

Termino ya la serie Católicos y política. Cuando la inicié, pensaba dedicar unos tres artículos de Reforma o apostasía a la Política, un campo en el que apenas había entrado yo anteriormente en mis estudios y escritos. Y han salido treinta. Quizá los lectores se pregunten: «¿y qué pecado hemos cometido nosotros para merecerlo?»… Me visto de saco, me cubro de ceniza, y pido perdón. No lo haré más.

Confieso que aún pensaba escribir algunos artículos más sobre este amplio tema, configurando un poco las líneas principales de un partido político, recordando las causas más preciosas y urgentes que están esperando la acción política de políticos católicos combatientes (educación, objeción de conciencia, aborto, familia, medios de comunicación, lucha contra la partitocracia y el totalitarismo de Estado, defensa de la subsidieriedad, superación del antipatriotismo, etc.). Pero finalmente ha prevalecido mi compasión por los lectores. Ya vale. Me limitaré a trazar un resumen de los 30 artículos de esta serie.

Dentro de las Reformas necesarias en la Iglesia, quizá una de las más urgentes sea la reforma de la actitud mental y práctica de los católicos en relación a la política. Hace unos días comentaba uno en este blog: «¿pero es que la política tiene algo que ver con el Evangelio?». El comentarista, ya se ve, está más perdido que un perro en Misa. Pero no es un caso aislado; es signo de una perdición mental que hoy en las Iglesias descristianizadas es bastante frecuente.

La política, que pretende el bien común, es la más alta de las profesiones seculares, y lo sigue siendo en el mundo de la gracia. Por eso mismo, los mayores males del mundo actual proceden de los poderes políticos: corruptio optimi pessima. De hecho, el Príncipe de este mundo está feliz de la absoluta inoperancia política de los católicos, paralizados en este campo por las falsas doctrinas. Dejan el mundo secular a merced del diablo.

Sin embargo, nunca se ha encarecido tanto en la Iglesia la dignidad y la necesidad de la acción política de los cristianos, y nunca ésta ha sido más débil (95). Incluso un apoliticismo piadoso se ha impuesto ideológicamente –contra la doctrina de la Iglesia– en casi todos los grupos laicales católicos del Occidente descristianizado (119). Pero, sin duda, también hay que tener en cuenta que la actividad política exige muy grandes virtudes, y que si éstas faltan, se paraliza o se corrompe (96). Reforma o apostasía.

La doctrina política de la Iglesia es muy abundante y preciosa, y sin embargo hoy es amplamente ignorada por los católicos. No solamente los laicos, también los Pastores parecen a veces ignorarla, pues hablan y actúan con frecuencia en contra de ella. Por eso en los primeros artículos de esta serie recordamos en síntesis sus principios fundamentales:

1.-La autoridad viene de Dios. Si la Constitución política de la nación afirma la soberanía del pueblo, un político cristiano solo podrá jurarla si confiesa claramente –en declaración bien explícita– que esa soberanía popular procede de Dios Creador, que dijo a los hombres desde su creación: «dominad la tierra» (Gén 1,27ss), y que en la plenitud de los tiempos procede de Cristo Rey, «a quien ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra» (Mt 28,18).

2.-Las leyes civiles positivas han de fundarse en la ley natural establecida por Dios. Pero el liberalismo relativista y laicista, hoy vigente, afirma en todas sus versiones políticas la autonomía absoluta de la libertad humana. Y lo afirma con la frecuente complicidad activa o pasiva de los católicos liberales (97).

3.-Las leyes injustas deben ser desobedecidas, pero también deben ser eficazmente combatidas (98). No podemos los cristianos rendirnos a su vigencia degradante, como si fuera inevitable y necesaria.

4.-El principio de la tolerancia y del mal menor es muy valioso en la vida política, pero está pervertido por los políticos anti-cristianos –derecho al aborto, al matrimonio homosexual, a la eutanasia, al divorcio express, etc.–, y también por aquellos políticos malminoristas, que aseguran su existencia en buena parte secuestrando el voto católico, y que hacen del mal menor su estrategia política permanente (100).

5.-La Iglesia es neutral en cuanto a la forma de los regímenes políticos, que suelen integrar en proporciones diversas los poderes monárquicos, aristocráticos y democráticos. Por eso la Iglesia, fiel a su doctrina, no debe ligarse a ningún régimen concreto, aunque con prudencia podrá apoyar a aquél que en una circunstancia histórica concreta se muestra como el más conveniente o el único posible.

6.-El principio de subsidiariedad ha de afirmarse hoy con todo empeño contra el totalitarismo característico de la Bestia estatal moderna en cualquiera de sus versiones. Hoy en Occidente la Bestia política es para los cristianos más totalitaria y opresiva que en la antigüedad o en la Edad media. Hoy el Estado totalitario –liberal, socialista, marxista– impone leyes en todos los campos de la vida social humana: por ejemplo, determina en algunas naciones que la enseñanza ha de ser mixta, y prohibe a escuelas y colegios formar comunidades masculinas y femeninas separadas. Obliga, pues, por ley a los ciudadanos en cuestiones ciertamente discutibles, imponiéndoles su ideología. Y así seguirá haciéndolo, si no hay una acción política católica con fuerza eficaz para impedirlo (102-103).

7.-Nuestro Señor Jesucristo es el Rey de todos los reyes de la tierra, y los hombres y las naciones solamente pueden hallar salvación temporal y eterna recibiendo su influjo benéfico, aceptando «sus pensamientos y caminos», que distan de los pensamientos y caminos mundanos tanco como el cielo de la tierra (Is 55,8-9). Los ateos y los cristianos pelagiano-liberales rechazan este principio (104), y –contra la doctrina de la Iglesia– estiman que un Estado confesional es malo de suyo, es malo semper et ubique (105). El Estado ha de ser laico.

Ahora bien, los Estados laicos nunca son neutrales, son todos laicistas, anti-cristianos (106). Una inmensa batalla entre los hijos de la luz y los de las tinieblas se libra en todos los siglos de la humanidad, y en los últimos siglos, impulsada por el diablo, ha arreciado hasta extremos antes no conocidos, y está dirigida por poderes mundiales ocultos y por los grandes organismos internacionales. Y son muchos los cristianos que se niegan a entrar en combate con el mundo, que incluso consideran ese combate ilícito, inmoral, incluso lo declaran inexistente, mientras profesan pacíficamente su colaboracionismo con el mundo moderno. El mundo avanza tanto como el Reino de Cristo retrocede, y estos cristianos mundanos consideran ese avance como un progreso. No hay duda, «ellos son del mundo; por eso hablan el lenguaje del mundo, y el mundo los escucha» (1Jn 4,5). E incluso les confía altos cargos nacionales e internacionales, prestigiosos y bien pagados (107-108).

¿Qué debemos hacer hoy en política los católicos? En primer lugar, debemos ser conscientes de que la única Autoridad mundial posible y benéfica es la de Cristo, Rey de las naciones. Cualquier otra Autoridad mundial, como las ya diseñadas hoy en los grandes organismos internacionales, si no es cristiana, solo podrá encarnar al Anti-Cristo, «que ya está en acción» (2Tes 2,7) (109). En segundo lugar, hemos de confiar a la oración la vanguardia absoluta de toda acción cristiana, también de las actividades políticas. Así lo ha entendido siempre la Iglesia y lo ha expresado en su liturgia (111-113). Pero además de ese reconocimiento de la primacía de Cristo Rey y de la oración ¿qué debemos hacer los cristianos en el campo mismo de la vida política?

Los partidos confesionales católicos son hoy necesarios, pues es evidente que en el mundo político actual de Occidente todos los partidos, en uno u otro grado, son laico-laicistas, liberales, relativistas, naturalistas, cerrados a la ley divina, a la ley natural y a la esperanza de la vida eterna. Sin embargo, los mismos que condenan –contra la doctrina de la Iglesia– la posible existencia de un Estado confesional, hoy ciertamente imposible y por eso mismo inconveniente, van más lejos, y condenan incluso –contra la doctrina de la Iglesia– la existencia misma de partidos confesionales católicos. Han hecho y hacen todo lo que posible –y pueden mucho– para abortar sus nacimientos o para asfixiarlos en su vida incipiente.

Ahora bien, es cierto que un partido católico-liberal, como lo fue la Democracia cristiana en Italia, no vale de nada, es sal desvirtuada, y causa graves daños a la vida natural y sobrenatural de los ciudadanos (118). Pero pasar de ahí a un apoliticismo cerrado es inadmisible. Ésta es, sin embargo, la actitud mental y práctica que ha prevalecido ampliamente en el mundo católico del Occidente descristianizado. Los católicos llamados por Dios a la vocación política o no la oyen o la rechazan o «se diseminan» entre los partidos laicistas ya existentes, que tienen posibilidades de gobierno. Y permaneciendo en ellos, paralizan la misión propia de los políticos católicos, pues la hacen imposible (119).

Por eso Benedicto XVI renueva hoy el llamamiento que el Señor y la Iglesia hacen a los fieles, para que surja una «nueva generación de católicos», que «renovados interiormente» en el pensamiento y en la virtud, se «comprometan en la política sin complejos de inferioridad». Incluso, tal como están las cosas, serían hoy deseables ciertas Hermandades laicales especialmente llamadas al excelso ministerio de la política. Como las antiguas Órdenes militares, con el mismo espíritu, aunque con medios muy diversos, habrían de combatir los buenos combates de la fe bajo las banderas de Cristo, quebrantando al Príncipe de este mundo, hoy tan débilmente resistido (121).

Los partidos confesionales católicos no tienen por qué ser únicos en una nación, aunque a veces pueda ser conveniente. Mejor es en principio que sean varios, pues diversas son las maneras que hay de realizar la única doctrina política de la Iglesia, en la que todos han de coincidir. Y todos esos partidos también han de ser capaces aliarse en formaciones políticas mayores, especialmente en orden a las elecciones, pero también en el curso ordinario de la vida política.

Hoy el Padre de la mentira, Príncipe de este mundo, logra casi paralizar en algunas Iglesias las actividades pastorales y misioneras, educativas y políticas, apoderándose cada vez más de la cultura y de todo el mundo social y político (123). –La vida pastoral es en esas Iglesias débilmente evangelizadora, y con frecuencia la inmensa mayoría de los bautizados están en ellas dispersos, pues no se congregan en las comunidades parroquiales ni tampoco en otras. –En las misiones la missio por antonomasia, la evangelización, cede con frecuencia al diálogo interreligioso, si es que de verdad llega a él, y a una dedicación predominante a la beneficencia temporal. –Escuelas, colegios y universidades que se denominan católicos han decaído notablemente en su capacidad apostólica para dar una formación cristiana a sus alumnos. –En este desfallecimiento general, y en un grado quizá más acusado, ha de enmarcarse y entenderse el desistimiento casi absoluto de la actividad política de los católicos, aunque posteriormente esta dimisión haya sido ideologizada en doctrinas que, ciertamente, son inconciliables con la doctrina política de la Iglesia. En consecuencia los católicos, desde hace ya mucho tiempo, se ven obligados en las elecciones a elegir entre la abstención o el voto útil concedido a partidos malminoristas-laicistas. Pero el único voto útil es el que se da a Cristo y a su Reino. Reforma o apostasía.

Pero el Espíritu Santo quiere y puede renovar la faz de la tierra. Como enseña la Iglesia católica, Él quiere que los laicos «coordinen sus fuerzas para sanear aquellas estructuras y ambientes del mundo» que incitan a la inmoralidad y la injusticia, de modo que todas las cosas «se conformen a las normas de la justicia y más favorezcan que obstaculicen la práctica de las virtudes» (LG 36). Él quiere que a través de su acción política se «logre que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena» (GS 43). Él quiere, con su colaboración inteligente y abnegada, «instaurar el orden temporal de forma que se ajuste a los principios superiores de la vida cristiana» (AA 7). Para construir grandes asilos para ancianos, hacen falta instituciones, arquitectos y albañiles. Para construir hospitales son necesarios médicos y enfermeras. Y la realización de esas obras no saldrá adelante solamente por la actividad de evangelizadores, científicos, familias cristianas, agricultores, párrocos y religiosos de vida activa o contemplativa. Esas y otras obras necesitan ser realizadas por sus obreros propios. Del mismo modo, la edificación de la ciudad tempral según Dios necesita absolutamente la actividad de los políticos católicos.

Y ya vale.

Deo gratias!

José María Iraburu, sacerdote


Índice de Reforma o apostasía

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33 comentarios

  
Ricardo de Argentina
Padre, yo le agradezco inmensamente esta serie, que me ha abierto los ojos y me ha permitido descubrir algunas trampillas en las que he caído.
Siempre sentí inclinación por la política, pero por ignorancia entré una y otra vez en diferentes agrupaciones que si bien parecían alternativas, eran todas de esencia liberal. Hasta que llegué a asquerame y por natural reacción, me hice partidario del abstencionismo electoral más radical.
El cual es otra trampa que usted señala muy sagazmente, pues así se consigue la desmovilización política del sector de opinión mayoritario de las naciones que provienen de la Cristiandad.
Y así estamos : unos alejados y otros "sembrados" inorgánicamente dentro de las entrañas de los partidos liberales. Y la participación política católica, absolutamente débil como lógica consecuencia.
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JMI.- Bendigamos al Señor.
De él viene toda luz y toda palabra verdadera.
Me ha costado mucho escribir la serie, pues eran temas que yo nunca había tratado a fondo, no tenía un esquema desde el comienzo para ir tratando los temas con orden, y carecía también en parte del mismo lenguaje para expresar mi pensamiento.
Pero el Señor me ayudó. Me ayudó para mi bien y el bien de ustedes.
Dios les bendiga.

26/02/11 1:43 PM
  
Luis Fernando
La virtud que tienen esta serie de artículos del P. Iraburu es que difícilmente nadie en toda la Iglesia puede producir una serie similar desmintiendo los puntos aquí expuestos. Es decir, podrán ignorarlos, que es lo que harán, pero no rebatirlos.

26/02/11 5:15 PM
  
Daniel Lagos de Perú
Don José María,
Mil gracias por toda esta educación que nos está dando.
Es como ir a la universidad.
Sinceramente mil gracias.
Estoy compartiendo a todos los que puedo su Blog y en general InfoCatólica, pero sobre todo pidiendo a Dios que pueda vivir así la vida.
Dios lo bendiga.
26/02/11 5:22 PM
  
estéfano sobrino
¡Un buen colofón! Enhorabuena!
26/02/11 6:30 PM
  
Luis Manuel
¡Aleluya, Padre! Ya estuvo bien de los políticos, vuelva ud. a hablarnos de Dios, que falta nos hace.
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JMI.- ¡Andáaaaa! Y yo que, exponiendo la doctrina política de la Iglesia, estaba pensando que escribía continuamente sobre Dios, sobre su Reino, sobre la colaboración que deben prestar los políticos católicos al Espíritu Santo, el renovador de la faz de la tierra...

Y resulta que no.

¿No será que no se ha enterado Ud. de lo que yo iba escribiendo?
Cabe la posibilidad.
26/02/11 7:36 PM
  
Luis Fernando
Luis Manuel tiene razón en que a todos nos hace falta que el P. Iraburu nos hable de Dios, de caridad cristiana, de decencia, de fidelidad a la Iglesia, lo cual incluye no ir por ahí diciendo que el Concilio Vaticano II no puede ser asumido sin más por los católicos. Pero a algunos les hace más falta que a otros. Y de hecho es lo que ha estado haciendo en estos posts sobre católicos y política.
26/02/11 8:26 PM
  
Martin Ellingham
Mis felicitaciones al P. Iraburu. Ha desarrollado un serio ensayo de "hermenéutica de la continuidad". Que Dios le conceda tener muchos discípulos en España; y que no lo hagan Obispo, para que no le pase como a los que intentaron hacer lo mismo al terminar el Concilio y les nombraron unos coadjutores que ya todos saben lo que (des)hicieron...

Lo de llevarle la contra, pues me temo que desde la "neoortodoxia" de instituciones académicas y portales de divulgación, calificarían sus tesis de "integristas" y "clericales". Y lo del "partido católico" sería para ellos "institucionalismo católico".

Saludos.


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JMI.- Algunas citas documentales de sus sabios comentarios fueron integradas secretamente en el texto de mis artículos. Pero esto debe quedar entre los dos. ¡Chisssssss!

Gracias, Martín.
26/02/11 9:24 PM
  
Javier López
Mis más sinceras felicitaciones a D. José María por el conjunto de la serie. No quiero ser adulador, pero creo que se ha superado a sí mismo. Yo mismo, que al empezar la serie ya suscribía los principios básicos que en ella se han expuesto, he podido sin embargo aclarar muchas cuestiones en las que tenía dudas sobre la materia.

La serie ha sido extremadamente útil y oportuna, y estoy seguro de que producirá abundante fruto. Sólo puedo añadir: gracias.
26/02/11 11:30 PM
  
Freider Florián
«¿y qué pecado hemos cometido nosotros para merecerlo?»

Pues yo, muchos y orgulloso no me siento, pero ve que Nuestro Señor nos ha instruido con esta serie espectacular, empezando porque no se oye decir mucho de "Católicos y política" en una misma frase. ¡Gracias! por esta espectacular serie, pero ya, ya acabó, cantemos un Tedeum... ;-)
27/02/11 4:34 AM
  
Bruno
Yo diría que este tipo de cosas, que no se dicen en otros sitios, son las que justifican la existencia de InfoCatólica, porque los católicos las necesitamos más que el comer (un poco de ayuno tampoco nos vendría mal).
27/02/11 10:46 AM
  
Tomás Moro
La política divide.
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JMI.- No haya, pues, política. Ni buena ni mala.
Anarquía absoluta.
27/02/11 12:32 PM
  
Julia María
D. José María:
Sus post han sido una estupenda lección de historia y una excepcional catequesis. Gracias ¡Que Dios le bendiga!¡Ah! y no estábamos cansados ni aburridos, leerle ha sido un "alivio". He recogido todos los posts en un único documento que trasladaré a mis hijos.
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JMI.- Premio Extraordinario del Lector paciente, con cinta de plata.
Heroína.
27/02/11 3:07 PM
  
Tomás Moro
Humor inglés. Tiene gracia. Final feliz. Muy gracioso, al final le ha quedado el mejor blog de política.
27/02/11 4:06 PM
  
Carlos Hamel
Padre,

Muchas gracias por los articulos. Quisiera preguntarle si no hay problema con imprimirlos y distribuirlos para la formacion de nuestros laicos en Chile.

Atte.,

H. Carlos Hamel
Fraternidad de San José Custodio
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JMI.- "Creced y multiplicáos y llenad la tierra". Imagínese a un San Mateo prohibiendo la reproducción de su Evangelio sin autorización expresa del autor... Cuando más se difundan mis escritos, tanto mejor. Bendigamos al Señor.

De todos modos sepa que en la Fund. GRATIS DATE pensamos sacar cuaderno o libro con la serie Política, y con alguna otra serie. A ver cuándo nos lo concede el Señor.
Lo comunicaremos a las masas oportunamente.

((Ya llegó PayPal. Gracias))
27/02/11 5:19 PM
  
Eduardo Jariod
Aunque disto de estar de acuerdo en todas las cuestiones que ha expuesto en esta larga serie de "Católicos y política", hay que agradecerle su esfuerzo, su claridad, su valentía y hasta su contundencia en la defensa de sus planteamientos. Sin duda, será, si no lo es ya, un texto de referencia sobre esta temática.
27/02/11 8:01 PM
  
Santiago
¿LO PUBLICARÁ GRATIS DATE?

Sería importantisimo editar en papel y publicar en internet todo junto este colosal e importantísimo trabajo.
27/02/11 8:13 PM
  
Santiago
Vaya, leo tarde que si se publicara. Estupendo.
27/02/11 8:14 PM
  
Germán
Padre, es magistral su trabajo, por favor, que se imprima, como lo pide Santiago.
In Iesu et Maria, oremus pro invicem.
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JMI.- Yo ya le he dado el "imprimatur".
28/02/11 2:45 AM
  
Luis Manuel
¿No será que no se ha enterado Ud. de lo que yo iba escribiendo?
Cabe la posibilidad.


En realidad no lo he leído. Pillé la serie empezada y por manías mías (quería leerla del tirón) estaba esperando a que la terminara. Suerte la mía.
28/02/11 3:23 AM
  
Luis Manuel
Para Germán, tengo dos series del P. Iraburu recopiladas en pdf:

http://ereformanda.files.wordpress.com/2011/01/reformaoapostasia1.pdf

http://ereformanda.files.wordpress.com/2011/01/reformaoapostasia2.pdf

Iré recopilando más series, aunque yo también espero con ansia por fin la "Editio Typica" de Gratis Date.
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JMI.- Gracias por la tarea.
28/02/11 8:00 AM
  
Luis Manuel
A ud. por inspirarnos.
28/02/11 11:10 AM
  
Liliana
Para que surja una nueva generación de católicos es necesaria la colaboración y responsabilidad de todos, parroquia, familia y escuela, buenos políticos pueden salir de una educación complementaria e integral.
Dios es todo en todo, es un error del creyente, pensar que pueden existir autoridades en las que no tenga nada que ver.
Quien dice no creer es porque piensa que no es necesario estructurarse para tener voluntad y poder para desempeñarse bien en el lugar que eligió o acepto.
Si le sacásemos la estructura ósea al cuerpo, nos convertiríamos en un moustro, lo mismo pasa con las instituciones cuando ignoramos la ley natural, el demonio se hace cargo de este mundo discapacitado, en hacer y vivir en el bien.
La libertad de un cristiano es vivir libre de las amenazas y tentaciones del diablo.
La libertad de un no cristiano es vivir sin Dios, donde no existe el bien ni el mal todo da igual, triste realidad las de los cuervos comiendo la humanidad desintegrada.
Un milagro Trinitario seria un gobierno Cristiano, prohibiría todo lo que nos hace mal, pero respetuoso del que no quiera obedecer, quien se hará cargo de lo que elige o acepta pero con opción a convertirse.
Ojala dejáramos de mirar la luna, para mirar todos unidos y centrados en Cristo, Rey de las naciones y todas las instituciones.
Cuanta oportunidad de reflección, con el favor de Dios, tienen sus artículos padre Iraburu, esta recibiendo el ciento por uno. Dichosos los políticos que lo escuchen.
Muchas gracias por adoctrinarnos católicamente, que mucha falta hace.
01/03/11 4:00 PM
  
luis petit
lo que hace falta es que manden esto a la Conferencia Episcopal y lo repartan en la entrada a todos los obispos
01/03/11 8:40 PM
  
clara
Gracias, Padre Iraburu por la larga serie. La he seguido con expectación, y me ha servido para armarme de argumentos para decidir a quién no votaré, y para recordármelos en los días próximos a las votaciones, que es cuando flaquean los buenos propósitos. Ahora me queda decidir a quién sí.
01/03/11 11:14 PM
  
lostrego
De brillante se podría calificar su serie. Sencilla y al grano.. Alabado sea Nuestro Señor y su Madre por esta luz que hemos recibido desde el cielo.

Padre, usted es un hombre de Dios.
02/03/11 10:18 PM
  
Claravall
Disculpe mi curiosidad, ¿le ha influido mucho la santidad de D. José Rivera quien a su vez decidió ser santo al ver el eemplo de su hermano? Gracias por su buen hacer.
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JMI.- Yo debo mi formación personal sobre todo a Rivera, a él y a mi familia.
Aunque en estos temas de política nunca hablé con él.
02/03/11 10:18 PM
  
Germán Mazuelo-Leytón
Para Luis Manuel: Dios te lo pague hermano, difundo los artículos del Padre Iraburu en un boletín de 600 ejemplares mensuales, porque estoy convencido de "Reforma o Apostasía".
In Iesu et Maria oremus pro invicem.
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JMI.- ¿Cómo podré pagar a estos voluntarios difusores de mis panfletos?
Con tres Avemarías más el IVA.
03/03/11 2:53 AM
  
Liliana
Padre no es usted el que debe pagar, sino Dios es el que recompensa las buenas intenciones de todos que lo hacen en su nombre, démoslo por hecho, y a través de alguien se hará realidad.
Lo que usted esta recibiendo de German es recompensa a su obra de fe.

03/03/11 3:20 PM
  
Emiliana
Gracias Padre, por ayudarnos a pensar con VERDAD, sobre un tema tan espinoso, como es la política.

Pero estoy ansiosa por saber qué nos va mandar a decir el Epírtu Santo, en sus próximos artículos....
05/03/11 5:09 AM
  
hector
Muchas Gracias Padre

Pido autorización para hacer con todos los post de Católicos y Política un libro-guía para repartirlo gratuitamente, evidentemente llevará en la portada su nombre.
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JMI.- "Creced y multiplicaos y llenad la tierra".
Avanti con Dio!
05/03/11 5:00 PM
  
Fray Eustaquio
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14255
09/03/11 7:15 AM
  
Fidélis Antônio
Muchisimas gracias por esta serie, Padre Iraburu!

Me alegro que se publique! Cuanto bien puede hacer -y ya hace, pues difundimos por mail- esta serie para tantos catolicos!

Ah, Usted comenta que quizás se publique con otra serie... Uhm, que tal esta nueva del lefebvrismo?

Gracias, Padre!

Ps. Puedo entender como extendido a todos la permisión de repartir, publicar (y traducir al portugués?).
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JMI.- En la Fundación GRATIS DATE tenemos como criterio permitir toda reproducción de nuestras obras, 1) avisándonos 2) citando la procedencia y 3) sin fin de lucro. En mis escritos en InfoCatólica vale el mismo criterio.
Cuanto más se difundan los escritos que hago, pretendiendo servir a la Iglesia católica en la difusión de la verdad, tanto mejor.
10/03/11 6:54 PM
  
MARTÍN BUTELER
Querido Padre Iraburu:
Llego un poco tarde a la lectura de esta serie de artículos sobre católicos y vida política, realmente formidable por su claridad, profundidad, equilibrio y brillantez. Debo confesar, incluso, aunque quizá no sea el sitio adecuado para ello, que creo descubrir en mí, a la luz de estos artículos, una vocación política en ciernes; cum timore et tremore lo digo, ya que el precio a pagar es muy alto; el Señor dirá en el futuro (recién estoy por comenzar a estudiar Derecho), y, sin duda, dará su gracia y fortaleza. No puedo negar que quisiera poder dirigirme a Ud. personalmente para obtener en diversas materias particulares. De manera que, si lee este comentario y se compadece de mí, ello me sería muy grato. Junto a mi más profundo agradecimiento, le deseo una feliz y santa Navidad. MARTÍN BUTELER
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JMI.-Llega un poco tarde, pero igualmente es bienvenido.
Y ya lo siento, pero "no me compadezco de usted" (je,je). Imagínese Ud. en casi 50 años de apostolado, retiros, clases, ejercicios, conferencias, libros, etc. la cantidad de gente que se ha ido vinculando a mí. Por supuesto, no puedo atenderles como quisieran ellos y quisiera yo. Y ahora con el blog, más. Imposible Consultorio. Espero que lo comprenda.
24/12/12 5:01 PM

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