El socialismo según Juan Pablo II
1. Crítica del socialismo
En este numeral resumiré lo que el Papa Juan Pablo II, en la encíclica Centesimus annus, nn. 12-15, enseña sobre la crítica del socialismo hecha por el Papa León XIII en la encíclica Rerum novarum.
León XIII previó de un modo sorprendentemente justo las consecuencias negativas del ordenamiento social propuesto por el socialismo. La estatización de los medios de producción reduciría al ciudadano a una pieza en el engranaje de la máquina estatal. El remedio vendría a ser peor que el mal, perjudicando a quienes se proponía ayudar.
El error fundamental del socialismo es de carácter antropológico. Considerando al hombre como un simple elemento del organismo social, subordinado a éste, se lo reduce a un mero conjunto de relaciones sociales, desapareciendo el concepto de persona como sujeto autónomo de decisión moral. La socialidad del hombre no se agota en el Estado, sino que se realiza en diversos grupos intermedios, comenzando por la familia.
La causa principal del error antropológico del socialismo es el ateísmo: la negación de Dios priva a la persona de su fundamento. Esta forma de ateísmo tiene estrecha relación con el racionalismo iluminista, que concibe la realidad humana y social de manera mecanicista.
De la raíz atea del socialismo brota la elección de la lucha de clases como medio de acción. Se debe reconocer el papel positivo del conflicto cuando se configura como lucha por la justicia social. Lo condenable en la doctrina de la lucha de clases es su carácter de guerra total, de conflicto no limitado por consideraciones éticas ni jurídicas. La lucha de clases en sentido marxista y el militarismo tienen las mismas raíces: el desprecio de la persona humana, que hace prevalecer la fuerza sobre la razón y el derecho.
2. El año 1989
En este numeral resumiré el Capítulo III de la carta encíclica Centesimus annus de Juan Pablo II (nn. 22-29), titulado “El año 1989”, es decir el año de la caída del muro de Berlín y la “cortina de hierro”.
A lo largo de los años ochenta ocurren muchos acontecimientos inesperados y prometedores. Van cayendo en países de América Latina, África y Asia ciertos regímenes dictatoriales y opresores. En 1989 comienzan a desaparecer todos los regímenes totalitarios de Europa central y oriental. Una ayuda importante e incluso decisiva la ha dado la Iglesia, con su compromiso a favor de la defensa y promoción de los derechos del hombre.
¿Cuáles fueron los factores principales de la caída de los regímenes comunistas? El factor decisivo, que ha puesto en marcha los cambios, es la violación de los derechos del trabajador. Son las muchedumbres de los trabajadores las que desautorizan la ideología que pretende ser su voz.
El segundo factor de crisis es la ineficiencia del sistema económico socialista. Además, se ha manifestado que no es posible comprender al hombre considerándolo unilateralmente a partir del sector de la economía.
La verdadera causa de las “novedades”, sin embargo, es el vacío espiritual provocado por el ateísmo. El marxismo había prometido desenraizar del corazón humano la necesidad de Dios; pero los resultados han mostrado que no es posible lograrlo sin trastrocar ese mismo corazón.
A continuación el Papa presenta algunas reflexiones y consecuencias. Se debe buscar un modo de coordinación fructuosa entre el interés del individuo y el de la sociedad en su conjunto. Donde el interés individual es suprimido violentamente, queda sustituido por un oneroso y opresivo sistema de control burocrático que esteriliza toda iniciativa y creatividad.
Cuando los hombres se creen en posesión del secreto de una organización social perfecta, que haga imposible el mal, la política se convierte en una “religión secular”, que cree ilusoriamente que puede construir el paraíso en este mundo (1).
En algunos países se ha producido un encuentro entre la Iglesia y el Movimiento obrero, nacido como una reacción de orden ético contra una vasta situación de injusticia.
En el pasado reciente, el deseo sincero de ponerse de parte de los oprimidos indujo a muchos creyentes a buscar por diversos caminos un compromiso imposible entre marxismo y cristianismo. El tiempo presente, a la vez que ha superado lo que había de caduco en estos intentos, lleva a reafirmar la positividad de una auténtica teología de la liberación humana integral.
Para algunos países de Europa comienza ahora (1991), en cierto sentido, la verdadera postguerra. Es justo que en las presentes dificultades los países ex comunistas sean ayudados por el esfuerzo solidario de otras naciones. Esta exigencia, sin embargo, no debe inducir a frenar los esfuerzos para prestar ayuda a los países del Tercer Mundo, que sufren a veces condiciones de pobreza bastante más graves. Pueden hacerse disponibles ingentes recursos con el desarme de los enormes aparatos militares creados para el conflicto entre Este y Oeste.
El desarrollo no debe ser entendido de manera exclusivamente económica, sino bajo una dimensión humana integral. Es importante reafirmar el principio de los derechos de la conciencia humana, por varios motivos: las antiguas formas de totalitarismo y de autoritarismo todavía no han sido superadas totalmente; en los países desarrollados se hace a veces excesiva propaganda de los valores puramente utilitarios; además, en algunos países surgen nuevas formas de fundamentalismo religioso.
Daniel Iglesias Grèzes
Nota:
1) Para reforzar esta enseñanza del Papa Juan Pablo II, cito un texto del Card. Joseph Ratzinger sobre las utopías intrahistóricas:
“Si la fe cristiana no conoce utopías intrahistóricas, sí conoce una promesa: la resurrección de los muertos, el juicio y el Reino de Dios. Es verdad que todo esto le suena al hombre actual como algo mitológico, pero es mucho más razonable que la mezcla de política y escatología que se produce en una utopía intrahistórica. Es más lógica y apropiada una separación entre las dos dimensiones en una tarea histórica; esta tarea, por su parte, asume, a la luz de la fe, nuevas dimensiones y posibilidades en orden a un mundo nuevo que será obra del mismo Dios. Ninguna revolución puede crear un hombre nuevo; el intentarlo supone violencia y coacción. Dios es quien lo puede crear partiendo de la propia interioridad humana. La esperanza de ese futuro confiere al comportamiento intrahistórico una nueva esperanza.
No se da ninguna respuesta suficiente a las exigencias de justicia y de libertad cuando se deja de lado el problema de la muerte. Todos los muertos de la historia fueron engañados si solamente un difuso futuro traerá algún día la justicia sobre la tierra. No significa para ellos ninguna ventaja cuando se dice que han colaborado a la preparación de la liberación y que, por tanto, ya han entrado en ella. Realmente no han participado de ella, sino que han salido de la historia sin haber obtenido justicia. La medida de la injusticia en este caso sigue siendo infinitamente mayor que la medida de la justicia. Por este motivo, un pensador tan coherentemente marxista como Adorno ha dicho que, si aquí tiene que haber justicia, tendría que haber justicia también para los muertos. Una liberación que encuentra en la muerte su límite definitivo no es una liberación real. Sin una solución al problema de la muerte, todo lo demás resulta irreal y contradictorio.
Por eso la fe en la resurrección de los muertos es el punto a partir del cual se puede pensar en una justicia para la historia y puede llegar a ser razonable una lucha por la justicia. Solamente si existe una resurrección de los muertos tiene sentido una lucha por la justicia. Porque sólo entonces la justicia es algo superior al poder; sólo entonces la justicia es una realidad; de lo contrario, no sería más que un concepto vacío.
La certeza de un juicio universal del mundo tiene también un sentido práctico; la convicción de que habrá un juicio ha sido siempre, a lo largo de los siglos, una fuerza de continua renovación que ha mantenido a los poderosos dentro de sus límites. Todos y cada uno de nosotros tendremos que pasar por este juicio, y esto establece una igualdad entre los hombres a la que ninguno podrá nunca sustraerse. El juicio no nos exime del esfuerzo por promover la justicia de la historia; por el contrario, da a este esfuerzo su sentido y sustrae su obligación a cualquier arbitrariedad.
De este modo, el Reino de Dios no es un mero futuro indefinible; sólo en la medida en que nosotros ya en esta vida pertenecemos al Reino, le perteneceremos también en aquel día. No es la fe escatológica la que transfiere el Reino al futuro, sino la utopía, porque su futuro no tiene ningún presente y su hora no llega nunca.”
(Card. Joseph Ratzinger, Iglesia, Ecumenismo y Política. Nuevos ensayos de eclesiología, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1987, pp. 298-300).
18 comentarios
Las evidencias son abrumadoras: desde el ícono Che Guevara convertido en contraseña universal, pasando por el izquierdismo delirante del rock, hasta la palabra "derecha" devenida en mala palabra, hay toda una serie de indicios de que el marxismo ha penetrado profundamente en nuestra sociedad capitalista.
Posiblemente en esto tenga que ver lo que ha señalado Daniel en el post anterior : la relación filial del marxismo respecto al liberalismo que lo parió. Hay toda una simbiosis muy notable. Por ejemplo, el paternalismo subvencionador del marxismo, ¿no lo vemos en nuestras sociedades? La megaencefalitis del Estado, ¿no la vemos en nuestras sociedades? El hombre reducido a insecto y la familia destruida, ¿no los vemos en nuestras sociedades? El ateísmo campando a sus anchas y la Iglesia arrinconada, ¿no los vemos también en nuestras sociedades?
Pero el Reino de Dios abarca al hombre entero, no sólo, aunque sí principalmente a su alma, sino también a su cuerpo y los asuntos temporales políticos, sociales y económicos.
Por tanto si queremos sinceramente el advenimiento del Reino de Dios aquí en la Tierra como en el Cielo, debemos de querer sinceramente también que el orden temporal de aquí y ahora sea conforme a la voluntad de Dios.
El que ello sea difícil e incluso "utópico" no dispensa al católico de poner su mayor empeño en conseguirlo, pues es vocación especial de los fieles laicos el trabajar precisamente por que el entero orden temporal sea conforme al plan querido por Dios.
Un laico que se desentendiese de tal objetivo, por considerarlo "utópico", no estaría en sintonía con lo que se nos manda en el Concilio Vaticano II, el cual es indudablemente expresión de lo que Dios quiere para su Iglesia, y por tanto además de ser un mal laico, que no cumple con su específica vocación, resistiría también al Espíritu Santo, que es el mayor e imperdonable de los pecados.
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DIG: Estimado David:
Por supuesto el cristiano debe esforzarse para hacer la voluntad de Dios también en los ámbitos social, político, económico, etc. La Doctrina Social de la Iglesia dice esto de mil formas diferentes.
El texto citado del Card. Ratzinger no apunta a debilitar esa enseñanza católica sino a subrayar otro aspecto complementario, que el mismo Jesucristo expresó así: "Mi reino no es de este mundo". Se trata de evitar la tentación (hoy muy grande) de secularizar la esperanza cristiana, que es trascendente. El Reino de Dios crece en este mundo por medio de la Iglesia que es su germen, pero ese Reino nunca llegará a su plenitud en este mundo, sino solamente más allá de este mundo, en la vida eterna.
La utopía es un engaño porque es una falsa esperanza. "Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón". Si valoramos como nuestro máximo tesoro a una utopía intrahistórica que nunca llegará (porque el trigo y la cizaña seguirán entremezclados hasta el fin del mundo), pondremos nuestro corazón en una esperanza que defrauda, a diferencia de la esperanza cristiana.
En España, donde ya tenemos cinco millones y medio de parados y un millón de familias viven de la beneficiencia, los bancos y las grandes empresas como Telefónica siguen obteniendo beneficios.
Desde los grandes bancos americanos a las pequeñas cajas españolas, vemos que después de arruinar a sus entidades financieras los ejecutivos que tomaron decisiones desastrosas, se van a sus casas con prejubilaciones millonarias mientras los gobiernos rescatan sus negocios con dinero público.
Y para pagar todo ese desastre nos exigen sacrificios a nosotros: trabajar más, cobrar menos, pagar más impuestos, recibir menos servicios públicos.
Nuestra calidad de vida se resiente y poco a poco iremos muriendo antes.
Y quienes nos lo exigen son los políticos, cómplices de los ricos en este latrocinio porque ellos también son ricos (Mitt Romney: 250 mill. $) o aspiran a serlo tras retirarse de la política.
Mientras la derecha religiosa armaba escándalo y pedía la dimisión de Clinton por un adulterio, nos distraían de las verdaderas cuestiones políticas de los ´90: el desmantelamiento de las leyes del New Deal para impedir una nueva crisis financiera, como la derogación de la ley Glass-Steagall que regulaba la banca americana, y su sustitución por la ley Gramm-Leach-Bliley (los nombres del senador y los congresistas republicanos que la llevaron adelante).
Ahora millones de americanos se han quedado sin sus ahorros, sus casas y sus planes de pensiones.
La lucha de clases no viene de ninguna raíz atea, viene de un hecho cierto, que mientras haya ricos y pobres, se establecerán relaciones de conflicto entre los intereses de ambas clases. Nosotros queremos sobrevivir, ellos quieren más dinero.
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DIG: En tus comentarios a mi artículo anterior te expresabas como un liberal. Aquí defiendes la lucha de clases.
Por supuesto existen a menudo conflictos de intereses entre las distintas clases sociales, pero también hay necesidades e intereses comunes. El error del socialismo clásico, en este aspecto, es considerar a la lucha de clases como una guerra total y como el principal motor de la historia, la clave de interpretación privilegiada (científica) de toda la historia humana.
La economía liberal ha acentuado las diferencias entre ricos y pobres. Su paradigma del "homo oeconomicus" puramente racional, entendiendo falsamente la racionalidad económica como una búsqueda exclusiva del propio interés, ha incentivado el egoísmo y la avaricia de los ricos, y un afán desenfrenado de lucro que causa estragos en todas las clases sociales.
Pero la solución no es el socialismo (un capitalismo de Estado), que es otra forma de economicismo y además es económicamente muy ineficiente.
En estos tiempos de tanta confusión, hay que ser "geneticamente Burro" para no encontrar la manera de formarse.
Que Dios lo bendiga y dé fecundidad a su apostolado+++
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DIG: Muchas gracias, Claudio. Que Dios te bendiga a ti también y bendiga a todos los lectores de este blog que, con humildad y convicción, pretende promover y defender la fe católica.
Creo que es la primera vez que logro coincidir contigo aunque lo fuera en forma parcial.
En efecto, la derogación de la ley Glass-Steagall no ha hecho sino acrecentar la crisis financiera (y económica) que hoy vivimos.
sin embargo, es falso que las diferencias entre ricos y pobres conduzca a relaciones de conflicto. El problema es en que se sustenta tal diferencia.
Si la misma se debe a la preferencia irracional que los sistemas liberales (y por lo tanto socialistas y marxistas) tienen por la propiedad, entonces la dinámica de ricos y pobres es involutiva, y por lo tanto conflictiva.
En cambio, si la diferencia se debe a las diferencias relativas en las tasas de ganancia que se generan por el progreso tecnológico e industrial, entonces tales diferencias serán sólo temporales y tenderán siempre a un equilibrio donde las pobres incrementan su nivel de vida en forma permanente, acortando diferencias con los ricos.
El problemas es que el actual sistema financiero es una copia del sistema feudal de la edad media, donde la tierra ha sido reemplazada por el dinero y el señor feudal por el banquero, con complicidad del banquero central (Banco Central Europeo, FED, Banco de Ingalterra, etc)
Te recomiendo leer la obra "The Harmony of Interest” de Henry C. Carey, economista estadounidense del siglo XIX, para que descubras que la "lucha de clases" es un peligroso invento de los enemigos de los EEUU, Inglaterra en primer lugar (no es extraño que Marx haya encontrado cobijo para escribir su obra en aquel país)
Ah, y escándalo de Clinton no fue organizado por la derecha religiosa, sino por nuevamente por los enemigos de los EEUU, a fin de hacer de dicho país un títere de la oligarquía, la misma que prefiere un sistema parlamentario a uno presidencial, pues es más fácil deponer a los jefes de estado si estos se oponen a sus intereses. Es por ello que Europa en general no ha dejado de ser feudal todavía, y por lo tanto más susceptible a las crisis financieras como hoy se ve.
El socialismo NO es diferente EN ESENCIA al liberalismo.
Más bien todo lo contrario, pues el socialismo pretende alcanzar MAS RAPIDAMENTE, las mismas, exactamente las mismas metas últimas a las que anhela el liberalismo.
¿Y cuáles son estas metas? Son las que se propuso la Revolución Francesa, de la que ambos sistemas son admiradores y continuadores.
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DIG: A mi modo de ver, tanto el liberalismo como el socialismo parten de una antropología individualista en la que los otros son en cierto modo mis enemigos, porque limitan mi libertad. Es el postulado de Hobbes ("el hombre es el lobo del hombre") y de Sartre ("el infierno son los otros"), de Rousseau (el hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe) y de Freud (la cultura genera malestar porque obliga a reprimir ciertos instintos o impulsos). El diagnóstico es común, pero la solución difiere: el liberalismo privilegia la libertad en detrimento de la seguridad (y la justicia); mientras que el socialismo privilegia la seguridad (y la justicia) en detrimento de la libertad.
En cambio para el cristiano el otro no es su enemigo, sino su hermano. Mi libertad y la libertad del otro crecen juntas, se apoyan mutuamente. Existe un bien común.
¿Y cuáles eran las metas de la Francesada? En esencia, barrer con el Reinado Social de NSJC. En lo cual están hermanados liberales y socialistas.
¿Quiénes estaban detrás de esto? La burguesía masónica, que se continúa hoy en la casta de los gandes banqueros, que son los que dominan los resortes en todas las democracias del mundo. Sean éstas de derecha o de izquierda, sean republicanas o monárquicas, presidenciales o parlamentarias. (En el blog de MIlenko hay un artículo muy interesante sobre el Club Bilderberg)
Me parece muy bien que los cristianos crean que Dios hizo al hombre y la mujer. Pero Dios no hizo al rico y al pobre.
No siempre hubo ricos y pobres. El ser humano lleva sobre la Tierra 150.000 años, y lo que llamamos "civilización" empezó hace apenas ocho milenios, cuando aparecieron la agricultura y la ganadería, los excedentes de alimentos, los cabecillas locales, las ciudades, los estados, los reyes y sus funcionarios, la acumulación de riqueza en unas pocas manos mientras otros morían de hambre.
La lucha de clases no la inventó Marx,la inventaron los ricos, él se limitó a poner la verdad al descubierto.
Cuando hace miles de años a un valle aislado de Oriente Medio llegaron unos tipos armados con espadas y lanzas de bronce, diciendo que a partir de ese momento una parte de sus cosechas pertenecían a un señor llamado "rey" y que además era un dios encarnado al que debían adorar, comenzó la lucha de clases.
Cuando los españoles y los portuguese iban a las costas africanas y compraban esclavos a los reyezuelos locales para llevárselos a América atrabajar en las minas, continuamos con la lucha de clases.
Cuando en la Inglaterra del s. XIX era legal que las empresas pagasen a sus trabajadores con dinero impreso por la propia compañía y que solo se aceptaba en las tiendas de la compañía, pudiendo por tanto establecer precios abusivos porque los trabajadores no tenían otro sitio donde comprar, siguieron con la lucha de clases.
Cada vez que un gobierno democrático ha sido derrocado por la CIA, porque pretendía nacionalizar un recurso natural que monopolizaba una multinacional gringa, se ha practicado la lucha de clases.
Cuando Stalin en lugar de convertir a los obreros en dueños de las fábricas y a los campesinos en dueños de las granjas como decía Marx, hizo que el PCUS se adueñara de todo el país y convirtió a todos los rusos en siervos de los burócratas instaurando el capitalismo de estado, dió una nueva vuelta de tuerca a la lucha de clases.
Cuando los ricos gracias a sus lacayos los políticos se han adueñado de nuestros ahorros, nos han estafado con las hipotecas, y quieren meterle mano a nuestras pensiones mientras se llevan sus millones a paraísos fiscales, al tiempo que nos piden "ajustes" y "sacrificios", nos están haciendo la lucha de clases. Y vamos perdiendo.
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DIG: No hay que confundir, como creo que tú haces, los conceptos de "pecado social" y "conflicto económico o político" con el concepto de "lucha de clases". Este último supone la existencia de un conflicto esencial, inevitable e implacable entre dos (y sólo dos) clases sociales. Es un concepto ideologizado, porque la experiencia muestra que, por ejemplo, entre empresarios y trabajadores puede haber conflictos, pero también cooperación sana y mutuamente beneficiosa; y que sus conflictos pueden resolverse pacíficamente, mediante el diálogo y la negociación. La doctrina socialista de la lucha de clases, en cambio, ve a empresarios y trabajadores esencialmente como enemigos en guerra entre sí. Esto no tiene por qué ser así ni debe ser así.
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Jorge, ¡eso que dices es un disparate y la madre!.
En el sistema feudal la usura estaba prohibida, y los usureros perseguidos. Ahora en cambio, todo el sistema financiero se basa en relaciones de usura: doy al que menos necesita, mejor puede pagarme y más intereses le puedo sacar.
Y esto es así porque se reemplazó la Caridad por el Egoísmo.
Completo la idea para que veas la diferencia abismal, antitética, entre Feudalismo y el LiberalSocialismoDemócrata actual:
En el Feudalismo el poder se expresaba en términos de Territorio, el tejido social se organizaba alrededor de las Familias, la meta de todos era salvar el alma y la orientación espiritual la daba la Iglesia.
En las democracias modernas el poder se expresa en términos de Dinero, y el tejido social se organiza alrededor del Individuo, la orientación espiritual la da la Masonería y la meta de todos es pasarla fenómeno.
Éso es lo que se llama "Progreso" y para radicalizar ese proceso bregan sin cesar tantos "progresistas".
Al parecer no has entendido la comparación. La usura en la Edad Media estaba asociada con los intereses que se cobraban por los préstamos de dinero.
Sin embargo, lo que conocemos como renta de la tierra, que era pagada por los siervos al señor feudal, es exactamente lo mismo, sólo que en lugar de prestar dinero, el señor feudal "prestaba" una porción de tierra.
Así que en uno u otro caso, el propietario ya sea de la tierra (señor feudal)o del dinero (banquero) obtiene ingresos por el sólo hecho de poseer el activo, es decir sin "trabajar".
Así que el sistema feudal era tan usurero como el actual sistema financiero y la Iglesia no tiene nada que ver con dicho sistema, pues los sistemas se pasan pero la Iglesia no.
En realidad, buena parte de los países europeos, con Inglaterra a la cabeza (y su Bank of England), no han dejado de ser feudales, simplemente se han adaptado a la modernidad pero no han abandonado el sistema colonial que es expresión de los mismo, poseer y obtener rentas sólo por poseer. El sistema parlamentario ayuda mucho a perpetuar dicho sistema de explotación, pues la oligarquía es la que domina a través de él.
La Alemania actual es la que menos se parece al resto de países europeos, pero como los tiene cerca, tiene que pagar los costos de convivir con las antiguas oligarquías que la han tratado de destruir.
Tanto es el costo para Alemania que tiene que mantener a tremendos ociosos como Inglaterra, España, Portugal y parte de Francia e Italia, entre otros.
Bueno, espero haber sido claro.
Gringo,
Siempre habrán ricos y pobres y por dos vías excluyentes una de la otra: la más conocida es la exaltación de la propiedad, sea de la tierra (en general de los recursos naturales) o del dinero. Es por ello que los países pobres tienen sus riquezas naturales en manos de extranjeros, en su mayoría de empresas británicas o de la Mancomunidad (mineras y petroleras a la cabeza). También el dinero que circula en ellos es de extranjeros, pues la mayoría de países pobres para poder tener circulante debe acumular reservas en dólares, es decir en moneda de otro país.
La otra vía, excluyente de la anterior, es que en un país como consecuencia del progreso industrial y tecnológico, se generen diferencias en las tasas de ganancia debido a la innovación.
Dado que un país de este tipo está en la senda del progreso científico y tecnológico las diferencias en los ingresos son temporales, debido a la dinámica del progreso y al papel del Estado a través de las políticas de distribución (educación, salud).
Así que cuando te refieres a la lucha de clases estás hablando del primer tipo de vía de ricos y pobres, la vía que escogió Marx para su obra (la Inglaterra imperial era su modelo), a pesar que en aquel tiempo en los jóvenes EEUU la segunda vía era la norma.
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DIG:
1) Me parece que calificar de "tremendos ociosos" a países enteros como Inglaterra o España, o a partes de otros (Francia e Italia; ¿cuáles partes?) es una tremenda simplificación.
2) No me parece que en general Gran Bretaña sea el principal inversor en los países pobres hoy en día. En 2011 Brasil superó a Gran Bretaña en PBI, convirtiéndose en la sexta economía del mundo (en tamaño). El mundo actual es mucho más complejo que la mayoría de nuestros esquemas.
3) No me queda clara tu tesis de las dos vías excluyentes. La productividad y la innovación tecnológica están relacionadas entre sí. Para poder invertir en investigación y desarrollo hay que tener fondos excedentes.
Los Rockefeller, en efecto, tenían y probablemente tienen el monopolio de la industria petrolera en EE.UU. desde la extracción hasta la comercialización.
Otro dato importante es el vínculo ideológico de los Rockefeller con el socialismo "fabiano" inglés. Dicen (no lo pude comprobar) que la tesis con que David Rockefeller culminó sus estudios fue sobre el socialismo fabiano.
De hecho, financiaron el entonces Consejo Federal de Iglesias, patrocinado por el cristiano socialista Rauschenbauch, que había estudiado con los fabianos ingleses. De ese Consejo salió un día la consigna de que la llegada del colectivismo era imparable.
Juan Pablo II habló de "capitalismo de Estado" refiriéndose al socialismo que tuvo el defecto de ser "real".
Es decir, el pasaje de un monopolio privado a un monopolio público se podría ver como una consecuencia lógica, y es probable que eso sea lo que hay tras la idea del "Nuevo Orden Mundial" (así se llamaba un libro de Zane Baten, compañero de Rauschenbauch).
Eso explicaría porqué la izquierda, tras la caída de la URSS, se ha puesto "pélvica" y se alineado con las políticas anti-vida y anti-familia que proceden de la ONU, las fundaciones Rockefeller, Ford, Gates, etc.
Supongo que por el tipo de lecturas que frecuentas.
Estás mirando la historia con prismas liberales y encima, embusteros.
Dices:
Así que en uno u otro caso, el propietario ya sea de la tierra (señor feudal)o del dinero (banquero) obtiene ingresos por el sólo hecho de poseer el activo, es decir sin "trabajar".
Bueno, sí, eso es lo que hacen los banqueros ahora. Aquí es muy común el dicho."LA PLATA BUSCA LA PLATA", o sea que el dinero en el actual sistema se usa para tener más dinero, lo que aumenta la concentración capitalista y exacerba la pobreza de los más pobres.
Pero que en el sistema feudal la tierra se conseguía y mantenía...¡¿sin "trabajar"?! Mira, mejor lees un poco cómo era la vida en la Edad Media (en algún libro de Historia más o menos serio, no en la literatura chatarra) y después opinas.
Te anticipo algo: lo que el señor feudal otorgaba a cambio de la contribución del vasallo era no sólo la tierra, sino la SEGURIDAD. Y la garantizaba CON SU VIDA, peleando en caso necesario. Y el dinero recibido no lo utilizaba para ponerlo a interés sino para mantener un pequeño ejército de custodia personal y de defensa del feudo. O para pagar a otro señor o noble más poderoso que le garantizase cierta seguridad. Eran tiempos recios, ciertamente.
La Historia ha oscilado entre dos sistemas : el Feudal y el Imperial. Siempre tendiendo a este último, pero recurriendo al primero cuando caía el imperio precedente. Ahora estamos en la culminación de un ciclo Imperial que hace agua por lo cuatro costados, corroído por el Egoísmo desatado, tal cual lo ha expresado Daniel más arriba:
"DIG: A mi modo de ver, tanto el liberalismo como el socialismo parten de una antropología individualista en la que los otros son en cierto modo mis enemigos, porque limitan mi libertad."
Efectivamente, la "lucha" entre liberalismo y socialismo, amén de ser una "cuestión de familia" (padre contra hijo), es una LUCHA EGOISTA ENTRE DOS EGOISMOS, cuya culminación -lo enseña la Historia - no habrá de ser otra que el fin de este sistema imperial que consiguió reemplazar a la Cristiandad.
A un católico que se definiese como de "derecha" o de "izquierda", yo le preguntaría, socarronamente : "¿Qué hace una chica como tú en un lugar como éste?" ;-)
Te invito a leer las estadísticas de comercio exterior de Inglaterra, España, Francia e Italia y compararlas con las de Alemania, y observaras que los primeros son deudores netos en aspectos de comercio, es decir tienen que endeudarse para poder pagar el exceso de sus importaciones, en tanto Alemania es acreedor neto.
No es que Gran Bretaña sea el principal inversor en países pobres, sino que empresas domiciliadas en algún lugar o territorio de la Commonwealth poseen un segmento importante de empresas mineras y petroleras a nivel mundial. La City de Londres es todavía el principal lugar del mundo donde se efectúan las transacciones comerciales de materias primas, en particular minerales. Las principales empresas mineras y de petroleo son de origen británico, ya sean de Inglaterra, Canadá, Australia o Sudáfrica.
Nestor
Estoy de acuerdo con tus comentarios, y en lo que respecta a si la tierra es o no productiva, ese no es el problema, la tierra es por sí naturalmente productiva, sólo que el el señor feudal, en la Edad Media, no contribuía en nada a dicha productividad de la tierra; sino sólo la poseía y cobraba una renta por el sólo hecho de poseerla, y dicha renta sin costos marginales previos no es sino usura.
La vía de escape de dicho sistema fueron las ciudades, donde se fueron configurando los primeros espacios preindustriales, más allá de la agricultura y oficios vinculados.
el señor feudal como el banquero hacen suyo lo que no les pertenece, es decir la renta de la tierra para uno y los intereses para el otro.
Ahora nos quiere vender el feudalismo como una especie de contrato social en el que cada cual jugaba un papel beneficoso para el otro.
El señor feudal protegía a los siervos primero de él mismo, que si pagabas te castigaba, y segundo de otros señores feudales, que es lo mismo que hace la mafia cuando te ofrece "protección".
Pero ¿cuál es el origen de la propiedad de la tierra y qué derecho tenía un noble de poseer tierras y personas a las que ofrecía "protección"?: La simple fuerza bruta y el simple derecho de conquista.
Por ejemplo, con la excusa de la evangelización los caballeros teutones conquistaron tierras que aun en el s. XII eran paganas como Prusia, Polonia y el Báltico, y sometieron a servidumbre a sus habitantes y dueños legítimos de las tierras, a los que además obligaron a bautizarse. ¿Qué justicia hay en eso?, ¿tenían opciones los vencidos?.
Los nobles peleaban por sus siervos porque eran su propiedad, porque estaban adscritos a la tierra, porque se vendían como el ganado, luchaban por lo suyo. Los siervos no podían libremente irse a otro lugar y ofrecer su trabajo al mejor postor.
La relación señor/siervo no era de simbiosis sino parasitaria.
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