Una prioridad pastoral: La homilía

Para cualquier sacerdote la preparación de la homilía, especialmente de la homilía dominical, supone un reto y a la vez una gozosa obligación.

La homilía no tiene importancia por sí misma. Su importancia deriva de la principalidad que le corresponde a la Palabra de Dios. Lo cual quiere decir que su importancia, siendo subordinada, es enorme.

La homilía, que es parte de la acción litúrgica, “tiene el cometido de favorecer una mejor comprensión y eficacia de la Palabra de Dios en la vida de los fieles” (Benedicto XVI, “Sacramentum caritatis” 46). Por ello, el Papa anima a preparar la homilía con esmero, basándose en un adecuado conocimiento de la Sagrada Escritura, evitando lo genérico y lo abstracto y esforzándose por conectar la homilía con la celebración sacramental y con la vida de la comunidad.

Anima, además, Benedicto XVI, a predicar a los fieles “homilías temáticas” que, a lo largo del año litúrgico, traten los grandes temas de la fe cristiana, según lo que el Magisterio propone: la profesión de la fe, la celebración del misterio cristiano, la vida en Cristo y la oración cristiana.

En “Verbum Domini” el Papa dice que la homilía “debe apuntar a la comprensión del misterio que se celebra, invitar a la misión, disponiendo la asamblea a la profesión de fe, a la oración universal y a la liturgia eucarística” (“Verbum Domini”, 59).

Una indicación me parece especialmente preciosa: “Debe quedar claro a los fieles que lo que interesa al predicador es mostrar a Cristo, que tiene que ser el centro de toda homilía”. De hecho, Cristo es, en Persona, la Palabra. Predicar otra cosa no sería hablar de Él.

Esta centralidad de Cristo es muy exigente para el predicador: “El predicador - sigue diciendo el Papa - tiene que «ser el primero en dejarse interpelar por la Palabra de Dios que anuncia», porque, como dice san Agustín: «Pierde tiempo predicando exteriormente la Palabra de Dios quien no es oyente de ella en su interior»”.

Después de bastantes años de ejercicio del ministerio sacerdotal me sigue preocupando mucho cuidar esta tarea. Intento preparar con bastante dedicación la homilía de cada domingo, procurando que esté bien fundamentada bíblicamente, que recoja testimonios significativos de la tradición de la Iglesia, que más o menos se concentre en un tema y que, de ella, se puedan extraer conclusiones para la vida cristiana.

Trato de compaginar todo ello con la brevedad. Sólo un grandísimo predicador se puede permitir el lujo de hablar durante un tiempo prolongado. Yo he oído a más de uno de esos grandes – el que más, el Cardenal Marcelo González Martín; por no hablar de Benedicto XVI - . Para los que no somos genios, la sensatez invita a moderar la extensión. Yo creo que lo que pase de diez minutos, sobra.

En fin, un desafío que tiene mucho de inalcanzable, pero que hay que perseguir con perseverancia y modestia.

Guillermo Juan Morado.

52 comentarios

  
luis
Habría que hacer un catálogo de homilías patológicas. Propongo la siguiente taxonomía:

1) Homilías iracundas: el sacerdote fustiga con vehemencia a alguien en particular, a un colectivo, a un gobierno. Genera la sensación de que "yo no caigo en la redada" y cierto alivio.

2) Homilías culpógenas: el sacerdote fustiga a la propia comunidad. Recuerdo un sacerdote que denigraba a los feligreses y a sus compatriotas por cicateros y ventajistas. Gritaba "chorros" (ladrones), porque sostenía que el argentino quería todo gratis (los servicios de la parroquia, of course).

3) Homilías politizadas: el sacerdote no se distingue del tribuno. Toma los issues políticos del día y los desarrollo como el editorial de un diario. Genera la senación de que la política es fácil, y que él podría hacerlo mejor, sino fuera cura.

4) Homilías triunfalistas: el homiliante exalta a la Iglesia. Exalta la pureza del clero, la grandeza de la jerarquia, la inmarcesibilidad de los católicos. Denuncia las calumnias y campañas de persecución. Hace sentirse como un grupo de elegidos en medio de Sodoma.

5) Homilías depresivas: todo va mal. El mundo es efectivamente, Sodoma. Nada puede hacerse. Acompañar con divagaciones sobre la temperatura del Infierno y algunas revelaciones privadas que anuncian la destrucción del mundo impío.

6) Homilías autorreferenciales: el sacerdote se predica a sí mismo. Cuenta su vida, su vocación, sus tentaciones, sus dudas. Sumerge al feligrés en su medio existencial. Despunta alguna crítica contra su situación personal, alguna tímida referencia al anquilosamiento de la Iglesia que lo deja relegado... O cuenta la persecución de los políticos contra su persona, sus aventuras proféticas, su vocación política.


01/03/11 1:40 AM
  
Yolanda
Después de bastantes años de ejercicio del ministerio sacerdotal me sigue preocupando mucho cuidar esta tarea. Intento preparar con bastante dedicación la homilía de cada domingo...

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Bien se ve.

Y también se ve que, como dicen el Papa y san Agustín, en sus homilías quien predica es «el primero en dejarse interpelar por la Palabra de Dios que anuncia», porque «es oyente de ella en su interior»

Por eso hay un número importante de lectores pendientes de las homilías semanales que publica este blog.
01/03/11 1:11 PM
  
luis
Sigo con la clasificación:

7) Homilías abstractas: No se sabe bien de qué se está hablando. Hay referencias fumígeras al amor, lirismo exaltado, alto tono emocional, sin sustancia alguna. Uno se siente como en un recital de poesía, un poco exaltado y un poco ridículo. El Evangelio quedó atrás, hace rato, y el predicador sigue, hablando del amor que nos congrega a vivir en comunidad con las manos entrelazadas mirando el futuro y construyendo la hermandad entre los pueblos, sin amilanarse por las dificultades que la vida nos arroja. El siglo XXI y el milenio nos esperan.

8) Homilías concretas: el hombre se levantó con una tirria y quiere hablar de ella. El Evangelio es lo de menos: aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se despacha, a partir del ejemplo del publicano, contra las oficinas de recaudaciòn fiscal y la atención al público. O aprovecha el ejemplo de Herodes para hablar contra el alcalde y el sistema de seguridad pública. O apela a la inutilidad de la administración estatal. Todo sirve para hacer la catharsis sobre los sufridos feligreses.

9) Homilías temerarias. Y sí, el Evangelio del día no es el de "no juzguéis". El hombre aprovecha y generaliza: "Todos los polìticos son ladrones"; "Los que combaten a la Iglesia son todos malvados"; "Todos los que discrepan con nosotros tienen mala intención". Efecto muy parecido a las homilías triunfalistas.

10) Homilías buenistas. No se sabe por qué, este tipo de cura piensa que quienes van a Misa son santos. Entonces, comienza su sermon diciendo que lo que dice el Evangelio quizás no se aplique a los feligreses, que van a misa y comulgan, que son "para los otros". Muy frecuente recurso, " seguramente entre Ustedes no hay nadie que haya hecho esto, pero quizás han omitido hacer el bien". La sola idea de que entre los asistentes haya un adúltero, un homicida, un estafador, parece ridícula. Y si lo hay, el tal se debe sentir muy muy raro.




01/03/11 2:21 PM
  
luis
10) Homilías exegéticas. El hombre tiene estudios bìblicos en alguna Universidad Pontificia. Eso sí, fue hace unos años, y te acribilla con el método histórico crítico sociológico hasta las orejas. Que la versión yavista, que las condiciones socioculturales de los pastores mesopotamicos en los salmos davídicos, que la influencia hicsa en el Deuteronomio... Y está comentando el Evangelio del óbolo de la viuda. A la salida, comentario de una viejecita: "Cómo sabe el Padre..."

11) Homilías energéticas. El homiliante, un joven entusiasta, es un profesor de energía. No se sabe bien por qué, infunde en la feligresía un ánimo exultante, una confianza sin límites en sus fuerzas. Se levanta la autoestima, todos sienten el optimismo como si fuera sólido como el banco en el que están sentados. El sermón quema, libera endorfinas. Está muy bien, pero no es una reunión de alcoholicos anónimos.

12) Homilías desmitificadoras. Y sí, hay que "épater les bourgeois". Sorprender, romper convenciones. Todo sirve. "¿Ustedes creen que el cristianismo consiste en creer en un hombre resucitado? Están equivocados" o "¿alguno cree que el agua del bautismo realmente borra los pecados por obra de magia?" A continuación, la explicación pedestre, la limitación de la audacia en caso del conservador, la suba de la apuesta en caso del progre.

13)Homilías participantes. Se confundió un sermón con una clase. Constantes preguntas al auditorio, enojo si no contestan, enojo también si comienzan a hablar demasiado. La participación es buena pero no hay que exagerar, lo único que falta es que el cura no sea el centro del show.
01/03/11 2:34 PM
  
César Fuentes
Jo jo jo jo, lo que me he reído.

¿Y las homilías sedantes? Entrar en el Cielo dormido como un bebé. Si duermes, no pecas.:)
01/03/11 4:11 PM
  
César Fuentes
Una indicación me parece especialmente preciosa: “Debe quedar claro a los fieles que lo que interesa al predicador es mostrar a Cristo, que tiene que ser el centro de toda homilía”. De hecho, Cristo es, en Persona, la Palabra. Predicar otra cosa no sería hablar de Él.

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Ni más, ni menos.

Qué tentación para el feligrés cuando piensa que la homilía habla sólo para el, que se siente "identificado" en y con las palabras dichas.
01/03/11 4:15 PM
  
guillermo
Este Domingo último asistí al oficio dominical.El templo pasa por ser , incluso para los no practicantes , in centro de prestigio intelectual en la diócesis . En fin el tema de la homilía era , comentando la Palabra de Dios , las preocupaciones que nos apartan de lo fundamental , la presencia de nuestro Señor en nuestra vida .El buen padre lo intentaba : el consumo innecesario, el dinero como idolatría...- en esos momentos me acordé de una familia que lo está pasando muy mal estos dias, y lo que habría pensado sobre todo ello : lo superfluo, el dios dinero..,- y como muchas veces esa impresión de discurso abstracto, perfectamente trasponible a cualquier otra comunidad, una homilía para todos , o sea , para nadie . Tiene toda la razón nuestro Bendito XVl. Se me ocurría, ya lo había pensado últimamente, que pasaría si al final de una Misa se les hiciera a los feligreses una de esas encuestas a pie de urna que llaman una" israelita" sobre de qué había tratado la homilía . Sospecho que un asombroso ataque de amnesia se había apoderado de todos .Bueno , tal vez se acordaran de que , como siempre habían cumplido con el santo ejercicio de la paciencia , hija ésta de la tercera de las virtudes teologales , la Caridad .Ya fuera , por las calles de la ciudad , me encontré con el Carnaval y...¡ una murga me dió, mejor me cantó , la homilía que había echado de menos ¡¡ ¡Qué bien lo dijo, y con qué " gracia ", con esa libertad de los hijos de Dios. Pués eso , que queda mucho .Una anécdota por último : el director de la murga , en un momento dado se fijó en un conocido situado en un balcón de enfrente y preguntó por Menganito .Al parecer le dijeron que no estaba, a lo que el tal respondió : " si fuera Jueves Santo iba a faltar él de ahí". Digno de meditación, ¿ no creen?
Me ha gustado mucho su clasificación de homilías anómalas, me ha parecido un diagnóstico certero de una parte de nuestro querido clero parroquial , extrapolable a ámbitos más amplios aún , muchas gracias.
01/03/11 4:17 PM
  
luis
Final, con humor:
la Homilía Ofensiva-Apologética:
Se cuenta de un cura que predicaba sobre las excelencias de la santa del pueblo. Sus virtudes extraordinarias, su heroicidad. Al final, exaltado, dice: "Termino con estas palabras. Todos conocéis a Doña Eulogia, aquí presente en primera fila. Su venerable ancianidad, sus afanes, su ejemplo intachable, su caridad y su pureza.
¡Pues bien, al lado de nuestra santa, Eulogia es una verdadera puta!"
01/03/11 4:27 PM
  
César Fuentes
De todas formas, tampoco hay que exagerar,que se ve venir el tiro al pichón-sacerdote-;que corre el aire por ahí, entre muchos con mala baba ,pues parece que llevan un bloc de notas para apuntar todas y cada una de las faltas del cura en Misa, y salir triunfante del templo al grito de "os lo dije, y seguro que no sabe ni latín". No hay que exagerar.
01/03/11 4:38 PM
  
josé
quienes ejercemos el ministerio de la predicación debemos prepararnos para ello y hacer examen de conciencia para observar cuál es el estado de nuestra alma ante los ojos de Dios.
01/03/11 4:48 PM
  
guillermo
Para CESAR FUENTES ,Tiene Vd. razón , no hay que exagerar , y , en absoluto ha sido mi intención dañar ni mínimamente a nuestros queridísimos sacerdotes , a nuestros párrocos, que esos sí son los legionarios de la Fe , que hacen por nosotros lo que sólo Dios sabe. En realidad es a ellos a los quw acaba cayendoles las tormentas y rayos de todo y de todos, se les lleva a cada batalla acobardados y sin medios.Espero haberme disculpado suficientemente . Gracias , César.
01/03/11 5:07 PM
  
Yolanda
Qué alegría el regreso de luis. Simpática taxonomía -la supongo exhaustiva- de las malas homilías y los malos homilantes.

Ahora me gustaríaa ver la clasificación de los buenos predicadores, que son abrumadora mayoría. A ver si vamos a tener que esperar a que venga Higinio a hacerla.
01/03/11 6:27 PM
  
luis
No, no es exhaustiva, me quedan varias categorías. Son muchos años de misa. La mayoría de los predicadores es mala, y cada vez es peor, por lo menos por mi experiencia. En la medida en que se pierde la noción de lo que es la misa, las cosas seguirán empeorando. Como bien dice el Pater, se trata de mostrar a Cristo bajo especie de Verbo, en el contexto de la adoración teocéntrica. Si la misa es una asamblea de creyentes, un meeting de sanación, una actividad de catarsis colectiva, un grupo de oración, una comunidad que se identifica y reconoce a sí misma, una autocelebración... "operatio sequitur esse", el sermón seguirá al ser.

Los buenos predicadores... pues como dice Tosltoi de las familias felices, hay una sola forma de serlo. Infelices, muchas.
01/03/11 7:17 PM
  
César Fuentes
Por Dios, guillermo, me abruma usted. No,no,no me he referido a nadie en concreto, tan sólo a la posibilidad de que se comenzase la crítica al sacerdote de un modo irracionaly exagerado. Si usted se ha sentido aludido,no era mi intención. También me disculpo a usted.
01/03/11 8:08 PM
  
Guillermo Juan Morado
luis [Visitante]
No, no es exhaustiva, me quedan varias categorías. Son muchos años de misa.

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Ay! Lo que nos quedará por leer!

SPH.
01/03/11 8:14 PM
  
Nerea
Gracias Don guillermo por el post.

Ay! Luis menuda clasificación, no dejas de tener razón.
Hay homilías que me han hecho llorar, porque no llevan ni muestran a Cristo, centro de nuestro corazón y nuestra razón.
Por eso afianzo la oración.
01/03/11 8:40 PM
  
Yolanda

Ay! Lo que nos quedará por leer!

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Por ejemplo, una clasificación de fieles. Yo ya ,me autoclasifico, luis, en el grupode los obsecuentes clericales, ya te ahorro el trabajo.

SPH
01/03/11 9:40 PM
  
Marcos W
Lo que me he reído con las clasificaciones de luis. Lleva razón, of course, una vez se pierde el sentido teocéntrico de la Santa Misa, todas esas desviaciones surgen.

Anyaway, le ha faltado el apartado de: "homilía showman", bajo la cual, microfóno en mano y tono elevado, casi a nivel de un meeting de comerciales y usando técnicas de marketing, la homilía hay que hacerla atractiva porque las misas son "aburridas".

Innovar con anécdotas e interacción con la "asamblea" para la atención fácil.

Como en una reunión de staff donde el tempo y respuestas de la asamblea es lo que predomina frente a la esencia del texto.

Dicho lo anterior, que nadie en la vida pública crea que está exento de crítica. Desde educadores, hasta businessmen. Me consta, al menos en mi experiencia, que la mayoría de sacerdotes no se clasifican bajo los anteriores apartados aún teniendo cada uno su estilo personal.

Esto va por iglesias locales, lo tengo claro.

En el tema de las homilías, desgraciadamente, cuenta mucho el tipo de iglesia local, el tipo de feligresía que la compone y la cultura a la que se dirige.

No tendría que ser así, es un error, porque la Santa Misa es el sacrificio incruento de Nuestro Señor, la Eucaristía como presencia real, la homilía la Palabra explicada y es para todos igual.

Me alegra ver que Benedicto pone énfasis en este tema porque realmente la Misa es la vida central de un católico, su alimento espiritual más importante y con esto no se puede jugar.
01/03/11 10:42 PM
  
Amfortas
Al igual que Nerea he asistido a ciertas homilías (más bien del tipo abstracto que cita luis) en las que no quedaba muy clara la centralidad de Cristo, y menos aún la de su Iglesia. Sin embargo, no me cuesta quedarme con lo que tienen de bueno esas homilías, pese a la indignación que puedan provocar algunas palabras. Lo que, en cambio, me resulta más difícil de llevar es que se grite, se gesticule demasiado, se den repetidos golpes sobre el ambón o se transforme la homilía en un show en el que el sacerdote, micrófono en mano, interroga a los fieles.
02/03/11 12:02 AM
  
Yolanda
Básicamente estoy de acuerdo con Amfortas. No me cuesta encontrar algo aprovechable y edificante incluso en homilías de esas evanescentes que, al final, no sabe una muy bien de qué iban. Generalmente, si el sacerdote transmite su propio convencimiento, si al predicar la Palabra, aunque sea con cierta torpeza,al menos deja entrever que «es oyente de ella en su interior», algo se salva y hace de bueno.

En cambio se me hacen insufribles los delirios estilo pseudocarismático. Y me producen desconfianza, sensación de falta de autenticidad.
02/03/11 12:22 AM
  
Guillermo Juan Morado
Si es necesario que el sacerdote se pregunte: "¿Qué puedo hacer para acercar a Cristo a estos fieles?", también los fieles deberían preguntarse: "¿Qué me está diciendo Dios, qué puede decirme a través de estas lecturas?".

Porque no vale ir en plan "ESO": "A mí, que me motiven!".
02/03/11 12:25 AM
  
Yolanda
no vale ir en plan "ESO": "A mí, que me motiven!".

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Jajaja

O peor, como en la ESO también, no se puede ir con la idea preconcebida de que nada de lo que vaya a decir el cura puede tener el menor interés para uno.

De verdad que yo, generalmente, siempre escucho la homilía con vivo interés y se me hacen cortas siempre.


02/03/11 12:29 AM
  
Norberto
luis

No has incluido la homilía complaciente-halagadora (tipo fábula de la zorra y el cuervo), que concluye más o menos así "...y como saben Vds. el despacho y salones parroquiales necesitan unas obras de reforma,...,la colecta de hoy se destinará..."
02/03/11 6:59 AM
  
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
No olvidemos el testimonio de los santos.
SANTA TERESA, LIBRO DE LA VIDA, CAPÍTULO 8, 12:

" Pues el tormento en los sermones no era pequeño, y era aficionadísima a ellos, de manera que si veía a alguno predicar con espíritu y bien, un amor particular le cobraba –sin procurarle yo- que no sé quien me lo ponía.
Casi nunca me parecía tan mal sermón que no le oyese de buena gana, aunque, al dicho de los que le oían, no predicase bien. Si era bueno, érame muy particular recreación.
De hablar de Dios u oír de él casi nunca me cansaba, y esto después que comencé oración.
Por un cabo tenía gran consuelo en los sermones, por otro me atormentaba;
porque allí entendía yo que no era la que había de ser, con mucha parte.

Suplicaba al Señor me ayudase; mas debía faltar –a lo que ahora me parece- de no poner en todo la confianza en Su Majestad y perderla de todo punto de mí.
Buscaba remedio; hacía diligencia, mas no debía entender que todo aprovecha poco, si quitada de todo punto la confianza de nosotros, no la ponemos en Dios.
Deseaba vivir –que bien entendía que no vivía, sino que peleaba con una sombra de muerte-;
y no había quien me diese vida, y no la podía yo tomar;
y quien me la podía dar, tenía razón de no socorrerme, pues tantas veces me había tornado a Sí y yo dejándole. "
02/03/11 10:53 AM
  
JacinTonio (Católico, laico fiel, tercera edad, España)
“ La importancia de la homilía deriva de la principalidad que le corresponde a la Palabra de Dios ”.

Partiendo de esa base, podemos decir que no todos los sacerdotes tienen los mismos dotes para hablar en público, tal como muchos desearían, (ni cualquier laico, por supuesto). Creo que el Espíritu REPARTE RESPONSABILIDADES: también el fiel que asiste a las homilías tiene que poner de su parte. En cuanto a la elocuencia, ni San Pablo daba prioridad a la retórica, sino a las palabras “pobres” para no desvirtuar la Cruz de Cristo. No carguemos, pues, si es el caso, sobre los hombros de un sacerdote más cruz de la que tiene, señalándole por una imperfección humana que a muchos les puede resultar insuperable, exigiéndole una oratoria que ni siquiera Dios le ha concedido como carisma unido al sacerdocio. Y, además, si todo saliera bien… ¿para qué la caridad cristiana? Recordemos la tartamudez de Moisés, que tenía que ayudarse de su hermano Aarón para dirigir sus palabras al Pueblo.

La corrección debida en las homilías ha de recordarse, simultáneamente, a la disposición del que asiste a ellas a estar con el corazón atento a lo que se le dice de parte de Dios, que con frecuencia será con pobres palabras dirigidas a pobres oídos.

¿Hablaremos de los derroteros que, muy a nuestro pesar, emprende nuestra imaginación mientras otros nos están hablando? Eso si desde el primer momento no estamos dispuestos al esfuerzo de escuchar lo que juzgamos palabras pobres por boca de quien consideramos mal orador, o nos creemos que todo lo que Dios quiere decirnos ya lo sabemos. Lo digo sin pretender generalizar ni pensar en nadie en concreto.

Cada cual sabe si sirve a Dios y a los hermanos con su actuar y pensar, y hasta dónde llega su obligación de poner más empeño. Siempre habrá buenos y malos oradores, eso no se puede evitar. Pero eso no debe considerarse problema en la Iglesia, pues es algo natural, sino el empeño e interés en hablar bien y escuchar con provecho, en hablar con provecho y escuchar bien, y luego, lo que Dios nos conceda, aprovecharlo.

Tan dados estamos a gloriarnos en nosotros mismos, que debemos agradecer a Dios el que seamos imperfectos y necesitados. ¡Benditas imperfecciones, que excitan nuestra caridad entre hermanos!

Bendigamos al Señor
02/03/11 12:13 PM
  
Eduardo Jariod
Bueno, D. Guillermo, no sé qué me da (será deformación profesional) que su post no tiene tanto que ver con la homilía y su prioridad pastoral, sino con la brevedad, el miedo a exponerse y a "explanarse"; en definitiva, con una cierta desconfianza con uno mismo.

Personalmente, me gustaría que Vd. escribiera homilías más largas, que escribiera textos más ambiciosos, por así decir, que novenas o posts de blog, que hiciera menos caso a los consejos de su madre sobre el laconismo y la brevedad, que, por su inespecificidad, le hacen a Vd. injustificadamente constreñido. Y no es bueno, por razones pastorales y meramente humanas, ser un sacerdote constreñido y temeroso. Temeroso de Dios, sí; y también de sí mismo en lo que uno sabe de tendencia al pecado, pero no cabe prevenir en todo caso, pues ello lleva a la parálisis, a la rumiación obsesiva y, en definitiva, al empobrecimiento personal y espiritual.

Usted no será Newman ni Ratzinger. Ni falta que le hace; pero explote sus cualidades y virtudes que están ahí, esperando a que se atreva a usarlas con plenitud y, por qué no, con desvergüenza. Y al que le moleste... que se lo haga mirar.

Así que ánimo y atrévase a ser el sacerdote que es. Un abrazo.

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¡Cuánto de bueno la vuelta de luis! Aunque quizá no vuelva en el mejor momento del blog (comentar y dialogar es difícil ahora, cuando los comentarios hibernan a veces durante días). Muy ingeniosa y un tanto irreverente, pero simpática, clasificación homilética la que describe. Sin duda, quedan todavía categorías en el tintero. Saludos cordiales, luis.
02/03/11 2:12 PM
  
Guillermo Juan Morado
Bueno, D. Guillermo, no sé qué me da (será deformación profesional) que su post no tiene tanto que ver con la homilía y su prioridad pastoral, sino con la brevedad, el miedo a exponerse y a "explanarse"; en definitiva, con una cierta desconfianza con uno mismo.
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Yo creo que no. En cualquier caso, en el post se trata sobre la homilía.

Saludos.

02/03/11 3:51 PM
  
Yolanda
Aunque esté feo que lo diga yo misma: me pas lo mismito que a santa Teresa.

Gracias por recordar esa cita, Jacintonio.
02/03/11 4:12 PM
  
Amfortas
O también puede ser que es gallego, Eduardo (SPH)

Ahora hablando en serio, mi opinión es que D. Guillermo tiene su estilo propio (que es, supongo, a lo que vienes a referirte, Eduardo). Puede que ese estilo no se presente de una forma muy reconocible, pero sí que se deja apreciar en sus escritos. Al menos yo lo aprecio, sobre todo, cuando leo con más calma sobre el papel. También opino (y esto es ya una apreciación muy personal) que ese estilo se hará más marcado, más evidente, a medida que el autor vaya cumpliendo años.
02/03/11 4:30 PM
  
Amfortas
Aunque esté feo que lo diga yo misma: me pas lo mismito que a santa Teresa

ôô

Entonces espero tener la suerte de conocerte en vida!

SPH

Sí, a mí también me ha parecido que la cita que nos ha traído JacinTonio no ha podido ser más oportuna.
02/03/11 4:34 PM
  
Yolanda
Entonces espero tener la suerte de conocerte en vida!
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Pues a ver si es cierto. Pero hay tiempo (espero). A mis 39 años (edad máxima oficial en LPD) confío en que falte mucho para que se declare solemnemente que... bueno... ya sabes... Pero mi Positio ya tiene algunos capítulos. Diré a mis hijos que te guarden alguna reliquia, por ejemplo un rosario, nada d ehuesos y cosas a sí, si te parece.

Ah, y el "estilo" del páter, es inmejorable (obsecuente que es una) puesto que tampoco va a pasar de 39.

SPH
02/03/11 5:36 PM
  
Eduardo Jariod
Bueno, D. Guillermo, el post trata de la homilía, sí...

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No, Amfortas, no me refería sólo a una cuestión de estilo. En cuanto a estilo, en efecto, el del Páter es muy equilibrado y correcto.
02/03/11 5:50 PM
  
luis
Nunca se sabe, Yolanda. Con esto de las canonizaciones súbitas, quizás se llegue a la canonización en vida. De apurados, digo.
02/03/11 5:52 PM
  
Guillermo Juan Morado
Con esto de las canonizaciones súbitas, quizás se llegue a la canonización en vida.

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Puede que en el caso de un futuro San Luis, sí.

Veremos.

SPH.
02/03/11 5:59 PM
  
luis
Pues sería una buena excusa para sacarle a uno un buen pedazo de reliquia ex ossa o ex carnis... Todo sea por la devoción.
A mí me encantaría sacarle digamos una libra de carne, a lo Shylock, a mi obispo. Es tan santo que no puedo esperar ni que dimita ni que muera.
02/03/11 6:16 PM
  
Yolanda
quizás se llegue a la canonización en vida.

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Puede que en el caso de un futuro San Luis, sí

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¿Por qué futuro? luis, santo subito!!!

santo XA!
02/03/11 9:03 PM
  
Guillermo Juan Morado
Huy, en ese caso, desaparecerían todas las objeciones habidas y por haber contra las canonizaciones en vida. Y si en vida lo proclaman doctor de la Iglesia, entonces no digamos...

SPH.
02/03/11 9:10 PM
  
Guillermo Juan Morado
http://www.analisisdigital.com/Noticias/Noticia.asp?id=52052&idNodo=-7


Agradezco a "Análisis Digital" que se haya hecho eco de este post.
02/03/11 11:38 PM
  
Amfortas
Diré a mis hijos que te guarden alguna reliquia, por ejemplo un rosario, nada d ehuesos y cosas a sí, si te parece
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Y yo que me estaba haciendo a la idea de tener un brazo... (SPH)

Y, con respecto al estilo, yo creo que, si el páter no pasa de los 39, su obra se va a resentir un poco. Si de los novelistas se dice que suelen alcanzar su madurez pasados los cincuenta, los teólogos deben hacerlo pasados los setenta u ochenta, por lo menos.

Bueno, acabo de ver que Evagrio Póntico no pasó de los 54 años, pero es que, para aquellos tiempos, tales edades ya debían ser muy avanzadas. Lo que está claro es que Evagrio no podía haber escrito sobre la lujuria, en los términos en los que lo hizo, si no le hubieran salido ya unas cuantas canas. (SPH)
02/03/11 11:47 PM
  
Guillermo Juan Morado
Huy, Amfortas.

Con lo buena persona que usted es..., pero no se va a librar de la "Torre". No se preocupe, no va a estar solo. Hay muchos candidatos - hasta de UK - .
02/03/11 11:49 PM
  
Guillermo Juan Morado
Sí ha dicho una cosa, Amfortas, que me ha hecho pensar: Creo que lo que llevo escrito - sin pretensión alguna, ni teológica ni literaria - , pide ser leído más de una vez.

Todo, a mi nivel, está muy pensado. Y da pie, creo yo, a lecturas más hondas.

Al menos, eso he intentado.
02/03/11 11:51 PM
  
Amfortas
Y el mismo texto no se lee de igual manera en la pantalla que en el ordenador. Aquí, por decirlo de alguna manera, hay más ruido en la comunicación. También este medio permite llegar a más gente y de forma más inmediata, claro está.
03/03/11 12:05 AM
  
Guillermo Juan Morado
Yo he tomado muy buena nota de lo que decía Eduardo. Se lo agradezco, en el fondo, porque sé que su intención es buena y que, en cierto aspecto, tiene razón.

Pero cuando los textos se recopilan y se forma con ellos un libro tienen más consistencia de lo que puede parecer en el blog. Ya digo, a mi nivel.

Sí es verdad que el blog no me ha "impedido" nada; al contrario, me ha animado a ensayar nuevas fórmulas.

No hay estancamiento ninguno. Pero cada cual debe moverse dentro de sus posibilidades.
03/03/11 12:08 AM
  
Koko
Gracias por este artículo. Era necesario. A ver si publican desde Roma el directorio homilético que "prometieron" ofrecer como subsidio pastoral a los sacerdotes y predicadores.
03/03/11 12:36 PM
  
Koko
Me he fijado que Luis ha hecho una clasificación bastante negativa (aunque realista en muchas ocasiones) de las homilías. Pero le invitaría a realizar otra, pero desde una visión más positiva. O es que acaso, sólo es noticia lo malo, lo que no sale bien...

Ya se que lo que más ruido hace suele ser lo que nos sale mal, en eso es en lo que más nos solemos fijar... pero de vez en cuando también sería bueno, ser un poco más abierto a la realidad, y mirar los dos polos: + y -, empezando por el +, a ser posible, sin descartar el -, por supuesto.
03/03/11 12:47 PM
  
Marcos W
No es cuestión de polos + y -

Tampoco el tema es acerca de estilos personales, o si el sacerdotes es alto, bajo, tartamudea o es vivaraz, lo cual es irrelevante.

No, no es eso.

En el apartado + (positivo) sólo se puede enumerar una homilía porque no habría más clasificación:

" La homilía que se basa en un adecuado conocimiento de la Sagrada Escritura, evitando lo genérico y lo abstracto y esforzándose por conectar la homilía con la celebración sacramental

La que deja claro a los fieles que lo que interesa al predicador es mostrar a Cristo, que tiene que ser el centro de toda homilía”.

El estilo y personalidad; con voz agradable o no, más intelectual o menos, no es el problema.

Si no se entiende lo anterior, es la raiz de todos los ejemplos de homilías que ha enumerado luis porque son consecuencia de ello.
03/03/11 4:21 PM
  
Eduardo Jariod
En efecto, D. Guillermo, mi intención es buena, aunque quizá mi intervención no haya sido acertada o adecuada. Pero sinceramente siento que "su" nivel está por descubrir. Y en su caso no sería un mero ejercicio narcisista, pues su despliegue lo pone al servicio de Dios, origen de todos sus dones. Los miedos o las prevenciones humanas han de ser dominadas como pasiones que son también, y ello con el mismo fin: servir a Dios de la mejor manera posible.
03/03/11 4:28 PM
  
Amfortas
Marcos,

Si ni siquiera cierta pátina de estilo es relevante, entonces nadie compraría libros de homilías. Con haber leído uno, ya sería suficiente...

Sabemos que los sacerdotes son otros Cristos, y que las homilías tienen que ser como expone en este post D. Guillermo, pero al igual que no hay dos sacerdotes iguales, las homilías cierto carácter diferencial tienen que tener entre sí. Desde luego que si elaboramos clasificaciones, todas, al final, adolecerán de algo y acabarán cayendo en uno u otro apartado.

Diferente sería que el sacerdote andara a toda costa buscando su estilo propio...
03/03/11 8:39 PM
  
Yolanda
Si ni siquiera cierta pátina de estilo es relevante, entonces nadie compraría libros de homilías. Con haber leído uno

_________________--

Yo me pirro por los libros de homilías. Las del Papa,por ejemplo.

Pero si algo tiene de muy bueno LPD, por ejemplo, es seguir las homilías del páter.

03/03/11 10:02 PM
  
Guillermo Juan Morado
Gracias. En unos días, o semanas, saldrá un nuevo libro, continuación de "La humanidad de Dios", que recoge 30 homilías publicadas en el blog. Se titula el libro: "El camino del discípulo. Meditaciones sobre Jesús, el Señor", ed. Cobel, Alicante 2011, 108 páginas.
03/03/11 10:07 PM
  
Marcos W
Amfortas, habría que distinguir

1. Objeto, finalidad de una homilía
1.a) Estilo personal del celebrante

en la 1º, no caben categorías o sub-divisones porque sólo es homilía: "la que evita lo genérico y lo abstracto y se esfuerza por conectar la homilía con la celebración sacramental

La que deja claro a los fieles que lo que interesa al predicador es mostrar a Cristo. Él como centro de toda homilía"

A partir de ahí, sin alterar el objeto, el estilo personal, el tono de voz, la intelectualidad o lo contrario, eso es irrelevante al objeto principal y por supuesto que existen diferencias en el estilo que se imprime. A unos puede gustar más o no.

La diferencia es que cuando no se comprende lo nº 1, cuando el objeto se altera, es cuando surgen las mil y una categorías de "homilías" que luis ha ilustrado con ejemplos, y que no es cuestión de estilo personal sino alterar su naturaleza:

"homilías" politicas, de denuncia social, local, homilías de showman, recaudatorias, de interacción con la "asamblea", homilías de animadores sociales, etc.

El estilo personal no es el determinante en esos casos, sino que el objeto de la homilía se perdió, se alteró y, a partir de ahí, toda desviación surge y deja de ser homilía.
03/03/11 10:20 PM
  
Yolanda
En unos días, o semanas,saldrá un nuevo libro, continuación de "La humanidad de Dios", que recoge 30 homilías publicadas en el blog

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¡estupendo! Homilías con la pátina, como dice Amfortas, de LPD

03/03/11 10:36 PM

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