Leído para Ud.: Una horma para el zapato darwinista. "The Edge of Evolution" de Michael Behe (4-4)

Lo que hay a favor de la idea de ancestro común

El concepto de un ancestro común es diferente del mecanismo de selección natural acoplado a las mutaciones aleatorias. Si bien éste último mecanismo tiene un rango de acción limitado, sus limitaciones no niegan a priori la posibilidad de aquél, sostiene Behe.

¿Cómo es esto? La maquinaria celular que copia el ADN es muy precisa. En organismos multicelulares como los seres humanos comete un error solo una vez cada cien millones (108) de nucleótidos de ADN que copia por cada nueva generación. Sin embargo como el número de nucleótidos en el genoma de una célula puede ser del orden de los mil millones (109) estos errores de copia ocurren de vez en cuando. En promedio, dependiendo del tipo de organismo y tamaño del ADN, una mutación ocurre a una tasa de entre una cada cien células (1/100 células) a diez mutaciones por célula (10/célula)[1]. Pero aparentemente solo ciertos segmentos de ADN están directamente involucrados en crear proteínas y producir vida. Gran parte de éste caería en lo que se denomina ADN no codificante, donde las mutaciones son inocuas y no causan daño.

Existen diversos tipos de mutaciones en el ADN: substitución de uno o más nucleótidos (i.e. un nucleótido es como una letra del ADN) por otro; eliminación de uno o más nucleótidos; inserción de uno o más nucleótidos; inversión de un segmento en la doble hélice del ADN; duplicación de un gen (i.e. de una cierta región del ADN) o de todo el genoma.

En particular ciertos casos de inversiones darían crédito parcial al concepto de ancestro común. Durante el copiado del ADN algo puede funcionar no del todo bien y piezas de la doble hélice pueden ser cortadas, dadas vuelta (invertidas) y pegadas otra vez. Algunos sostienen que este tipo de mutación podría dividir una especie de otra. Los organismos con regiones invertidas de ADN pueden reproducirse entre sí, pero a menudo son estériles cuando se cruzan con “primos” que no tienen mutación inversa. 

Si dos tipos de organismos comparten lo que parece ser una o varias mutaciones en común, se podría asumir que un ancestro común de ambas especies sufrió la mutación originalmente, y sus descendientes simplemente la heredaron. Veamos el caso de la proteína encargada de transportar oxígeno en la sangre, la hemoglobina. La secuencia de aminoácidos (i.e. las letras de las proteínas) de la hemoglobina humana difiere mucho de la del pez, es algo diferente de la del canguro (un mamífero marsupial), bastante similar a la del perro (un mamífero de placenta), e idéntica a la del chimpancé[2].

Este tipo de análisis pareciera favorecer el concepto de ancestro común. Una objeción es que quizás diferentes animales tienen una hemoglobina similar porque ésta es la única proteína que podría realizar tal tarea eficientemente. Así es que cada animal tendría una proteína similar aun si hubieran surgido separadamente.

Los evolucionistas responden con el argumento que hay casos donde diferentes organismos comparten una característica sin función aparente, o un error genético. Eso apoyaría el argumento del ancestro común de igual modo que un caso de plagiarismo es evidente cuando un escritor comete el mismo error de ortografía que otro al copiar las mismas palabras. Por ejemplo tanto los humanos como los chimpancés parecen compartir una copia dañada de un gen que en otros mamíferos ayudaría a producir la vitamina C. Como resultado ni los humanos ni los chimpancés pueden producir vitamina C. ¿Casualidad, ancestro común, u otra cosa?

Quizás otra cosa. La réplica contra este punto es que asume que dichos genes dañados, o pseudo-genes, no cumplen ninguna función. Esto está disputado. Si los pseudo-genes carecieran de función y no estuvieran constreñidos por la selección natural deberían haber mutado al punto de ser irreconocibles. Pero no lo han hecho, ergo por la misma lógica evolucionista los pseudo-genes no parecieran ser superfluos. La similitud con el chimpancé entonces se vuelve un arma de doble filo ya que puede ser usada como evidencia de diseño común, más que de ancestro común.

Los genes de regulación maestra tipo Hox, compartidos por varios tipos de organismos, también apuntan a un ancestro común de acuerdo a Behe. Ya que es razonable suponer que lo heredaron de éste o de éstos[3]. Aquí también hay discrepancias, y por los mismos motivos que con los pseudo-genes.

Es lógico pensar el concepto de ancestro común intra-especie. De hecho la hipótesis de la llamada “Eva mitocondrial” sostiene que todos los seres humanos descienden de una sola mujer que habría vivido hace unos cien mil años. Sin embargo extrapolar estos conceptos más allá de especies individuales hacía, por ejemplo, todos los homínidos (familias), todos los primates (órdenes) o todos los mamíferos (clases, ver Figura 1 en la primera entrada), cae en el rango de la especulación. Behe piensa que la idea de ancestro común es viable, pero no explica cómo surgieron tales similitudes, o cómo los humanos adquirieron subsecuentemente notorias diferencias.

Criticas evolucionistas y réplicas de Behe

El campo evolucionista respondió a la segunda publicación de Behe como era de esperarse: ataques ad hominem, selectivos argumentos de autoridad, falacias de tipo petición de principios o post hoc ergo propter hoc, y la venerable tradición darwinista de substituir evidencia concreta con escenarios imaginarios, entre otras mendacidades. Behe contesta punto por punto las recensiones de Jerry Coyne, Sean Carroll, Kenneth Miller, Richard Dawkins y otros promotores del evolucionismo darwiniano[4].

Argumentos circulares son usados indiscriminadamente por evolucionistas con cara de piedra para “responder” las evidencias que Behe presenta en The Edge. He aquí un típico modo de “razonar” evolucionista: hay orden en la biología, ergo las mutaciones al azar y la selección natural producen orden. ¿Está claro? Los sitios de unión en proteínas se desarrollaron gradualmente por mutaciones al azar porque sabemos que las proteínas tienen sitios de unión. ¿Queda alguna duda?

Otro típico error es confundir un cálculo de probabilidades con un dato estadístico. Por ejemplo, no es una especulación sino un hecho que la resistencia a la cloroquina es encontrada en promedio sólo en uno de cada cien trillones (1020) de parásitos de la malaria. Éste y otros datos no vienen de Behe, sino de otros investigadores[5]. Quizás no sea una sorpresa que inclusive los más prestigiosos evolucionistas cometan este error, ya que en general no están acostumbrados a comparar sus especulaciones con datos cuantitativos.

He aquí un dato innegable: habiendo tenido un número astronómico de oportunidades una gran variedad de diferentes organismos, incluyendo la malaria, el VIH, y E. coli, no han desarrollado ninguno de los sofisticados mecanismos celulares que la imaginación darwinista atribuye a las mutaciones aleatorias y a la selección natural.

Dawkins argumenta que el éxito de la selección artificial en las razas de perros muestra la maleabilidad de los organismos, ergo la evolución darwiniana no debería ser un problema. En realidad esto es una petición de principios. No es ningún secreto o sorpresa que prendiendo y apagando, o invirtiendo artificialmente ciertos genes se pueden cambiar ciertas formas y propiedades de los organismos. ¿Qué cambios ocurren a nivel molecular en dichos casos? ¿De dónde vienen los sofisticados mecanismos celulares que controlan el desarrollo y la forma del animal? Dawkins simplemente ignora esto y se dedica a desparramar sus memes.

Otra crítica contra Behe es porque no ha publicado en revistas científicas los argumentos presentados en The Edge. La respuesta se la dejamos al editor de una de tales publicaciones:

“Como Ud sin duda sabe, nuestra revista ha sostenido una fuerte posición evolucionista desde sus comienzos, y cree que las explicaciones evolucionistas son posibles para todas las estructuras y fenómenos de vida. Así es que una posición como la suya no puede ser apropiada en nuestras páginas”[6].

Así de sencillo, si no opinas como nosotros, no te vamos a publicar nada. He aquí el “método científico” que los comisarios del Gulag darwinista le aplican a todo aquel que no celebra el evolucionismo. Otro editor un poco más franco reconoce “soy penosamente consciente de la cerrazón mental de la comunidad científica a todo lo que no sea ortodoxo, y pienso que es contraproducente[7]. O sea, tiene razón, pero marche preso.

¿Por qué tanta insidia con alguien que inclusive está dispuesto a conceder la posibilidad del ancestro común? La razón de fondo es que frente a la impotencia de los procesos aleatorios para explicar la realidad biológica, la única alternativa es un creador, un ser superior, un dios, Dios. Como mencionamos en la reseña de Darwin’s Black Box esta pastilla es intragable para los evolucionistas. Demandan rendición incondicional y aceptación total de su credo. La narrativa tiene que ser forzada no 90% o 99%, sino 100%; de lo contrario el barco darwinista se hunde.

Y de hecho se está hundiendo. Los evolucionistas lejos están de conformar un bloque monolítico. Cuando la discordia surge entre ellos no dudan en excomulgarse mutuamente con la peor imputación posible en su pequeño mundo hermético: el de ser creacionista, o guardar secretas simpatías por tal herejía. Eso es lo que le pasó a Kenneth Miller quien debido a sus ideas de evolución teística[8] fue denunciado públicamente por Carroll[9].

Críticas del otro lado

En relación a la posibilidad de un ancestro común lo que Behe no hace es ofrecer alguna explicación plausible de por qué, cómo o cuándo los supuestos procesos de especiación mediante mutaciones aleatorias habrían ocurrido (i.e. la macroevolución, la aparición de nuevas especies animales y vegetales). Por supuesto que ni Behe ni nadie hasta ahora ha estado cerca de explicar, mucho menos demostrar tal cosa. Sin embargo como The Edge juega con la hipótesis del supuesto ancestro común al finalizar el libro el lector se queda con un sabor amargo, o acaso dulce, al no encontrar ninguna respuesta sobre este elusivo ancestro común.

Por ejemplo tomando el caso de los mamíferos ¿Cómo es que tal ancestro pudo haber sido y evolucionado para dar lugar a criaturas tan diversas como un hombre y un gorila, un tigre y una ballena? El profesor Behe plantea la idea más por defecto que de manera directa y la deja flotando sin respuesta alguna. Quizás se deba a su indudable franqueza y espíritu de juego limpio, de poner todas las cartas sobre la mesa sin descartar nada a priori.

Así y todo el lector no deja de experimentar cierto grado de disonancia cognitiva tratando de resolver algo similar a la cuadratura del círculo. ¿Cómo compatibilizar la existencia del supuesto ancestro común con la carencia total de casos observados de especiación? Tarde o temprano las paradojas aparecen:

“… los biólogos evolucionistas son aun totalmente incapaces de brindar un relato concreto para explicar la evolución no-inteligente de las formas animales”[10].

Behe corta este nudo gordiano sugiriendo que las mutaciones responsables de tales cambios no fueron al azar[11]. Lo cual a primera vista no pareciera andar muy lejos de la idea de evolución teística, pero sólo a primera vista ya que Behe niega tener tal posición. El universo entonces se habría originado con un único acto creativo y luego desarrollado naturalmente sin interferencias mediante las leyes en él implantadas. El agente creador tiene que haber especificado desde el vamos no sólo leyes sino también otras cosas necesarias para la aparición y el desarrollo de la vida. No habría entonces necesidad de toqueteos divinos acá y allá para garantizar el curso correcto. Lo que Behe abiertamente descarta es que el mecanismo de mutaciones aleatorias y selección natural haya tenido un rol determinante en todo esto[12].

Conclusiones

Esta segunda obra de Behe es muy valiosa ya que cuantifica la capacidad de las tan promocionadas mutaciones aleatorias y la selección natural mostrando lo que pueden y lo que no pueden hacer. En lugar de imaginar lo que lo mecanismos evolutivos darwinistas podrían hacer Behe pone la lupa en ejemplos donde sabemos lo que tales mecanismos han hecho. Con ejemplos bien documentados demuestra que aun aquellos casos que maximizan la fuerza creativa de la evolución darwiniana sólo han podido generar ejemplos muy triviales de cambio evolucionario. Una y otra vez vemos que las mutaciones aleatorias son incoherentes y en lugar de incrementar el genoma lo degradan. Y estas son las mutaciones positivas, elegidas por los mecanismos de selección natural; es decir aquellas que los evolucionistas llaman “beneficiosas”.

Behe muestra mediante simples pero robustos datos estadísticos y el análisis de estructuras bioquímicas que el darwinismo sólo puede lograr muy poco: 1) Los procesos darwinistas son incoherentes y muy constreñidos; 2) La batalla entre predador y presa (o parásito y anfitrión) es un ciclo genético destructivo equivalente a una guerra de trincheras, no a una carrera de armas; 3) Al igual que un borracho vendado tratando de encontrar el camino hacia la cima, cuando más de un simple paso es necesario para un progreso evolutivo, es altamente improbable que las mutaciones aleatorias puedan encontrarlo; 4) Los límites de la evolución para toda la vida en la tierra pueden ser estimados de modo sencillo, pero robusto, gracias a los estudios de organismos como la malaria, el VIH, y E. coli.

Hay un límite en la capacidad de los mecanismos evolutivos darwinianos de generar diversidad en la vida −aparte de no poder explicar el comienzo mismo de la vida. Y este límite (the edge) se encuentra entre las especies y los órdenes de la categoría taxonómica (Figura 1 en la primera entrada). Probablemente más cerca de aquellas que de éstas.

Por un lado Behe sostiene que el ancestro común entre hombre y el mono, y otros mamíferos, es factible. Por otro señala que lo más que puede ser creado mediante mutaciones al azar y selección natural es una estructura como la proteína anticongelante de los peces antárticos, es decir una estructura para nada elegante, cuasi caótica, resultado de una acumulación de deshechos genéticos. ¿Cómo soluciona Behe esta paradoja? Diciendo que las mutaciones responsables de las grandes estructuras de la vida no pueden haber sido al azar[13].

No hay evidencia alguna que los procesos darwinianos pueden construir nueva maquinaria molecular, el tipo de maquinaria que se encuentra en la célula[14]. En lugar de apuntalar procesos aleatorios, los estudios de diversas ramas de la ciencia –física, astronomía, química, geología, biología molecular– consistentemente convergen hacia un universo diseñado con un propósito[15].

Recientes publicaciones de investigadores evolucionistas no hacen sino confirmar que la evolución darwiniana es muy capaz de degradar y destruir sistemas preexistentes[16],[17],[18],[19]. Típicamente se trata de genes o estructuras de control genético que son destruidas o vueltas menos efectivas, lo cual puede ser útil en una guerra de trincheras, como ya hemos visto. El problema insalvable para el darwinismo es construir sistemas nuevos[20].

Finalmente un punto que marcamos ahora solo de paso –pero al cual volveremos pronto el comentar la obra del genetista italiano Giuseppe Sermonti. A saber, la curiosa compatibilidad entre la observada e incontestable degradación causada por los mecanismos evolutivos darwinianos y… el relato bíblico de la caída con Adán y su descendencia perdiendo muchas de sus características iniciales, es decir degradándose.

Enrique de Zwart

Para Que no te la cuenten

Referencias

  • Behe, MJ. 2006. Darwin’s Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution. Free Press, 2da ed, 352 p.
  • Behe, M.J. 2007. The Edge of Evolution: The Search for the Limits of Darwinism. Free Press, 336 p.
  • Batten, D. Clarity and confusion: A review of The Edge of Evolution: The Search for the Limits of Darwinism by Michael J. Behe
  • Behe, M. J., 2010 Experimental Evolution, Loss-of-function Mutations, and “The First Rule of Adaptive Evolution”. Quarterly Review of Biology 85: 1-27.


[1] Behe, ibid, p. 66.

[2] Behe, ibid, p. 70.

[3] Behe, ibid, p. 182.

[4] El lector puede leer en detalle estos encuentros en el sitio de Behe. Aquí las respuestas a Coyne, Carroll, Miller primera y segunda parte, Dawkins. De vuelta Coyne, Carroll, entre otros.

[5] White, N. J. 2004. Antimalarial drug resistance. J. Clin. Invest. 113: 1084-92. Este es un importante dato empírico publicado en la literatura científica por que ha sido luego confirmado por otros medios. Ver aquí y acá.

[7] Behe, ibid.

[8] La evolución teística se puede resumir esencialmente a “Dios usó la evolución darwiniana para crear vida”.

[10] Behe, ibid, p. 192.

[11] Behe, ibid, p. 83, 127, 147, 165, 217.

[12] Behe, ibid, p. 230-232.

[13] Behe, ibid, p. 83, 127, 147, 165, 217.

[14] Behe, ibid, p. 163.

[15] Behe, ibid, p. 204.

[16]  Ayi, K., et al. 2008. Pyruvate kinase deficiency and malaria. N. Engl. J. Med. 358:1805-1810.

[17] Ratcliff, W. C., R. F. Denison, M. Borrello, and M. Travisano, 2012 Experimental evolution of multicellularity. Proc. Natl. Acad. Sci. USA doi/10.1073/pnas.1115323109.

[18] Meyer, J. R., D. T. Dobias, J. S. Weitz, J. E. Barrick, R. T. Quick et al. 2012 Repeatability and contingency in the evolution of a key innovation in phage lambda. Science 335: 428-432.

[19] Finnegan, G. C., V. Hanson-Smith, T. H. Stevens, and J. W. Thornton, 2012 Evolution of increased complexity in a molecular machine. Nature doi: 10.1038/nature10724.

[20] Behe, M. J., 2010 Experimental Evolution, Loss-of-function Mutations, and “The First Rule of Adaptive Evolution”. Quarterly Review of Biology 85: 1-27.

AVISO: los comentarios serán moderados durante las cuatro entradas por el autor de este post, Enrique de Zwart.



5 comentarios

  
Juan Manuel
He leído los cuatro post y no entiendo del todo el argumento. Por ejemplo, ¿qué es lo que se quiere señalar cuando se apunta a que la malaria no consigue, a pesar de su constante y multiplicada reproducción, generar un "progreso evolutivo" más complejo? La teoría de la evolución nunca afirma que una especie tiene que evolucionar sí o sí, no es predictiva al respecto. Para evolucionar, la mutación tiene que representar una ventaja reproductiva: e incluso el hecho de que una mutación represente una ventaja reproductiva implicaría que el individuo que la adquirió y la trasmitió a sus descendientes abre una nueva rama dentro de la especie (o la estaría abriendo a posteriori), sin que por eso el resto de la especie sea alterada. La teoría de la evolución no niega que una especie pueda quedar inalterada, no dice nada al respecto.

Por otra parte, si se quisiera estar mostrando lo improbable del asunto, como de organismos simples es difícil que surjan organismos más complejos, todavía queda la falla de interpretación acerca de lo que dice la teoría de la evolución, porque el ejemplo de la malaria no reproduce las condiciones de la tierra hace millones de años donde supuestamente, las mutaciones a estructuras celulares más complejas hubieran resultado ventajas reproductivas.

Seguro hay respuesta para esto que digo. Yo no soy químico, ni biólogo, y prefiero dejar que los entendidos se ocupen de estos temas. Intervengo únicamente porque en algún momento de mi formación universitaria tuve que estudiar la teoría de la evolución (que en cuanto a mis intereses "académicos", ni fu ni fa) y no termino de ver si se le está respondiendo adecuadamente.
31/05/15 2:06 PM
  
Ricardo de Argentina
Con el permiso del moderador, voy a repetir un comentario que publiqué en el segundo artículo de esta serie:
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Ricardo de Argentina Entiendo que el Darwinismo ha partido de un hecho científico comprobado como lo es la Microevolución, para asegurar la existencia de algo imaginado: la Macroevolución.
Nos viene a decir que porque las especies poseen una maravillosa capacidad de adaptación microevolutiva, por ello tenemos que aceptar que pueden trocarse en otra especie por su propia virtud
.28/05/15 3:34 PM
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Bien, vemos en el presente artículo que un famoso darwinista argumenta lo siguiente:
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"Dawkins argumenta que el éxito de la selección artificial en las razas de perros muestra la maleabilidad de los organismos, ergo la evolución darwiniana no debería ser un problema."
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Thanks, Mr. Dawkins.!
(No me esperaba este respaldo tan contundente, tan rápido y de alguien tan notorio. Que lo ha hecho sin querer, por supuesto, pero bueno, ahí está ;-)

Como bien le responde el articulista, este razonamiento es inválido por ser una petición de principios. ¿De dónde saca Dawkins que porque haya Microevolución, también ha de darse su fantástica (mejor dicho, fantasiosa) Macroevolución, o salto de especies?

Y ojo que se trata de un "Señor Darwinista" , de lo mejorcito que tienen para mostrar.
31/05/15 3:00 PM
  
Cos
Juan Manuel

Tambien con el permiso del moderador :), yo te diría que tomas dos datos de forma aislada, porque lo fundamentel de los artículos son cosas como que las alteraciones en la transmisión del código genético, para producir una ventaja para la especie, suelen representar una degradación en cuanto a su complejidad, no una complejidad mayor; o el tema de las redes de regulación génica en relación con los filos. Eso si que es toda una afirmación categórica.
Respecto a la malaria o al VIH, son ejemplos no determinantes, no suponen una demostración empírica, pero muestran los resultados dados a la observación de organismos con una capacidad multiplicadora enorme. Dice que se ha observado este hecho y no otro que ayude a potenciar la teoría neodarwinista. Lo cual, como digo, no representa algo determinante pero, de momento, no está nada mal el dato.
31/05/15 4:02 PM
  
Ricardo de Argentina
Vemos en este artículo a Behe conceder la posibilidad del Ancestro Común. También afirma que las complejidades estructurales no pueden haber surjido por el mero azar. Todo lo cual ha dado pie a que se lo considerase partidario de la teoría del Diseño Inteligente.

Esta teoría defiende el Macroevolucionismo (salto de las especies, de menor a mayor complejidad), sólo que reemplaza al dios Azar por Dios Uno y Trino. Se originó en comunidades protestantes evangelistas de los EEUU. Dios no habría creado el mundo biológico en 6 días sino que lo "va creando" (devenir hegeliano) paso a paso, mediante sucesivos milagros o retoques.

Yo en cambio creo que de ninguna manera Behe abona esa teoría. El reconocimiento de la posibilidad del Ancestro Común (que es dogma de fe del darwinismo) lo hace sólo en atención al dato científico: no hay evidencias de que el Ancestro NO pueda haber existido, ergo, se debe conceder al menos como posibilidad. Honestidad intelectual que le dicen.
En cuanto al salto de las especies, no se ve donde Behe las admita. Más bien las descarta. Cierto es que rechaza el Azar como agente "creador", y con él esa visión absurda de una Biología que se nos aparecería "en-piloto-automático-y-porque-sí" (Darwinismo). Pero tampoco se le ha ocurrido sugerirnos que Dios se la pasa haciendo milagros para que la cosa funcione y progrese, lo cual implicaría mezclar los planos Natural y Sobrenatural.
Que tal cosa sí hace el D.I.
31/05/15 5:31 PM
  
Jordi
El evolucionismo darwinista comete un error o falacia de evidencia incompleta o cherry picking: selecciona lo que le interesa y omite lo que no conviene.
02/06/15 1:41 AM

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