(287) La salvación o la condenación afectan a cada persona concreta

".-En la Iglesia hay miembros vivos, y hay miembros muertos que son un cáncer en ella."
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¿Esto significa que la campaña de "Apostasía Colectiva" que se está organizando en mi país, sería buena para la Iglesia puesto que la libraría de un cáncer?
Porque los bautizados que la piden son miembros muertos insepultos, sin ninguna duda.

Pecadores somos todos. Sin excepción.
No todos cometen pecados mortales y de los que los cometen, no todos no se arrepienten y se confiesan. Estos últimos, que viven en pecado mortal sin arrepentimiento son el verdadero cáncer.
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A.G.:
Los justos siguen siendo justos aunque cometan pecados veniales. No se les debe llamar pecadores salvo que dejen de ser justos por el pecado mortal y no recuperen el estado de justicia.

Como bien dices, los que se obstinan en estado de pecado habitual son el cáncer de la Iglesia.

El Papa Francisco lo repite siempre:
Carta del Papa al Pueblo de Dios
"Siempre es bueno recordar que el Señor, «en la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo. No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana".

Pero también en:
1) Entrevista al Papa Francisco por Antonio Spadaro, s.j. en Santa Marta (lunes 19 de agosto 2013):
«La pertenencia a un pueblo tiene un fuerte valor teológico: Dios, en la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo. No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana. Dios entra en esta dinámica popular».

2) Evangelii Gaudium, Exhortación apostólica de S.S. Francisco (24 de noviembre 2013)
113. Esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia, es para todos, y Dios ha gestado un camino para unirse a cada uno de los seres humanos de todos los tiempos. Ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados. Nadie se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas.

3) Exhortación apostólica Gaudete et Exsultate
6. ... porque «fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente. El Señor, en la historia de la salvación, ha salvado a un pueblo. No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Por eso nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana: Dios quiso entrar en una dinámica popular, en la dinámica de un pueblo.

Estimado Alonso Gracián. Breve pero metódicamente expuesto. Me apresuro a coincidir en que finalmente la salvación por es por la gracia que rogamos y recibimos de Dios y la condenación por nuestra culpa individual. ‘CADA persona concreta’. El Catecismo trata con buena extensión sobre el Pueblo de Dios. “I. La Iglesia, Pueblo de Dios. 781.- En todo tiempo y lugar ha sido grato a Dios el que le teme y practica la justicia. Sin embargo, quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre sí, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa. Eligió, pues, a Israel para pueblo suyo, hizo una alianza con él y lo fue educando poco a poco. Le fue revelando su persona y su plan a lo largo de su historia y lo fue santificando. Todo esto, sin embargo, sucedió como preparación y figura de su alianza nueva y perfecta que iba a realizar en Cristo [...], es decir, el Nuevo Testamento en su sangre, convocando a las gentes de entre los judíos y los gentiles para que se unieran, no según la carne, sino en el Espíritu (Lumen Gentium 9)”.

Beatriz: Los textos que citas parecen estar en contradicción con el título del post: "La salvación o la condenación afectan a cada persona concreta". No es que los textos sean erróneos sino que de ellos parece desprenderse la importancia de la pertenencia a un pueblo y la salvación colectiva. Naturalmente, si como creo, ese pueblo es el Pueblo de Dios es necesario pertenecer a él para salvarse pero, por la mera condición de pertenencia no está asegurada ninguna salvación individual. El Catolicismo tiene dos vertientes: colectiva e individual, naturalmente es posible la intercesión de los Santos, las plegarias de unos por otros, etc..., incluso en el Credo aparece la Comunión de los Santos, pero la vertiente individual de los pecados propios o la Gracia que se le concede a alguien en particular no son comunitarios.
Está muy definida la individualidad y no se difumina en el conjunto o no tendría sentido el santoral.

Con esa idea comunitaria yo conozco a una persona que les reza a sus padres como intercesores, yo sin embargo rezo por ellos y no a ellos porque aunque fueran católicos, es decir Pueblo de Dios, su destino no me consta y rezo por las Almas del Purgatorio. Como intercesores sólo me resultan válidos aquellos canonizados o en proceso de beatificación porque para la Iglesia constan como santos. Debemos tener una idea colectiva de salvación, por eso rezamos por los difuntos y pedimos a Dios incluso por los más pecadores, pero eso no obsta para que cada cuál rinda cuentas a Dios de manera individual. El deseo de salvación de todos es una cosa y el Juicio de Dios a cada de nosotros otra muy distinta. Que Santa Margarita Mª de Alacoque interceda por mi no me convierte a mi en Santa Margarita, ni Dios tiene por qué amarnos a todos por igual.

Palas Atenea: Tienes razón. Lo expresé mal. Quise referirme a que el Papa Francisco muchas veces ha hecho referencia a una salvación colectiva, provocando gran confusión en quienes lo escuchaban.
Es una de las formas que él utiliza para diluir la responsabilidad de nuestras acciones. Muchas gracias por la advertencia. Bendiciones.

"Dios creó al hombre no para vivir aisladamente, sino para formar sociedad. De la misma manera, Dios ha querido santificar y salvar a los hombres no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo que le confesara en verdad y le sirviera santamente...Esta índole comunitaria se perfecciona y se consuma en la obra de Jesucristo. El propio Verbo encarnado quiso participar de la vida social humana" (Vaticano II, GS 32).

"A este respecto, de Lubac ha podido demostrar, basándose en la teología de los Padres en toda su amplitud, que la salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria...." (Benedicto XVI, SS 14).

“Confesar que el Hijo de Dios asumió nuestra carne humana significa que cada persona humana ha sido elevada al corazón mismo de Dios. Confesar que Jesús dio su sangre por nosotros nos impide conservar alguna duda acerca del amor sin límites que ennoblece a todo ser humano. Su redención tiene un sentido social porque «Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres»” (Francisco, EG 178).

Cuando C.S.Lewis en uno de sus libros dijo que los santos son más distintos entre sí que los tiranos (creo que utiliza esta palabra), me puso a leer vidas de santos y comprobé que era verdad. Los tiranos, los que tienen poder, parecen comportarse de una manera parecida, pero hay poco de común entre la vida, la obra y la personalidad de San Damián de Molokai y la de San Ignacio de Loyola, excepto su fe y su adhesión incondicional a la Iglesia.
Tomemos uno de los textos que citas:
2) Evangelii Gaudium, Exhortación apostólica de S.S. Francisco (24 de noviembre 2013)
"113. Esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia, es para todos, y Dios ha gestado un camino para unirse a cada uno de los seres humanos de todos los tiempos. Ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados. Nadie se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas".
Efectivamente, uno puede ser juzgado por su misericordia hacia los demás y siempre se salva por la Gracia de Dios. Pero hay aquí un interrogante: ¿qué pasa con el justo solitario? No es la primera vez que Dios encuentra a un justo entre malvados, malvados que pueden, como él, pertenecer al Pueblo de Israel, en la Biblia encontramos muchos de estos solitarios como Noé o Lot y, según la Biblia fueron apartados de los demás y salvados ellos y sus familias, mientras que el resto de la comunidad se perdió.
Los pecados contra Dios: no guardar las fiestas, tomar su Nombre en vano, no practicar los sacramentos, etc...nunca son colectivos y, a veces, no veo claro si estos textos colectivistas están contaminados o no con ideas venidas de fuera, como el igualitarismo. Yo no puedo asistir a misa por otro, comulgar por otro, bendecir el Nombre de Dios por otro, rezar por otro, asumir el culto por otro. A veces me parece que nos saltamos el Primer Mandamiento de Jesús: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente". Está claro que este mandamiento tiene que cumplirlo cada uno de nosotros, no como pueblo, sino como persona individual, y nos vamos al segundo: "y al prójimo como a ti mismo" mezclándonos de manera que el que da y el que recibe, el justo y el pecador se hacen uno de una forma bastante confusa.

Beatriz: Perdona mi insistencia, nuestros comentarios se han cruzado. Yo creo que últimamente todo va hacia el totum revolutum para aligerar la carga que, nos guste o no, Dios nos ha encomendado a cada uno de manera muy distinta, en linea con la negación del pecado.
Horacio Castro insiste en lo mismo, en tomar textos de aquí y de allá para negar la individualidad de cada cristiano. Cuando rezamos el rosario, por ejemplo (yo lo rezo siguiendo un CD porque estoy sola) el que dirige el rezo te implica: "Señor, que yo me sienta unida a ti en esa hora de dolor y te siga con mi cruz", raras veces habla en plural. El plural es necesario y peligroso a la vez: es necesario porque pertenecemos a una comunidad, es peligroso porque la responsabilidad de cada uno se diluye en ella. Tenemos que aprender a utilizar ambas cosas y a darle a cada una su sentido como siempre se ha hecho.
Este párrafo sacado de contexto:
"A este respecto, de Lubac ha podido demostrar, basándose en la teología de los Padres en toda su amplitud, que la salvación ha sido considerada siempre como una realidad comunitaria...." (Benedicto XVI, SS 14). sugiere claramente que Benedicto XVI no cree en el Juicio de Dios a cada uno de nosotros, sino en una especie de juicio colectivo, y eso no es verdad.

Palas Atenea: "Con esa idea comunitaria yo conozco a una persona que les reza a sus padres como intercesores, yo sin embargo rezo por ellos y no a ellos porque aunque fueran católicos, es decir Pueblo de Dios, su destino no me consta y rezo por las Almas del Purgatorio".

Completamente de acuerdo. Si bien mis padres han sido buenas personas, no por eso dejo de rezar por ellos, para que si aún no están en la presencia de Dios, puedan gozar muy pronto de Su visión. Y pido por ellos y por todas las almas del purgatorio.

Además en su respuesta a un comentario, se entiende perfectamente que las dos excepciones conocidas en la humanidad, no habilitan a nadie a llamar a los cristianos pecadores o infieles como insulto. Cada uno de nosotros nos asumimos como pecadores. Por la gracia de Dios, María Virgen Madre de Dios, ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida, y obviamente que creer que Nuestro Señor Jesucristo pudo pecar, sería creer que Dios puede pecar.

En ese gran patio del Colegio del Salvador venía el Padre Don Leonardo Castellani (juntando todos los que escriben aquí -disculpen- no le llegan al tobillo) y de sentido contrario el Padre Furlong. Cuando están a la misma altura ensimismados en sus pensamientos el Padre Furlong le pregunta a Don Leonardo "Crees que serán muchos los que se condenen" a lo que el genial Santafecino le dice "Vos pensas que Dios hace tan mal las cosas". Yo entiendo perfectamente a lo que va este post y los comentarios. Pero les ruego no se pongan en lugar de Dios. Yo hice eso hace mucho tiempo y lo que creí que era verdad no fue caridad, y lo que creí verdad fue juicio temerario. No sé si la palabra es CANCER. Y en todo caso Jesús no vino por los santos que escriben en estas páginas sino por los CANCEROSOS... Yo aprendo de continuo la lección que Dios me dio. Y solo rezo por los que están lejos o viven en pecado, totalmente consciente que el Señor amorosamente los llama a la conversión y lo hará hasta el instante de su muerte. En cuanto a no saber si alguien está en el Cielo o no... bueno yo a los que conocí en mi camino espiritual sé que todos están allí. Y en todo caso uno lucra una indulgencia plenaria por su alma y listo (se puede ganar una Indulgencia Plenaria para un alma del Purgatorio, entonces ya le consta..., cuánta cosa rara esto de no saber dónde está). Tuve la suerte de estar junto a hombres y mujeres (mi Madre, una de ellas) que quisieron vivir en santidad a pesar de no ser beatificados por la Iglesia. AMGD.

Leyendo los "anteriores" comentarios es evidente que Palas Atenea confundió los nombres.

Horacio Castro: Mis disculpas, efectivamente me equivoqué de persona.