(65) Retrato del Heterodoxo Maniático

I.- LA MEGALOMANÍA DEL HETERODOXO MANIÁTICO

Los falsos profetas principian a menudo impugnando el orden creatural, con la excusa de humanizarlo, y ponerlo por misericordia en manos del pecador. Lo hemos visto con ocasión del Sínodo 2014-2015.

Pero no todos los voceros del error transitan por tan altos acontecimientos eclesiales. Algunos caminan muy quedo, sin ser notados, de púlpito en púlpito, de aula bíblica en aula bíblica, con los libros de sus viejos ídolos en la mano, fotocopiados, enviados por email y comentados en facebook.

Cada uno a su modo y en su propio ámbito, son cooperadores de la descristianización galopante de Occidente. Oramos respetuosamente por ellos y le deseamos todo bien, sobre todo su conversión, y que cierren la boca, o que al menos la abran cuando estén a solas, o sacando al perro.

A todos ellos se les puede aplicar la tremenda frase de Persio, Sátira I:

scire tuum nihil est, nisi te scire hoc sciat alter? (Hasta tal punto tu saber no vale si no lo sabe otro?)

Es su delirio de grandeza: refundar la Iglesia, descristologizar el Evangelio (¡!), impugnar la Ley Natural, objetar la disciplina de la Iglesia, aproximarse históricamente al verdadero Jesús histórico, que es el que ellos y sólo ellos conocen….

¿Por qué? Nos lo dice el gran satírico romano:

”at pulchrum est digito monstrari et dicier: hic est” (Es bonito que le señalen a uno con el dedo y exclamen: ese es)

Ese es.

Nosotros, con la caridad debida, vamos a señalar algunos de sus errores y manías.

 

II.- LOS FALSOS PROFETAS DUERMEN CON UN OJO ABIERTO

Que descansan vigilando, pendientes, aprovechando cualquier ocasión para despertar y levantarse. Un pequeño descuido en el ejercicio de la autoridad de la Iglesia, especialmente en la condena del error; un éxito editorial de este o aquel autor heterodoxo; una declaración confusa de un obispo o cardenal; un Sínodo revuelto, como aguas de torrentera; cualquiera de estas ocasiones hacen sonar su despertador, saltan como sapos de la cama , y hala, a batallar contra Cristo y su Iglesia, disfrazados de buenrollismo pelagiano, de misericordia centrocomercializada para cristianos de segunda clase.

Cuando el hombre fiero adicto al error está cansado, porque le combaten sus fábulas y extravíos, se queda en cama holgándose de sí mismo, y no abre la boca. Pero si llega el tiempo en que se le despierta, se levanta y sale por los campos de trigo de la Iglesia a propagar la mala sementera.

“Se levantarán muchos falsos profetas que engañarán a muchos” (Mt 24, 11)

Dice la Escritura “se levantarán”, porque eso hacen. Se yerguen puño en alto, apostados en los caminos eclesiales más variopintos, desde las sacristías hasta los salones parroquiales, o las trastiendas sinodales. Y ya está el cazador dispuesto contra el Ciervo.

En ellos levantarse y abrir la boca es la misma podre. Y cómo se adelantan a la predicación de la verdad, si ésta es pusilánime, incompleta, lagunosa, tímida, voluntarista, mediocre, incorrecta, sulfurosa o molinistizada.

Se ciernen sobre lo más santo y comienzan a inocular sus virus de mala doctrina, sus herejías grasientas, sus tesis-chinche, que succionan la verdad.

Despertar dragones no es una pastoral prudente.

__

III.- MENÚ DEL HETERODOXO MANIÁTICO

El falso profeta posmoderno siempre es atormentado por una gula de dos platos: primero, el liberalismo exegético del siglo burgués, (es decir, del XIX); segundo, el modernismo católico. De postre, un poco de New Age.

III.I.- PRIMER PLATO: LA EXÉGESIS LIBERAL

Se demuestra constatando en las obras de sus distinguidos autores la primacía del pensamiento subjetivo sobre la realidad objetiva y el Magisterio de la Iglesia. Sus efectos en el organismo sobrenatural son pérdida del sentido de la Tradición y la Escritura. A esto se le suma la mala digestión producida por el nominalismo heredado por Lutero de Biel, Occam y otros ingredientes impertinentes.

Schleiermacher, que tantas lágrimas de moscatel hacia saltar a los románticos, puso de moda la religión sentimental, que Bloy odiaba con tanta santa indignación. Pero el hito fundamental lo marca la “Vida de Jesús” de Strauss, que separa el Jesús real, histórico, del Jesús de la fe. Nefanda idea que con tanta profundidad rebate Benedicto XVI en su “Jesús de Nazaret”.

Obra especialmente cansina  fue “La vida de Jesús” de Renan, escrito que despertaba las iras de Nietzsche, y que seguramente contribuyó a que el pobre nihilista se reforzara en su nihilismo y acabara demente.

Y es que la pasión del falso profeta por la teología liberal no tiene límite. Por eso bebe tanto del modernismo católico como del liberalismo teológico protestante. Y cuando diserta entre filósofos ateos, adopta pose hegeliana, como marca el protocolo.

La teología católica disidente en Europa se empapó de las tesis de Harnack, que tanto fortaleció la exégesis según la cual el Evangelio es ante todo el anuncio de un Padre bueno, tan bueno que en modo alguno enviaría a la Cruz a su Hijo, y disculpa todos nuestros pecados. Al relativizar el papel del Hijo el Evangelio queda sin centro, sin Cristo. Así se da el paso hacia un cristianismo sin Cristo que es sólo moral sin Verbo. El aconfesionalismo naturalizante está servido. Vade retro.

La aproximación humanitarista al Jesús no histórico también ha calado entre los católicos, como chirimiri de secularización. Es la edificación moralista de la Ciudad Terrenal, vista como urbe aconfesional de la utopía. Fue el empeño de Jürgen Moltmann, que nos contagió del existencialismo descarnado de Bultmann, el Desmitificador, cual superhéroe de Marvel. Este espiritualismo ha conectado la teología católica con la New Age.

Comienzan, pues, los liberales, como la carcoma, remordiendo la conexión entre la ley y la gracia, entre el Antiguo y el Nuevo testamento. Como apunta genialmente Benedicto XVI, en “Jesús de Nazaret”:

“No es casual que Harnack, como principal representante de la teología liberal, exigiera que diera cumplimiento finalmente a la herencia de Marción para liberar así al cristianismo del lastre del Antiguo Testamento” (pág. 137).

Pero un paso más camina Bultmann, relacionando el Evangelio de San Juan con el gnosticismo. 

No falta quien arranca la cristología del Evangelio, mimetizándose cual camaleón liberal con Adolf von Harnack, que por supuesto no tenía cara de reptil, cual personaje del Bosco, pero sí que sufría está manía. Así, bajo esta óptica sin gafas, la Buena Nueva consiste en anunciar tan sólo al Padre bueno. Para ello, hay que desprenderse cuanto antes del Antiguo Testamento. El marcionismo aún tiene pluma.

Todas estas aproximaciones históricas  al Jesús histórico son elucubraciones que “hacen sentirse inseguros ” a los creyentes, como alertaba angustiado Rudolf Schnackenburg —sin terminar, por cierto, de liberarse su criticismo. Una inseguridad que embiste la fe de los católicos semipelagianizados y los voluntariza aún más.

___

III.II.- SEGUNDO PLATO, EL FUERTE: MODERNISMO CATÓLICO

Henri Xabier Perin diagnosticó certeramente el objetivo central del modernismo: eliminar a Dios de la vida social.

Nosotros lo caracterizamos como La Gran Impostura: substituir el verdadero centro, que es Cristo, por otro, que es el hombre. Esta impostura se realiza de forma dinámica, como no podía ser menos, y evolucionista, por supuesto: pensemos en la proteínica influencia de Bergson, en este sentido.

Y tan dinámico, por vertiginoso, se vuelve el concepto de Dios, que se acelera la doctrina de su Hijo y de su Iglesia hasta tal punto… que se la hace descarrilar, para que quede inserta en la corriente del Maelstrom, y sucumba a merced de su torrente salvaje. La Tormenta Perfecta.

Esas profundidades supralógicas, pulverizadas, de Le Roy, que tanto recuerdan a las deconstrucciones zen (perdonadme, católicos budistas, la impertinencia); los cosmicismos crísticos de Teilhard de Chardin, con su empanada evolucionista de imposible digestión, salvo para algún rumiante próximo a la extinción; la hibridación de lo natural con lo sobrenatural, que condimenta Blondel con ese inmanentismo secularizante sin censura que tanto recuerda, en la actualidad, al de José María Castillo… ay, cuánta tontería….

De los placeres del inmanentismo se encargó  Laberthonnière de hacer elogio y pandereta, haciendo ruido para reclamar, para la verdad, la cualidad de la inmanencia. No tenía el buen hombre nada mejor que hacer que deconstruir la transcendencia.

Y ya subidos al autobús del inmanentismo, la siguiente parada es la sugestión de Oriente, la manía por el orientalismo, que afectó a Loisy, y le engatusó de hipofísica,  es decir, de sumisión a lo irracional, de huida de la razón natural, de surrealismo filosófico. Que no iba a ser, sin embargo, la última parada.

Todavía queda una: el globalismo. Hacer converger todas las religiones en una sola, nominalista, global, planetaria, en que no hay universales. En esta última parada se apean también Hans Küng y Leonardo Boff.

George Tyrrel sumerge la Palabra Divina en la corriente del Maelstrom. Propugna el evolucionismo de los dogmas, como el que come pipas esperando el tren. Y el tren llega, y le conduce a la apostasía casi sin enterarse. Que alguien le dé agua, por favor.

En fin, este segundo plato es bien potente. Digerirlo supone, no lo dudéis, un estómago apostata y un gaznate conquistador, Quevedo dixit, capaz de tragar grandes volúmenes de aburrimiento.

—De postre, New Age. Sorprenderá a los enteradillos. Pero es así. Que un flan gnóstico se les hace agua en la boca.

***

IV.- ALGUNAS MANÍAS Y TICS DEL HETERODOXO QUE AFEAN SU RETRATO

Que todo buen modernista posmoderno gusta de vestusta y kasposa luteranidad, como marca el protocolo, es de sobra evidente.

Si te aficiones a leer las obras de los frikis del Modernismo, acabarás convirtiéndote en friki tú también. Si te engolfas de Kasperismo, te acabarás kasperizando. Si te haces adicto a las grasas saturadas del subjetivismo liberal de Pagola, te acabará subiendo el colesterol, y tiene guasa que tengas que abandonar el buen queso payoyo o las tapitas de butifarra por culpa de este hombre.

Pero veamos algunas manías.

___

IV.I. DESMITIFICANDO, QUE ES GERUNDIO

La primera de ellas es la manía desmitificadora, que en el fondo es el frikismo del diablo: arrancar el Misterio del Evangelio.

Por ejemplo, de los milagros del Señor. La obra “Jesús, el Cristo”, de Walter Kasper, es en este sentido profundamente friki. Con paciencia de hemíptero, va succionando todo lo misterioso de la vida del Señor para dejar su predicación sin milagro. Lo misterioso queda reducido a literatura, o como diría el ínclito Bultmann, a mero mito, a mera literatura empanada, a mera fantasía gnóstica, a mera mericidad…

Para Kasper, los pasos del Señor sobre las aguas, la obediencia de la tempestad, la multiplicación de los panes…, son proyecciones de experiencias, añadidos legendarios, atavismos de la cultura rabínica o helenística.

Según esta miopía, el ser humano no puede juzgar si los milagros de Jesús son milagrosos o no. Por ello no tienen potencia apologética, sino que presuponen la fe. De lo contrario, Dios no se estaría comportando educadamente con el hombre, lo abrumaría, lo atropellaría, lo dejaría  alelado ante su poder. El buenismo está servido.

Esto me hace recordar un pasaje maravilloso del Magisterio de la Iglesia, verdadera terapia curativa para esta manía:

“Vaticano I: «Si alguno dijere que no puede darse ningún milagro y que, por tanto, todas las narraciones sobre ellos, aun las contenidas en la Sagrada Escritura, hay que relegarlas entre las fábulas o mitos, o que los milagros no pueden nunca ser conocidos con certeza… sea anatema» (Dz 3034).

Esta desmitización, que no puede generar sino desencanto moderno, como diría clarividentemente Weber, es la mala sandía del huerto. Parece grande, hinchada, lustrosa y oronda: parece que todo lo explica. Pero por dentro está podrida.

Si la razón, bajo el prisma luterano, es ramera del diablo, ¿¿para qué milagros, en tiempos de miseria?? Si no es necesario impulsar a la razón a saltar sobre sí misma y descubrir razonablemente su propio límite, ¿para qué milagros? La negación del Misterio y de los milagros sólo proviene de dos fuentes: del racionalismo y del irracionalismo; las dos caras de la misma máscara: por un lado optimista, por otro pesimista. La razón adámica queda inutilizada  al faltarle el auxilio de la fe, y de la vida interior que le proporciona el Misterio. Nos encontramos ante el subjetivismo nominalista, que desconfía radicalmente de la razón.

Esta desmitización es como una máquina de envasar al vacío. Deja el Evangelio sin Misterio, listo para consumo fácil de un numen gravemente deteriorado sin el auxilio sobrenatural. Como hemos mencionado, fue la manía principal de Bultmann, quien, como dice Nicolás Abbagnano con su habitual claridad en el Vol. III de su Historia de la Filosofía:

“juzga indispensable para la teología una reinterpretación del mensaje en orden a liberarlo de la forma mítica”.

Ya lo tenemos. ¡Impostura, de nuevo! Se substituye el Misterio de Cristo, malvisto como mera forma mítica, por el Jesús histórico , y así se “libera” el Evangelio —o como ranciamente  panfletea nuestro exegeta liberal:  se le hace válido para la existencia. Qué horror.

IV.II.- MALAPROXIMARSE HISTÓRICAMENTE A JESÚS, PARA ALEJARSE DE LA FE Y RELAJARSE UN POCO

Esta obsesión por encontrar un Jesús histórico liberado de todo Misterio real, objetivo e histórico, es el empeño del poco original y muy exitoso José Antonio Pagola: “Jesús. Aproximación histórica”.

El problema que encontramos aquí es el mismo, realmente, con que nos topamos en el menú anteriormente expuesto. Exégesis liberal, modernismo católico. Más de lo mismo. Tal vez aquí redescubrimos alguna que otra manía más, que también hallamos en E. Schillebeeckx o J. Sobrino.

Permítaseme explicarlo así: siendo la Iglesia Casa del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad (1 Tim 3, 15), da la impresión, por la actitud exegética mostrada en tan dañoso y molesto libro, que lo que se pretende es convertir a la Iglesia en un Gran Hotel, y al cristiano en un simple turista de la Escritura.

Con Pagola ocurre que encaja a la perfección con los ambientes de lujo y consumo, de moda y recreo. Es un libro para llevarse a un spá. Cristianismo relajante, con olor a canela.

Y es que si alguien te dice que para encontrar al verdadero Jesús, has de prescindir de la fe, pues hala, tus oídos carnales quedan agasajados. El mundo te sonríe, ya no te persigue. La religión es así como un masaje para el alma caída, una tonificación termal para la mente adámica.

Para ello, el autor, a lo largo de las páginas de este libro, realiza una puesta en duda sistemática de tooooodo cuanto se dice en el Evangelio. Hasta que en la Casa del Dios vivo no quede ya el Dios vivo, sino el hombre replegándose sobre sí mismo y holgándose de sí. El teólogo gusta así de pasar una temporada habitando la propia habitación de sí mismo.

«Lo que más le interesa a Dios no es la religión, sino un mundo más humano y amable» 

Aquí parece que estoy oyendo a Castillo y su obsesión bizcochona de substituir a Dios por la bondad.

En definitiva, si

“«Jesús no pretendió nunca romper con el judaísmo ni fundar una institución propia frente a Israel. Aparece siempre convocando a su pueblo para entrar en el reino de Dios» (474-475),

entonces es preciso refundar lo mal fundado. Y la Iglesia no es la Casa de Dios. Queda convertida en un Hotel, al que podemos alojarnos cuando hagamos turismo por el Evangelio.

Refundadores, por cierto, no faltan por ahí… pero de ellos ya hablaremos, que son cabeza a pájaros.

***

V.- ÚLTIMAS PINCELADAS AL RETRATO

Scire tuum nihil est, nisi te scire hoc sciat alter? (Hasta tal punto tu saber no vale si no lo sabe otro?)

Amigo, que no sea tu mente el escenario que dé valor a estas obras.

El mandato de Cristo es contundente: 

«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Mt 22, 37, 39)

Al heterodoxo maniático, pues, hemos de amarlo como a nosotros mismos, no en cuanto falso profeta, sino en cuanto hermano. Orar por él, sacrificarnos por él, interceder por él…. pero no condenarnos por él.

Por eso, atiende a esto:

Suadeo tibi ne legas, te aconsejo que no leas.

¡No leas heterodoxos!

El retrato que aquí hemos trazado es incompleto. Podríamos estar dando pincelas hasta el infinito y más allá. La sana doctrina que es remedio de tanta manía heterodoxa la estamos ofreciendo aquí, en Infocatólica, desde hace tiempo. Recomiendo en especial el muy profundo y certero texto del P. José María Iraburu: “Los Evangelios son verdaderos e históricos”, Gratis date. También recomiendo el magnífico post de Luis Fernando Pérez Bustamante “Os envié profetas y no obedecisteis”,  con un riquísimo material doctrinal.

_________

P.D.-  Es misteriosa la capacidad con que el Verbo, encabezando su Iglesia, dota a la sana doctrina para el aliento de mociones de caridad, toques de abnegación, advertimientos a la voluntad, para que se aleje del error. Y es que la verdad fue agraciada con el don de Dios, que nos ha venido con Jesucristo. Por eso, te repito: no leas a heterodoxos compulsivos, sumerge tu mente en el agua viva de Cristo y límpiala de oscuridad. El Señor te ronda y se te arrima, con su sembradura de claridades. Ama la sana doctrina del Señor, que pronuncia su Iglesia.  Que la verdad y la gracia nos vinieron con Él  (Juan 1, 17)

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

¡Santidad o muerte!

Alonso Gracián

18 comentarios

  
Manuel Ocampo Ponce
Excelente! Esta es la triste historia del ridículo pensamiento moderno y contemporáneo que ya se ha posicionado históricamente como una de las etapas más oscuras y tenebrosas de la Filosofía y la Teología.
__________
A.G.-- Muy cierto, Manuel, es eso, una de las etapas más oscuras, sombría hasta la ridiculez, dañina hasta el absurdo, deconstructiva hasta la nada.

Gracias y un abrazo.
23/02/15 10:24 PM
  
Luis Fernando
¡No leas heterodoxos!


La mejor vacuna para no caer en la enfermedad de la lectura de heterodoxos es leer libros de santos, o sobre santos, que han demostrado dar fruto de santidad en aquellos que los leen.

Cuando uno degusta el buen manjar de la sana doctrina y la sana espirtualidad, no quiere probar la basura.
__________
A.G.-- Bien dicho, Luis Fernando. Nada de leer basura, pero nada. La mala doctrina es una toxina terrible para el organismo sobrenatural, el veneno de la apostasía. Como bien dices, hay que leer libros de santos, que den fruto, que sean instrumentos del Espíritu Santo.

Por cierto, el P. Iraburu tiene una buenísimo texto sobre las buenas lecturas.

Gracias y un abrazo
23/02/15 11:14 PM
  
Leonardo
Muy buen artículo, me has hecho reír con muchas definiciones que son tal cual! Nadie se confiaría a un inmanentismo al fin de sus días... ni ante ningún problema... ni agradecería a un inmanentismo por sus momentos dichosos, por las enseñanzas que recibe, por esos pequeños milagros cotidianos...
__________
A.G.-- Es eso, Leonardo, confiarse a un inmanentismo al fin de sus días... es gran disparate.

Me ha gustado tu fina observación: "ni agradecería a un inmanentismo por sus momentos dichosos, por las enseñanzas que recibe, por esos pequeños milagros cotidianos..."

Gracias,y saludos en Cristo, con su Madre.
24/02/15 12:55 AM
  
milton
Estoy estudiando teología y justamente el profesor de introducción a la teología habla de desmitificar la sagrada escritura y este artículo tuyo esta perfecto además la virgen Maria lo profetizó diciendo que los teologos intentarán darle explicación científica a los milagros de la biblia y terminarán negándolos.

Porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos,
(Rom 1, 21-22)

Dios te bendiga Alonso

__________
A.G.-- En efecto, milton, están obsesionados con desmitificar, con reducir el Misterio. Romanos 1, 21:22 lo dice con la potencia de la Palabra de Dios.

Esa desmitificación hace gran daño, forma parte del naturalismo moderno. Hay que resistirla.

Gracias por el comentario, amigo, saludos en Cristo, con su Madre.
24/02/15 2:33 AM
  
Palas Atenea
Yo no leo a heterodoxos. Sólo una vez leí a Pagola, porque por aquí tiene mucho predicamento y quería saber que decía, pero una y no más, Santo Tomás. Enseguida le apliqué aquello que decía mi padre: "desde que te vi venir/te conocí la ventaja/tú serás buen albañil/pero a mi no me trabajas".
A Küng jamás, a Boff tampoco, y los demás lo mismo.
Yo leo a Romano Guardini-que por cierto tiene un Vía Crucis muy recomendable-a Benedicto XVI, a von Balthasar, a Henri de Lubac, a los Padres de la Iglesia, preferentemente San Agustín, y a Santo Tomás de Aquino y tomistas como Pieper. ¿Qué todos son muy antiguos? Lo mismo me da, en este asunto antiguo y moderno es lo de menos, lo que hay que atender es a la excelencia de los escritos y a la ortodoxia.
__________
A.G.-- Me alegro mucho, Palas Atenea, que no leas heterodoxos, porque desfiguran la fe. Bien te decía tu padre. Si lees a santo Tomás y a san Agustín, inviertes muy bien el tiempo, y dará fruto muy saludable.

Gracias, y saludos en el Señor, con su Madre.
24/02/15 1:29 PM
  
antonio
Excelente Alonso, después lo leeré con más detenimiento,las heterodoxias, muy evidentes y otras mu sutiles, y las que comentas, impiden claramente la acción del Espiritu Santo, en un alma.No KUNG,PAGOLA;NO KASPERS etc enfrián el alma, promueven la incoherencia,etc.
__________
A.G.-- Las hay muy sutiles, en efecto, antonio. Por eso hemos de permanecer en la sana doctrina, con el auxilio del Señor, y no leer nunca heterodoxos. Como muy bien apuntas, el error voluntario es un obstáculo a la acción de nuestro Defensor.

Gracias, y saludos en Cristo, orante en el desierto.
24/02/15 7:06 PM
  
Alonso Gracián
Estoy pensando, amigos, que sería altamente instructivo realizar un post paralelo a este, que podría titular algo así como "Retrato del ortodoxo maniático", donde satirizar (sin merma de caridad) el gran defecto de un tipo de buen católico, ortodoxo en su doctrina, pero pasivo en su defensa, pudiendo contender por ella. Moderado, con la espada de doble filo en off, bienintencionado, pero pasivo en el buen combate, malgastador de talentos. Me pongo a ello. Y que quede claro que es primicia, jeje
24/02/15 11:23 PM
  
Martina
Hace mas de 30 años que escuche por primera vez a J. M. Castillo y otros parecidos en la parroquia. Cuando acababa el ciclo de conferencias le comente al párroco que algunos puntos de esas teologías resultaban confusos y atrevidos y me dijo que no fuera simplista.
Lo cierto es que me interese en ver que decía realmente el Evangelio y bueno, me vino bien refrescar conocimientos. Desde entonces he estado atenta a enterarme bien de los temas de fe y religión. Pido a Dios discernimiento, protección, ayuda... Y a veces me quedo pensando ¡Que suerte! Porque me encuentro un curso, un post, un libro, una persona que me aportan algo fundamental para mi fe. Es verdad que vivimos tiempos en que hay mucho de todo, malo, bueno, regular. Pero todo aprovecha si suplicamos al Señor. Lo que no mata hace mas fuerte ¿No? Y quien busca a Dios de corazón saldrá adelante con su ayuda. Orar y leer la Palabra sana.
Para mi que vosotros habéis leido a los heterodoxos y ahí estais vivitos y coleando...
Estará igual de logrado tu post sobre los ortodoxos raritos. Escríbelo cuanto antes porfa...


25/02/15 2:41 AM
  
antonio
¿Qué todos son muy antiguos? Lo mismo me da, en este asunto antiguo y moderno es lo de menos, lo que hay que atender es a la excelencia de los escritos y a la ortodoxia.
Te pido perdón Alonso, me quedo en la cabeza, esto "ser antiguos", en esté momento hay que volver a la fuentes de la Espiritualidad..
Recuerdo, que un Carmelita, dijo que San Juan de la Cruz estaba superado, leo a los Misticos del Carmén, en realidad, llevo el Santo Escapulario, porque me considero un Carmelita en el mundo.
San Juan Pablo II, en esa preciosa carta Novo Millenio Inneunte, habla que nuestras iglesias debén ser fuentes de oración y cita a esos místicos.
Nunca están superados, san Agustín,Santo Tomas,y estos Santos, ni Pieper, ni Guardini, ni tantos autores de excelencia.Ni Royo Marín, ni Garrigou Lagrange, ni Arintero, ni Philipon etcSaludos a Palas, no es antiguo.Desconfió de todos los autores modernos, los pongo en el Index.ja!!!!Ja!!!!
25/02/15 12:33 PM
  
Leonardo
De nada, Alonso! Saludos, igualmente en Cristo y la Santísima Virgen.
__________
A.G.-- Dios te bendiga, Leonardo.
25/02/15 3:13 PM
  
jrbelmonte
Es uno de los comentarios más tristes que he leído.... En todos encontramos errores, incluso en el más santo, la única diferencia es que ni el mejor de los doctores no hubiera dejado de leer el libro de los herejes de su tiempo, aunque sólo sea por conocer. Saludos.
_________
A.G.-- Amigo jrbelmonte, gracias por darme su opinión. La curiosidad, el conocer sólo por conocer, debilita el pensamiento, y es mala educadora de la mente. Leer obras heterodoxas supone un peligro para la fe, a menos que se esté lo suficientemente preparado y la intención sea refutarlas, como era la intención de los grandes santos defensores de la fe.

Un saludo muy cordial, y no deje de leerme. Gracias por el comentario.
26/02/15 12:49 PM
  
Palas Atenea
Antonio: Es que yo, en mi ignorancia, el único gran teólogo vivo que conozco es Joseph Ratzinger, es decir Benedicto XVI.
__________
A.G.-- Palas Atenea, antes proporcionaste un muy buen criterio: "lo que hay que atender es a la excelencia de los escritos y a la ortodoxia." De sobre es conocida la excelencia en general de Ratzinger.
26/02/15 12:50 PM
  
Alonso Gracián
Martina:

"le comente al párroco que algunos puntos de esas teologías resultaban confusos y atrevidos y me dijo que no fuera simplista."

Y tanto que son confusos, y dañinos. Su respuesta: no seas simplista, es triste, muy triste, viniendo del párroco, que ha de velar por la integridad de la fe de sus feligreses.

La teología sin censurar de Castillo no está tan elaborada como la de Pagola, se basa en clichés, en lecturas sueltas, en tópicos, pero es efectiva para crear duda, para maldisponer contra los sacramentos, contra las verdades católicas, contra la Iglesia. Poco, o casi nada, queda de doctrina católica en los escritos de este autor, que ni siquiera acepta la existencia de la Ley natural. No leas a Castillo, ni a heterodoxos. No se debe poner en peligro la fe.

No confíes nada en eso de lo que no me mata me hace más fuerte. Las malas doctrinas alejan de la sana, pervierten el intelecto. Otra cosa es estudiarlas para refutarlas, pero esto sólo debe hacerlo quien tenga la preparación adecuada para ese combate. Hay que defender la fe.

Gracias por tu muy amable comentario, y saludos en Cristo, con su Madre.
26/02/15 7:07 PM
  
Alonso Gracián
antonio y Palas Atenea:

Entiendo que Palas Atenea quiere decir con eso de antiguos, sólo antiguos en el tiempo, jeje, porque muestra el aprecio debido a sus obras, y su actualidad. Y con lo de los modernos, a los recientes.

De hecho, los "antiguos" son los verdaderamente nuevos, actuales, intempestivos. La palabra "modernos" no me gusta mucho, porque recuerda a modernismo, a Modernidad, mejor decir, tal vez, los más recientes, jeje

Guardini tiene buena doctrina en general, y es provechoso. Pieper, es un gran filósofo, su obra es recomendable, sobre todo en lo referente a las virtudes. BXVI escribió su "Mirar a Cristo" basándose en los escritos de Pieper sobre las virtues teologales, por cierto. De Lubac tiene "El misterio de la iglesia", que es una buena obra, y "Catolicidad", está bien. "Sobrenatural" es desaconsejable, porque hibrida lo natural con lo sobrenatural y tiene una metafísica poco consistente. De Balthasar se queda uno con una impresión positiva, es autor con deseo de ortodoxia. Lo malo es su mala metafísica, y algunas confusiones en la teología de de la salvación, como eso del infierno vacío, que fue un gran error. Por lo demás, no está mal, tiene buenas páginas, otras menos.

Garrigou es un grande, muy aconsejable. Gran tomista. "La predestinación de los santos y la gracia" es obra maravillosa. Arintero es un grandísimo teólogo y filòsofo, no digamos el gran Royo Marían. También está bien el filosofo de nombre impronunciable, jeje. No me cabe duda que Palas aprecia tanto a los antiguos nunca anticuados, como a los más recientes mencionados. Antonio, la lista de autores que citas, estupenda. Sigue por ahí que vas muy muy bien, amigo.

Saludos muy cordiales
26/02/15 7:21 PM
  
Palas Atenea
Perdón, yo soy antigua por mi edad y todo lo que ha quedado en el s. XX es "antiguo", por decirlo de alguna forma, y lo actual es lo que en este momento se está gestando. El del nombre impronunciable es J. Budziszewski (cada vez que necesito escribirlo corro a buscar el libro porque no hay forma de memorizar el nombre polaco), pero también están Alasdair MacIntyre- "Tras la virtud" o "Edith Stein"- William T. Cavanaugh-"El mito de la violencia religiosa"-Fabrice Hadjadj y otros.
No soy sólo tomista, ni siquiera lo es Benedicto XVI que cita más a San Buenaventura que a Santo Tomás de Aquino.
__________
A.G.--Muy estimada Palas Atenea,
jeje, me pasa lo mismo con Budziszewski, todo un descubrimiento. Hay que buscar más libros suyos.

Fabrice Hadjadj todavía no lo he leído, aunque me han hablado muy bien de este autor, y tiene buena pinta. Tampoco he leído nada de William T. Cavanaugh.

Lo cierto es que hay buenos autores por ahí, que no son necesariamente tomistas por completo, y que hacen un análisis muy lúcido de la situación en que vivimos. El problema es que si falta la metafísica del Angélico o su doctrina de la gracia es fácil caer en confusiones, como le pasó por ejemplo a De Lubac o Balthasar. Por eso, hoy día, el tomismo aporta grandes remedios y vacunas intelectuales.

Por tus intereses filosóficos, creo que te va a gustar muchísimo el gran Spaemann. Su obra "El rumor inmortal", en Rialp, te va a encantar, es densa pero dado que frecuentas autores filosóficos de talla, te resultará interesantísima, porque trata precisamente del avance del nihilismo en Europa y su relación con la secularización, y los obstáculos que encuentra la Iglesia en la presentación de su doctrina, como es la incapacidad de la sociedad de hoy para entender el pecado original.

26/02/15 9:41 PM
  
Palas Atenea
Tomo nota. No es fácil que alguien me recomienden libros de talla, con la excepción de mi hermano, que es el que me presentó a algunos.
Enfrentarse a Fabrice Hadjaj es toda una experiencia porque es muy original, aunque rigurosamente ortodoxo. A mi hermano no le hace demasiada gracia, pero yo lo aprecio mucho.
Cavanaugh pertenece a esa corriente llamada "Radical Orthodoxy", lo mismo que MacIntyre, en España sólo los publica la editorial Nuevo Inicio del arzobispado de Granada. En mi opinión Cavanaugh hace un estudio sobre la supuesta "violencia religiosa", que se gestó en Norteamérica tras el ataque de las Torres Gemelas, en la que echa por tierra con gran rigurosidad esa teoría que también en esta web asoma un día sí y otro no. La "Radical Ortodoxy" es ecuménica, por lo que hay también protestantes, pero todos ellos con gran admiración y respeto por la Iglesia Católica. La biografía de Benedicto XVI de Tracey Rowland es muy recomendable, no es que sea laudatoria pero sí muy buena.
__________
A.G.-- Tendré que leer entonces a Fabrice Hadjaj. Nuevo Inicio, por cierto, está publicando cosas de Bloy. No termino de identificar esa teoría que dice, que aparece y desaparece una y otra vez, -me imagino que se refiere a los comentarios de los lectores, claro.
27/02/15 2:26 PM
  
Palas Atenea
Perdón que insista sobre el tema, quizás se abusiva, pero hay algo que no afecta a la ortodoxia pero sí a la comprensión: el estilo. El beato cardenal Newman es muy británico y, para colmo, del círculo de Oxford; Castellani no puede ser otra cosa que argentino y Fabrice Hajdaj es un converso judíos. Si uno no está acostumbrado al gusto por los retruécanos y los juegos de palabras de los judíos este autor resulta chocante. Ahora bien, la ortodoxia es otra cosa y de un autor tan cercano a mi, por ser vasco, y que además tiene un estilo sencillo-me refiero a Pagola-te viene un tufillo que el converso Hadjad y su estilo inclasificable no tiene. Me acuerdo que leí la Vida de Jesús del sacerdote ortodoxo ruso Alexandr Men y, en comparación con el Jesús Histórico de Pagola, el teólogo ruso era la pura ortodoxia: Jesús es Dios y Hombre Verdadero, los milagros son auténticos milagros, nada de buenismo, en fin, se podía leer perfectamente. A veces pasan estas cosas.
__________
A.G.-- Me parece una buena observación la que hace acerca del estilo, salvando por supuesto la ortodoxia. Es cierto que a veces nos identificamos más o menos con un autor en función de la sintonía o extrañeza que tengamos con su manera de escribir y el estilo e incluso la estética de su pensamiento. Lo del tufillo del libro de Pagola..-jeje, claro, es el tufillo de la heterodoxia y de un método inaceptable.
27/02/15 2:57 PM
  
José Luis
Recuerdo que por aquellos años, le hablé a un sacerdote salesiano sobre los libros que tengo, especialmente de San Alfonso María de Ligorio, "tiralo a la basura", esto ya lo había comentado en alguna otra ocasión. Pero no lo tiré. Los libros espirituales pueden suplir, como dice San Alfonso María de Ligorio, cuando no hay un director espiritual cercano. De ahí, de estas lecturas, siempre se aprende algo bueno, y cuando se trata de compartir, hay quienes se sienten incómodos, --"nunca me ha gustado San Alfonso María de Ligorio por esto y por esto"--, es lo que también me ha respondido uno.
Pero a muchos nos hacen un gran bien, prepararnos para una vida más auténtica conforme a Cristo.

Si antes las lecturas de San Agustín me interesaba, me refiero cuando no tenía Internet, ahora es mucho más, y como San Agustín, también Santo Tomás de Aquino son muy recomendables.

Hay muchas personas sectarias: "testigos de Jehová", "mormones", otros tipos de protestantes, etc., que si no nos formamos bien en la fe, nos atrapan enseguida, si nos ven en la calle, pero si estamos reforzado por los conocimientos que aprendemos del Magisterio de la Iglesia Católica, ellos no esperan que sepamos responder.
__________
A.G.:
Hablas bien, amigo José Luis,"si no nos formamos bien en la fe, nos atrapan enseguida, si nos ven en la calle, pero si estamos reforzado por los conocimientos que aprendemos del Magisterio de la Iglesia Católica, ellos no esperan que sepamos responder."

La formación es vital, y meditar diariamente la Sagrada eEcritura, como tantas veces recomiendas por facebook, y no digamos leer las vidas de los santos.

Gracias a Dios no tiraste ese libro a la basura. Dios te cuida y es bueno, José Luis.


04/03/15 3:40 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.