(29) Del hombre máquina que vuelve, y la inutilidad de la New Age
0 La New Age pretende combatir el mecanicismo moderno con su irracionalidad, y el resultado es catastrófico. Mucha gente hastiada del vacío mecanicista se hunde en el pensamiento novaeriano y su pseudometafísica mágica.
1 La New Age es una tentación demoníaca –para huir del materialismo mecanicista. Los extremos se tocan. Contra su irracionalismo van surgiendo formas de filosofía mecanicista atea, por ejemplo en psicología, biotecnología, educación. Pero el círculo se cierra y el ahogo espiritual va en aumento. Sólo Cristo puede arreglarlo.
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2 La sensación desagradable y tenebrosa que nos invade cuando contemplamos obras de arte desproporcionado y absurdo, formas portadoras de ese espíritu asimétrico o simétrico-artificial que inspira profundamente el arte postmoderno y la cultura de las sociedades apóstatas,
–y disfrazado de utilitarismo técnico, en que la asimetría es técnica constructiva, por influencia oriental. Es la opresión terrible del mundo exclusivamente irracional del mecanicismo absurdo, que de forma tan impresionante denuncia Kafka en “El proceso". La asimetría irracional y la simetría mecanicista son formas hermanas del voluntarismo antropocéntrico.
3 Por influencia de Descartes, la mayoría de los filósofos naturales, en especial los fisiólogos, se hicieron mecanicistas. Su optimismo técnico convirtió al ser humano en un robot cuya alma era una parte más del engranaje. Todavía este tema obsesiona al cine postmoderno, que hereda la temática.
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4 Borelli en su “De motu animalium", 1680, concibe al ser humano como una máquina hidráulica. El sentido vital creatural de la fisiología humana quedaba por tanto vedado a la razón. Pronto el optimismo mecanicista degeneró en pesimismo. De esta manera el ateísmo radical entró en la ciencia de la mano del materialismo mecanicista, que hallaba su punto álgido en el sensualismo desesperado y sin Dios de La Mettrie y su “El hombre máquina". Pronto la ciencia sería utilizada para el ejercicio del mal, siendo devorada por la técnica.
5 Los filósofos naturales ingleses intentaron explícitamente luchar contra el mecanicismo –Los robots no tienen organismos, sino engranajes de sombras y ruedas dentadas.– En 1704 el gran botánico y ornitólogo John Ray publica “La sabiduría de Dios manifestada en las obras de la Creación", una bella obra científica. La obra de Ray influría decisivamente en William Paley (1743-1805) en su “Teología natural", de 1802.
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6 También el mecanicismo penetró en la Teología. La casuística moral, el examen de cumplimientos como una forma natural de salvación por vía de absoluto derecho retributivo, el engranaje de la ética antropocéntrica y el desprecio de lo sobrenatural-gratuito y del gozo profundo de la vida en el Espíritu. La religión convertida en una máquina voluntarista de moralidad, que tanto denunció Léon Bloy. La religión pelagiana como una máquina hidráulica de moralidad autorredentiva.
7 Frente a todo esto, nosotros celebramos a Dios Creador y la belleza sobreabundante de todo aquello que salió de sus manos en su inefable desborde de sobreabundancia, accesible a la razón iluminada por la fe. Frente a todo esto, nosotros propugnamos la pura gratuidad de la Gracia y la liberación sobrenatural de la razón y la belleza.
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8 Celebramos una ciencia recta y gozosa no reductiva. Y advertimos de la vuelta del mecanicismo, bajo otras formas pseudocientíficas enemigas de la vida, como una técnica de dominio al servicio de la muerte. Vuelve la ciencia del hombre máquina con sus técnicas inhumanas in vitro, y la perversión radical del sentido de la vida humana, para la cual el nasciturus es sólo una pieza más que se puede extirpar; los embriones son congelables y reutilizables… y la vida del ser humano deviene en engranaje. Es el neomecanicismo que revive con la bestia liberal y su cultura de la muerte
9 Frente a esto no vale solamente la razón, por muy recta que sea. Es necesaria la fe iluminando la razón, auxiliada por la gracia. Es necesario el regreso de una Ciencia teotrópica, como en tiempos de la Cristiandad, que haga frente al antropocentrismo técnico. Una ciencia preparada, si hace falta, para el martirio.
10 La enfermedad mecanicista necesita de una medicina que sólo Cristo, el Logos viviente, puede ofrecer. Porque a Él pertenece la verdadera Ciencia, y es la causa de toda sabiduría.
13 comentarios
Dios te lo pague.
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Muchas gracias, querido P Iraburu.
El singularitarianismo, singularismo o transhumanismo, de Ray Kurzweil: según Milad Doueihi dice que anteriormente, esta corriente filosófico-científica hablaba de la conciencia de las máquinas, pero que ante la complejidad del desafío, ahora se refieren a la autonomía de los dispositivos.
Milad dice que California, patria de Google y Kurzweil, se cree en politeísmos y en religiones no teístas (budismo y neoanimismos), de comunión con el cosmos y la naturaleza (como la película Avatar); además, tienen creencias eugenésicas, darwinistas sociales y maltusianas.
El singularismo preconiza la selección humana a partir de la selección tecnológica, es decir, la unión del ser humano con la máquina de alta tecnología: la confluencia entre AI e IH (inteligencia artificial y humana) desarrollará la vida eterna y nos llevará a la condición de dioses.
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A.G.- Así es, la simbiosis máquina-hombre como endiosamiento totalmente pelagiano y autorredentivo. Eso ya fue previsto por Jünger, que dedica amplias páginas al tema de la deshumanización antropocéntrica de la técnica y las tecnosociedades.
Dedicaremos más páginas al tema.
Gracias.
Saludos cordiales
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A.G.- Mecanicistas al revés. Así es, Néstor, buena observación.
Gracias
La salvación por la vía del derecho retributivo es esclavitud, la única libertad verdadera nace de la gratuidad de los dones que recibimos del Señor que es el fruto de su naturaleza última buena. Y con ésto se puede uno ir a dormir :-).
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A.G.- Muy cierto, el mecanicismo conduce al determinismo, y este a la desesperación.
La libertad nace del don de Dios.
Gracias.
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A.G.- Es el titanismo. La técnica, esencialmente antropocéntrica, al servicio de la dictadura del relativismo.
Gracias
Muchísimas gracias.
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A.G.- Sí, el Señor es nuestra esperanza, en él permanecemos seguros, libres del mal. Él Reinará.
Gracias.
El primer grupo es soberbio y cree en el progreso y el segundo sentimental y apocalíptico.
Unos no creen en nada y los otros parecen creer en todo.
Pienso que en el episodio del sacrificio del perro Excalibur no habría gente del primer grupo sino del segundo. Los mecanicistas y "cientifistas" serían el grupo dominante y el otro el dominado.
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A.G.- En la New Age son frecuentes las falsas relaciones causa/efecto propias del pensamiento mágico. Si oriento los muebles de una determinada manera, las energías fluyen y me irá bien. Si pongo las manos de una manera determinada a la hora de meditar encauzo el ki o energía cósmicorrespiratoria y me uno a la realidad última. Si uso ciertos cristales, ciertas flores, ciertos inciensos....en ceremonias rituales pseudorientalistas, obtengo otros efectos: canalizo paz universal, etc. Hay un desorden irracional introducido, que altera las relaciones causales lógicas, por otras reacciones pseudocausales, como en la magia. Si hago esto, obtengo lo otro. Si el mecanicismo intenta convertir lo racional en instrumento de dominio autorredentivo, la New Age lo intenta deconstruyéndola, como el zen.
Es un mecanicismo al revés en cuanto que intenta dominar la realidad pero no en base a relaciones causales racionalistas sino irracionales.
El segundo grupo no entiende ni palote el tipo de espiritualidad cristiana y es más difícil conectar con ellos por su extrema irracionalidad. Sin embargo no niegan el componente espiritual del hombre sino que lo infantilizan proyectándolo hacia un dios difuso y cósmico sin enseñanzas ni preceptos. Naturalmente a este segundo grupo la filosofía tampoco le dice nada.
Benedicto XVI insiste mucho en que la fe y la razón van de la mano y así debe de ser porque los dos rechazan la teología y la filosofía.
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A.G.- Coincido con que al que está metido en el mundo New Age, que es esencialmente panteísta, le resulta mucho más difícil conectar con el cristianismo. Ambos, sin embargo, mecanicistas y novaerianos, tienen una visión maquinal del ser humano: unos, visión mecánica, otros, visión organicista, -biomecánica. No hay más que ver la pasión de la New Age por la ciencia ficción, la robotización lúdica, la bioingeniería social y todo tipo de simbiosis máquina/ser humano, como queda reflejado por ej. en la pelicula Avatar. Es la técnica la que permite la fusión entre el ser humano y la naturaleza cósmica. La tecnología al servicio de los sueños panteístas, es uno de los temas preferidos de la postmodernidad. La biotecnología hace posible el sueño novaeriano de la fusión holística con el cosmos.
La diferencia fundamental es el concepto de máquina. Para el mecanicismo moderno, la vida humana es pura mecánica, por eso la vida humana no importa. Para el mecanicismo postmoderno, la vida humana es tan sólo una parte mínima de un organismo global, Gea. Por eso la vida humana no importa.
Técnica y magia son las dos caras de la misma moneda.
Desconocen las virtudes, excepto la justicia distributiva de la que hacen bandera, y niegan el libre albedrío o responsabilidad personal. Han perdido totalmente la capacidad de admiración y de asombro, por eso el ejemplo es despreciado por ellos y atacan con su hipercrítica a los mejores para abajarlos (la famosa presencia del gen altruista para explicar conductas misericordiosas). Como el asombro es la puerta de la filosofía tampoco son buenos en ese campo. Lo que nos deja un panorama desolador.
Dios Nuestro Señor es la puerta de la salvación y de la sabiduría sin Él todo se viene abajo.
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A.G.- Sin duda, sin el Señor, que es el centro de todo, todo se viene abajo.
Como bien dice, el ataque a la civilización (cristiana) es frontal.
El argumento es: "la mecánica cuántica ha mostrado que las bolitas de materia no son la realidad última, por tanto, no hay cosas, sino sólo energía, como enseñan las filosofías orientales".
Por ejemplo:
“Aunque las tradiciones espirituales que he descrito en los últimos cinco capítulos difieren en muchos detalles, su visión del mundo es esencialmente la misma. (…) Estos elementos también parecen ser los rasgos fundamentales de la cosmovisión que emerge de la física moderna. El rasgo más importante del concepto oriental del mundo -casi podría decirse que constituye su esencia- es la consciencia de la unidad e interrelación mutua existente entre todas las cosas y sucesos, la experiencia de todos los fenómenos que tienen lugar en el mundo como manifestaciones de una unidad básica. Todas las cosas son consideradas como partes inseparables de este conjunto cósmico; como diferentes manifestaciones de la misma realidad última. (…) La unidad básica del universo no sólo constituye el rasgo central de la experiencia mística, sino también ha resultado ser una de las más importantes revelaciones de la física moderna. Se hace ya aparente a nivel atómico y se manifiesta cada vez más a medida que profundizamos en la materia dentro del mundo de las partículas subatómicas. La unidad de todas las cosas y sucesos será un tema que se repetirá una vez y otra durante toda esta comparación entre la física moderna y la filosofía oriental. A medida que estudiemos los diversos modelos de la física subatómica veremos que expresan repetidamente, aunque de diferentes maneras, la misma percepción: que los componentes de la materia y los fenómenos básicos que la envuelven están todos interconectados, interrelacionados y son interdependientes, que no pueden entenderse como entidades aisladas, sino sólo como partes integrantes del todo.”(…) “Una hermosa experiencia que tuve hace cinco años me situó en el camino que más adelante me llevaría a escribir este libro. Estaba yo una tarde de verano sentado frente al océano, con el sol ya declinando. Observaba el movimiento de las olas y sentía al mismo tiempo el ritmo de mi respiración, cuando de pronto fui consciente de que todo lo que me rodeaba parecía estar enzarzado en una gigantesca danza cósmica. Como físico, sabía que la arena, las rocas, el agua y el aire que había a mi alrededor estaban formados por vibrantes moléculas y átomos y que estos, a su vez, se componían de partículas que interactuaban unas con otras creando y destruyendo a otras partículas. También sabía que la atmósfera de la Tierra es bombardeada continuamente por una lluvia de "rayos cósmicos", partículas de alta energía que sufren múltiples colisiones al penetrar en la atmósfera. Todo esto me resultaba conocido por mis investigaciones físicas en el campo de la alta energía, pero hasta aquel momento sólo lo había experimentado a través de gráficos, diagramas y teorías matemáticas. Sin embargo, sentado en aquella playa, mis anteriores experiencias cobraron vida; "vi" cascadas de energía que llegaban del espacio exterior, en las que las partículas eran creadas y destruidas siguiendo una pulsación rítmica. "vi" los átomos de los elementos y los de mi cuerpo participando en aquella danza cósmica de energía; sentí su ritmo y "oí" su sonido, y en ese momento supe que aquélla era la Danza de Shiva, el Señor de los Danzantes adorado por los hindúes.”
Saludos cordiales.
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A.G.- Estupenda respuesta e interesantísimo comentario. Gracias, Néstor.
La relación entre el orientalismo, técnica, y ciencia postmoderna, es muy elocuente. A muchos les sorprende.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
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A.G.- Sin duda.
Gracias.
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