Nueva Era: “Revista Fusión”.4.- “Creación y crear”

Serie: Nueva Era

Nueva Era

!AVISO!: lo que van a leer aquí no es producto de una imaginación calenturienta. Es pura, y peligrosa, realidad.

Todo esto se dice para evitar, en lo posible, que personas que desconozcan el fondo de medios de comunicación como, en este caso, la Revista Fusión, puedan caer en la sutil trampa que se tiende para capturar a personas desprevenidas.

Creación y crear

Crear, la Creación (en sí considerada) es algo que subyuga al ser humano. Reconocer que Dios creó al hombre y al universo conocido, o desconocido, nos plantea la situación de considerarnos hijos suyos y, sobre todo, de saber que siempre hemos de agradecer el don de la vida a Quien nos lo dio.

Esto es, digamos, el entendimiento que se tiene de una vida que, en realidad, debemos al Creador y, por tanto, de reconocimiento de algo elemental: nunca podemos ponernos a su nivel porque resulta ridículo y, además, absurdo, querer ocupar su lugar.

¿Qué pasa cuando el ser humano quiere ser, exactamente, como Dios? O sea, ser Dios.

Veamos, antes, nuestra fuente de fe:

El Catecismo de la Iglesia Católica, en su número 282 dice, sobre la Creación, algo que es fundamental para nosotros y que manifiesta una clara diferencia con los presupuestos de la Nueva Era.

Dice, por tanto, que: “La catequesis sobre la Creación reviste una importancia capital. Se refiere a los fundamentos mismos de la vida humana y cristiana: explicita la respuesta de la fe cristiana a la pregunta básica que los hombres de todos los tiempos se han formulado: “¿De dónde venimos?” “¿A dónde vamos?” “¿Cuál es nuestro origen?” “¿Cuál es nuestro fin?” “¿De dónde viene y a dónde va todo lo que existe?” Las dos cuestiones, la del origen y la del fin, son inseparables. Son decisivas para el sentido y la orientación de nuestra vida y nuestro obrar

Dentro de las propuestas “para un mundo diferente”, que es la forma que tienen en la Revista Fusión de manifestar sus grandes ansias de que todo cambie para mal, la que se refiere a la de crear y a la propia Creación, es manifestación clara de la voluntad tergiversadora de la Nueva Era porque lo que dice es, exactamente, lo que se piensa desde tal movimiento maligno.

Crear es, al fin y al cabo, expresión de Dios y todo está ordenado, a partir de tal creación, a Él.

Sin embargo, en la Revista Fusión (que, recordemos, es ejemplo claro de la Nueva Era) creen otra cosa.

Dicen que “A lo largo de la historia hemos podido comprobar cómo los librepensadores, personajes que abrieron nuevos caminos en el mundo de las ideas, han desafiado lo estipulado, se atrevieron a mirar al otro lado y con su reflexión introdujeron nuevos elementos que han cambiado la vida del planeta. Posteriormente, otros les siguieron, se crearon corrientes de pensamiento, y tuvieron lugar las grandes revoluciones

Aquí establecen una posibilidad no de crítica sino de frontal contraposición a la creencia y a la fe cristiana porque no otra cosa es decir que desafían lo estipulado (¿Qué es lo estipulado?: el cristianismo; ¿Qué es mirar al otro lado de Dios y del Bien: pues mirar al Maligno y al Mal)

Además, no se conforman con establecer lo que, para ellos, deben ser buenas ideas sino que, por si no fuera poco lo que dicen (infra lo veremos con más claridad) animan a seguirlas y a crear una revolución que, por supuesto, termine con lo establecido (no por capricho del hombre sino por voluntad de Dios)

Pero es que a Dios quieren parecerse. Y tal es, precisamente, el problema de la Creación y del crear.

Si lo dicho hasta ahora puede parecer grave, lean lo que sigue a continuación porque es la indicación de la aberración que la Nueva Era supone:

Si como hemos visto, el hombre tiene la capacidad de imprimir fuerza a aquello en lo que cree, puede creer lo que quiera y además, hacerlo posible o negar su existencia, ¿no estaríamos hablando del poder de un dios? Entonces, tendríamos que revisar el sentido de la frase tantas veces dicha, de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de su Creador. Si nos adentramos por estos nuevos caminos, ¿qué nos queda por descubrir y experimentar?”

¿Ha quedado claro lo dicho; el sentido de lo dicho y la voluntad que expresa lo dicho?

De un voluntarismo exacerbado (todo lo puedo hacer pues depende, exclusivamente, de mi voluntad) sólo se puede llegar a ser, claro, Dios.

Pero es que, además, con lo que dicen (“del poder de un dios”) se deduce que hay más de uno porque no hablan del poder de Dios. Y esto, a pesar de que pudiera pensarse que, así, respetan al Creador, lo que hacen, es, simplemente, volver a una época politeísta, pagana, ya muy pasada en la historia pues la llegada de Jesucristo, el Mesías, confirmó (por si había dudas o para quien las tuviera) que Dios sólo hay uno: el Creador, el Padre, Dios.

Por si no fuera, eso, ya suficiente, aún hay más.

No conformes con decir tales barbaridades propias de alguien que se siente superior manifiestan la voluntad de la creación misma del hombre, ser humano. De decir que habría que Revisar el sentido de la frase tantas veces dicha, de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de su Creadores síntoma de un alejamiento absoluto de lo religioso cristiano, en concreto católico (pero mucho más: judío e, incluso, musulmán) porque lo que quieren, como ya se ha dicho en otros artículos de esa serie sobre la Nueva Era es, simplemente, terminar con la era cristiana (que lleva aparejada, por tanto, la que pudiera considerarse judía por haber quedado superada por la llegada de Cristo y, también, la musulmana, por haber surgido, se diga lo que se diga, como una contraposición tanto al judaísmo como al cristianismo)

Ni más ni menos que eso es de lo que se trata cuando se habla de posibilidad de crear al mismo nivel de Dios y, claro, superar al cristianismo.

Eleuterio Fernández Guzmán

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