Serie Fundación GRATIS DATE – Año litúrgico patrístico, del P. Manuel Garrido Bonaño O.S.B.

GRATIS DATE

Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forman hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha des estar siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

Espero, por otra parte, que las personas “afectadas” por mi labor no me guarden gran rencor por lo que sea capaz de hacer…

– Año litúrgico patrístico, del P. Manuel Garrido Bonaño O.S.B.

Año litúrgico patrísstico

Es bien cierto que el año litúrgico es un tiempo extenso donde centenares de textos propios de las Sagradas Escrituras son proclamados en las distintas celebraciones que la Iglesia católica lleva a cabo. Por eso es muy bueno que haya, por ejemplo, una colección de libros como los que aquí traemos y que están referidos, precisamente, a los que se establecen para que, cada día, los fieles católicos traigamos a cada momento del mismo, lo que nos conviene conocer y saber.

Pues bien, El P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B, ha hecho un trabajo impagable al recoger, en 7 libros, 7, los citados textos sagrados. Pero, además, para que sea instrumento espiritual válido, ha realizado un pequeño comentario de cada día a lo largo del año de los mismos. En total, casi 700 páginas formato “Fundación Gratis Date”, es decir a doble columna por página, lo cual da una idea de ante qué nos encontramos.

Damos gracias por esto aun a sabiendas de que nunca lo haremos bastante que, además, y atendiendo al propio título de esta “serie” (“patrístico”) tiene mucho de especial.

Así, en el Prólogo de estos libros (primer tomo “Adviento-Navidad” ) dice el autor lo siguiente (p. 3, tomo 1: Adviento-Navidad):

“En la Época anterior al Concilio Vaticano II hubo muchos comentarios al Año Litúrgico, que ayudaban a los fieles a preparar y vivir más profunda e intensamente la celebración litúrgica de cada día, sobre todo la Santa Misa. Se dirigían principalmente a los tiempos fuertes del mismo Año Litúrgico, como Adviento-Epifanía y Cuaresma-Pentecostés, lo mismo que a las fiestas y solemnidades más destacadas.
Bien conocidos son el comentario de Dom Guéranger, que fue el primero; tuvo muchas ediciones y fue traducido a varias lenguas; el del Beato cardenal Schuster, que en Italia tuvo 19 ediciones, y que también fue traducido a muchas lenguas; el de Dom Benito Baur, en Alemania, también con muchas ediciones y traducciones; el de Pius Parsch y el de otros más.

Después de la reforma litúrgica, promovida por el Concilio Vaticano II, no se ha hecho, hasta el momento, ningún trabajo semejante. Solo se han publicado algunos comentarios generales, pero no exposiciones de los textos litúrgico-bíblicos de cada día.

Esta obra que presentamos es la primera y, ciertamente, la única que se hace con textos de los Santos Padres. Esto no se ha hecho ni antes ni después del Concilio Vaticano II.

Hemos querido que a los textos venerables de la liturgia actual, tan rica como nunca se ha visto antes en la multisecular historia de la Iglesia, se unan los testimonios de los Santos Padres, que han enriquecido la doctrina de la Iglesia con una gran variedad temática y de modo fecundo por su profundidad.”

Da, por lo tanto, muchas pistas de cómo son los libros que ha escrito y que nos ofrece como herramienta espiritual de la que muy bien podemos hacer uso como instrumento de formación y de conocimiento, precisamente, de los Santos Padres, aquellos cristianos que en los primeros siglos del cristianismo dejaron escrito mucho de lo mejor que se ha escrito en este tipo de materias.

Hay algo, sin embargo, que en el desarrollo de estos 7 libros es muy importante: los Sacramentarios.

Podemos preguntar qué es eso. Realmente el que esto escribe, dada su ignorancia en muchos de los aspectos más importantes de nuestra fe (es bueno reconocer esto) ha descubierto uno que es, como podemos ver en estos textos, de singular importancia.

Pues bien, el P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B. aclara esto para que muchos vayamos tomando conciencia de lo que significan tales “Sacramentarios”. Dice (pp. 3-4, tomo 1: Adviento-Navidad) que:

“Muchas veces aludimos en esta obra, como fuentes de las oraciones litúrgicas, a los antiguos Sacramentarios de la Liturgia Romana. Damos aquí unos breves datos sobre cada uno de ellos. Puede ser útil a los lectores conocerlos en su uso diario, sea como lectura espiritual o meditación, o sea para guiones homiléticos, que para todo esto puede servir esta obra:

El Sacramentario era un libro litúrgico que contenía los textos que habían de ser recitados por el obispo o por el presbítero en la celebración de la Misa y de los Sacramentos. Los Sacramentarios se reducen fundamentalmente a tres: Veronense o Leoniano, Gelasiano y Gregoriano.

–El Veronense en realidad no fue un Sacramentario, sino una colección de fórmulas litúrgicas sumamente venerables, pues se remontan a los primeros siglos de la Iglesia Romana.

Se llama Veronense porque su único ejemplar se encuentra en la Biblioteca Capitular de Verona (Italia). Y se le llama también Leoniano, porque el que lo descubrió y publicó en el año 1735, José Bianchini, lo atribuyó al Papa San León Magno (+ 461). Esta atribución no es cierta, aunque ese Sacramentario sí podría contener textos compuestos por el mismo San León. Está incompleto. Le faltan los tres primeros meses del año. La fecha del manuscrito que lo contiene está comprendida entre los años 600 y 625, aunque la fecha de composición se remonta a algunos años antes, entre el año 561 al 574.
–El Gelasiano fue publicado por el cardenal Tommasi el año 1680, según un manuscrito del siglo VIII, que se encuentra en la Biblioteca Vaticana y procede de la abadía benedictina de San Dionisio de París. Es un verdadero Sacramentario y se usó como tal. Se le atribuyó al Papa San Gelasio I (+496), pero la fecha de composición pudiera ser el año 750.

Su origen ofrece muchas incógnitas y los eruditos investigan apasionadamente sobre el mismo. Hay muchas recensiones de él: como el de Angulema, San Galo, etc.

–El Gregoriano, atribuido al Papa San Gregorio Magno (+604), es también un verdadero Sacramentario y se utilizó en las celebraciones litúrgicas. Es el más extendido de los tres, pues existen varios grupos de códices del mismo, entre los que sobresale el de Cambrai, de 811-812. Su historia se puede remontar tanto a la primera mitad como a la segunda del siglo VII, aunque también existen otros manuscritos del siglo IX y posteriores. Uno de los más célebres es el de Padua. A este Sacramentario se le añadió en la época carolingia un Suplemento, redactado por San Benito de Aniano, según la opinión más segura.
De todos estos Sacramentarios hay ediciones modernas realizadas por el benemérito benedictino de María Lach, Dom C. L. Molhberg.

A veces aludo también, aunque muy pocas, a la liturgia ambrosiana (ss. IV-V), a la antigua liturgia hispana (s. VII), conocida también con el nombre de mozárabe, al sacramentario de Bérgamo (s. X) y a otras fuentes litúrgicas.”

Contenido de los libros

Como es fácil imaginar y más fácil, aun, darse cuenta, no puede traerse aquí, siquiera, un resumen de las casi 700 paginas de estos libros. No se puede, en primer lugar, porque el contenido es fabuloso y se haría de menos a lo que no pudiera aparecer; en segundo lugar porque no habría espacio suficiente como para plasmar lo más importante que, además, podemos decir que es, sencillamente, todo.

Decimos, sin embargo, que en determinados tiempos llamados “fuertes” como, por ejemplo, Adviento, Navidad o Cuaresma además de dedicar el espacio correspondiente a cada día del año en tal tiempo determinado nos hace una introducción de cada uno de los citados tiempos que nos sirve, además de para formarnos sobre los mismos para ponernos en detalle de lo que luego viene a continuación.

Así, por ejemplo, en lo referido al Adviento (p. 5, tomo 1: Adviento-Navidad):

“Adviento es el tiempo litúrgico de preparación para la Navidad. Sus orígenes son muy inciertos. Según algunos autores, parece que el Adviento en la liturgia romana se remonta al siglo IV, aunque según nuestra opinión , esto es muy poco probable. En otros lugares, como en España, parece que estaba unido a la preparación de los catecúmenos que habían de recibir el Bautismo en la solemnidad de la Epifanía.

En el siglo V hallamos las oraciones preparatorias para la fiesta de Navidad en el Rótulus de Rávena, que, se cree estuvo inspirado en los escritos de San Pedro Crisólogo. Es dato cierto que en el siglo VI el Adviento tenía la misma estructura que la nuestra actual, con cuatro semanas antes de Navidad, aunque la cuarta es incompleta según los años. Los días del 17 al 24 se celebran con especialísima importancia; el día 17 comienzan en Vísperas, como antífonas para el Magníficat, las llamadas «antífonas mayores» o ‘antífonas ¡O!’, pues todas comienzan por esa exclamación latina. Tendremos ocasión de exponerlo en esos días.”

O a lo referido a la Navidad (p. 61, tomo 1: Adviento-Navidad).

En un principio Navidad y Epifanía constituían una sola celebración con una solo objeto: la Encarnación del Verbo divino en las purísimas entrañas de la Virgen María. El nacimiento se celebraba en Oriente el 6 de enero y en Occidente el 25 de diciembre. Consta que hacia la mitad del siglo IV se celebraba en Roma la solemnidad del Nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, escogido para contrarrestar la fiesta pagana del Sol Invicto.

Luego se determinó celebrar dos fiestas diferentes: una para el Nacimiento de Cristo y otra para su Epifanía o Manifestación: Reyes Magos, Bautismo y el primer milagro en las bodas de Caná.
Sentido teológico

Todo el misterio de la salvación se funda en el Nacimiento de Cristo según la carne en Belén de Judá. San Agustín y San León Magno han dado el sentido teológico y espiritual de esta solemnidad en sus sermones, como nosotros lo expondremos más adelante al tratar el sentido litúrgico de la misma.”

Y, por último, en lo tocante a la Cuaresma (p. 3, tomo 2, Cuaresma):

“La Cuaresma es el período litúrgico que prepara a los cristianos para la celebración de las fiestas de la Pascua. Tenía lugar esta preparación, en un principio, solo desde el Viernes Santo a la Vigilia Pascual: ‘dies in quibus est ablatus Sponsus’ (los días en que se nos quitó el Esposo) Luego se alargó a una semana y más tarde algo más.

Como tiempo litúrgico normal, la Cuaresma comienza en el siglo IV, en toda la Iglesia, sin que precediera para ello una orden o mandato especial. Ya en ese período se tenía en cuenta de modo especial a los catecúmenos, que habían de recibir el bautismo en la Vigilia Pascual, y a los penitentes, que serían reconciliados el Jueves Santo por la mañana.

La Sacrosanctum Concilium del Vaticano II dice a este respecto:
‘Puesto que el tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la palabra de Dios y a la oración, para que celebren el misterio pascual, sobre todo mediante el recuerdo o la preparación del bautismo y mediante la penitencia, dese particular relieve en la liturgia y en la catequesis litúrgica al doble carácter de este tiempo’ (nº 109)

En este tiempo, según las normas de la Iglesia, pueden realizarse diversos ejercicios, o bien paralitúrgicos o bien piadosos, como el Via crucis, a los que el pueblo fiel está muy sensibilizado.

En un principio la Cuaresma comenzaba con el primer Domingo de ese período litúrgico. Luego, como en los domingos no se ayunaba, se añadieron unos días más, y así surgió el Miércoles de Ceniza, en el que se imponía la ceniza y el sayal a los penitentes públicos; después esta costumbre se extendió a todos.

Con motivo de la reforma litúrgica del Vaticano II, se pretendió suprimir la celebración del Miércoles de Ceniza y comenzar la Cuaresma por el Domingo, dejando al criterio de los sacerdotes el imponer la ceniza a los fieles el lunes siguiente.

Pero Pablo VI decidió que se mantuviese la disciplina tradicional del Miércoles de Ceniza, y él daba ejemplo recibiendo todos los años devotísimamente la ceniza en su cabeza. Los Pontífices siguientes han continuado con esa misma práctica.”

Podemos ver, por tanto, que cada uno de los momentos cruciales del tiempo litúrgico tiene su propio texto que nos sirve para atenernos a lo que luego va a venir: día a día, ciclos (A, B y C) que correspondan con su correspondiente comentario.

Y, como es de esperar en una labor tan profunda como la que ha hecho el P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B., también se refieren ciertas festividades significativas como, por ejemplo, las celebraciones de San Esteban, San Juan Evangelista, los Santos Inocentes o la correspondiente (1 de enero) a Santa María, Madre de Dios, a la Epifanía del Señor o el Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo y, cómo no, la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) junto a otros momentos importantes del Año litúrgico como son, por ejemplo, la Asunción de la Virgen María, la festividad de Todos los Santos o la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.

En fin… no podemos decir que sea poco lo que nos ofrece el P. Manuel Garrido en estos sus libros que son, también, nuestros. Y es que un trabajo tan pormenorizado como el que nos presenta en su “Año litúrgico patrístico” bien vale la pena ser tenido en cuenta y atendido como merece pues, además, no es necesario leerse de la primera a la última página como si se tratase de una novela u otro tipo de obra literaria sino que día a día, cada momento cuando corresponda, se toma el libro que corresponde al tiempo en el que nos encontremos y se lee lo que haya que leer ese día.

Ya sé que esto es una obviedad pero vale la pena decirlo para que nadie se pueda sentir agobiado, así de primeras, a la vista de los tomos que nos presenta la Fundación Gratis Date sobre los textos correspondientes al Año litúrgico que es, como poco, de lo mejor que podamos llevarnos al corazón pues en ellos está el Creador a través de la inspiración que provoca en los mejores de sus hijos.

Y nosotros estamos aquí, permítasenos decir esto, para aprovecharnos de tan gran esfuerzo. Y para dar gracias también, claro.

Gracias, pues, sean dadas al P. Manuel Garrido Bonaño, O.S.B. por el trabajo hecho y a quien ha hecho posible su publicación, por el favor que nos ha hecho a los pequeños en la fe y, a mí me parece que también a los mayores en la creencia pues siempre pueden conocer algo mejor lo que creen.

Eleuterio Fernández Guzmán

Ha salido el recopilatorio de “El Pensador”

El Pensador

Adquisiciones: [email protected]

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Cada día tiene su afán y se sustenta en la Palabra de Dios.

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