Eppur si muove - ¿Y si se rehabilita a la Teología de la Liberación?

Como consecuencia de la elección del Arzobispo de Buenos Aires como Vicario de Cristo con el nombre de Francisco, las cosas parece que están cambiando en el seno de la Iglesia católica.

Como era de esperar tenía que llegar el turno de la Teología de la Liberación pues, como es sabido, es una de las realidades espirituales que, desde que surgió, ha sido marginada por la jerarquía católica y se ha procurado su silenciamiento por parte de quien puede hacer eso.

En realidad, la TL no busca nada extraño en el mundo espiritual católico. El caso es que si eso es así podemos preguntarnos, en efecto si debemos rehabilitar a la misma para bien de la humanidad toda, de los pobres de sus muchas precariedades.

¡Qué bien está acogerse a la bondad ajena para que se nos perdonen nuestros errores!

Lo que aquí pasa es que aprovechando que el Tíber pasa por Roma (entiéndase Tíber por el libro titulado “De parte del Pobre. De la Teología de Liberación”, que, por cierto es de 2004 en su edición alemana y ahora ha sido presentado en Italia) y que hace unos días el Osservatore Romano hizo, digamos, “propaganda” del mismo (nada extraño que lo hiciera Ugo Sartorio pues es el director de Il Messaggero di Sant’Antonio a la sazón publicación vinculada a la editorial Edizione Messaggero Pavoda, que es, a su vez, coeditora de la traducción italiana de tal obra) y que ha dado alas a los defensores de la Teología de la Liberación.

Algunos creen que ha llegado la hora de que la tal Teología sea, digamos, “liberada” de la pesada carga que su propio decir y hacer ha hecho recaer sobre los teólogos que la defiende y sobre los creyentes que están de acuerdo con ella. Ahora o nunca, deben haber pensado, que siendo Papa un sudamericano, será el momento de que la espada de Damocles que está sobre la cabeza de tal teología, sea apartada de tan insigne testa.

Al parecer, quieren que sea, por eso mismo, “rehabilitada” porque creen que se desmejoró su ser y se oscureció su existencia. Y eso no es nada extraño porque su proceder, sostenido por una ideología perversa (la marxista), caduca y provocadora de un genocidio no pequeño, ha sido el que ha sido, es el que es y será, hasta cuando Dios quiera (a no ser que no quiere, también, el hombre) lo que sea. Sin embargo, nada bueno es tal como es.

Y esto no lo dice el que esto escribe, el cual, por cierto, ve imposible la rehabilitación de la Teología de la Liberación y le procuraría un entierro digno en el baúl de la historia, enterrando, también, el mismo baúl pero en un lugar hondo, muy hondo. Eso lo ha dicho la Iglesia católica en varias ocasiones.

Así, mediante dos instrucciones, a saber:

1. “Instrucción Libertatis nuntius sobre algunos aspectos de la teología de la liberación”.

2. “Instrucción Libertatis conscientia sobre la libertad cristiana y liberación” (Congregación para la Doctrina de la Fe, 22 de marzo de 1986).

En ellas todo lo que se lee es meridianamente claro, diáfano, ejemplo de lo que ha de ser y de lo que no ha de ser. Es más, hasta las mismas son vinculantes para un católico o, lo que es lo mismo, que, como se dice, lo que dicen “va a misa”, pero a una misa ortodoxa y no heterodoxa, imaginativa o torcida.

Decimos, además, que en lo tales documentos se presenta una, digamos, Teología de la Liberación puramente católica. Y esto quiere decir que se la desvincula de una ideología política como es la marxista y lo que supone la llamada “lucha de clases”. Así, por ejemplo, en el segundo documento (del año 1986) se dice, en su punto 99 (de título clarificador: “Dimensión de una auténtica liberación”) se dice esto:

“El sentido de la fe percibe toda la profundidad de la liberación realizada por el Redentor. Cristo nos ha liberado del más radical de los males, el pecado y el poder de la muerte, para devolvernos la auténtica libertad y para mostrarnos su camino. Este ha sido trazado por el mandamiento supremo, que es el mandamiento del amor.

La liberación, en su primordial significación que es soteriológica, se prolonga de este modo en tarea liberadora y exigencia ética. En este contexto se sitúa la doctrina social de la Iglesia que ilumina la praxis a nivel de la sociedad.

El cristiano está llamado a actuar según la verdad 144 y a trabajar así en la instauración de esta ‘civilización del amor’, de la que habló Pablo VI. 145 El presente documento, sin pretender ser completo, ha indicado algunas de las direcciones en las que es urgente llevar a cabo reformas en profundidad. La tarea prioritaria, que condiciona el logro de todas las demás, es de orden educativo. El amor que guía el compromiso debe, ya desde ahora, generar nuevas solidaridades. Todos los hombres de buena voluntad están convocados a estas tareas, que se imponen de una manera apremiante a la conciencia cristiana.

La verdad del misterio de salvación actúa en el hoy de la historia para conducirla a la humanidad rescatada hacia la perfección del Reino, que da su verdadero sentido a los necesarios esfuerzos de liberación de orden económico, social y político, impidiéndoles caer en nuevas servidumbres.”

Y eso sí es liberación. La otra, la política… para los teólogos políticos que no saben que hay separación entre la Iglesia, su doctrina, y el Estado y que ha de prevalecer, por ser superior a la ley humana, la norma divina.

Por cierto, si quieren “rehabilitación” saben perfectamente lo que tiene que hacer: se llama conversión o, si tuvieran fe católica, confesión de fe aunque eso, claro, a lo mejor es pedir demasiado.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Estar a bien con Dios no es muy difícil. Lo dificultoso es querer estarlo.

Y, ahora, el artículo de hoy.

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5 comentarios

  
Leonardo
Creo que la Iglesia se debe una profunda revisión de lo que significa hacer Teología. Me parece que se ha hecho "la carrerita teológica", en la cual la discrepancia, la reinterpretación, la dudología sistemática, han causado destrozos. Notorias figuras han escrito libracos que no están al servicio ni del Magisterio, a quienes bombardea, ni de la Cristiandad, en la cual siembra dudas, por lo menos.


Antiguamente tal vez los libracos circulasen solo en los claustros, pero hoy llegan a todos a través de las librerías católicas, donde son recibidos como reflexiones legítimas, auténticas, libres de error, orientadoras. Y cuando no lo son? Y cuando se dice diez años después que no lo son, pero ya todo el mundo conoce los escritos y cree que lo son? Puede la mente humana decir: este conocimiento que he recibido, ahora lo borro, porque parece que no era doctrinariamente correcto. Desde luego que no!






13/09/13 3:52 AM
  
DavidQ
Construyendo sobre lo que dice Leonardo:

Yo también creo que hay que revisar lo que significa hacer teología. Por demasiado tiempo han habido demasiadas personas dedicadas a escribir esdrújulos, creyendo que las citas en griego los acercan más a Dios, mientras en la calle hay alguien que no entiende de la Misa la mitad pero que sabe más de Dios que los "sabios y entendidos".

Y no digo que todos debamos ponernos en la labor de salir a hacer pintas a la calle sino que como dijo el Señor: "Hay que hacer esto sin descuidar aquéllo".

El problema es que los liberacionistas radicales se cansan de esperar a que el "teólogo" se baje de su nube, mientras el "teólogo" se escandaliza de que alguien diga "Jesús" sin lavarse los dientes.

La verdadera teología, creo yo, está viva. No es bandera revolucionaria ni letra muerta, es guía para el diario vivir. Si algún problema tenemos hoy en el mundo, es porque hemos extirpado a Dios de nuestra existencia, lo hemos encerrado en los libros y lo tenemos metido en un escaparate donde no haga daño.
13/09/13 8:04 AM
  
abuelajuana
Es verdad, que Cristo nos libera y para saber eso basta que tengamos fé y leamos el evangelio, ademas de estudiar la doctrina de la Iglesia.

El problema es que los teologos de la Liberación que yo conozco se dan vueltas en los conceptos caducos de un marxismo en el que ya ni los comunistas creen y ademas aseguran ser ellos los únicos dueños de la Liberación cristiana.

Supongo que no debemos permitir que los llamados teologos de la liberación se adueñen del concepto Libertad de los Hijos de Dios.
14/09/13 11:55 AM
  
JAIME ENRÍQUEZ SANSÓN
Interesantes los planteamienos de Eleuterio. Sin embargo, su conclusión tajante, condena sin oir como si pretendiera ser dueño absoluto de la fe verdadera. "o, si tuvieran fe católica, confesión de fe aunque eso, claro, a lo mejor es pedir demasiado", es una afirmación que en nada atrae, que juzga ("No he venido a juzgar sino a salvar"), que cierra el paso, que obstruye el diálogo. Las posiciones tipo Inquisición están muy lejos del amor. Del "charitas" cristiano de I Jn. 4,8 y de I Cor. 13. Y, por lo mismo, de la liberación.

14/09/13 1:28 PM
  
Alicia
Desde América Latina, la Teología de la Liberación no necesita "rehabilitación": siempre ha estado viva, en la "opción preferencial por los pobres".

La T.L. tiene su fudamento bíblico en el Exodo, es lamentable que se mencione sólo la ideología marxista para definirla,una muy pobre reflexión, trillada y fantasmal...que también tiene una explicación, pero que llevaría mucho tiempo expresarla aqui.

Dice Gustavo Gutiérrez: "La teología de la liberación nació en la segunda mitad de la década de los 60, que no eran años cómodos. Era el tiempo de la matanza de Tlatelolco en México, de la dictadura militar de Brasil, del gobierno militar de Onganía en Argentina.
La teología de la liberación siempre trató de despertar la conciencia sobre los problemas.Y no se trata de una práctica abstracta, sino concreta. Si fuera abstracta, no habrían matado a todos los que mataron en América Latina, como el arzobispo Romero en El Salvador y monseñor Angelelli en Argentina. Su propia labor pastoral resultaba riesgosa para los poderosos".

Una larga lista de mártires y profetas son ejemplo de compromiso...¿no será ese ejemplo de "dar la vida" el que "molesta"? : Mons. Angelelli, Mons. Romero, los padres palotinos, las monjas francesas, laicos y muchos otros mas, ninguno de ellos personas que apoyaran la violencia... a ellos se suman los profetas de ayer y de hoy: Gustavo Gutierrez, Pedro Casaldáliga, Leonardo Boff,Mons. Jorge Novak, Mons. Jaime de Nevares, Helder Cámara...y tantos otros.

El sujeto de la Teología de la Liberación son los pobres: “La pobreza significa, en última instancia, muerte. Carencia de alimento y de techo,imposibilidad de atender debidamente a necesidades de salud y educación,explotación del trabajo, desempleo permanente, falta de respeto a la dignidad humana e injustas limitaciones a la libertad personal en los campos de la expresión, política y religiosa, sufrimiento diario…” G.G.

Es probable que Europa indignada y oprimida por los poderosos de un sistema corrupto, asuma desde la Teologia de la Liberación, un Dios que "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes..."
15/10/13 7:25 AM

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