La aspirina y el Quinto mandamiento

El ya célebre ejemplo moral del papa a propósito del uso de un preservativo por parte de un prostituto como primer paso de responsabilidad, tan traído y tan llevado, ha generado una enconada discusión, más entre los católicos que entre los no católicos. Se trata de un tema de teología moral en exceso complejo, tratándose de una entrevista. Durante una semana en este portal se ha hablado de él en casi todas las bitácoras y se han aportado docenas de argumentos y matizaciones morales y teológicas.

Obviamente, estoy muy lejos de tener conocimiento suficiente de teología moral para opinar sobre esta cuestión, máxime tras el artículo publicado por el padre Iraburu en su bitácora “reforma o apostasía”, que hace una recapitulación muy sólida de la enseñanza católica sobre ese supuesto concreto del que habla el papa.

Sí creo poder hacer dos puntualizaciones, basadas enteramente al hecho biológico acerca del cual se plantea el trasfondo moral, y es que he detectado que muchos opinantes han hablado de “anticonceptivos” y de “enfermedad mortal” de forma inexacta para extraer conclusiones. Me voy a permitir realizar unas breves matizaciones técnicas para que se pueda situar mejor ese plano del debate

1) Anticonceptivos. Es imperativo que tengamos en cuenta que hemos de emplear este término como adjetivo, y no como sustantivo. Es decir, que un método u objeto puede poseer propiedades anticonceptivas (impedir la unión natural de los gametos masculino y femenino), de forma que ello no obste para que posea otros efectos fisiológicos, o incluso que pueda ser anticonceptivo en unas situaciones, y en otras no.
Es conocida la anécdota de la madre que recomendaba a su hija el empleo de la aspirina como eficaz anticonceptivo: bastaba con sujetar uno de sus comprimidos entre las rodillas toda la noche, para que no se produjera la fecundación en ningún caso.
Por ello, no hay que sufrir confusiones, existen muchos medios que pueden dificultar o impedir la concepción. Algunos fármacos hormonales (como las combinaciones de estrógenos y progestágenos en las proporciones adecuadas, o ciertos medicamentos quimioterápicos) pueden impedir la ovulación o la anidación del embrión, o provocar la esterilidad masculina. Sin embargo, el motivo por el que se administran puede ser muy variado: puede tratarse de regular un ciclo desordenado, modificar la secreción hormonal en enfermedades donde se halle alterada, tratar un cáncer hormonosensible o incluso permitir el crecimiento del pelo en un varón alopécico. Y naturalmente, se pueden dar exclusiva y únicamente para evitar la concepción. Sólo en este último caso podemos afirmar con seguridad que se trata de algo moralmente ilícito; en los anteriores, habrá que hacer una valoración individualizada, pues lo que cuenta en estos casos es la intención con que se emplea ese objeto.
En cambio, en el caso de intervenciones quirúrgicas como la vasectomía y la ligadura de trompas, la intención anticonceptiva es única. La misma calificación se aplicaría a los dispositivos intrauterinos mecánicos.

Por último, existen los “métodos barrera”, que impiden físicamente la unión de gametos de ambos sexos (empleados en el coito, y no en relaciones contra natura, obviamente). Son conocidos desde antiguo, y hay testimonio del empleo de preservativos masculinos (condón) rudimentarios con vejiga de animal, o de preservativos femeninos (diafragma) con lana u otros materiales flexibles empapados en pomada sellante, desde antes de nuestra era. Al impedir la unión de gametos y de fluidos genitales, los métodos barrera (mucho más el preservativo que el diafragma) tienen otro efecto, cual es la de impedir la transmisión de enfermedades sexuales. Este efecto es totalmente independiente, desde un punto de vista moral, de su acción como anticonceptivos. Toda medida sanitaria destinada a evitar la propagación de enfermedades es, a priori, lícita. El problema, pues, reside no en la moralidad de su efecto sanitario, sino en que este interfiere con el acto reproductivo, sí sujeto a calificación moral. Porque hay enfermedades que se asocian a un acto moral, cual es el sexual. Y es moral primordialmente por la indispensable función de transmisión de la vida que la naturaleza la ha dotado. Y aquí entramos en la segunda puntualización que querría realizar.

2) Las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Todas ellas, por su medio de transmisión, son infecciones con agentes vectores. De hecho, se trata de infecciones muy diferentes (virus, bacterias, hongos, e incluso parásitos), con curso diverso y secuelas distintas; más aún, algunas de ellas se pueden transmitir también por otras vías. Somos los médicos los que las convertimos en un grupo falsamente homogéneo al ponerles el adjetivo de venéreas o ETS, ya que atendemos a su forma de transmisión como su principal característica. Algo muy práctico en la clínica, pero que conceptualmente puede inducir a error.
Sífilis, gonorrea, chancroide, hepatitis B, granulomas, herpes genital, tricomoniasis, molusco contagioso, sarna, incluso piojos. Muchas de ellas son conocidas desde hace tiempo; algunas, como la sífilis, han matado a millones de personas a lo largo de la historia. Otras, han sido simples molestias que el organismo puede vencer con pocas dificultades de forma natural. Actualmente todas ellas, salvo la hepatitis B, tienen tratamiento curativo satisfactorio. ¿Nos plantearíamos la licitud moral del uso de un preservativo en un coito para evitar el contagio de la gonorrea, sabiendo que con una cefalosporina, o incluso sin tratamiento, la curaremos sin problemas?
El problema aparece en los años de 1980 con el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA), causado por el retrovirus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la gran plaga del siglo XX (en los países ricos, claro). Este agente provocaba una afectación grave de las defensas del huésped (inmunodeficiencia), que le causaba la muerte en poco tiempo al exponerlo a cualquier infección o tumor frente a los que el paciente estaba indefenso. Tras el fracaso de las terapias convencionales, los afectados morían a miles, hasta que se consiguieron desarrollar tratamientos combinados muy agresivos y con secuelas (un cóctel conocido como TARGA por sus iniciales), que han logrado frenar la reproducción del VIH en el organismo humano, hasta convertir la grave enfermedad que causaba la muerte indefectiblemente en una enfermedad crónica, similar en su evolución patocrónica al virus de la hepatitis B, también venéreo.

El SIDA, por afectar sobre todo a promiscuos (tanto homosexuales como heterosexuales), es algo más que una simple enfermedad. Se ha convertido en todo un símbolo y lucha de la mentalidad liberacionista sexual, que ve la enfermedad como un enemigo del sexo postmoderno; como el resto de ETS, el VIH no afecta a parejas sexuales estables (o sea, que conserven la castidad fuera del matrimonio). Esa diferencia, diríase confrontación, entre el matrimonio tradicional cristiano y las nuevas formas de sexualidad indiscriminada, que escenifica de forma tan palpable el VIH (como lo hicieron en el pasado otras ETS, ahora curables) hace saltar esta infección de un plano puramente médico a otro podríamos decir ideológico, e incluso de cosmovisión sobre la sexualidad. No conocemos ningún día internacional contra la hepatitis B, con lacito incluido, pese a que es un virus que, con sus distintas secuelas, tiene una historia natural muy similar.

Para terminar, creo obligatorio entrar a valorar otro concepto muy discutible, empleado habitualmente por los moralistas, y que se deduce de lo anteriormente expuesto: el de enfermedad mortal. Es fundamental comprender qué quiere decir, ya que se supone que transmitir o provocar una de ellas va contra el quinto mandamiento. Un médico cínico diría que una enfermedad mortal es aquella que provoca la muerte del paciente. En ese sentido, todos terminaremos por tener una enfermedad mortal. De hecho, esa definición, como ente patológico, no existe en medicina: un catarro puede acabar con la vida de una persona muy debilitada, mientras un afortunado puede curarse de una hemorragia cerebral. Podemos afirmar con seguridad que provocar una enfermedad, cualquier enfermedad, a otra persona, siempre es éticamente malo. No obstante, ya hemos visto como es perfectamente posible que para obtener un bien clínico, empleemos medios o fármacos que puedan provocar un efecto patológico. Bastará al lector tomar el prospecto de cualquier medicamento de su botiquín y leer el apartado “efectos adversos o “secundarios”. Por tanto, no es tan simple aplicar bondades o maldades a los tratamientos higiénicos o médicos. Todos ellos son potencialmente perjudiciales, y por tanto se trata más bien de pesar en una balanza los beneficios frente a los riesgos, y tomar la decisión correcta. El SIDA se ha convertido en una enfermedad tratable, aunque no curable, y la expectativa de vida (un término que se emplea cada vez más en clínica para valorar los efectos de un tratamiento) de los pacientes afectos de VIH se ha ido alargando hasta niveles que, sin ser similares a los que tendrían esos mismos pacientes sin esa enfermedad, se acercan cada vez más.

Naturalmente, esto depende del tratamiento y cuidados médicos que se apliquen. En Occidente, con la terapia combinada (habitualmente financiada por la seguridad social), seguimiento médico regular y medios sanitarios adecuados al alcance de la mano, la infección por VIH no puede ser calificada de enfermedad mortal (no más mortal que la diabetes). En cambio, en África, sin medicamentos (o carísimos), con el médico más próximo a 50 kilómetros, sin medios de ningún tipo, y sin más consuelo que una aspirina (sí, la anticonceptiva de la abuela) para paliar los síntomas, se convierte en una enfermedad mortal… mortal como el paludismo, la malaria, la tuberculosis y tantas otras enfermedades tratables en los países ricos, y que producen la muerte en los pobres.

Vale la pena que reflexionemos todos sobre este aspecto de las palabras de Benedicto XVI. Algún día (esperemos que no lejano), se obtendrá una vacuna para el VIH, y los tratamientos curativos progresarán hasta hacerla curable, o al menos intrascendente para nuestra expectativa y calidad de vida. No convirtamos, por mor de una cierta “cultura del sexo y el SIDA” a una simple enfermedad en lo que no es, ni sucumbamos a la tentación de adecuar nuestra moral sobre el coito y la donación de la vida, a una contingencia puramente contemporánea.
Más bien cambiemos esa contingencia. Desde el punto moral, recordando una verdad médica evidente: si no hay promiscuidad sexual, no existen las enfermedades de transmisión sexual. Así de simple. Y desde el punto de vista humano: el SIDA mata en África porque cualquier enfermedad mata en África. Y eso no es culpa de la Humanae Vitae, ni de una entrevista en el Vaticano. Eso es culpa de muchos factores, pero principalmente la desigualdad, la miseria y la injusticia en África, y el egoísmo y la explotación de Occidente.

Cristo no nos envió a hacer campañas sanitarias a fornicadores, sino a convertirnos y cambiar nuestro corazón, y a resultas de ello, cambiar el mundo.

Una mujer enferma de flujo hemorrágico desde hacía doce años, que había sufrido mucho, y había gastado su hacienda con muchos médicos, no había obtenido mejoría alguna, antes bien, había empeorado. Habiendo oído hablar de Jesús, se llegó a él por entre la multitud y le tocó el manto, pues ella se había dicho a sí misma “si logro tocar aunque sólo sea su vestido, quedaré sana”. En efecto, al instante, la fuente por la que perdía sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su enfermedad.
Mc 5, 25-29



_
Se permite la reproducción (inmodificada) parcial o total de este artículo, siempre que se haga de forma libre (lo que gratis recibisteis, gratis dadlo) y se haga constar el nombre del autor, la bitácora y el portal que lo aloja.

27 comentarios

  
Guillermo Juan Morado
Qué original el post. Da una perspectiva diferente! Ayuda a pensar.
27/11/10 10:05 PM
  
Martin Ellingham
Me llegó una carta. Vale la analogía, me parece.

Saludos.


Sr. Asesino:

En nombre de la «Asociación de Teólogos Malminoristas», me dirijo a Usted a fin de recordarle que los católicos, en virtud del quinto Mandamiento de la Ley de Dios, no deben matar a seres humanos inocentes, ni siquiera por precio o promesa remuneratoria.

Ahora bien, dado que no muestra Usted signos de querer abandonar su lucrativa profesión, los teólogos malminoristas, conscientes de los «signos de los tiempos», y profundamente interpelados por las circunstancias de nuestra profesión, nos permitimos hacerle las siguientes «sugerencias pastorales»:

1ª. Procure tomar clases de tiro al blanco. Logrará maximizar la ecuación costo-beneficio, y podrá liquidar a su víctima con poco gasto de munición.

2ª. Utilice una mira telescópica de calidad. Le facilitará su tarea de francotirador y podrá terminar el trabajo con un disparo certero.

3ª. Apunte siempre a la cabeza, para proporcionar a su víctima una muerte rápida e indolora

4ª. Es muy recomendable que emplee silenciador, para disparar sin ruidos molestos para la vecindad y eludir el accionar de las fuerzas de seguridad.

Asimismo, cumplo en hacerle saber que en la asociación que tengo el alto honor de presidir, coincidimos en que un «ejercicio responsable» de la profesión homicida, que no descuide reducir las consecuencias nocivas o inútiles derivadas del acto de matar, puede ser un síntoma positivo, que nos permite augurar su futura conversión.

Sin más, lo saluda cordialmente


Progresaurio Jeremías Bentham.
Presidente de la Asociación de Teólogos Malminoristas.

27/11/10 10:22 PM
  
Norberto
Clásico aserto médico: La diferencia entre curación y envenenamiento está en la dosis.

Una media dosis de antibiótico refuerza la infección, eso ocurría en el Ecuador de los años ´90 por falta de dinero para comprar la dosis completa, y la gente infectada moría, hablo de infecciones comunes y corrientes.
28/11/10 12:02 AM
  
Ano-nimo
A ver, el Papa no ha dicho que el uso del preservativo sea favorecedor de nada. Lo que ha dicho es que cuando un mercenario del sexo que tiene Sida lo utiliza pensando en prevenir el contagio al otro, puede ser un atisbo, una señal de que tiene un mínimo de conciencia, y eso más adelante le podría llevar a una conversión. No ha dicho que su uso sea bueno, no ha dicho que se tiene que utilizar, creo que ha hablado como pastor que trata de encontrar algo, por mínimo que sea, que puede ayudar a salvar a la persona en una situación donde la conciencia moral brilla por su ausencia; es una cuestión de esperanza. Y realmente todo esto me recuerda al capítulo de la Biblia cuando Dios le dice a Lot que encuentre a algún hombre justo...bueno, pues si fuera Benedicto XVI, pediría una oportunidad para esa gente, estoy convencida y además, estoy de acuerdo.

Desde luego que lo primero es cambiar los corazones, para que acaben las fornicaciones y por supuesto las condiciones que hacen que la mortalidad en Africa sea tan elevada.

Un cordial saludo.

----------------------

LA

Ya he cambiado "favorecedor" por "primer paso".
A tus órdenes.
Creo que te voy a nombrar mi particular "abadesa" SPH

un cordial saludo
28/11/10 12:06 AM
  
Luis I. Amorós
En términos más serios, Ana, estoy de acuerdo contigo (¿y qué cristiano no lo estaría?) en dar una no, setenta veces siete oportunidades a la oveja perdida para volver al redil.
Otro asunto es si una "seguridad higiénica" (no tan segura, a la postre), no puede suponer más bien un aliciente a seguir por el camino del mal, en vez de una disuasión para escoger el bien.
28/11/10 12:16 AM
  
Guillermo Juan Morado
A ver, el Papa no ha dicho que el uso del preservativo sea favorecedor de nada. Lo que ha dicho es que cuando un mercenario del sexo que tiene Sida lo utiliza pensando en prevenir el contagio al otro, puede ser un atisbo, una señal de que tiene un mínimo de conciencia, y eso más adelante le podría llevar a una conversión. No ha dicho que su uso sea bueno, no ha dicho que se tiene que utilizar, creo que ha hablado como pastor que trata de encontrar algo, por mínimo que sea, que puede ayudar a salvar a la persona en una situación donde la conciencia moral brilla por su ausencia; es una cuestión de esperanza.

____

Esto es lo que ha dicho el Papa. Sí. Es esto.

Que, en parecidos casos, en lugar de ser un primer paso hacia el bien sea un aliciente para el mal, eso es posible, sí.
28/11/10 12:21 AM
  
Guillermo Juan Morado
Y desde el punto de vista humano: el SIDA mata en África porque cualquier enfermedad mata en África. Y eso no es culpa de la Humanae Vitae, ni de una entrevista en el Vaticano. Eso es culpa de muchos factores, pero principalmente la desigualdad, la miseria y la injusticia en África, y el egoísmo y la explotación de Occidente.

__________

Aplausos... Ya es hora de que se diga así de claro.
28/11/10 12:25 AM
  
María
El hombre a diferencia de los animales, está llamado a ordenar su actividad sexual con la INTELIGENCIA, y esto ya sabemos que no resulta fácil, porque como seres imperfectos que somos, las apetencias del hombre estan desordenadas y tienden a violentar al espíritu y engañarlo.
La inteligencia del hombre gobierna este instinto sexual y en general toda las pasiones( de una manera indirecta).
Pero la sociedad en que vivimos, ha trivializado las dimensiones de la sexualidad, hasta tratarla ,como un artículo de consumo más, por eso la Doctrina de la Iglesia, no se entiende bien ni se aprecia.......y esto tiene evidentemente su Coste.
Trivializar la sexualidad, lleva consigo inmediatamente a trivializar el Amor (una de las palabra más maltratadas del vocaulario actual ).
Vale la pena que nos demos cuenta del engaño, que está detrás de esta oferta permanente de nuestra sociedad.
Por eso, hemos de proteger, los resortes de la propia intimidad y SOBRE TODO , debemos tener presente LO QUE NOS JUGAMOS.
Con la sexualidad está en juego el poder Amar y con eso la Felicidad humana.
Y si en vez de trivializar se vas más allá como es desnaturalizar la sexualidad.....pues las consecuencias se trasvasan ya a la aberración, propia de seres degenerados .

Saludos
28/11/10 12:55 AM
  
Marcos
Sí, si que es un buenísimo artículo de "Nachet" :)

El punto de vista desde la medicina y un magnífico recordatorio que, en la Historia, siempre han existido enfermedades a través de las relaciones sexuales promiscuas que han matado a miles de personas.

Conclusión: no seas promiscuo porque vas a poner en riesgo tu vida y no le exijas a la Iglesia que se adapte a tu estilo de vida y sus consecuencias, o que le otorgue certificado de aceptabilidad moral.

Por mi parte, este artículo no lo he leído en clave de las palabras del Papa. Pienso que está dirigido en general a todos, o incluso a una parte que ha hecho casus belli contra la teología moral, intentando colar por la puerta de atrás una moral cristiana basada en efectos secundarios sanitarios o en dudosas teorías de estado civil.

Congratulations

28/11/10 1:04 AM
  
luis
Es muy original el enfoque. Es cierto que nos hemos quedado en el SIDA de "Filadelfia".

Si la moral debe bailar al son de la coyuntura médica, la doctrina sobre la maldad intrínseca del preservativo no hubiera sobrevivido a la difusión de la sífilis en Europa antes de la invención de los antibióticos.
28/11/10 1:05 AM
  
Carlos C.
Cuando vi éste nuevo post, pensé ¡oh no, otro más! Me equivoqué vaya una nueva perspectiva. Grata equivocación. Estoy de acuerdo con el Padre Guillermo y luis es agradablemente original después de soportar tanto pegote.
El Padre Iraburo dice lo que siempre hace a Dios gracias, al pan pan...Por supuesto el Padre Guillermo es fiel como una brújula también y ni que decir tiene que el señor Arráiz saca una opinión como siempre bien trabajada y admirable.
Así que señor Amorós aunque no hay una “liga” le pongo en mi libro junto a Bruno que también estuvo genial en medio de la tormenta.
Gracias.
28/11/10 1:52 AM
  
luis
Y para seguir con las metáforas médicas: la Iglesia también es un organismo vivo, un cuerpo biológico. Su principio de vida es el Espíritu Santo, pero el cuerpo se puede enfermar. Puede infectarse de los virus del siglo, puede volverse vulnerable e inmunodeficiente, puede contraer infecciones y fiebres de ideologías y pasiones. No está garantizado que el cuerpo no se enferme, está garantizado que la crisis se supere, que la fiebre pase y que no muera.

Qui potest capere, capiat.
28/11/10 2:19 AM
  
Ricardo de Argentina
Ha sido un verdadero placer leer este artículo Luis Ignacio, muchas gracias.
28/11/10 3:35 AM
  
Miles _Dei
El que teniendo una enfermedad gravemente contagiosa como el SIDA se pone a fornicar, no opone el quinto y el sexto si no usa preervativo. El quinto ya lo ha incumplido haga lo que haga al decidir incumplir el sexto. O sea: voluntariamente ha decidido matar in causa. Luego el uso del preservativo no es indicio subjetivo más que de una conciencia errónea respecto a esa mala voluntad expresada en cuanto al quinto y sexto mandamientos que pretendería hacer un bien a través de un mal una vez decidido hacer un mal.

Del mismo modo la nocturnidad usada por un ladrón podría entenderse como un acto de protección por parte del ladrón al dueño de la propiedad que va a robar para evitar hacerle daño en el acto de robo si resulta descubierto. Pero esa situación teórica es tan inverosimil y ajena a lo que expresa el hecho, que todo el mundo piensa correctamente que la nocturnidad en un robo es un agravante y que hemos de pensar que el ladrón que decide robar con nocturnidad lo hace no solo para evitar complicaciones al prójimo sino para evitárselas a sí mismo, lo cual no quita que hubiera algún ladrón honrado, como esos de la película, que no buscara hacer daño al que roba y eso constituyera un principio de moralización. Pero para nada significa una oposición entre el quinto y séptimo en este caso porque el principio moral dice que ya es voluntario en la causa de robar del daño que se siga al prójimo. Lo que corresponde es formar esa conciencia para que comprenda esa conexión in causa y no andar teorizando una posible salida teçorica a su juicio errado que además nos haría cómplices de una deformación de la conciencia del prójimo.

Y coincido con el autor del artículo en que la solución a esa conciencia sólo puede ser la gracia dada en Cristo y no una técnica humana.



-------------------------------

LA

Una de las aportaciones que pretendía hacer con este artículo, y sin duda no he realizado con claridad, dado su comentario, es que transmitir una enfermedad es éticamente malo, pero no es equiparable a matar a alguien directamente o procurar su muerte. Es decir, transmitir una enfermedad será un acto contra el quinto mandamiento en función de muchas circunstancias, dependientes de la propia enfermedad, del sujeto al que se transmita y de las circunstancias médicas e higiénicas del medio.

No es "blanco o negro", y no podemos juzgarlo moralmente equipárandolo a una disparo en la nuca. Hay que pesar en una balanza el alcance de la violación contra el sexto y contra el quinto, antes de considerar moralmente lícito o ilícito el empleo de un método barrera.
28/11/10 8:08 AM
  
silvano
Vaya, otro artículo que a la chita callando le quiere quitar la razón al Papa. Yo creo que:

1) El Papa no sólo está hablando de la finalidad del acto sino de la conciencia del sujeto. En este segundo aspecto, como sabemos "la Iglesia calla" y parece de misericordia, sin más datos, hacer juicios positivos antes que negativos.

2) El conflicto entre las dos funciones del preservativo nos lleva al tema del daño mayor/daño menor. Un tema que forma parte del "derecho común" de la Iglesia y que por tanto no tiene sentido pretender esclarecerlo casuísticamente en ningún manual de moral. Se puede aplicar a cualquier situación moral un poco compleja, y la casuística es infinita.

3) Bien están las consideraciones morales objetivas, y no soy de los que opinan que no sea bueno hacer "un catálogo" de pecados, al estilo de Sto. Tomás de Aquino, hombre extremadamente sabio, pero que en mi opinión sería todavía mas sabio si hubiese dejado algunos huecos en su "Summa", sin la pretensión de saberlo absolutamente todo.

4) Pero estaríamos buenos si para saber lo que es bueno y lo que es malo hubiese que leerse a Sto. Tomás y la "Humanae Vitae", y más absurdo pretenderlo en gente que no tiene cultura religiosa.

5) En el caso que nos ocupa la discusión, que se ha extendido a montones de temas -importantes sin duda- pero totalmente fuera de tiesto (no sé que pinta Africa en todo esto), ha demostrado conllevar discrepancias importantes por parte de gente igualmente autorizada (discrepancias que como casi siempre, se minimizan si nos ponemos de acuerdo en la semántica: p.ej. unos hablan de matrimonio en sentido estricto y otros en sentido lato).

6) Siendo por tanto una cuestión que no es pacífica ni entre los propios católicos, y dado los conflictos de intereses que se plantean en muchos de estos actos, estoy seguro de que en la mayoría de los casos, al final lo que tendrá en cuenta en éste y otros casos Nuestro Señor Jesucristo el día del juicio será la conciencia de cada persona ¡Ojo! en nigún caso digo que no haya una verdad objetiva sobre éste y otros casos, sino que mucha gente tendrá una conciencia errada y que aun los que la tengan acertada, la tendrán con no pocas dudas.

CONCLUSIONES:

1) Ya lo dije en mi primer post: se pueden empezar polémicas sobre estos temas, pero no a raíz de lo que dijo el Papa. Basta un poquito de buena voluntad para ver que no altera en nada la doctrina y que es acertado. Nos podíamos haber quedado todos calladitos y no hubiese pasado nada.

2) Está bien pedir a la Iglesia un esclarecimiento mayor de estos temas en documentos de más autoridad, pero en ningún caso tiene sentido que la Iglesia entre a valorar todos y cado uno de los casos, como el del prostituto de marras.

---------------------------------

LA

silvano: "no sé que pinta Africa en todo esto"

"Seewald: En África se señaló que la enseñanza tradicional de la Iglesia ha demostrado ser la única manera segura de detener la propagación del VIH. Los críticos, incluyendo la crítica dentro de las propias filas de la Iglesia, objetan que es una locura prohibir a una población de alto riesgo usar condones". Etc

silvano: "Nos podíamos haber quedado todos calladitos y no hubiese pasado nada".

Es un buen consejo. ¿Hasta que nivel jerárquico llegaría usted para recomendarlo?
28/11/10 10:17 AM
  
Ano-nimo
P. Guillermo y Nachet:

Pues no lo sé, no sé si puede ser un aliciente para continuar por el camino del mal, pudiera ser en algunos casos, pero quizás en otros no (y no por el uso del preservativo, sino por el despertar de una cierta conciencia moral por mínima que sea; cuando alguien ha llegado ya a tal grado de degradación que es imposible caer más bajo, cualquier cosa -aunque eso sea agarrarse a un clavo ardiendo- da un poco de esperanza).

Un cordial saludo.
28/11/10 10:19 AM
  
daniel diaz
No me caben dudas que las palabras del papa que están lejos de recomendar el preservativo, producen muertes, infecciones, embarazos no deseados, etc.
No creo que nadie que apueste a la vida pueda dejar de recomendar el uso del preservativo.
Me resulta alarmante ver como una persona de una religión (sea la que sea) puede con total liviandad, pretender aplicar a todo el mundo un valor moral en el que cree, sin respetar en absoluto la opinión del resto de las personas.
Es mi respetuosa opinión, y espero ser respetado.
Saludos cordiales

-----------------------

LA

El que apuesta por la vida recomienda la castidad fuera del matrimonio, que da como fruto mucha vida y evita mucha muerte.
El valor moral que se puede aplicar a todo el mundo se llama Ley Natural, es un concepto ya descrito en la época de los filósofos paganos griegos. La Ley Natural no es una ideología humana que se elabora, sino una realidad moral que nos antecede. Por eso no se impone o deja de imponer, sino que se busca.
Saludos cordiales
28/11/10 12:30 PM
  
Ano-nimo
Bueno, el Papa también habló sobre la humanización de la sexualidad, y lo que señala Maria en su comentario me parece muy importante. Al trivializar se resta conciencia, y si no existe conciencia moral (o está embotada o debilitada), no sé que se puede hacer. Con independencia del Sida o no Sida, la trivialización de la sexualidad lleva a un camino de destrucción personal que ni se dice ni se habla sobre ello; los jóvenes de hoy, si se dejan llevar, acabarán siendo los despojos de mañana.

Un cordial saludo.

PD. Luis I, ¿pero tu no ibas a ser, junto con Higinio, asesor del Papa?, además, creo que ya tenéis secretaria -Camino- SPH. Por cierto, que felicidades por el artículo, es muy bueno y original, como siempre.
28/11/10 12:32 PM
  
daniel diaz
Estimado LA
La castidad fuera del matrimonio es algo que solo propone la iglesia y que sin dudas mas antinatural que el preservativo.
También usted entiende que lo que usted llama ley natural es algo en lo que todos estamos de acuerdo, y no es así, sería interesante que entienda que hay gente que no entiende la vida como usted la entiende, y que no hay motivo para que ni usted ni yo intentemos decirle a los demás como deben vivir.
Creo que usted intenta adoctrinar a las personas, adjudicándose la verdad, sin posibilidad de discusión alguna. Podría decirme que le hace pensar que usted tiene la verdad? que otra cosa que no sea la razón utiliza para llegar a sus conclusiones?
Saludos cordiales
28/11/10 12:54 PM
  
Yolanda
pretender aplicar a todo el mundo un valor moral en el que cree, sin respetar en absoluto la opinión del resto de las personas...

Creo que usted intenta adoctrinar a las personas, adjudicándose la verdad, sin posibilidad de discusión alguna.

_________________

Me temo que el mero hecho de que esté usted discutiendo esto aquí desacredita sus afirmaciones.

Es que no por repetir mucho una mentira se va a convertir en verdad. No se hace otra cosa que discutir lo que predica la Iglesia. Estos blogs y usted mismo son una prueba manifiesta e incontestable.

Por otra parte, como bien verá, la Iglesia no impone nada a nadie. ¿Usted hace caso a la moral que propone la Iglesia? ¿Ah, no? ¿pero no se lo está pretendiendo "imponer"?. Pues ahí lo tiene: usted hace lo que le da la gana, le diga el papa lo que le diga, ¿no?

Y la Iglesia predica aquello en lo que cree. Como es lógico. Faltaría más

Finalmente, si lee alguna cosilla, (y no hace falta ir mucho más allá de la wikipedia), mire a ver si es cierto eso de que "la castidad fuera del matrimonio es algo que solo propone la iglesia". ¿Lo ve? No es cierto.

Pero si lo fuera, ¿qué? ¿No puede la Iglesia proponer -menos mal que ha dicho "proponer"- lo que le parezaca mejor "proponer"?
28/11/10 1:04 PM
  
silvano
LA

silvano: "Nos podíamos haber quedado todos calladitos y no hubiese pasado nada".

Es un buen consejo. ¿Hasta que nivel jerárquico llegaría usted para recomendarlo?
______________

Hasta donde yo sé, todas las personas con autoridad jerárquica que han intervenido en este tema lo han hecho a preguntas (malintencionadas por lo general) de periodistas, vaticanistas, etc. No de motu propio. Esto creo que incluye al padre Lombardi, aunque a lo mejor éste se haya adelantado previendo la tormenta. No he visto a ninguno de ellos dar gran importancia a este tema. En la última conferencia de la CEE ni se habló de eso.
28/11/10 1:12 PM
  
daniel diaz
[...]



LA

daniel díaz, este hilo no versará sobre su opinión de la Iglesia. Si no le gusta, no siga sus enseñanzas y no entre en bitácoras católicas. Mientras ha sido respetuoso, se le ha tratado con respeto. Pero aquí no alimentamos trolls.
28/11/10 1:45 PM
  
daniel diaz
Le pido disculpas, no fue mi intención herir a nadie, solo vale aclarar que soy católico, solo que prefiero que cada uno decida que religión seguir o en que quiere creer o no. Muchas personas dentro de la iglesia pensamos así, respetamos a los ateos y a cualquier forma de pensamiento o creencia. Espero que ustedes también puedan ser totalmente tolerantes algún día, como lo fue cristo.
Atentamente

------------------------

LA

sobre la tolerancia de Cristo en este tema, puede consultar Mc 10, 6-12. Para distinguir entre el amor al prójimo y la tolerancia al mal, escribí este artículo.
Atentamente
28/11/10 2:11 PM
  
Miles_Dei
Una de las aportaciones que pretendía hacer con este artículo, y sin duda no he realizado con claridad, dado su comentario, es que transmitir una enfermedad es éticamente malo, pero no es equiparable a matar a alguien directamente o procurar su muerte

___________________

Efectivamente. Eso es lo que quiere decir el voluntario in causa. No hay intención de matar pero sí se hace uno responsable de lo que pase. Mi comentario va al nivel que una vez asumida la causa (fornicación) la razón de bondad que queramos añadirle no es tal. No hay valoración objetiva de bondad en los efectos más allá de la que hemos dado a la causa al ponerla en la intención y la conciencia formada ha de hacer ese juicio objetivo subjetivamente suyo. De ahí que meterse a hablar sobre la subjetividad en los efectos no dice nada, sino que más bien provoca confusión como llevarnos a pensar que podría ser bueno obrar un mal para hacer un bien dentro del mal.

La radicalidad objetiva de la moral en Cristo espanta por su sencillez y exigencia: vete y no peques más pues tienes la gracia para poder hacerlo porque tu fe te ha salvado.
28/11/10 2:44 PM
  
rastri
Y desde el punto de vista humano: el SIDA mata en África porque cualquier enfermedad mata en África
___________________

Y aquí el dilema. ¿Es la promicuidad, dicho sea el sexo, la causa de todos los dolores y enfermedades. Incluso el parto doloroso?

¿O tendremo que esperar a que seamos concebidos, crezcamos y nos multipliquemos como Jesús el Cristo lo hizo dentro y fuera del vientre de su madre la Virgen María?

Seguro que para entonces ya habremos resucitado.

29/11/10 12:22 PM
  
Chacal
... pues tienes la gracia para poder hacerlo porque tu fe te ha salvado.
_____________________

... Y por eso existen los confesionarios. Hay personas que tardan una vida en abandonar un pecado grave, otras años. No caigamos en rigorismos. Dios suele dar las gracias con paciencia.
30/11/10 12:07 AM
  
Lazaro
Sinceramente, no veo ningún problema moral en utilizar el preservativo para evitar embarazos, siempre y cuando hablemos de su uso dnetro de un matrimonio. ¿No es el acto sexual una de las mayores expresiones de amor y entrega que existen? El problema aquí no tiene que ser discutir, el uso o no del preservativo dentro del matrimonio, lo cual es aceptado por una inmensa mayoría de católicos. Lo que habría que hablar es de la falta de fidelidad y compromiso en los matrimonios, la búsqueda del placer personal por encima de las necesidades de la pareja... Resumiendo, hay una banalización del sexo que me parece muy peligrosa. Eso es lo realmente grave.

¿Qué diferencia hay entre utilizar métodos naturales y un preservativo para evitar un embarazo? ¿No es el fin el mismo en ambos casos? Entiendo que desde la jerarquía el tema del condón haya que tratarlo con cautela y no se quiera dar la sensación de que permitiendo el condón se está banalizando el sexo.

Estoy convencido de que si por Benedicto XVI fuera, el preservativo sería aprobado por la Iglesia y creo que las declaraciones de su libro son un paso importante en esa dirección. Una pena que no hayan sentado bien sus palabras ni en sectores conservadores de la Iglesia ni en la izquierda pero aquellos que piensen que esto es o blanco o negro están muy equivocados.

---------------------------------

LA

La razón por la que el Magisterio de la Iglesia rechaza el uso de anticonceptivos se basa en la unicidad y fecundidad natural del coito. Este principio moral está desarrollado en varias encíclicas, entre la que destaca la Humanae Vitae. A propósito de este tema, escribí un artículo , por si desea un resumen del asunto.

La banalización del sexo tiene muchas causas, y la principal es, precisamente, tomar del coito únicamente sus derivadas (sea el goce físico o la expresión de un sentimiento), por importantes que sean, neutralizando la primordial por la que fue creado: la reproducción.

Por último, la Iglesia no es una sociedad humana, donde se "votan" los principios. Este tipo de pensamiento proviene del modernismo democraticista. La Iglesia es la comunidad de los creyentes en Dios, la Esposa de Cristo. Desde el más humilde fiel hasta el obispo de Roma ponen su corazón y su vida en servir a Dios y al prójimo, poniendo en práctica los mandatos de Cristo. En este tema, todos los concilios y papas han sido unánimes. Benedicto XVI no puede "cambiar la doctrina", porque no es suya, sino que pertenece a Cristo, y es puesta en práctica por los que le siguen.

La misión del cristiano es formarse, para saber de donde proviene su fe. Para ello, además de las encíclicas y las actas conciliares, hay escritos fundamentales. Por supuesto, primero las Escrituras, inspiradas por Dios; a continuación, los Padres de la Iglesia, y los grandes teólogos. No es sensato que un cristiano se forme por las cambiantes corrientes de opinión de moda en cada momento, máxime cuando estas son abiertamente acristianas. Eso es edificar nuestro edificio sobre la arena, en vez de sobre la firme roca de Cristo. Más bien hemos de esforzarnos por alcanzar la virtud en todos nuestros actos (así dijo Jesús: "sed perfectos como vuestro padre del Cielo es perfecto"), aunque sepamos que nuestra naturaleza humana nos hará caer, y estemos encomendados siempre a la misericordia de Dios.
03/12/10 12:21 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.