Eneagrama: una técnica esotérica y pseudocientífica (II)

SUS BASES ESOTÉRICAS Y OCULTISTAS

Dice Boris Mouravieff en su obra Gnosis, tomo III, páginas 151 y 289, respectivamente:

“Esto muestra claramente, como lo hacen igualmente las sílabas tradicionales empleadas para designar las notas musicales ligadas a la Gran Octava18, que el Eneagrama conservado en la Tradición, era bien conocido en los tiempos antiguos.”

“Letras verdaderamente santas que santifican y divinizan (en el Apocalipsis): de esas letras, de esas sílabas santas están compuestas las Escrituras (del VERBO), las obras (porque en su sentido más profundo: esotérico expresan y señalan las leyes “naturalmente divinas” que generan la VIDA y la Resurrección de los Muertos: Caídos) que el mismo apóstol llama “inspiradas", útiles (en los tres niveles: Exotérico, Mesotérico y Esotérico) para persuadir, para corregir (armonizar), para formar a la justicia (expresada en el Eneagrama), a fin de que el hombre (ADANEVA) esté completamente dispuesto (domine el Saber-Hacer correspondiente) a toda buena obra (bien hecha) - 111 Timoteo 111, 16-17.”

Entonces para Mouravieff, esoterista y uno de los principales amigos de Gurdjíeff; creador del eneagrama (aunque su transmisión se supone oral, ya que en ninguna de sus obras se refiere a él), las “Leyes Divinas”, pueden encontrarse también de manera oculta (esoterismo) en la Palabra de Dios, y mediante el Eneagrama podría formarse la justicia y la armonía para que el hombre, mediante su preparación en la dominación del saber (gnosis), logre la buena obra.

El estudio del “gnosticismo”, necesaria e inevitablemente nos sujeta a la “gnosis”, y esta dependencia nos traslada pronto al “esoterismo”, no obstante en sus acepciones originales y académicas, las tres palabras presentan una gran distancia significativa.

Postergando el sentido de la palabra “gnosticismo”, y su evaluación, para no alejarnos demasiado del contexto, definiremos que “gnosis” del griego gnôsis, conocimiento, es la “ciencia superior a los conocimientos ordinarios; el saber, por excelencia”, que pretende alcanzar la salvación a través de la posesión de los conocimientos secretos del cosmos.

El significado de la palabra “esoterismo”, este del griego esoterikos, interior; de eso, dentro, dice: «entre las doctrinas esotéricas de la antigüedad, se distingue especialmente con este nombre el sistema compuesto por la principales teorías y principios de Pitágoras que sólo conocían los iniciados.»

Pese a la analogía en sus significados, la diferencia radica en el extenso y utópico propósito de la gnosis de pretenderse “conocimiento superior”, respecto al esoterismo que es un “sistema” para la trasmisión de un conjunto de principios ocultos.

No obstante, en la actualidad el pequeño contraste en las expresiones interpretativas de los dos términos, presenta una uniformidad tanto especulativa y semántica como en su trayectoria operativa, que, excluyendo la deducción de juicios analíticos inmediatos (en el caso de algunos investigadores), nos presenta dos vías paralelas en una misma senda: la auto-redención.

La gnosis (y su sistema de transferencia), deciden ser, sólo mediante la superación personal, transformándose subjetiva y temporalmente en la Verdad Absoluta. No transitan por esa senda, hacia un destino iluminado, están invariablemente retenidas en la suspensión de su propia luminiscencia sofística, en órbita circular, de alteraciones limitadas; estabilidad que cuando demuestra una variante, resulta ser la misma pero re-actualizada (1).

Contrariamente al producto estático por el intento de adjudicarse ser la verdad (y aislando su deseo de afán “evolutivo”, por ser ilusorio), existe una fase opuesta a esa invariabilidad, que es manifestada en la movilidad de sus doctrinas indefinidas y su aplicación. Esta es una de las razones que impiden que la gnosis, representada por el gnosticismo, sea una e indivisa.

Conjuntamente y a consecuencia de la inconexión doctrinal gnóstica, cohabita la ilusa inspiración individual espiritualmente antropocéntrica, siendo el hombre (no profano) revelador del mismo, en escala horizontal, escala que cuando se erige en posición vertical eleva su conocimiento o sabiduría (Sophia) en forma gradual y elitista por el cual jamás ascenderá paralelamente la fe (Fides).

Sabiduría proviene del latín Sabidor y éste de Sapidus y Sapere, “Saber”, del griego Sophia y ésta de Sophós, “Sabio” : “Conocimiento”.

Conocimiento del latín Conoscer, es la acción o efecto de conocer, entendimiento, razón natural, inteligencia.

La gnosis trasmitida dice ser “razón” pero más allá de los conocimientos ordinarios, lo que demuestra su irracionalidad, con algunos intentos de razón desembocados en racionalismo iluminista (deísmo) y en algún extremo anti-teísta.

Concluyentemente deriva en la eliminación de la redención y por consecuencia de la “fe”, suplida por la auto-redención, y por el conocimiento, como elemento auto-salvador suficiente, que resulta expresado (entre otras) en su interminable búsqueda por el esclarecimiento de la función y meta del hombre.

De acuerdo con la visión de la Iglesia, Fe, de latín fides, es la primera de las tres virtudes teologales: es una luz y conocimiento sobrenatural que, sin ver, nos hace creer los que Dios dice y la Iglesia nos propone.

Razón del latín ratio,-onis, es la facultad de discurrir o reflexionar, acto de discurrir el intelecto.

El gnosticismo o gnosis trasmitida, no encontró aun el equilibrio entre fe y razón. He aquí un motivo de su divagar, por la falta de ambas, una inexistente y la otra ficticia y por ende trasformada en abstracción irracional. La fe y la razón sólo se equilibran cuando existen y son auténtica realidad, sin extrapolarse, sin interferir una en el curso de la otra, avanzando paralelamente hacia la verdad única.

No existe un sistema o simple intento de conocimiento, que alcance la luz de la verdad, así como tampoco sólo la fe basta. La razón, o el conocimiento, o la sabiduría y la fe deben complementase con el acto puro e imitativo de la caridad y misericordia conjunta con el universo, y de esto depende el vencimiento del egocentrismo individualista presente y perpetuo en la gnosis, como una característica inevitable para su existir. El producto de la carencia de Fe es la búsqueda de la salvación en la vía del conocimiento sea este ficticio o real.

La salvación en la gnosis debe interpretarse como evolución, transmutación, metempsicosis y fusión con lo absoluto, etc., pero intenta lograrla por la senda contraria, por la rotunda y anteriormente nombrada auto-salvación y sus métodos. No obstante, mediante su sistema de trasmisión pretende la meta salvífica del iniciando, pero sólo específicamente. La gnosis entonces no redime al conjunto, sólo aspira a la redención del individuo sin redentor y a la soteriología sin Salvador, el Logos o Verbo como Eon o Phallós iniciador del hombre en los misterios.

Finalmente expondré que gnosis es la intención del hombre por ascender y beber del conocimiento divino, de llegar a “la” Espíritu Santo, interpretado por los gnósticos como sperma (simiente), sin esperar más de ese Dios que no se revela, que existe y esconde su conocimiento detrás de un velo que muy pocos logran traspasar, ese Dios o fuerza cósmica que espera con sus secretos a que el hombre penetre (como un iniciado Prometeo) y le arrebate la tea de la gnosis figurada como el fuego.

Ouspensky describe en una de sus obras algo dicho por Gurdjieff:

“Cada totalidad integral, cada cosmos, cada organismo, cada planta es un eneagrama, dijo. Pero no todos los eneagramas tienen necesariamente un triángulo interior. Cuando se encuentra el triángulo interior en un organismo dado, es la prueba de la presencia de elementos superiores, según la escala de «hidrógenos». Este triángulo interior lo poseen plantas tales como el cáñamo, la adormidera, el lúpulo, el té, el café, el tabaco y muchas otras que desempeñan un papel en la vida del hombre. El estudio de estas plantas puede revelarnos mucho en lo que concierne al eneagrama.” (2)

Y confirmamos por el “triángulo” aun más su relación gnóstica-esotérica:

“El eneagrama es uno de los siete legamonismos del Sr. Gurdjieff (unidades de sabiduría) que nos llega como símbolo sagrado fundamental de todo cuanto existe, con la combinación de las dos leyes sagradas creadoras: La ley de tres y la ley de siete.

El eneagrama tiene tres niveles: el nivel físico (el círculo), el nivel psíquico (los movimientos interiores: búsqueda interior, conocimiento de si mismo, alquimia) y el nivel más alto en el esoterismo, el nivel de espiritualidad (el triángulo).

Siendo el Jarnel Jaut (el punto 6) el más importante para una evolución de espiritualidad. El tiempo donde algo es posible, el paso hacia la conciencia, el tiempo oportuno del Eclesiastés.” (3)

El triángulo tendría sus vértices en los números 9 (Eón = tiempo cíclico, lo nuevo, Dios Verbo), 6 (Entrega a Dios, Tiempo Kairos, Jarnel Jaut, Movimiento de entrega consciente sin retorno) y 3 (Tiempo Cronos, Heropas, El aliento de Dios). Destaquemos que “eón” era para los gnósticos, cada una de las emanaciones irradiadas por la divinidad.

Dejando de lado el ya desarrollado trasfondo histórico y testimonial que evidencia su relación con el esoterismo, el eneagrama se presenta como una herramienta ocultista de la gnosis, un sistema autosuficiente de diagnóstico y cura de matices esotéricos, por sus características:

-Numerológicas: porque dice establecer una conexión especial entre los seres humanos y los números.

-Cabalísticas: porque según ciertas enseñanzas cabalísticas, el universo se rige por principios que, de ser respetados, lograrían que se alcance la plenitud individual y universal, y por la similitud entre los nueve trazos del eneagrama y las diez ramas del árbol de la vida de la cábala: Kéter (La Corona), Jojmá (La Sabiduría), Biná (La Inteligencia), Jésed (La Misericordia), Gevurá (La Justicia), Tiféret (La Belleza), Nétsaj (La Victoria de la Vida sobre la Muerte), Hod (La Eternidad del Ser), Yesod (El Fundamento), Maljut (El Reino).

-Casi predestinatorias del carácter: porque aunque no indica que alguno de los tipos es invariable, sí, propone que la única alternativa para la modificación del error es su opuesto.

-Autorredentoras: porque considera que el pecado (en su caso son nueve: la ira, el orgullo, el engaño, la envidia, la avaricia, el miedo, la gula, la lujuria y la pereza, similares a los siete pecados capitales) (4), es causado por una personalidad que adoptó un individuo a temprana edad (entre los 4 y 6 años de edad) como patrón de pensamiento y comportamiento, y que para lograr el desarrollo personal debería entonces cultivar su opuesto, sin dejar lugar en ello a la redención por Cristo y al libre albedrío humano, sin el cual el hombre tampoco puede ni pecar ni arrepentirse.

-Adivinatorias: porque “originariamente se utilizó para la adivinación” (5), como cualquier otra mancia.

ROBERTO A. FEDERIGO

NOTAS

(1) Al decir: “invariablemente retenidas en la suspensión de su propia luminiscencia sofística, en órbita circular, de alteraciones limitadas", estoy refiriéndome a lo siguiente: la gnosis y el esoterismo en si, se encuentran atrapados en su propiamente generado “encandilamiento” (utilicé “luminiscencia", ya que no sería “luz", es decir algo que parece luz pero no lo es) de pretendido conocimiento (utilizo “sofística” basándome en Aristóteles, quien escribió que la sofística era una sabiduría aparente -fainomenhv sofiva- y Platón que les llama a los sofistas “cazadores interesados de gentes ricas, vendedores caros de ciencia no real, sino aparente". Aristóteles también los califica de “traficantes en sabiduría aparente, pero no real", amen de la conexión helenística del origen de la gnosis). Utilicé orbita circular para dar un sentido de algo que no avanza y como metáfora de su quizás más reconocido símbolo: el ouroboros. Las “alteraciones limitadas” son su sentido contradictorio, es decir, aunque están atrapados en su afán, inmóviles en Su “serpiente mordiendo su cola", la alteración ocurre en el hecho de que jamás ese conocimiento limitado se vio unificado.

(2) P. D. Ouspensky, Fragmentos de una enseñanza desconocida, Pág. 229

(3) http://www.gurdjieff-danzas.com/eneagrama.htm

(4) Santo Tomás de Aquino, siguiendo a San Gregorio Magno (Gregorio I, sexagésimo cuarto Papa) los enumera como siete: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.

(5) Padre Jordi Ribero “El Eneagrama”: http://www.corazones.org/apologetica/practicas/eneagrama.htm

Continuará…

1 comentario

  
Mª Pilar
Seria muy interesante que un dia explicase como estas teorias tan abstractas y complejas llegan a transmitirse al gran publico.
Como personas que no entenderian esas tesis ni podrian adherirse a ellas, pero que, con plasamaciones concretas en literatura o peliculas, pueden asimilar, sin enterarse planteamientos esotericos con una envoltura que parece inocua.
Como madre y educadora me preocupa, en concreto como hoy en la literatura infantil y juvenil hay gran presencia de brujas y de la magia. (Superbruja, Harry Potter,...)
Intuyo que esto no es bueno, sobre todo en niños tan pequeños y trato de preservar a mis hijos de esto, pero no he leido nada que lo fundamente.
Gracias.
29/06/09 7:28 PM

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