Colombia: apuntan a rituales en un caso de maltrato y abuso sexual a menores

Los habitantes de la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, están conmocionados por el caso de cuatro menores de edad y una joven de 19 años, con ocho meses de embarazo, que han sido víctimas de maltrato y abuso sexual. Los medios han apuntado desde un comienzo a una secta satánica, aunque más bien parece un caso de abusos y rituales en el ámbito familiar por la influencia de creencias religiosas fanáticas.

Las autoridades llegaron hasta Ciudad Bolívar para atender una llamada anónima en la que denunciaban el caso, según relata el diario colombiano El País. Al llegar, el pasado 14 de diciembre, encontraron a una bebé de 17 meses y tres menores más de 11, 12 y 13 años de edad, quienes estaban con una joven embarazada, todos retenidos contra su voluntad en ese lugar. Presentaban, además, múltiples lesiones.

¿Retenidos para actos de satanismo?

De acuerdo con los informes oficiales entregados por las autoridades, todos tienen heridas y cicatrices en diferentes partes del cuerpo. Presentan quemaduras y además fueron abusados sexualmente. Al parecer, y según las primeras versiones de las autoridades, los menores llevaban en ese lugar cerca de dos semanas y estaban siendo usados en actos de satanismo. Al parecer, en la secta estarían involucrados los padres de los menores, pero las autoridades adelantan las investigaciones para determinar las responsabilidades del caso.

El director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, confirmó que las lesiones que presentan los menores son de bastante tiempo, ya que algunas han cicatrizado. “Podemos afirmar que según la apariencia de algunas lesiones tienen más de 10 días de haberse producido, por lo que creemos que los menores llevan bastantes días siendo abusados.

“Hay lesiones constitutivas de abuso sexual en algunos de ellos, y lesiones de diferente tiempo de ocurrencia con elementos que pueden ser de tipo contundente y de tipo térmico, porque se trata de lesiones cicatrizales por quemadura”, agregó Valdés.

El funcionario señaló que todos los niños víctimas de este caso de maltrato permanecen bajo protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), con un equipo multidisciplinario que busca establecer lo que estaba pasando con los menores para realizar la recuperación integral de los mismos.

La Fiscalía, por su parte, estaba en las primeras horas a la espera del informe oficial de Medicina Legal para establecer la gravedad de las heridas e iniciar los operativos contra la presunta secta que estaría detrás del escabroso hecho.

La madre lo desmiente

Pero la versión fue desmentida por la madre de los niños, quien le dijo a la emisora Blu Radio que los menores no fueron maltratados ni abusados, y que “los abusos es cuento de los niños”. Lo cuenta el medio Semana. La mujer también aseguró que los niños estaban en la casa de la hermana mayor, ya que asisten a una iglesia cristiana.

“De un momento a otro fue que salieron con eso, inclusive los mismos niños fueron los que salieron con ese cuento, que eran satanistas, que los habían violado, que no sé qué, un poco de cosas…”, dijo la madre, quien espera que se aclaren las cosas. 

Lo cierto es que médicos de Medicina Legal y del hospital Kennedy confirmaron que algunos de los niños fueron maltratados y presentan síntomas de haber sido abusados sexualmente. Además encontraron que la niña de 17 meses y otros niños de 11, 12, 13 y una joven 19 años tienen quemaduras y laceraciones en el cuerpo.

La familia vivía en condiciones de pobreza, y según el informe de las autoridades, en el apartamento la Policía encontró textos bíblicos abiertos. Vecinos reportaron que constantemente al hombre se le escuchaban frases como “sáqueme los demonios”. A su vez, el CTI investiga si el hombre abusó de los niños. Por ahora, el presunto agresor de los menores tuvo que ser sacado en una tanqueta de la Policía, pues vecinos y familiares quisieron lincharlo.

En La FM, la directora del ICBF, Cristina Plazas, dijo, sin conocer la versión de la madre, que la situación resulta “desgarradora”. La funcionaria dijo que el maltrato y abuso a menores debe ser castigado con todo el peso de la ley, e hizo un llamado especial a los colombianos para que protejan a los niños para que no sean víctimas de depravados.

Así estaba la vivienda

Un periodista de Citynoticias conoció el interior de la vivienda del barrio Meissen, en la localidad de Ciudad Bolívar donde habría sucedido todo. La vivienda es de un piso, cuatro cuartos, una cocina, un baño tipo letrina y una azotea. El suelo es de concreto y madera y sobre él aún reposan las prendas de vestir de los menores, biblias, residuos de basura y restos de los vidrios que fueron destrozados por la comunidad en un intento de linchamiento el 15 de diciembre en la noche. Además, del techo cuelgan cuerdas.

El comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Humberto Guatibonza, le dijo a El Tiempo que se investiga si este lugar era usado para ritos satánicos e insinuó que los menores eran obligados a cortarse para beber de su propia sangre.

Carlos Valdés, director del Instituto Nacional de Medicina Legal, le confirmó a este diario que tras los exámenes practicados a los menores que recuperó la Policía se pudieron determinar signos de abuso sexual en varios de ellos. Por ahora, el principal sospechoso de los vejámenes es el esposo de la mujer de 19 años, quien fue puesto en libertad a falta de una orden de captura.

Cristina Plazas pidió evaluar la pena de cadena perpetua para el responsable del abuso de los menores de edad y confirmó que serán llevados a un hogar de protección de ICBF para garantizar sus derechos. “Tenemos el corazón destrozado, vamos a proteger a los niños inmediatamente. Trabajaremos para que los responsables de estos crímenes paguen con penas ejemplares”, dijo Plazas.

El padre de una de los niños: es una secta

Si bien es cierto que el 16 de diciembre Medicina Legal confirmó que los menores sí habían sido víctimas de abuso sexual, así como agredidos física y psicológicamente y tenían signos de tortura, todavía las autoridades no han dicho públicamente quién es el responsable de la violación y qué otras prácticas se llevaban a cabo dentro de la vivienda donde se habrían cometido los abusos.

Sin embargo, vecinos y allegados a la familia que residía en esa casa señalan como responsables al padre de la niña menor, identificado por las autoridades como Fabián Andrés Pedraza, y al dueño de la propiedad, Luis Eduardo López“Nosotros sabemos que son ellos, que tienen una secta. Escuchábamos cuando ponían un equipo a todo volumen. ‘Salgan demonios, en nombre de Jehová’, y ellos son los demonios”, señaló una vecina.

Un hombre que aseguró ser Fabián Andrés Pedraza, el padre de la niña de 17 meses, habló con El Tiempo y aceptó su culpabilidad en los constantes ataques hacia ella y hacia los hermanos de su pareja sentimental –de 11, 12 y 14 años–. “Lo hice muchas veces. Como estaba en una secta, me obligaban. Me decían que si no lo hacía mataban a mi esposa, a mi hija y a mí”, contó Pedraza, de 19 años.

Según su versión, los abusos habrían comenzado hace varios meses, después de que un grupo de personas, quienes también habrían participado en los rituales, lo presionaran. Agregó que estaba arrepentido y que sabía que había cometido un delito por el que tendría que responder ante las autoridades.

Por su parte, otro hombre, que dijo ser Luis Eduardo López y quien permanece en compañía de Pedraza, negó su participación en los hechos y aseguró que, al pertenecer a una iglesia cristiana, solamente quiere “ayudar y proteger a esa familia”. “Por la cortina vi que algo estaba raro y el sábado los encontré a los cinco al lado de la niña…”, agregó López.

Su relato coincide con la versión oficial de las autoridades, que confirmaron que la violación de los pequeños estaba asociada con un ritual satánico y que investigan si hay más niños involucrados en las agresiones. Según los residentes de la zona, Luis se quedó con la propiedad después de que su padre falleciera. “Todos salían de la casa felices; se iban caminando y Luis (el dueño de la propiedad) los invitaba a comer”, contó un vecino.

Los padres de la pequeña, por su parte, vivían allí desde hace menos de un año. “Hacían fogatas en la terraza y se la pasaban con la niña para arriba y para abajo. Nosotros pensamos que algo raro pasaba, pero no esto”, contó un hombre que caminaba por el barrio, en medio de las piedras que habían lanzado la noche anterior.

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