Antecedentes del "padre Ángel", el vidente de Picassent

InfoCatólica ya ha dado la noticia en la edición de hoy: “La Audiencia de Valencia absuelve al «presunto» cura de Picassent". Ampliamos algo más la información con recortes de prensa de los días pasados.

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Según informaba el diario El Mundo el pasado 17 de noviembre, el fiscal pedía ocho años de cárcel para Ángel Muñoz, el falso sacerdote y vidente acusado de dos delitos contra la Hacienda Pública, mientras el padre Ángel, como le conocen sus feligreses, sigue oficiando “sus misas” en “su convento” de Picassent.

Se le acusaba de deber 386.000 euros y debía hacer frente a una multa de 2,3 millones, pese a lo cual conserva numerosas propiedades inmobiliarias a su nombre y mantiene activa la asociación de la Esclavitud del Sagrado Corazón de Jesús, a través de la cual captó a decenas de feligreses, a muchos de los cuales presuntamente estafó.

El padre Ángel, que llegó a hablar en nombre de la Virgen y el demonio, y que sigue invitando a sus seguidores a escuchar a la Virgen del Remedio en su propia boca, declaró ante el juez que pensaba que los curas no pagaban impuestos.

Esa es la única imputación que se le ha podido hacer, ya que buena parte del patrimonio de Ángel Muñoz ha sido labrado a base de donaciones de personas “cegadas” por su mensaje apocalíptico, en el que la Virgen anunciaba una gran guerra y reclamaba la construcción de un convento para los creyentes se refugiaran en él y pudieran salvarse.

Uno de los integrantes de la acusación particular, Pedro Yuste, confirma que el padre Ángel “sigue con su pequeño negocio”, aunque con menos feligreses. El supuesto sacerdote pudo estafar a su madre entre 50.000 y 60.000 euros.

Pidieron su ingreso en prisión

El 24 de noviembre el diario Las Provincias ampliaba esta información con más detalles del proceso judicial. Según el rotativo, el ‘padre’ Ángel se volvió a sentar el día anterior en el banquillo de los acusados. Con gesto agotado, el líder de la Junta de la Esclavitud del Sagrado Corazón de Jesús asistió a cuatro horas en las que las partes leyeron sus conclusiones finales. Sólo su abogado pedía que fuera absuelto. Cuatro voces exigieron, unas por fraude a Hacienda y otras por estafa a antiguos adeptos, su ingreso en prisión. En unas semanas, el autoproclamado sacerdote podría recorrer el corto espacio que separa su convento ‘búnker’ de la cárcel de Picassent. El juicio quedó visto para sentencia.

Tras una larguísima exposición de argumentos fiscales, el misterio público pidió que Ángel Muñoz fuera condenado a ocho años de cárcel por fraude a Hacienda. «Aquí nadie ha aclarado de dónde salieron los 354.000 euros que tenía en bolsas en su despacho. Este hombre se ha hecho rico a costa de los demás». En palabras del acusador, «no pido pena por estafa porque entiendo que el derecho penal no ampara a incautos», dijo en clara referencia a los adeptos. Otras sentencias del Tribunal Supremo de casos como este, expuso, no consideran que haya engaño suficiente como para hablar de delito en casos de «milagreros, curanderos y supercheros».

«A la butxaca». Es, según el abogado del Estado, la frase que resume lo que hizo Ángel con el dinero de sus fieles. Respecto a la teoría del jefe de la secta de que no sabía que los religiosos hacían la declaración de la renta, ironizó: «Si el Papa fuera español, pagaría impuestos. Hacienda somos todos y Ángel también». Pedía ocho años de cárcel.

Representaba a la hermana de una adepta ya fallecida y pedía que el falso cura fuera condenado a seis años de cárcel por estafa y apropiación indebida. «La hermana de mi defendida fue engañada por el padre Ángel, que pensaba que era miembro de la Iglesia y le entregó sus bienes. La dejó sin dinero para comer», denunció ante la sala.

En sintonía con Joares, incidió en que Ángel «se ha aprovechado de personas religiosas con falsos mensajes de la Virgen». Aseguró que las víctimas eran de toda procedencia: «Engañó a personas sin cultura, pero también a otras de nivel alto». Pedía que el hombre pasara tres años en la cárcel por estafa y que indemnizara con 36.000 euros al ex adepto que representaba.

Falso sacerdote católico

El letrado del ‘padre’ Ángel insistió en que su error de no declarar a Hacienda es sólo «una omisión», un fallo «vencible» que no merece prisión. Recordó que su fin no era lucrarse con los «donativos voluntarios» que le hicieron los fieles y puso como prueba el testamento del procesado, en el que cede todos sus bienes a la congregación. «No hay prueba», recalcó, «de que el dinero haya ido a otro fin que no sea ese». Insistió en que Ángel fue ordenado por la corriente religiosa Iglesia Tradicionalista del Rito Latino.

Según el despacho del mismo día emitido por Europa Press, los dos letrados estimaban que el acusado “desde un principio, con su comportamiento montó un complot dirigido sólo por él” y que él es “el único responsable de urdir esta trama”, así como que creó dicho “entramado con el único objeto de enriquecerse”. Asimismo, han denunciado el “engaño” y la “manipulación” protagonizados por el falso cura.

El fiscal, por contra, descartó que el ‘padre Ángel’ fuera acusado de un delito de estafa. Ha señalado que para que los hechos por los que se acusa al ‘falso cura’ se contemplen como un delito de estafa “falta un elemento esencial, el engaño”. Igualmente, ha indicado que “el derecho penal no protege a los incautos” ni a personas que “en los siglos XX y XXI”, por su nivel de formación, puedan haber sido engañados por “curanderos o milagreros”.

El supuesto sacerdote, que como en anteriores comparecencias acudió a la vista vestido con sotana y acompañado por un grupo de seguidores, asegura que fue ordenado sacerdote en 1988 en Francia aunque el Arzobispado de Valencia no le reconoce como tal. El ‘padre Ángel’ fue presidente de la Junta de la Esclavitud del Sagrado Corazón de Jesús. Obras de misericordia’, una asociación sin ánimo de lucro que fue constituida en 1992 y que formaban feligreses del supuesto religioso.

Acreditar la procedencia del dinero

El fiscal y el Abogado del Estado coincidieron en destacar que el acusado debía acreditar “la procedencia de su patrimonio” y “justificar” el incremento de éste porque no había “una justificación clara”. Igualmente, estimaron que el falso cura debía explicar el origen del dinero que estaba a su nombre y que se localizó en sus dependencias.

“Si vamos a justificar esas cantidades hagámoslo con argumentos que sean serios”, indicó el representante del ministerio público, que agregó que tenía “interés en saber cómo se recogía el dinero” que el ‘padre Ángel’ tenía a su nombre porque se trata de “ganancias patrimoniales no justificadas”.

De este modo, tanto el fiscal como el Abogado del Estado rechazaron las explicaciones que el acusado dio en la primera sesión del juicio, en la que dijo que los bienes de la asociación que presidía estaban a su nombre porque los miembros de esta entidad confiaban en él y porque a pesar de ser el titular las propiedades no eran suyas sino de la Junta.

Igualmente, han considerado que no puede creerse que el falso cura no realizara la declaración de la renta porque como dijo estaba mal asesorado por su abogado, que le había comentado que por ser religioso estaba exento de declarar sus bienes y tributar. El fiscal ha dicho que la declaración del IRPF es algo que “todos hacernos excepto el acusado”.

Este último ha precisado que la suma de los bienes y del dinero que en el año 2000 era titularidad del ‘padre Ángel’ (por la compra-venta de seis parcelas en Picassent y por ingresos en cuentas bancarias) ascendía a 476.615,2 euros, según los datos del servicio de Inspección de la Agencia Tributaria.

Ha apuntado también que en 2003, “de forma absolutamente sorprendente”, se localizaron en el despacho del acusado 354.801 euros en billetes y ha indicado que ni él ni la Agencia Tributaria saben “de dónde ha salido este dinero” que se decía que era para la Junta a pesar de que ésta era “una entidad sin ánimo de lucro”.

El fiscal ha agregado que todas las operaciones las centralizaba el acusado que además era el que “materialmente gestionaba las cuentas”. Ha señalado que además de estar todos los bienes de la asociación a su nombre, también lo estaban las cuentas y que sólo en alguna ocasión compartía alguna con una sola persona, ahora fallecida.

El Abogado del Estado ha añadido que si el dinero procedía de donaciones, como había apuntado el falso cura, se debería haber hecho la declaración del Impuesto de Sucesiones y Donaciones cuando “aquí no hay ni el menor asomo de declaración de ese impuesto”. “No sabemos ni qué, ni cuando, ni quién, ni cómo para justificar ese incremento de patrimonio por donación”, ha afirmado.

La intervención de la Virgen

En el juicio, según leemos en Efe, que entonces quedó visto para sentencia, el abogado del Estado solicitó que al acusado se le condenara, además de por dos delitos contra la Hacienda Pública, a la prohibición de contratar con la Administración Pública por plazo de seis años.

El “padre Ángel” se instaló en Alzira y cada mes subía a un monte para que la Virgen María hablara a través suyo. Según el relato del fiscal, una de estas ocasiones “la Virgen pidió” que “se construyera un convento” con la aportación de los seguidores para que “la gente pudiera ir a misa”.

Posteriormente, fue nombrado presidente de la “Junta de la Esclavitud", y a través de la misma realizó numerosas operaciones inmobiliarias que culminaron con la compra de un convento en Picassent al que adhirió decenas de miles de metros cuadrados de campos anexos, todo ello pagado con aportaciones monetarias y patrimoniales de los fieles. La Guardia Civil encontró joyas y grandes cantidades de dinero en metálico guardadas en bolsas de plástico cuando registró el convento.

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