The Walking Dead

Ayer finiquitó la primera temporada de esta serie de muertos andantes – así diría la traducción literal -, emitida por La Sexta.

Personalmente, la serie me parece interesante, relativamente buena, es decir, en relación a lo que las cadenas de televisión nos despachan Evidentemente, si lo comparamos con Yo Claudio, Retorno a Brideshead y Arriba y Abajo, por poner algunos ejemplos, la cosa cambia, a peor, por supuesto. Muchas películas que se proyectan en el cine no tienen el nivel de esta teleserie, ¡y después los directores quieren vivir de ellas!

La historia está basada en el tebeo homónimo, publicado por Image. El argumento es muy sencillo: un policía, herido en acto de servicio, cae en coma y, cuando despierta, se encuentra un mundo tomado por los muertos vivientes – el inicio es similar a 28 días -; en la huída del hospital, se va encontrando muertos, muertos andantes y supervivientes. El protagonista va en busca de su familia, cosa que hace relativamente pronto ya que está con un grupo de supervivientes a las afuera de la ciudad.

El título de la serie está bien elegido, ya que tras lo que se desvelará más adelante, los muertos son animados por un virus, hongo, bacteria – no se sabe -, que les activa el cerebelo, las funciones sensoriales. En ese sentido, no son muertos «vivientes», sino «andantes», ya que estarían más próximos a los autómatas que a los seres vivos, por decirlo de alguna forma.

Independientemente del tema científico – tampoco hay que exigir una explicación de cómo un cuerpo, putrefacto, puede andar, cómo se produce el intercambio energético en unas células muertas, cómo les afectaría el paso del tiempo, etc, porque entonces la cosa pierde gracia -, lo que me interesa de estas películas de fantaciencia es lo que traslucen, quiero decir, la sociología que se descubre tras ellas. Cuando vi la película de Belén Rueda ….., me hizo mucha gracia la propuesta sobre los novísimos que nos hacía el director: al morir, aspiramos a lo sumo, a repetir este mundo, donde además, algunos muertos se dedican a hacer la puñeta a los vivos, todo muy penoso. En definitiva, si lo que nos espera es un vida igual que esta, aunque estemos con los nuestros, la vida – y por ende – la muerte, es un verdadero infierno. En cierta medida, este tipo de películas nos informan de lo que se piensa en estas cuestiones. Evidentemente, no se puede deducir que los espectadores en particular, o la sociedad en general, piensen de la misma manera que el director, pero sí traslucen, como en un espejo, el substrato en el que crece el cuerpo social, donde muchas de estas ideas están incorporadas, o al menos aceptadas, en el acervo cultural.

De ahí radica mi interés en este tipo de teleseries que tratan temas de fantaciencia. The Walking Dead, tiene varios detalles llamativos. Yo quiero señalar cuatro:

- primero: disolución del ser humano en la naturaleza. Como burdamente diría Feuerbach, lo que piensa es el fósforo. Hay una relación entre los actos humanos, sean estos los que sean, con la materia, porque es el mecanismo – si se me permite utilizar este termino sin caer en el cartesianismo – que se pone en funcionamiento en la producción del pensamiento, sentimiento, etc. Si analizásemos el cerebro de una persona que se enfrenta a un problema matemático, veríamos las sinapsis que se producen en dicho órgano. Sin embargo, lo contrario no se puede afirmar. Es decir, si produjéramos dichas sinapsis cerebrales, ¿se obtendría el pensamiento deseado? Esta sería una conclusión materialista. El hombre sería un producto de la evolución de la materia, que se organizaría al azar, hasta dar lugar a un autómata clase alfa: el ser humano. Esta visión del ser humano es el que trasluce dicha serie. El cerebro, tras morir, es activado por la acción de un virus, hongo, bacteria o lo que sea, entra en funcionamiento en parte, el cerebelo, que activa las funciones sensoriales – vista, ¿gusto?, olfato, tacto y oído -. El hombre sería un robot, donde el virus – al menos así lo veo yo – que actúa sobre los muertos reorganizaría las sinapsis cerebrales para convertirlos en los «caminantes». Según explican en el último capítulo, la zona frontal del cerebro, la parte evolucionada, quedaría oscura, esto es, muerta. No hay alma. El hombre es materia, evolucionada.

- segundo: los protagonistas no rezan. Excepto un desquiciado al que abandonan a su suerte, el cual, asediado por los «caminantes», comienza una oración que degenera en blasfemia a Cristo. Es cierto que salen temas relacionados con la religión – uno de los supervivientes habla de la ira de Dios -, pero son lugares comunes, conceptos vacíos sin ningún tipo de transfondo real.

- tercero: la esperanza, pero no la virtud teologal, sino una esperanza humana que no es más que una posibilidad. En un mundo donde Dios no aparece por ningún lado en la vida de los supervivientes – precisamente las situaciones de crisis son momentos de apertura a la trascendencia, de ahí lo diabólico de la eutanasia -, la conclusión lógica es la desesperanza, lo que aparece en los supervivientes – dos – que se suicidan.

- cuarto: anomia. El principal defensor de esta tesis es el policía, precisamente el encargado de defender la ley. La ley es creada - ¡ay, Occam! -, la voluntad se impone sobre ella. En una situación de crisis, ya no hay regla. Todo lo contrario de lo que significa la Ley Natural, que es ingénita y, por tanto, se mantiene siempre. Esto es muy americano - ¿no son acaso hijos de Calvino? -, muy protestante. Y muy irreal. Porque los personajes sienten la necesidad de enterrar a los muertos, por ejemplo. En este sentido, la serie refleja perfectamente las contradicciones de nuestro mundo, que quiere crear la moral, en contra mismo de la naturaleza.

Estas son mis impresiones de esta entretenida serie. Los muertos vivientes son la escusa que permite el desarrollo de la historia, donde se van perfilando la personalidad de los personajes, la situación crítica es el cuadro donde se pinta el paisaje formado por los supervivientes.

8 comentarios

  
José Ángel Antonio
Vaya, Isaac, qué casualidad. Yo no tengo tele, pero resulta que entre ayer y hoy (justo ahora) me he visto toda esta serie por internet (excepto el primer capítulo) en inglés, quizá no he entendido algunos diálogos, pero, vamos, a mí también me ha gustado bastante.

Sobre los 4 puntos que comentas:

"- primero: disolución del ser humano en la naturaleza. Como burdamente diría Feuerbach, lo que piensa es el fósforo."

Bueno, creo que la serie no toma partido. Ni es materialista pura ni hace un discurso de "la carne muere, pero el alma permanece y nos hace humanos". Los zombis SI se nos dice que es mera materia andante. ¿Y los humanos? No se nos dice... pero algo sí se ve: que los humanos no somos zombis, no somos mera materia andante... detrás de la escena de las sinapsis cerebrales no veo una homilía materialista. Creo que es una condición del género literario: mostrar que no somos bestias (no somos el "monstruo") ni somos máquinas, ni zombis... somos algo distinto (lo que favorece a la visión cristiana del hombre, creo yo).

"- segundo: los protagonistas no rezan." "lugares comunes, conceptos vacíos"

Cierto, y es decepcionante. Y eso que son personajes de la América rural y que van en una furgoneta de una parroquia luterana. Es poco creíble que americanos rurales en un apocalipsis no se dediquen a rezar. ¡¡En las novelas de Stephen King, y mucho más en las de católico Dean Koontz sí lo hacen!

La causa creo que es que la serie nace de un comic medio-underground, de tripas y casquería. Los comics de género son menos "mainstream" (menos religiosos, por tanto) que las series de TV. Simplemente, adapta el guión del cómic.

"- tercero: la esperanza, pero no la virtud teologal, sino una esperanza humana que no es más que una posibilidad."

Es una consecuencia de lo 2º y del género: queremos dar miedo, sensación de acoso. Si el grupo es creyente, tiene esperanza fuerte, sentido de comunidad, de construcción de orden ante el caos, da menos miedo. Efectivamente, dos se suicidan "porque sí".. y nadie les dice "te necesitamos, somos un equipo, todos dependemos de todos". Y mucho menos "Dios tiene un plan para cada uno, seamos luchadores".

- cuarto: "En una situación de crisis, ya no hay regla. Todo lo contrario de lo que significa la Ley Natural"

Efectivamente, es otra debilidad de la serie. Decir "es que luchan por sobrevivir y punto" no es bastante. Tienen que preguntarse "quiénes somos". ¿Somos americanos, seguimos aplicando la ley y el orden? ¿Seguimos defendiendo la monogamia, el no al canibalismo, al incesto, el enterrar los muertos?

Yo no veo que la peli se pronuncie sobre esto. Más bien me quejo de que no plantea estos temas.

Resumiendo: no se basa en una novela de ciencia ficción apocalíptica, como podría ser El martillo de Lucifer, o La Tierra Permanece o El Día de los Trífidos... no, se basa en un comic gamberro de zombis. Busca dar algunas emociones y mutilaciones y no se plantea preguntas sobre el sentido de la sociedad, la comunidad, etc... pero por contraste con los zombis, nos muestra algo de lo que significa ser humano.

¡Felicidades por sacar el tema!
27/01/11 2:19 AM
  
José Ángel Antonio
Un poco en la línea que yo comentaba hay un artículo en ForumLibertas sobre otra película de zombies, que también es gamberra pero tiene mucha más moraleja, que es Zombieland.

http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=16009

Zombieland y Munilla coinciden: los zombis estamos en Occidente, no en Haití

Devorar y correr, ir en masa pero ser individualistas... Zombieland es lo que vivimos los opulentos
27/01/11 2:27 AM
  
Vult
Estoy de acuerdo en los puntos que trata en su artículo. A mí me llama la atención la fidelidad en el matrimonio del protagonista, y en especial el papel de la esposa, sometida a un dilema moral que supongo desencadenará más problemas en la trama en próximos capítulos, fidelidad en el matrimonio, hoy muy rara de ver en la televisión, tan cargada de pansexualismo. Aunque el aspecto religioso de estas series tiende a ir hacia el sincretismo, como ocurrió con la exitosa aunque decepcionante “Perdidos”.

Saludos y Bendiciones.
27/01/11 9:36 AM
  
Luis López
A mí la serie me gusta, simplemente poque la considero una metáfora magnífica de nuestro mundo: una inmensa mayoría de humanoides sin más conciencia que consumir (a costa del prójimo), y gentes que intentan sobrevivir en ese mundo realmente tenebroso, pestilente y putrefacto. Un balazo en el cerebro medio muerto de los zombies (según el científico a los "caminantes" sólo les funciona el cerebelo) es como una sacudida de espiritualidad que los libera.

Cierto es que la serie presenta un pesimismo "inmanentista", y es verdad que echamos de menos una mayor espiritualidad. Pero ¿No es acaso ese mundo que nos dibuja la serie el mundo que nos viene, un mundo donde el egoísmo irá acompañado, como dice la Biblia, de una "gran apostasía"?

La serie se ubica en el córazón muerto y podrido de un mundo que prescinde de Dios, y que sólo pretende sacar unos minutos más de vida. Pedir más espiritualidad me parece desconocer las bases y el mensaje terrible de esa serie. Lo que vemos es (será) lo que nos viene encima.

Espero con impaciencia la segunda temporada.
27/01/11 9:37 AM
  
Johan Liebhart
Isaac, increible pero estoy totalmente de acuerdo contigo con todo lo que has escrito, este fin de semana veré el último capítulo, y aun así estoy totalmente de acuerdo.
¿Una pregunta? ¿Eres aficionado a los comics o has sacado la información de algún sitio?

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IGE: Las dos cosas. Era un aficionado a los tebeos y he sacado la información de interrete. Hace tiempo que dejé de comprar, pero todavía recuerdo con cariño los viejos tebeos de Vértice y de Forum.
27/01/11 11:06 AM
  
gringo
En el primer capítulo el protagonista visita una granja abandonada y se encuentra un matrimonio suicidado que ha escrito en la pared "Dios, perdónanos".
En otro capítulo, uno de "los malos" es esposado y abandonado por el prota y cuando cree que lo van a devorar los zombis, empieza a rezar, pero ante su desesperación al no producirse un milagro inmediato empieza a blasfemar y a decir algo así como "¡nunca me has ayudado y no me haces falta!", y el tío se corta su mano y se larga sin que se sepa más de él en el resto de la primera temporada...
En el último capítulo es precisamente la mujer que plantea la cuestión de que tal vez en lugar de un virus sea "la ira de Dios" la responsable de todo, la que pierde la esperanza y no acompaña a sus amigos a un nuevo destino.
Desde luego Dios no queda demasiado bien en la serie. O no da esperanzas a los suyos y éstos se acaban suicidando, o los pecadores pasan de él y se bastan a sí mismos, o por alguna razón ha decidio exterminar a la humanidad que se resiste a morir.
Ya veremos cómo avanza la segunda temporada, tal vez el cómic no llegó más allá y los guionistas puedan ser más libres. Desde luego si el argumento empieza a retorcerse y complicarse puede acabar sucediendo cualquier cosa, como en "Perdidos".
27/01/11 12:06 PM
  
Nelson Medina
Brillante tu exposición del tema, Isaac. Ya decía en alguna entrevista Steven Spielberg que el cine se ha convertido en el lugar de planteamiento y discusión de las grandes cuestiones que antes eran patrimonio sólo de la filosofía y la teología.

Gracias por este post.

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IGE: not at all.
27/01/11 5:11 PM
  
Diego
Vaya sorpresa Isaac, nunca te habría imaginado viendo una serie de zombis y menos viniendo de un comic de esos modernos.

Buen post. Paz y bien.

27/01/11 7:30 PM

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