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14.04.09

Iglesia + empresa = 0

Me reafirmo una vez más: la Iglesia cuando ejerce como empresaria es un caos.

El mejor ejemplo: el monumental espectáculo donde se ha mentido la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, el Consejo de Administración de la cadena Cope, el director general de la empresa y hasta el último mono que ambule por los pasillos de la calle Alfonso XI, número 4, sede de la Cope en Madrid.

Desde anoche se calentaron los motores en los diarios digitales y en los foros correspondientes. El editorial de César Vidal era un magnifico alegato a la condena de “porteros de la noche” de él y de Federico. La historia del pueblo romano tiene un buen caso: el del general Estilicón, cuya muerte a manos de sus compañeros tenía una sola motivación: no ser católico. Aquella masacre de padre e hijo trajo consigo la entrada de las tropas bárbaras en Roma que la asolaron. Este acontecimiento hizo a San Jerónimo escribir en una de sus cartas: “tempus lacrimarum", era el año 410.

El programa de La Mañana de Federico, de hoy, ha sido lo que se esperaba: una adhesión inquebrantable a su persona, pensamiento y trayectoria por parte de sus contertulios y oyentes que han entrado como un cañón a defenderlo. Esto era normal.

Durante las horas que han pasado, los digitales vuelven a la carga. La izquierda eclesial está que vomita sangre contra Federico por su altivez, su desacato, su reto y demás gaitas contra los obispos, dueños de la empresa Cope. Dentro de esa casa está el caso singular de un cura cuyo nombre no me acuerdo ahora, que hoy ha bramado contra una afirmación salida de la boca de Federico, pero que sacada de contexto es una “herejia".

Mientras, se encuentra la gran argumentación de Federico y César: si no son profesionales excelentes para estar por la mañana, ¿por qué se les señala la puerta para ser “porteros de la noche"?, ¿si no cumplen el Ideario de Cope por la mañana, se les deja que no lo cumplan por la noche?. Aquí está la prueba de lo mal que lo ha hecho la Iglesia como empresaria, tanto los obispos correspondientes como los laicos que les representan en los órganos directivos de la empresa.

Sinceramente me reafirmo en lo indicado antes: la Iglesia de España va a repetir la historia de la venta de la cadena de periódicos y del diario Ya en papel. La Iglesia de España no sabe ser dueña y empresaria de medios de comunicación propios. Y lo afirma y lo firma uno que ha asistido dentro de la empresa a la venta y demolición de los diarios citados, y al engrandecimiento de la Cope.

Ahora estoy aquí, en lo alto de El Olivo observando de día como un águila y de noche como un buho los tejemanejes empresariales de la Iglesia española con la Cope. Y sinceramente me duele que vuelva a repetirse la historia.

Tomás de la Torre Lendínez

13.04.09

Dios en el cerebro

Termino de leer un interesante artículo en elmundo.es, sección de ciencia, titulado Dios: una red de neuronas. Se pretende confirmar algo sabido: muchas raíces religiosas están en nuestro cerebro y por lo tanto nacemos con esas ideas innatas.

Cuando en la universidad nos explicaban paleontología nos daban similares explicaciones, pero tomadas desde el punto de vista de los restos óseos y de utensilios, que los arqueólogos llevándolos al laboratorio había detectado el sentimiento religioso de los seres humanos más primitivos en las culturas más remotas de la prehistoria. Esto supone que sí, que nacemos con ideas innatas de una religiosidad determinada, dependiendo del lugar, de la sociología y de la civilización en la que hemos nacido.

Los libros de texto de Religión de primer curso de la enseñanza secundaria obligatoria presentan a los alumnos cómo los hombres antiguos tenían dos tipos de religión: la celeste y la telúrica. La primera dirigiendo la mirada a todo el universo cielo que contemplamos de día o de noche, siendo propia de pueblos nómadas. Y la segunda practicada por pueblos sedentarios, donde la madre tierra y sus frutos forman parte de la relación religiosa de aquellos seres primitivos.

Si, ahora, la neurología y la neurociencia están estudiando en qué parte de nuestro cerebro se forman las ídeas religiosas, resulta que se complementa con lo que el estudio de los restos arqueológicos nos han demostrado. Incluso, se apunta, en el artículo citado que las ideas ateas pueden tener un lugar donde se frabrique el pensamiento de la negación de la existencia de lo divino.

Sea como sea, nosotros, cuando ahora estamos celebrando la Pascua de la Resurrección del Señor de entre los muertos, tenemos seguridad plena de su resurrección por los testimonios de los que lo vieron y lo oyeron y contemplaron la tumba vacía y nos lo transmitieron escritos en la Palabra de Dios, en el Nuevo Testamento.

Por esto, la liturgia de estas fechas pascuales nos insiste mucho en la palabra “testimonio” de lo que hemos visto y oído en la boca y el ejemplo de los apóstoles de Jesús. Y nuestra misión estos días y siempre es la misma: ser testigos fieles de la Resurrección del Señor de entre los muertos. La cuestión es no olvidarse de esta responsabilidad nunca, para eso nos hado el Señor un cerebro, donde encontramos la memoria, la inteligencia y la voluntad, propiedades fundamentales de nuestra alma.

Tomás de la Torre Lendínez

12.04.09

La obra Resurrexit en Jaén

Acabo de llegar de un gran estreno teatral. Ha sido en la ciudad de Jaén, en el teatro infanta Leonor. La obra representada se titula Resurrexit, escrita por don Ramón Molina Navarrete, escritor, poeta, actor y amigo de muchos amigos entre los que me encuentro. El grupo teatral está patrocinado por la Cofradía de Jesús Salvador en su Santa Cena y María Santísima de la Caridad y Consolación. Todos los actores son voluntarios aficionados que han estado un año preparando la obra que abarca desde el momento del enterramiento de Cristo hasta la Ascesión a los cielos. Son ocho cuadros diversos dentro de la una linea argumental que sigue al pie de la letra el texto del Nuevo Testamento.

El autor y actor principal ha sabido llevar al espectador de una forma muy inteligente, ya que manteniendo las verdades evagélicas en su esencia las ha arropado de un lenguaje actual llevando al teatro lleno, con una capacidad de ochocientas personas, los grandes problemas del hombre de hoy: la tibieza, la falta de fe, la cobardía, el miedo al fracaso, la mala suerte, la lejania de Cristo, el no encontrar a Jesús en estos momentos….

Y ha destacado la fuerza transformadora del mensaje del evangelio: la alegría pascual, la fuerza de Cristo resucitado para nuestra salvación, la centralidad del sacramento de la Eucaristía en el camino de la vida cristiana, la figura esencial de Pedro como el primus inter pares, la llamada universal a la santidad, la seguridad de la fuerza del Espiritu Santo y, aunque ascendido a los cielos, el autor ha jugado con el público acabando con la afirmación de la Ascensión de Cristo a los cielos, pero reapareciendo por la parte trasera del patio de butacas afirmando que se ha quedado entre nosotros en todos los sacramentos, de modo singular en la Eucaristía y en todos los hermanos más pobres y necesitados.

El cuadro de la apoteosis final, con el público puesto de pie aplaudiendo a rabiar, ha escenificado en una pintura propia de los maestros del Renacimiento, donde los más de sesenta actores estaban petrificados sobre las tablas. Un enorme éxito del estreno de esta obra que estará en cartel durante los dos próximos domingos con todo el billetaje vendido.

Todo el dinero recaudado tiene un fin caritativo: la cofradía tiene en contrucción una residencia de ancianos en la zona norte de la ciudad de Jaén.

Desde aquí felicitamos al autor, actor pricipal y maestro de enseñanza teatral don Ramón Molina Navarrete, que une este éxito a tantos como lleva en su vida. Y a todo el cuadro de actores noveles, voluntarios y aficionados a que sepan que lo han realizado magnificamente.

Se pretende que cada año se repita por la Pascua de Resurrección esta hermosa obra titulada: Resurrexit.

Para mí ha sido acabar el Domingo de Resurrección de este año de gracia 2009 en el mejor ambiente: siendo espectador de una gran obra que nos demuestra que si Cristo ha resucitado, los cristianos no debemos tener ningún miedo porque el Señor ha vencido a la muerte y está con nosotros.

Tomás de la Torre Lendínez

Damián es cristiano desde hace un año

Hace un año, en la solemnidad de la Pascua de Resurrección, era bautizado Damián León Moral, un hombre de 40 años, que habia realizado su correspondiente catecumenado. Cuando nació, sus padres eran unos progresistas del sesenta y ocho unidos por lo civil, no lo bautizaron, ni había tomado la primera comunión.

Damián creció con la España de la Transición, donde todas situaciones como la suya fueron habituales y, además, consideradas como un favor a la persona. Cuando alcanzó la mayoría de edad, se unió a una amiga civilmente, compañera de estudios de la facultad. Acabaron la carrera y se marcharon a dar clases de inglés, tras ganar sus oposiciones, a un instituto de enseñanza secundaria obligatoria.

Todo les iba bien, hasta que un fatal accidente de tráfico mandó a los padres de Damián al más allá. Cuando el padre estaba en el hospital manteniendo un hálito débil de vida le dijo a su hijo que procurara buscar su felicidad de una manera menos materialista de como él habia vivido. Al principio aquel hijo no entendió el mensaje.

Más tarde, llegó a comprenderlo todo. Una tarde estaba en casa corrigiendo exámenes. Cristina, su pareja, habia salido a realizar unas compras. Llamaron al timbre, Damián abrió y eran dos mujeres de la Legión de Maria, enviadas por la parroquia que realizaban el censo parroquial de feligreses. Les dejó pasar y contestó a las preguntas elementales de la ficha censal. Él estaba picado por la razón que movía a aquellas dos personas a dedicarse a este asunto de forma voluntaria. En el transcurso de la conversación una de las legionarias de María le informó que ella estaba allí, porque sabía que Dios se lo pedía como una consecuencia lógica de su compromiso con el Señor y el prójimo. Todo era un lenguaje ininteligible para Damián.

Tras aquella visita, Damián comenzó a pisar la iglesia. Entraba timidamente y hablaba con aquella “caja dorada” que veía en el centro del altar. En un momento determinado, sintió la necesidad de dialogar con el sacerdote de aquella feligresía. Tras varias encuentros entre ambos, nació una sinceridad amistad entre ellos. Cristina, la compañera de Damián, le exigió explicaciones a los cambios que se habían operado en él, quien se las presentó sobre la mesa; pero ella al no aceptarlas, tomó la rápida decisión de abandonar aquella casa y al hombre al que había querido hasta ese momento.

Viendose solo, Damián pidió a su amigo el cura entrar en el proceso de catecumenado para la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana. Así fue y desde hace un año Damián es un cristiano comprometido, que hasta pasea con una chica que es miembro del grupo de liturgia de la parroquia.

!Feliz Pascua de Resurrección para todos los lectores y amigos¡

Tomás de la Torre Lendínez

11.04.09

La Semana Santa de Quevedo

Cuando se visita el pueblo manchego de Villanueva de los Infantes, entre las muchas obras arquitectónicas como la plaza Mayor, la parroquial de San Andrés, el hospital de Santiago, la Alhóndiga, la Casa del Arco, la Casa de los Estudios, la casa de Santo Tomás de Villanueva, la casa de la Inquisición, el convento de la Encarnación y el convento de Santo Domingo, fundado en 1526, siendo desamortizado en 1844. La iglesia fue construida en el siglo XVII con planta de cruz latina y tres capillas laterales.

En este convento murió el escritor don Francisco de Quevedo y Villegas, Madrid, 1580, Villanueva de los Infantes, 8 de septiembre de 1645. Se encuentra la habitación donde falleció el gran literato del Siglo de Oro español.

Entre sus obras se encuentra una titulada:
Semana Santa, o Lamentaciones de don Francisco de Quevedo y Villegas a la muerte de nuestro Señor Jesucristo:

Si te alegra, Señor, el ruido ronco
de este recibimiento que miramos
advierte que te dan todos los ramos
por darte el viernes más desnudo el tronco.

¿A donde vas, cordero, entre las fieras,
pues ya conoces su intención villana?.
Todos, enfermos, te dirán !Hosanna¡.
Y no quieren sanar, sino que mueras.

Hoy te reciben con los ramos bellos
(aplauso sospechoso si se advierte)
pero otra noche, para darte muerte
te irán con armas a buscar con ellos.

Y porque la malicia más se arguya
de nación a su propio rey tirana,
hoy te ofrecen sus capas, y mañana
suertes verás echar sobre la tuya.

Si vas en tus discípulos fiado,
como de tu inocencia defendido,
del postrero de todos vas vendido,
y del primero, cerca de negado.

Mal en los huertos tu piedad pagamos:
tu paz con la olivas se atropella,
pues son tu muerte, fue la causa de ella
la primer fruta y los primeros ramos.

Es interesante conocer el pueblo de la muerte de este singular escritor español. Se aprende como en aquel siglo como en este quien tiene el mal vicio de poner las letras en orden para expresar pensamientos, sentimientos y opiniones, se expone al escarnio y la burla, a la crítica y ruindad, y si necesario fuere hasta morir en carcel dominica, aún siendo caballero de la orden de Santiago.

Quevedo, escritor y poeta, cerró los ojos en el pueblo manchego y fue enterrado en Madrid, en cuya corte tantos lances tuvo que mantener para sostener su encorvada figura y sus singulares “quevedos” que le ayudaban a su gran miopía física y a ver detrás de muchas situaciones las manos del mismo Dios nuestro Señor, como lo expresa en el poema escrito más arriba.

Tomás de la Torre Lendínez