El Papa en un cartel electoral argentino

La historia de los Papas está plagada de luces y sombras, de cumbres de santidad y barrancos profundos de ignorancia, de intrigas palaciegas y excelentes personas que han marcado la historia de la propia Iglesia y el mundo posterior.

Los Papas siempre han sido juzgados por la historia posterior a su pontificado. Y así seguirá siendo, como se hace con todos los personajes situados en el quicio de la vida de una institución, mucho más la Iglesia creada por Cristo sobre la roca de Pedro, pero dirigida y formada por personas humanas.

La situación novedosa es que a los Papas de los últimos cuarenta años se les juzga por su pasado antes de subir al solio pontificio. Y ese pasado mezclado con un presente vivo produce lo que esta ocurriendo en Argentina.

Veamos tres ejemplos palmarios.

Juan Pablo II siendo estudiante en Polonia fue un antinazis fervoroso. Después fue un anticomunista enardecido, tanto que siendo Papa de Roma apoyó con todas sus fuerzas al hundimiento de la dictadura del proletariado con la caída del muro berlinés.

Nadie niega hoy que el atentado en la plaza de San Pedro, en mayo de 1981, se fraguó en las cloacas de los sistemas comunistas del este europeo.

Benedicto XVI, antes de ser elegido sucesor de Pedro, era conocido como el “panzer cardinal”, por su papel al frente de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y por supuesto por su obligado modo fotográfico juvenil de adhesión al mundo hitleriano.

Sus condenas del nazismo han sido recogidas en sus escritos y visitas a su misma tierra alemana. Las hemerotecas son la fuente inagotable donde se puede comprobar.

Ahora, con el Papa Francisco está ocurriendo algo parecido: se le recuerda su posibles orígenes peronistas, y se manipula intencionadamente su presencia en Brasil con la recepción a la presidenta doña Cristina, usando su imagen y palabras con fines manipuladoramente electoralistas.

Esta sonriente presidenta que ha plagado de carteles las calles argentinas en apoyo de la candidatura de su partido en las elecciones del próximo octubre, ahora niega sus intenciones manipuladoras y olvida sus críticas al cardenal de Buenos Aires, cuando éste pastoreaba aquella archidiócesis argentina.

En la sociedad de la imagen, en la que vivimos, no todo vale ni todo es moralmente lícito para engañar a los futuros votantes, a quienes advierto que en su mano libre tienen la opción de votar a quien deseen y se merezca recibir la confianza necesaria en un sistema democrático.

Pero detesto esta manipulación y la considero nefasta, pues retrata a las personas que están detrás de semejante engaño publicitario.

¡Amigos, argentinos, vos tenéis la libertad de actuar en conciencia¡

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Tomás de la Torre Lendínez

5 comentarios

  
Caminant
La manipulación es un arte(diabólico,claro)y muchos se sirve de ella,don Tomás.
Juzgar a las personas por facetas de su juventud(no siempre bien mostrada)y no por su presente es torticero.
Los Papas que se citan muestran su hacer como cristianos,lo demás,poco importa a mi entender.
Un abrazo.
01/08/13 8:46 AM
  
Rufus T. Firely
Es triste... no diré indignante, porque la indignación se basa en gran medida en la sorpresa y el impacto que uno recibe ante un estímulo negativo, y sinceramente de los políticos me lo espero todo. Pero sí triste contemplar como la bondad y el deseo de reconciliación del Papa es utilizado para arrancar votos de una parte de la población mediante un uso torticero y manipulador de una imagen.
01/08/13 10:23 AM
  
Franco
No se haga drama, Don Tomas, nadie en la Argentina se ha olvidado de quien es la presidenta. Y el usar la imagen del papa me parece que la hunde mas, ya que la deja como una hipocrita. Aunque seguramente pase las primarias, en octubre puede llevarse una sorpresa.

PD: ¿Ha visto las campañan de los otros partidos? Incluso hay uno que promete mandar a la carcel a ciertos politicos.
01/08/13 3:25 PM
  
Gregory
Lo siento por Caminant pero no toda manipulación es necesariamente mala puede ser para bien. Con respecto a la manipulación política de la figura del papa es un acto oportunista por parte de un gobierno presidido por una dinastia política que tuvo profundas diferencias con el papa cuando este fue Arzobispo de Buenos Aires.
01/08/13 6:24 PM
  
Alf_3
Si ya lo utiliza el simpático de Evo, ahora Cristina, seguirá Maduro o Castro o Peña Nieto?
02/08/13 3:12 AM

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