Desde un Enrique de Entrevías a un Enrique de la Complutense

He tratado a muchos Enriques. Siempre han sido gentes valientes y comprometidas. Uno de ellos, amigos desde la infancia, lee este Blog desde su nacimiento. A él le recuerdo hoy.

Existen dos curas con el mismo nombre: Enrique. Viven en Madrid, pero tienen una vida tan dispar como las vías que Entrevías se cruzan sin juntarse nunca.

El Enrique más mayor, tiene de apellido de Castro, está en la antigua parroquia de San Carlos Borromeo, en el bario madrileño de Entrevías, donde el viernes de Carnaval organizó junto a sus colegas un bodrio carnavalero dentro del propio templo, que ha sido poco ignorado por la prensa de izquierdas.

Y, donde, hoy tiene lugar una conferencia, dentro del ciclo sobre Teologías de la Liberación en el nuevo escenario político y religioso, que lleva por título “La función liberadora de la filosofía de Ignacio Ellacuría, como una filosofía de la historia”, y estará a cargo de Karla Gabriela Trejo, teóloga mexicana.

El otro Enrique, es el capellán de la Complutense a quien le han encerrado la capilla universitaria a un rincón de 25 metros cuadrados. Este valiente Enrique ha escrito una carta, donde no aparece la violencia como respuesta al laicismo imperante en la Universidad cuyo rector es el hijo del comunista Santiago Carrillo.

Invita a los estudiantes católicos a acudir a rezar y a los varios actos de culto diario y semanal, sobre todo en este tiempo cuaresmal.

Entre un Enrique u otro, me quedo con el segundo, un hombre de sentido pastoral, de amplio recorrido de dialogo con las fuerzas laicistas imperantes en la Complutense, un pastor de paz y reconciliación, un fino confesor de las almas de los jóvenes universitarios que acuden arrepentidos de sus pecados, y un gran celebrante de la misa universitaria a las primeras horas de la mañana, donde se llenaba hasta ahora, cuando tenían espacio suficiente.

En el rincón donde ahora han llevado a la Capilla tendrán que usar el pasillo aledaño como ampliación, poniendo algún altavoz de quita y pon, o usando alguna pantalla que pueda transmitir por Internet el acontecimiento del Misterio Pascual de Cristo, sacramento cumbre de la vida de los cristianos, en ese lugar de los jóvenes universitarios.

El otro Enrique está perdido entre las cortinas marxistas colocadas dentro del cristianismo. Allá él con sus desvaríos que no le llevarán a nada.

Enrique, el capellán universitario, es un valiente pastor que le planta cara al laicismo más negro, no con violencia, sino con amor, oración y testimonio cristiano, tal y como todos los cristianos perseguidos han vencido a sus maniáticos perseguidores.

La noticia de los acontecimientos de San Carlos Borromeo está aquí.

http://www.redescristianas.net/2012/02/26/madrid-10a-sesion-de-curso-de-teologia-de-la-liberacion-en-entreviascatedra-ignacio-ellacuria/

La información sobre la capilla y la carta del capellán están aquí.

Tomás de la Torre Lendínez

5 comentarios

  
Asclepio
Una diferencia como la de la noche con el día.
Como la de la verdad con la mentira.
Como la de la vida con la muerte.

Dos Enriques y una sola verdad:

" In hoc signo vinces ".

Rezamos por los dos. Pero solo uno vencerá.
La herejia marxista siempre pierde.
27/02/12 10:24 AM
  
clavel
La respuesta: Más rosarios, más Confesión, más santificación. Es el misterio de loa vida. Que sólo se puede resolver bien en el misterio de la oración. Un cura bueno, otro , malo. Actos de fe, escándalos...
27/02/12 11:03 AM
  
Juan Mariner
Si merodean los nefastos Carrillo por la Complutense, Dios nos coja confesados.
27/02/12 11:37 AM
  
Ricardo de Argentina
¿Cómo puede el hijo de semejante asesino estar al frente de una Universidad?
Al menos me imagino que la tal Universidad no tendrá cátedra de Derechos Humanos, verdad?
Porque si no, sería patético.
27/02/12 6:09 PM
  
Luis
como de la noche al dia
27/02/12 7:15 PM

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