Las tabletas, los tertulianos y los monos

Durante las fechas navideñas y, de modo singular, entre hoy y mañana, los regalos son los reyes con minúscula de las relaciones familiares. Cada año, la sociedad de consumo, aún durante la crisis económica, no se detiene en presentarnos por los ojos los últimos artilugios del mercado.

Uno de ellos son las llamadas tabletas electrónicas, las cuales se han convertido en el juguete de muchas personas. Una tableta de estas han recibido los parlamentarios cuando han tomado posesión de su escaño en las Cortes.

Hace unos días participé en una tertulia en una emisora de radio. El único que no portaba ese aparatito era un servidor. Los demás estaban con los dedos pulsando no se sabe que para no participar del asunto que tratamos que fue muy interesante: avances dentro de la Iglesia tras el gran acontecimiento de la JMJ de Madrid.

Según he leído en el diario El Mundo en un zoológico de Estados Unidos están usando estas tabletas para estudiar cómo los monos allí enjaulados se comunican con otros de su propia especie por medio de la Red.

Este experimento me parece bien. Lo que no me parece lógico es estar en una tertulia y que las personas estén pegando con el dedo en una pantallita táctil buscando lo que sea. En un receso publicitario el conductor del programa rogó a todos que cerraran sus tabletas para otra ocasión más oportuna. Tenía toda la razón.

Creo que es una desconsideración para los oyentes de radio, como para los televidentes, que en una tertulia se encuentren equis personas pegadas a la pantallita de las tabletas, reinas de los regalos de estos días.

El hilo de la conversación de una mesa de diálogo se pierde cuando el manitas de turno esta buscando lo que le parezca. Esto se nota mucho en programas nocturnos de televisión y debate.

Creo que se deben prohibir el uso de estos artilugios informáticos por muy de moda que estén durante las tertulias en televisión y radio. Es un beneficio al espectador y al oyente, además de que ninguno de los dos lo toman como una falta de respeto a los cientos de personas que oyen una radio o miran el televisor.

Deseo que estas reflexiones ayuden a los dueños de estos endiablados artefactos y que lo usen a modo personal, en tiempo y forma convenientes. Los demás seguiremos mejor un programa cuando todos están metidos en la salsa y el calor del debate.

Para saber más haga clic aquí.

Tomás de la Torre Lendínez

7 comentarios

  
juan
Muy muy bueno Padre. Eso sí, hay algo que me ha hecho más gracia y es:
"en un zoológico de Estados Unidos están usando estas tabletas para estudiar cómo los monos allí enjaulados se comunican con otros de su propia especie por medio de la Red."
Debe ser la moda del principio de 2012, y viendo como proliferan estos días los artículos acerca de Darwing Macro Evolución etc esto debe ser parte de tratar el conseguir el reverso de la evolución, de hombre a mono...
Creo que se habló de eso también.

En mi casa a mis hijos siempre pido dos cosas, que se quiten la gorra y que se dejen el "smat-phone" (mejor el teléfono tonto) en el coche. Mi mesa es sagrada.
05/01/12 1:53 AM
  
Gaby
A mí me parece que el asunto de las tabletas es un síntoma de un problema mayor. No sé cómo llamarlo, es una especie de "deshumanización" del ser humano.

Yo he tenido que renunciar a ir a comer con los pocos amigos que me quedan, por culpa de los benditos aparatitos. O más bien, por culpa del USO que le dan a los aparatitos. Hay ocho personas en la mesa y diez aparatos zumbando. ¿Con quién hablan? ¿Qué tanto se cuentan? ¿Por qué la gente que está "en línea" es más importante que la que está "en vivo"?

Díganme loca, pero sospecho que hay una relación entre esto y muchos otros males de la sociedad, desde el aborto hasta la violencia intrafamiliar. La gente ya no quiere a la gente, quiere vivir en una especie de "matrix" donde no tenga que ver a nadie, a menos que sea a través de una pantalla. Es alucinante.
05/01/12 3:24 AM
  
Sergi
Padre, como todo avance, ahora es que se comenzará a crear las normas de etiqueta para su uso.

La verdad, tiene toda la razón en lo que ha dicho.

Ahora bien, también es cierto que es una tremenda ayuda, si lo sabes usar inteligentemente.

Yo tengo una, y le he cargado cualquier cantidad de apps que gentilmente los gringos han creado para la fe católica. Muchas de gran calidad. Por ejemplo, tengo un app que me trae incorporado todos los documentos de CVII; CVI; encíclicas de los últimos 7 Papas; leccionario diario, Novus Ordo y el tradicional; Devocionario con reflecciones; joyas de la espiritualidad, Biblia con deuterocanónicos, etc. Más otros con el Misal; el breviario, completo; el rosario, en inglés o español; para prepararme para la confesión. Y eso sin contar la infinidad de cosas más que tiene. Si la sabes explotar, es una herramienta utilísima. Muchas veces visito infocatólica desde mi Ipad.

En fin, igual, si no sabes cuando utilizarla y cuando no, creas el problema de desconectarte de lo que haces y de las personas que tienes a tu alrededor. Es necesario crear unas normas de etiqueta para su uso. Ya tengo la primera, gracias por su aporte.
05/01/12 7:51 AM
  
Pedro González
Es una entrada curiosa, tiene toda la razón en que en determinadas circunstancias puede considerarse como falta de respeto porque parte de la atención se va a la tableta cuando quizás toda la atención debería recaer sobre el trabajo que se está desempeñado y sobre sus compañeros. Aparte del momento en el que se usen, las tabletas y los smartphones que soy muy útiles y muy chulos, :) Además en el iPad hay una aplicación con el salterio chulísima que nos facilita la vida a despistaos como yo que nunca nos aclaramos buscando los laudes en el librillo habitual, jejeje
05/01/12 10:45 AM
  
Asclepio
Igual que cerramos el teléfono móvil en una Iglesia, en un avión, en un concierto o en un cine, éstas muy prácticas y variadas tabletas virtuales deben ser cerradas obligatoriamente cuando entramos en contacto con personas de nuestro mundo real.

Mantenerlas abiertas en una reunión, charla o debate, es un notable acto de descortesía y de muy mala educación.

Hay que estar siempre a lo que se celebra y se atiende y hacerlo además con plena y completa dedicación y atención; y dejar el trabajo, la intercomunicación, la información o la pura diversión para los momentos de aislamiento y de intimidad y soledad personal.

Lo contrario es un notable caso de desprecio, descortesia y desapego personal, y hasta una vulgar, simple y preocupante adicción.

Salvo casos de inevitable y clara URGENCIA, está muy claro cual debe ser la correcta etiqueta debida en cuando a su cabal, apropiado y preciso uso.

Saludos.

05/01/12 11:42 AM
  
Eduardo Jariod
Ciertamente es cuanto menos descortés para el que habla y para los que escuchan con atención que haya contertulios usando este tipo de artefactos. En misa y repicando, no.

El poder adictivo de las nuevas tecnologías no conoce límites. En la medida que son más accesibles, más fáciles de utilizar y con más prestaciones, más nos atrapan.
05/01/12 12:57 PM
  
Frapelo
Las innovaciones tecnológicas nos tienen que servir de ayuda y no para idiotizarnos.
Algunos interpretan el "estado del bienestar" como el subirse a todos los carros nuevos que pasan por su puerta y no entienden que con ello se están esclavizando al mercado y, de paso, se están generando la obligación innecesaria de tener que comprarlos cada vez que aparecen. Nadie repara en que aquello que hoy es el último grito mañana será una antigualla. Cuando una marca pone en el mercado un producto el siguiente ya está preparado en la despensa.
El móvil lo uso donde no tengo fijo, para emergencias y cuando viajo. El uso de ellos debe de ser gratis para las criaturas y, sobre todo, causante de su felicidad… Fíjense en la cara que ponen mientras los usan.
A los debates se debe de ir informado y con la postura tomada desde casa. Soy partidario de llevar la documentación en papel. La solución es crear unas normas para quienes intervienen.
Una INFORMACIÓN sobre el tema para generar MEDITACIÓN:
He recibido hoy una documentación en la que se informa de los hechos lamentables que azotan a las personas en ciertos países de África, por parte de grupos armados e incontrolados. Ocurren los hechos y después vienen las lamentaciones en la comunidad internacional pero ésta sigue sin hacer nada para darles solución.
COPIO y PEGO parte del escrito remitido por el cordobés Juan José Aguirre, Obispo de Bangassou (República Centroafricana) y publicado ya en un diario de Córdoba:
[Como obispo de esta diócesis, grité contando esta fechoría en la radio, en periódicos, en encuentros… (Todos dicen: ¡¡¡oh!!!, ¡¡¡qué barbaridad!!! Pero todo sigue igual. Vivimos caminando sobre una cuchilla de afeitar y muchos golpes bajos de la economía mundial, como el control del coltán (colombio-titanio) para fabricar nuevas marcas de móviles o de ordenadores, rebotan en el cuerpo inerte de la población de Bangassou y del norte del Congo. Esta parece un macabro sparring sobre el que las compañías de telefonía hacen rebotar los puñetazos de la agresividad del mercado o las dentelladas de sus trajeados “tiburones”).]
También retrata muy bien el engaño de las ONGs y de las visitas de los representantes de las naciones a esas zonas deprimidas.
Deberíamos de preocuparnos más por estos problemas y menos por despilfarrar en el uso, a veces, innecesario de estos productos.
Saludos cordiales
06/01/12 3:37 PM

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