Pío XII nombró a Santa Clara como patrona de la TV
El 17 de febrero de 1958, el papa Pío XII declaró a Santa Clara patrona de la televisión y de las telecomunicaciones, producto del milagro por el cual la Santa pudo observar la misa de Navidad celebrada en la Porciúncula desde su lecho en San Damián.
El Siervo de Dios Pio XII, quien murió en el otoño siguiente al proclamar a Santa Clara como patrona de la televisión, no podía sospechar que el mundo de las telecomunicaciones podía llegar al amplio desarrollo que hoy dispone, y lo que aún vendrá.
Tampoco sospecharía el Papa Pacelli que en el pleno verano del año 2010, en España , se hubiera discutido sobre un modelo de la televisión eclesial, si generalista, o fundamentalmente católica en contenidos y formas.
Menos, todavía, el Papa más sufridor de todos los totalitarismos del siglo pasado, podría pensar que la televisión se convertiría en una herramienta de anulación de las libertades humanas y sociales en manos de los dictadores de turno y que la transmisión de una misa por una cadena estatal cubana sería una noticia en los medios de comunicación. Cuando la dictadura comunista de Cuba lleva más de cincuenta años dominando al pueblo con muertes y cárceles.
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Tampoco, se creería Pio XII que la televisión ha servido en manos del laicismo ateo y de la masonería dominante, como escuela de “virtudes y valores laicistas y relativistas” que la sociedad europea sea haya quedado sin raíces cristianas, y se quedará mucho más debilitada cuando este otoño comience la televisión musulmana confesional llamada Córdoba a emitir desde Madrid para España y América del Sur.
Seguramente, las personas que asesoraron a Pio XII a proclamar a Santa Clara, patrona de la televisión, no esperaban que aquel gran invento que superaba a la vieja radio, tuviera ese poder de ser el centro del salón de las casas anulando el diálogo entre padres e hijos.
Con todo, hoy se impone felicitar a todas las personas que hacen televisión, porque es el día de su patrona. Y los demás, rogamos a Santa Clara, saber utilizar la televisión con moderación y espirítu critico. Esto nos hará realmente libres.
Tomás de la Torre Lendínez
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