Ni siquiera es una mujer sobre un burrito, a punto de dar a luz y con su marido

Nadie debería. Nadie debería vivir en una habitación de cuatro paredes, en medio de ratones y el humo de una cocina de leña, sin agua potable, sin fluido eléctrico, sin inodoro ni ducha. Nadie.

Así ha estado viviendo nuestro peón estrella, el famoso Alexander de quien les hablé días atrás.

Nos hemos venido enterando sobre su situación de a poco, por lo mismo, de a poco le hemos venido ayudando.

Ahora está construyéndose una pequeña habitación con ducha, inodoro, fluido eléctrico y agua potable en lo que es una pequeña construcción que quedó tiempo atrás sin uso en nuestro jardín.

Tampoco es que tengamos los dinerales para ayudarle de otra forma, pero ha sido muy oportuno que las ventoleras tiraran semanas atrás varios árboles enormes y que tengamos ahora la madera suficiente para que levante cuatro paredes decentes.

Contamos, además, con la losa sanitaria en perfecto estado que retiramos de un cuarto de baño que demolimos, puertas de baño y hasta las herramientas y materiales necesarios. Le daremos una cama que no utilizamos y el dispone además de una plantilla de gas que recibió hace poco de regalo.

No es que estemos tirando la casa por la ventana pero si es de reconocer al cielo la feliz coincidencia de que Alexander no solo es hábil carpintero y albañil sino que tenemos en casa lo necesario para que se construya un albergue digno.

¡Cielo santo, con cuánto entusiasmo trabaja! No parece importarle el fuerte viento que le golpea el cuerpo, la lluvia y el frío, ni siquiera que le haya alcanzado la noche o que no ha comido.

Y, es que para colmo de males, saben qué le pasó a este desafortunado muchacho el fin de semana? Perdió su salario porque al haber olvidado su billetera se metió el dinero en un bolsillo del pantalón que tenía un agujero. ¿Si no les digo?

El caso de Alexander nos tiene realmente conmovidos máxime que nos lo ha puesto el Señor en nuestra vida en los días cercanos a la Navidad.

Y, está bien, se los concedo, nuestro trabajador estrella no es perfecto, tiene -como todos- pequeños y grandes defectos y carencias; tampoco es mujer, ni siquiera es una mujer sobre un burrito, a punto de dar a luz y con su marido, pero tiene las mismas necesidades y para nosotros eso es más que suficiente.
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6 comentarios

La Divina Providencia obra a través de manos de carne y hueso, diría yo, la mayoría de las veces.
16/12/10 3:51 PM
Dios nos da la capacidad y las posibilidades de progresar y mejorar nuestra vida. Las oportunidades aparecen y sólo es responsabilidad nuestra aceptarlas o rechazarlas.

Es maravilloso que ese hombre está construyendo su propia casa y que lo haga con tanta dicha. Es más maravilloso si lo comparamos con la actitud de muchas personas del primer mundo, que esperan que sea papa estado el que les dé todo lo que le piden.

Me admira la capacidad y la esperanza de esta persona. Dale un saludo cariñoso de mi parte. Un abrazo :)
16/12/10 5:18 PM
  
Camino
Maricruz, ¡esto sí que es también una bella historia de Navidad! Miserere, cuánta razón tienes, y aquí preocupados por si sube o baja la hipoteca...
17/12/10 12:21 AM
  
Lolo
Gordita, no eres mas que un peon de los progresaurioos. Ni fria ni caliente! Borrameeeee!
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Que te borre, Lolo? Pero, por qué?
En catorce palabras me estás dejando ver tanto que más bien te estoy agradecida.
Feliz Navidad,
19/12/10 3:38 AM
  
Maricruz Tasies
Gracias a Lorca, Miserere y Camino, por ser compañía.
Un abrazo,
19/12/10 4:18 AM
  
Ana
Maricruz: Tiene usted mucha capacidad de aguante y de encajar críticas que pueden no ser justas.
A mi me da que pensar que haya personas que vivan en esa miseria. A no ser que sea un vago redomado el que alguien viva así forma parte de una estructura de pecado, que habría que tratar de eliminar para que haya justicia.
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Anita, a ti también debo agradecerte, también eres compañía.
Por lo demás, no creas, no es aguante, porque si de aguantar se tratara -efectivamente- lo borraría. Creo que antes que aguante, es amor, pero no del mío.
Esta canción lo explica mejor que yo:

Yo te amo como Dios te ama
con la misma pasión, con la misma fuerza
con la misma fidelidad que tengo

Si bien mi amor es tan pequeño como un niño
solo sin la madre perdido en un jardín.

Yo te amo como Dios te ama
con la misma ternura, la misma fe
con la misma libertad que tengo.

Si bien mi amor es frágil como una flor
tiene sed de lluvia muere si no hay sol.

Te amo y gracias a Dios
que me da la ternura, que me da la fuerza,
que me da la libertad que tengo.

http://www.youtube.com/watch?v=nC27N0dOF80
19/12/10 10:48 AM

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