La Patrona de Costa Rica
En Costa Rica, la peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, nuestra patrona, es un acontecimiento nacional que no deja de asombrarme: de cuatro millones de habitantes, al menos dos, se movilizan cada año hasta Cartago.
A continuación un artículo y algunos videos que espero les ofrezcan una idea de cuánto significa para los ticos la Negrita, nuestra Virgencita de los Ángeles.
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Juan Ignacio Gutiérrez avanzaba de rodillas y con mucha dificultad por la nave central de la basílica. Aferrada a él iba su novia, María Jesús Rojas, y ambos lloraban copiosamente.
Tras cinco horas de camino, llegaron ayer a los pies de la Virgen de los Ángeles para agradecer que Juan Ignacio Gutiérrez es hoy un sobreviviente del cáncer.
Hace un año lo operaron de un tumor maligno en la garganta e inmediatamente después empezó dos meses de dolorosas sesiones de quimioterapia. Hoy se le reseca la garganta y perdió el sentido del gusto, pero está vivo.
“Yo le prometí a la Virgen que veníamos y aquí estamos, para agradecerle porque superamos momentos muy duros y para pedir por todas esas personas que sufren de cáncer y que siguen en quimioterapia”, declaró María Jesús Rojas al filo de las 8 p. m. en la escalinata de la basílica.
La historia de Juan Ignacio y María Jesús es apenas una entre miles de historias que caminaban fielmente ayer, superando las ampollas, las piernas cansadas, los calambres y el cerro de Ochomogo.
Miles de fieles adelantaron la romería para el sábado y prácticamente obligaron a la Policía de Tránsito a cerrar un carril completo desde San Rafael de La Unión y hasta el cruce de Taras.
Una fe silenciosa. Miles de peregrinos empiezan la caminata en San Pedro y Curridabat. Allí el bullicio acompaña a los peregrinos, se escuchan las historias de romerías pasadas, mientras los vendedores ofrecen bebidas a ¢800, rosarios de madera a ¢1.000 y botellitas plásticas de la Virgen a ¢800.
Superado el parque de Tres Ríos el bullicio se convierte en murmullo y ya en Ochomogo solo se escucha la respiración de algunos y el sonido repetitivo del “Dios te salve, María, llena eres de gracia…”
Es como si el cansancio fuera acallando las voces y despertando oraciones y pensamientos.
En esas iba Ovidio Badilla, quien bajando el Ochomogo rezaba el rosario con una amigo.
“Vengo a darle gracias a la Virgen por mis 50 años, ella para mí es protección, cuidado y ternura”, dijo este hombre que estudió 11 años en seminarios y estuvo a punto de ser sacerdote.
Mucho más adelante, a 3 kilómetros de la basílica, otro hombre venía con los ruedos raídos y apoyado en la punta metálica de su paraguas. El largo de sus pantalones tapaba muy bien sus pies descalzos.
De su bufanda apenas salían las cuentas plateadas de un rosario que le colgaba del cuello. Iba solo.
“Tengo 30 años de hacer la romería y 25 años la he hecho descalzo. Siempre hay razones para venir a agradecer. Déjelo así, sin nombre, yo soy uno más”, declaró mientras me decía: “Dios la acompañe”.
Para hoy, dos millones de fieles completarán la peregrinación y se repetirá el bullicio, los murmullos, los rezos, los pies descalzos y la fe.
Vanessa Loaiza N.
Colaboraron Ileana Aráuz y Nayuribe Vargas.
Video de la llegada de los romeros de Coto Brus
Video casero de la romería vista por un extranjero
Video del Himno a la Virgen de los Ángeles
En Vela, Julio Rodríguez, artículo de opinión en el periódico La Nación
5 comentarios
Que buenos recuerdos me trae. Muchas gracias ;)
Bendiciones!
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