Gracias por no canonizar a mi padre

Hace apenas unos días. Como tantas veces, misa en un tanatorio madrileño. Fallece un feligrés, o un familiar de alguien de la parroquia y lo normal es que uno intente hacerse presente y ponerse a disposición de la familia. Si piden que presidas la misa de corpore insepulto en el mismo tanatorio pues hay que intentarlo.

A lo que iba. Misa en el tanatorio. Misa normal, de exequias, y con su poquito de predicación, que intentas sea cercana y consoladora en el momento del dolor, pero a la vez sirva para ayudar a entender lo que es vivir en Cristo, morir en Cristo y luego el valor de la oración y los sufragios por el alma del que ha partido.

Normal que al acabar la celebración la familia te dé las gracias. No tan normal que te den las gracias “por no haber canonizado a mi padre”. El difunto era hombre de fe recia, practicante habitual, y me consta que en los últimos días recibió la unción de enfermos y pidió hacer confesión general. Es decir, una buena muerte. Dije en la homilía que feliz de la persona que llega a la muerte tras una vida en cristiano y con un final confortado por todos los auxilios de la Iglesia, y que yo me pedía una muerte así.

Pero también dije que por más que uno intentara vivir conforme a la ley de Dios y de la Iglesia, somos pecadores y necesitados de purificación por nuestras faltas, y que era el momento de rezar por él para que Dios perdonase todos sus pecados, lo purificara de todo rastro de culpa y lo admitiera definitivamente en el cielo.

Pues esto es lo que sorprendió. Al punto que por ello me daba las gracias un hijo del fallecido. Me decía cómo era ya normal mandar directamente al cielo a todo difunto, de la condición que fuera, así sin más. Pero que eso era un problema grande, porque si lo envías directamente al cielo lo que estás diciendo es que no ha que rezar por él, ni encomendarlo, ni nada por el estilo, con lo cual se le estaría privando del auxilio de la gracia.

Seguía diciendo este hijo que era el momento de encargar misas por su padre, de rezar mucho por él, y que era para ello consolador que yo se lo hubiera recordado.

Quizá este hijo lea el post, porque me consta que algunas veces se pasa por el blog. No pasa nada, porque sabe que si cuento esto es para que todos comprendamos la necesidad de orar por los difuntos y encomendarlos a la misericordia de Dios.

Aprendimos en el catecismo que había dos graves pecados contra la esperanza: la desesperación –no me salvaré jamás- y la presunción, que es algo así como estar convencido de que yo me lo merezco todo y que haga lo que haga al cielo derechitos. Es lo que hoy está de moda: como Dios es bueno, todo el mundo al cielo independientemente de cómo hayan sido su vida y su muerte y si necesidad de más.

Darnos cuenta de que la salvación es por los méritos de Jesucristo, que es gracia, y pedirla humildemente al Señor por nosotros y nuestros difuntos, es humildad, confianza y sabernos criaturas.

28 comentarios

  
Dudoso
Si el difunto hizo confesión general de sus pecados y recibió la absolución y la bendición apostólica 'in articulo mortis' –graciada con la indulgencia plenaria–, ¿no debemos creer, como católicos, que dicha persona ha sido lavada de todas sus culpas, cancelada su pena temporal y acogida en la Presencia Divina desde el momento mismo de su muerte?
23/07/15 6:52 PM
  
rastri
A no morir y no querer morir nos han enseñado como cosa primera y principal en esta vida.

Cuando si tanto es obligado este dejar de vivir porqué no nos enseñan al bien morir.

Una de las cosas que yo pido a Dios es que me permita morir en plena facultad de pensamiento y voluntad.

Un día me avisaron que sin saber dónde y a dónde yo iba habían matado ya a otro en similar circunstancia a la mía. Y me mataron, a la tercera vez del intento me mataron si; pues me vi como en un efecto de fluido corpóreo había salido de mi carcasa corpórea personal. y como si el yo fluido flotara en la estancia Y cómo éste mismo fluido en un estado y sensación como de muy frío volvía a entrar en mi cuerpo por la nariz. Y me desperté, volví en mi si quejándome, reclamando: -¡Otra vez aquí, aún aquí Señor!
En Aquel día yo estaba en paz con Dios y mi conciencia sí. Y será por esto que si hubiera sido por mi, seguro que no habría vuelto a este lugar de mal vivir.
23/07/15 7:03 PM
  
DavidQ
Tanto como privado de la gracia, no creo. Los méritos nuestros son infinitesimales comparados con los del Señor.

En mi opinión muy personal, creo que no mandar al cielo por decreto al difunto nos conviene más a los vivos que al mismo fallecido. Porque nos abre (ahí sí) a la gracia del arrepentimiento, que durante los funerales suele fluir con magnificencia.
23/07/15 8:00 PM
  
Manuel Pérez
Dudoso: Pues la verdad es que, a mi entender, es dudoso. La indulgencia plenaria para uno mismo exige un desapego perfecto del pecado. Es algo dificilísimo. Por otra parte, basta un segundo más de vida para cometer varios y graves pecados.
Conclusión: SIEMPRE hay que rezar por los difuntos, hasta que la Iglesia canoniza. Mientras la Iglesia no canonice, no tenemos garantía de que el difunto disfruta del Cielo.
23/07/15 8:11 PM
  
Andrés
Dudoso, en principio sí, pero como no conocemos exhaustivamente la conciencia ajena (ni siquiera la propia), no podemos presumir (el padre advierte del pecado de presunción). Por lo cual la actitud verdaderamente cristiana es rezar por el alma del difunto, ofrecer Misas y ganar indulgencias, para que Dios lo admita en su Presencia. Sabiendo además, que toda esa oración también revierte en nuestro beneficio, porque aquellos que están en comunión con Dios oran por sus benefactores que transitan todavía la vida mortal. En el más escéptico de los casos, puede pensar así: no le hacen ningún mal a un alma que ya goza de la visión beatífica las oraciones que se ofrezcan por su salvación. Y no es que se ore por desconfianza del perdón de Dios, o por desconfianza de la buena muerte del difunto, sino, como bien dijo el padre, por humildad y conciencia de ser creaturas.
23/07/15 8:14 PM
  
Victoria
Tengo costumbre desde hace muchos años , con el ofrecimiento de obras, ofrecer todas las indulgencias que pueda ganar ese día por las almas del Purgatorio, especialmente por mis padres. Esas sí que tienen la intención y el amor perfecto. Así que les hago "chantaje" de que cuando me muera y ellas estén en el Cielo, me ayuden.
Es un error el dar por supuesto en los funerales "que ya están en el cielo".
La devoción de las misas ofrecidas por ellos luego nos es devuelta.
Gracias, don Jorge, y feliz verano. Descanse y venga fresco.
23/07/15 8:34 PM
  
isabel
No se debe canonizar a un difunto en su funeral, pero tampoco hacer comentarios sobre su vida de pecador. Y esto ha sucedido hace muy poco en un funeral, ante el estupor de su familia y amigos. La intención era buena; era ser cercano a las debilidades, ya conocidas por todos lo presentes, del difunto. Pero a su viuda no le debió gustar mucho que airearan las veleidades de su esposo en público.
23/07/15 8:57 PM
  
Dudoso
Muchas gracias, Andrés y Manuel Pérez, por sus respuestas.
23/07/15 10:02 PM
  
Francisco de México
Padre,

excelso como siempre.

Quizás valga la pena mas delante que nos comente algo mas referente al purgatorio, indulgencias, etc. parece ser que es parte de la doctrina católica donde hay mas dudas reales a veces y a veces verdaderas malas interpretaciones con la peores intenciones.
23/07/15 10:53 PM
  
jesuz gtscian
Nadie abdolutamente nadie escapa a la pena temporal
23/07/15 11:27 PM
  
Horacio Castro
Isabel, ¡qué cosa terrible! Hasta me causa risa 'nerviosa' imaginarme en 'el lugar' del difunto...
24/07/15 2:50 AM
  
PG
En México cuando fallece una persona, se le hace un novenario de rosario o de misas por el sufragio de su alma. El alma del ser humano fallecido, debe de pasar por la lavadora(El purgatorio) para quedar inmaculada antes de acceder al Paraíso Celestial.
24/07/15 3:32 AM
  
Tina
Yo nunca abia escuchado que te hivas directo al cielo almorir confesado y con todos los sacramentos, eso te libra del infierno, pero no del purgatorio que es el lugar donde nos perfeccionaremos para estar en la presencia de nuestro señor, yo he escuchado los sufrimientos de las almas en el purgatorio y se que solo los que estamos vivos ahun, somos los que podemos hacer algo por ellos al rezar y hacer penitencia, por eso Jesus dice dichoso el que cree sin aver visto, una ves que vemos que es real, ya de nada te sirve el arrepentimiento.
24/07/15 3:33 AM
  
jesuz gtscian
La pena temporal es ineludible nadie esta exento
24/07/15 3:46 AM
  
Eme
Excelente artículo, Padre Jorge. Muchísimos que sufren la pérdida de un ser querido tienen la costumbre de decir que ahora tienen un ángel en el Cielo. Es un buen deseo. Pero, pensando más con el corazón que con la razón, sin querer se llevan por delante el Purgatorio. La confesión perdona la ofensa, pero no la repara. El pecado es un clavo incrustado. La confesión saca el clavo. El Purgatorio resana el agujero que dejó el clavo después de extraído. "Siete veces cae el justo" (Prov 24,16). "Nada manchado entrará en el Cielo" (Ap 21,27).
24/07/15 5:32 AM
  
misael
Quizá los peculiares oficios americanos, que conocemos a través de las pelis, hayan ayudado a que incluso algunos ministros catolicos piropeen al fallecido, más allá de lo aconsejable. Por contra, ya sabe vd. que sino hay piropo, se levanta un rumor en la "grada" de que cura más "seco"...

El tránsito por el juicio, el segundo paso en el camino de los novísimos, es obligatorio para todos, y con cierta contrariedad hemos de decir que lo de allí arriba, no está sometido a modas terranales, que sino la onu sacaba una resolución de que tos salvaos.
24/07/15 2:46 PM
  
FC Romero
D. Jorge si hay una confesión perfecta, pues se tiene mucho ganado, pero el arrepentimiento, tiene que ir acompañado de la reparación, en lo que humanamente se pueda, del mal causado. A veces, por aquello de no ver las orejas al lobo, se deja la confesión y lo que conlleva, para el último minuto creyendo que "ganaremos el partido" de esta forma. El pecador si se confiesa, es como el náufrago, recibe el flotador que le permite no ahogarse y mantenerse a flote, pero todavía no está seguro, pues para sacarle de las aguas del pecado, es necesario arrojarle la cuerda salvadora que le ayude, y poniendo los medios de su parte (tirando de ella) lo que a veces supone esfuerzo añadido cuando hay mar bravío, salvarse subiendo al barco, la seguridad de Cristo.
Cada vez que oigo, o leo, alguna noticia de algún náufragio en el Mediterraneo, rezo una oración por los supervivientes y por los que mueren en el mar. Su situación me recuerda a la nuestra en tierra firme, pero en un mar de despropósitos y maldad. Le pido a Dios ayuda y le doy las gracias, porque por mi mismo, sería de los que no tiraría de la "cuerda" de la Salvación
24/07/15 2:53 PM
  
Para Dudoso
Dudoso. Las culpas se le han perdonado, pero no las penas. Esta es la razón por la que debemos rezar por él. Dios no le va a perdonar si él no ha querido, pero sí le quita las penas, le purifica, y le deja entrar en el cielo por medio de nuestra oración en la comunión de los Santos.
24/07/15 4:39 PM
  
Anabelle Brito
Saber y entender. Incluso ver partir a un buen cristiano es un provilegio que muchos hemos tenido.

Saber que como cristianos católicos hemos estado en presencia de un buen cristiano. Es un ejemplo y un impulso.

Claro que sabemos y entendemos que esa persona ha recibido todos los auxilios espriituales. Y que nosotros como parte de la Iglesia hemos sido parte de ella.

Así como también, y cristianamente debemos entender que el juicio solo le corresponde al Justo Juez. Aunque hayamos hecho lo humanamente posible como Iglesia. Repito.

Presumir la salvación o hacer apologia del pecador es una tentación humana. Que sacerdotes e Iglesia toda debemos aprender a resistir.

24/07/15 5:10 PM
  
JOSÉ IGNACIO LESACA ESEVERRI
Sí, es práctica habitual en las predicaciones: suponer que el difunto debe de estar en el Cielo. Así, sin más reflexión. Pero eso no es seguro. Sabemos, por fe, que un difunto puede tener tres posibles finales. Puede irse al Cielo, puede irse al infierno o puede irse al purgatorio. Y, que yo sepa, es por si se da esta tercera posibilidad -que esté en el purgatorio- por lo que se encargan Misas y se reza por él. Para que Dios lo saque del purgatorio cuanto antes. Y, como siempre cabe la posibilidad de que un difunto cualquiera esté en el purgatorio, pues hay que encomendarlo, por si acaso. Eso debería ser, me parece, lo que hemos de pensar cuando alguien muere: que quizá esté en el purgatorio. Y, en consecuencia, rezar por él. Personas de las que se sepa con seguridad dónde están tras la muerte, los católicos solo conocemos a las personas canonizadas, que es seguro que están en el Cielo (porque el Papa es infalible cuando canoniza a alguien, si no estoy mal informado). De los demás difuntos, no sabemos nada (aunque, claro está, de las personas que vivieron santamente esperamos, razonablemente, que estén en el Cielo).
24/07/15 9:10 PM
  
Ignacio
No seamos tan dogmáticos, obviamente que nadie puede asegurar que un difunto reciente ya se halla en el Cielo, como tampoco se pueda asegurar que no lo esté, que se encuentre en el Purgatorio o en el Infierno... es mas, muchas veces hasta lo podemos haber visto morir blasfemando sin embargo Dios por medios que solo el conoce haberle dado la posibilidad del perdón y el arrepentimiento en el ultimo suspiro o mas tarde también quizás, quien lo sabe... También pude haber sucedido que lo vimos morir confesado sin embargo callo pecados tremendos de sacrilegio y por ello no fue perdonado... Cuando a alguien se le dice que su familiar ya se encuentra en el Cielo, en la paz del Señor, se lo hace con un sentido de cortesía hacia el deudo, de respeto hacia el difunto y como una forma de consuelo a los presentes... No le vamos a decir: "Si, mira, tu hijo murió, pero vaya a saber donde estará, seguramente este en el Infierno o tenga un tremendo y largo Purgatorio donde sufrirá por muchísimos siglos debido a la inmensidad de pecados que debe haber cometido en su vida..." Seamos coherentes, una cosa es el consuelo que se le da a un familiar de un difunto y otro es el justo juicio de Dios... ya habrá tiempo luego para explicar a los familiares los diversos grados de pecado y sus consecuencias de ultratumba...
24/07/15 11:14 PM
  
cogolludo
IGNACIO :

NO SOLO CORTESÍA ...SINO REALIDAD TAMBIÉN porque Dios es infinitamente misericordioso y eso no es una quimera sino una realidad ;

una cosa es saber que al acabar la vida es Dios quien va determinar el lugar a donde cada uno va ;
otra cosa es que nosotros, los que nos quedamos en esta tierra, no podamos con cierta lógica, pensar que si una persona que se ha ido tiene muchísimas posibilidades de que Dios lo tenga, un poco antes o un poco después, en el Cielo.
Así que tampoco veo tan descabellado decirle a un hijo que ha perdido a su padre : " Ya está al lado de Dios en el Cielo "
Me parece que eso no evita a los que se quedan aquí que recen por el difunto ...y desde luego creo que es poner límites a la Misericordia de Dios el decirle a alguien que alomejor está en el Infierno su padre recién muerto
25/07/15 8:50 AM
  
Marcos Luis Blanco y Centurión
jesuz gtscian: La pena temporal no es un pasaje obligado antes de llegar al Cielo. Los Santos reconocidos por la Iglesia y los santos desconocidos han llegado al Cielo directamente.
25/07/15 1:26 PM
  
Elisa
Tengo entendido que se sufre el Purgatorio para purificar, y que el sufrimiento principal es el deseo de Dios. Así que imagino, sin minimizar estos sufrimientos espirituales que deben ser arduos y sofocantes, que debe ser un sufrimiento muy santo, porque aunque no hayan todavía entrado al cielo, ya son almas bienaventuradas y sus oraciones valen para nosotros.
La devoción a rezar por estas almas es un acto de piedad muy grande.
25/07/15 7:00 PM
  
cogolludo
Como sólo Dios sabe quien debe ir al purgatorio , yo creó que debemos suponer que hay muchísimas posibilidades de que nuestro familiar o amigo difunto esté en el Cielo por la misericordia infinita del Señor y no pasa nada porque lo consideremos un santo y le pidamos interceda por nosotros y sea nuestro protector ya que los juicios de Dios nosotros no tenemos capacidad de conocerlos
25/07/15 9:55 PM
  
Emilio
El Señor, el Cordero y Pastor, tiene misericordia con todos, aunque no logremos la santidad
26/07/15 1:40 AM
  
Emilio Alegre
Cuenta Edith Stein que uno de los "toques" que tuvo antes de convertirse fue precisamente acudir a un funeral católico, cuando había acudido a otros protestantes allí en Alemania. Precisamente lo que le dejó impresionada fue que no se canonizara al muerto, sino que se pidiera insistentemente la misericordia de Dios.

En eso vio un destello de autenticidad.
26/07/15 11:09 PM
  
Emilio Alegre
Por cierto, Marcos, quizá no necesariamente todos los santos canonizados hayan subido directamente al Cielo. Por ejemplo, acerca de San Claudio de la Colombiere, director espiritual de Santa Margarita María de Alacoque, cuenta esta que hizo una oración por él y tuvo la revelación de que gracias a esa oración él estaba ya en el Cielo. Lo canonizó Juan Pablo II en 1992.
26/07/15 11:18 PM

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