Homilías dominicales: tan pesaditas como inútiles

Mucha gente se me queja de lo pesaditas que suelen ser las homilías en las misas dominicales. Pesaditas y lo que es peor: sobre todo inútiles.

Lo de pesaditas tiene sobre todo un motivo: que no se preparan o se preparan de forma defectuosa. Desde que me ordené sacerdote mantengo una costumbre no sé si sana, pero que me viene estupendamente. Y es que no salgo jamás a predicar sin un esquema escrito, que a veces no es más que cuatro líneas ordenadas, pero siempre algo delante.

La razón es la de saber por dónde empiezo, qué voy a decir a continuación y cuándo y cómo acabo. Sin el esquema a uno se le va la cosa, no se acuerda de lo que va a decir, improvisa y sobre todo es incapaz de acabar, por lo que se mete en una sucesión de tópicos y frases hechas buscando rematar la faena que hacen el asunto ciertamente tedioso.

Pues si además de pesaditas son inútiles, entonces apaga y vámonos.

¿Por qué digo inútiles? Porque yo creo que uno tras la homilía debe salir con inquietudes y sugerencias que yo llamo “operativas”. Me explico.

Si yo hablo a mi gente del amor de Dios y a Dios, diciendo que Dios me pide un corazón inflamado de amor que le alabe y bendiga cada segundo de mi existencia, eso es una cursilería, una memez y algo que vaya usted a saber cómo se hace. Una inutilidad, vamos. Si hablando de eso les animo a rezar unos minutos cada día, o a pasar alguna vez por la iglesia a rezar serenamente, quizá lo puedan hacer.

Si les digo que hay que amar a los pobres con un amor universal, sintiendo en el corazón la miseria de cada hermano que sufre dolor ahí donde se encuentre y ofreciendo la vida como oblación unida al amor de Cristo pues más de lo mismo si no consigues aterrizar. Pero si yo les hablo de la pobreza que hoy acude a cada despacho de Cáritas y les sugiero un kilo de arroz, una limosna o un rato de vez en cuando, posiblemente lo tomen en cuenta.

No es igual predicar la bondad de Dios, la solidaridad con la humanidad sufriente, el aprendizaje continuo de la experiencia de Dios, la celebración gozosa del misterio de Cristo, el triunfo de la vida en cada primavera, que la oración cristiana cada día y sus posibilidades, la ayuda a Cáritas en alimentos, dinero o voluntariado, la lectura del evangelio y el catecismo, la celebración correcta de los sacramentos y la defensa de la vida desde su concepción hasta su fin natural.

La gente se aburre porque no preparamos las homilías, nos enrollamos como persianas, no decimos nada y encima nos quedamos tan a gusto pensando que con lo del amor existencial al hermano que sufre, la experiencia profunda de Dios en el fondo de las entrañas del creyente, el compartir la vida con todo hombre que padece, la celebración gozosa del don de la vida, la sanación de mis zonas erróneas y aleluya kumbayá los hemos dejado flipando.

Aunque la realidad es que esas homilías la gente las agradece mucho: no comprometen a nada y puedes aprovecharlas para pensar en la comida del lunes.

36 comentarios

  
vicente
partiendo de la Palabra de Dios proclamada hemos de aterrizar poniendo ejemplos y casos concretos para practicar.....
29/10/12 10:39 AM
  
rastri
-Las homilias de los papas, cardenales, obispos y curas son aburridas porque, éstas, carecen de fe y compromiso interno por despertar conciencias a una conducta moral que molesta, a menudo, son el fruto de la rutina en un oficio aprendido y no sentido.

-
29/10/12 10:40 AM
  
Norberto
La gente se aburre porque no preparamos las homilías ... Ante el Sagrario
29/10/12 10:45 AM
  
javo
El cura de una parroquia cercana de donde vivo, tiene la costumbre en sus homilías, tras el Evangelio, de comentar con datos, curiosidades e información histórica, de cómo vivían en la época, sus costumbres, los motivos de aquello, etc. A continuación expone sus comentarios teológicos y acaba dando sencillas recomendaciones para la vida cotidiana de cada uno, y a veces incluso parece como si llegase a enfadarse por causa de la dureza de nuestros corazones. Un diez. Todo esto de forma condensada, brevemente y casi como pidiendo disculpas a todos por cumplir con su deber en sus prédicas, con sonrisa caritativa. Un once.(yo creo que es santo).

Otro cura, de otra parroquia muy cercada, acostumbra a "destripar" las palabras y expresiones en sus homilías, con su traducción del latín, del griego o arameo, ahondando en su significado profundo. Qué buena catequesis.

Si se desea un cura acorde a nuestras inquietudes, seguro que lo hay. Es mejor esforzarse por buscarlo, que quedarse cavilando con las carencias del que nos ha tocado en suerte.

29/10/12 11:42 AM
  
Simpson
Ha dado usted en el clavo.
Ya se que no somosmalemanes, pero el ejemplo del Papa y sus ciclos de predicación es ejemplar.
Hay temas que no salen nunca en las homilías y deberían salir. Hacer ciclos, como por ejemplo los diez mandamientos, o los sacramentos, permitiría hablar de la confesión o del noveno mandamiento, por poner ejemplos.
Desde los bancos tenemos que sufrir esas predicaciones "de lo que le inspira el Espiritu santo" que al cabo de unos meses comienza a ser repetitivo y simplón.
¿No tienen ustedes a nadie del obispado o una revista de temas religiosos que haya publicado una lista anual de temas sugeridos? Sería muy de agradecer.
29/10/12 11:59 AM
  
Parsim
Pues a mi lo de que

"Dios me pide un corazón inflamado de amor que le alabe y bendiga cada segundo de mi existencia"

¡me parece de perlas!

claro, que primero tendría que pedírLe que me lo concediera, porque si no de dónde lo iba a sacar.

Lo demás, también está muy bien, pero que no nos sintamos como una ONG.

Predicar la bondad de Dios, la solidaridad con la humanidad sufriente, el aprendizaje continuo de la experiencia de Dios, la celebración gozosa del misterio de Cristo,

¡también!

Gracias.

(¿Se podría hablar de comunión en lugar de solidaridad? ya que la palabra caridad parece que está desprestigiada. Solidaridad parece que lleva más justicia pero menos amor, no sé por qué)

29/10/12 12:19 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Que las homilìas del Papa actual carezcan de fe es una injuria poco tolerable,pues es generalizada la impresión de sus dos elementos fundamentales: la profundidad para exponer la Escritura, a la vez que la capacidad para hacer aterrizar en la época actual la eterna Palabra de Dios.
En cuanto al tema, sería oportuno no olvidar la lùcida indicaciòn de Sto. Tomás de Aquino: "Los sermones breves son muy aceptados: porque, si son buenos, son oídos con mayor avidez, pero si son malos, molestan poco" (In Epistulam ad Hebraeos, caap. XII), lectio III, ad finem).
29/10/12 12:34 PM
  
Chimo Vice
No es facil preparar una buena homilía. Decía Churchill que si tenía que preparar un discurso de hora y media lo hacía en diez minutos, pero si el discurso es de diez minutos necesitaba hora y media.

Las homilías no están para aburrir ni para divertir sino para escucharlas con inteligencia y humildad.
29/10/12 12:40 PM
  
Percival
Otro problema grave: moralizar demasiado. Dejar de hablar de Cristo para hablar de lo malos que somos o de lo buenos que tenemos que ser. Siempre de nosotros mismos. O mas del hacer que del ser. Ojo.
29/10/12 12:41 PM
  
Juan Mariner
Es bueno que se critiquen positivamente las homilías, las que nos dejan indiferentes no nos son de provecho alguno.

Creo que la sociedad ha cambiado mucho y sería conveniente un sermón dinámico, rápido y con ejemplos para la vida diaria actual sin rehuir temas polémicos.

Es tan importante empezar puntual como acabar con puntualidad. Creo que es más efectivo dar tres o cuatro sablazos bien dados que recrearse en florituras. Los sermones cortos mueven los corazones, los largos mueven los c.... (con perdón por la expresión).
29/10/12 1:24 PM
  
Álvaro
Qué buen análisis.

Hay curas que disponen alegremente del tiempo de sus feligreses, como si nos interesaran sus divagaciones improvisadas: es una tomadura de pelo, tener que aguantar a un cura que no se ha preparado la homilía y verle inventándose -mientras habla- cualquier ligereza, y lo que es peor, extendiendo interminablemente la homilía al re-leer de nuevo, las mismas lecturas de la liturgia de la palabra.

Nos secuestran -literalmente-. Es que ni si quiera cambian su falta de preparación por ofrecer al fiel un tiempo de reflexión individual tras la lectura.... ¡no! se empeñan en hablar.

Luego hay otros que van "preparados", se les nota. No hace falta que tengan dominio de la palabra ni grandes dotes de oradores (que ayuda, pero no es lo esencial) y se les nota que no improvisan y dicen lo que han madurado con tiempo antes. Y se agradece.

Así, que muchas gracias por esta entrada y por su trabajo.

Y ojo: la misma exigencia de los fieles a los curas debe ser recíproca. No es infrecuente ver a fieles que hacen aspavientos y se indignan porque el cura se ha retrasado 2 minutos al empezar, y sin embargo ni se inmutan si ellos mismos llegan a Misa una vez ésta empezada.
29/10/12 1:29 PM
  
Tony de New York
Yo no voy a misa por los sermones/homilias más por la santa Eucaristía.
29/10/12 2:16 PM
  
José Ángel Antonio
Estoy bastante de acuerdo con Percival en el peligro del moralizar, sobre todo cuanto más generalista es. "Tenemos que...", "hemos de..." Pffff... Vengo a encontrarme con Dios y me encuentro con una lista de tareas.

Y como Parsim, sí pienso que es bueno predicar lo del "corazón inflamado de amor que le alabe y bendiga cada segundo de mi existencia".

No es una cursilería ni memez... y la pregunta "a saber cómo se hace" es una buena pregunta. Eso no se hace "poniéndole codos", con arengas pelagianas.

Esa nace de una experiencia mística. Por ejemplo, de lo que en ambientes carismáticos se llama "una efusiónd el Espíritu". Pero puede darse en distintos grados y con distintos nombres en otros ámbitos.

En cualquier caso, la predicación sobre el amor de Dios que consiga inflamar nuestro corazón de feligreses demisademoingueros no puede ser cerebral, fría, intelectual... Tiene que ser cálida, emocionante, personalísima y transformadora. Y, sí, estar muy preparada. ¡¡El Espíritu santo también asiste a los que se preparan las homilías!!

Lo de "orar sin cesar" también explica como se consigue el libro El Peregrino Ruso: con la oración del Nombre de Jesús, interiorizada. A mí me funciona desde que tenía 22 años (tengo 38).

Lo de "animar a rezar unos minutos cada día" está bien, pero sigue siendo exhortación casi-pelagiana. "Has de hacer tal cosa con regularidad"... No digo que esté mal, aunque Dios no ha dado don de regularidad a muchos de quienes le aman, pero... ¿no sería mejor decir "en vez de predicar la homilía, ahora nos pondremos de rodillas -quien pueda- y rezaremos al Señor en silencio"? ¡Para muchos en misa puede ser su primera vez en muchos años, y su única vez de la semana o el mes!
29/10/12 2:19 PM
  
Anónimo...
1º. En cuanto al Mensaje:
Jesús, en sus parábolas, tomaba ejemplos de la vida real de la época. Hoy en día esto no es así. Se rehuyen y se evitan. Desconozco el porqué... (¿o no?)

2º. En cuanto al Emisor:
Encefalograma plano. Me refiero tanto al tono como a a la idea que se quiere transmitir. Repiten en demasía lo expresado minutos antes en la liturgia. Aburren.

3º. En cuanto al Receptor:
Mero espectador. Ni logra captar el mensaje ni se siente identificado con él. Supongo que por ser todos demasiado genéricos y fuera, no sólo de su tiempo, sino de la realidad en la que se desenvuelve. Impersonales.

Es lo que pienso (y observo).

: )
29/10/12 2:36 PM
  
vicente
se necesitan homilías atrevidas, que expliquen la fe de la Iglesia y la moral cristiana con ejemplos.
29/10/12 2:36 PM
  
Maribel
En mi tierra se dice que una buena homilía ha de tener un buen principio y un buen final ¡Y que uno y otro estén lo más cerca posible!
29/10/12 3:10 PM
  
Fred
La mayoria de homilias, al acabar la Misa, nadie ya se acuerda de que ha dicho el cura.
Además son muy poco prácticas, se quedan en frases muy génericas: "Hay que seguir a Jesus", "Hay que amar al projimo", etc.
Propongo que los Obispos organizen cursos de reciclaje a los curas de sus diocesis; porque la inmensa mayoria de las homilias, son manifiestamente mejorables.
Esta claro que lo básico es que de la abundancia del corazon hable la boca, pero una cosa es que el corazon sienta y otra distinta es que la boca sepa transmitir.
29/10/12 3:10 PM
  
José Luis
A mi parecer, cuando las homilías están bien explicada puede mover a la conversión del coraazón, y a nuevas vocaciones.

El Papa Benedicto XVI, todas sus homilías, todas sus enseñanzas están llenas de riquezas, pero es posible, que algunos digan que les aburren, ¿no le aburre un partido de fútbol, ir a los toros? No, a los que tienen una vida mundana, no les aburre, pero en cuánto se habla de cosas espirituales, como tal alma no está dispuesto a la conversión del corazón, se aburre inmensamente. Esto es por una parte, la segunda parte es aquí:

El arte de la homilía
http://es.catholic.net/comunicadorescatolicos/733/2315/articulo.php?id=15301

Pero lo principal de todo, son las homilías del Santo Padre, yo disfruto de sus enseñanzas, del mismo modo, de sacerdotes y obispos, que van por el mismo camino de la fe y santidad.

Podríamos estar equivocado, si un texto del Evangelio lo interpretamos a nuestra medida, sí, sin duda es una terrible confusión, por eso, no podemos rechazar las verdaderas homilías, ya que el Señor, puede hablarnos a través de ellas, homilías, sermones, predicaciones pastorales. El sacerdote que habla, tiene que callar, para que por medio de él, sea Dios quien nos hable, hablar en la medida de Jesús es gran ganancia. El que oye la homilía tiene que enmudecer totalmente, no consentir en sus pensamientos cosa ajena a la fe y vida de santidad, en este silencio del oyente, para una mejor escucha a Dios que habla por medio del sacerdote.

Si el sacerdote no deja hablar a Cristo, mal asunto.

29/10/12 3:48 PM
  
pedro de madrid
Con desgana asistimos a la Eucaristía dominical si estamos pendiente del reloj. Hay quien le agrada que le digan lo que quiere oir y quien se disgusta por lo que no quiere oir. De todas formas, existe diferencia entre unas homilías y otras. No hay que olvidarse que el párroco siempre pone la mejor voluntad y es de agradecerlo
29/10/12 3:52 PM
  
Guillermo Juan Morado
Rvdo. Padre:

En el Oficio de Lectura encontramos grandes modelos de predicación: San Juan Crisóstomo, San Agustín, San León Magno...


Y también actualmente. Por ejemplo, nuestro Santo Padre.


Un cordial saludo,
29/10/12 4:11 PM
  
Eduardo Jariod
Hay tantas homilías posibles como sacerdotes. Con todo, es bueno siempre una preparación previa. Que sea leída o guiada por notas cae dentro del estilo personal de cada uno.

Aunque sin duda la mejor homilía es la vivida, es decir, aquella meditada desde la propia experiencia espiritual.
29/10/12 4:40 PM
  
Yolanda
Pues yo (tal vez porque soy clerical y obsecuente, según me tildan por ahí) soy tan aficionada al género homilético que todas las homilías se me hacen cortas y nunca he escuchado una tan mala que no tenga algo que enseñarme o edificarme.

Ciertamente, no todos los sacerdotes son igual de elocuentes; no todos tienen la misma solidez en su formación, quizá; no todos tienen una dicción igual de cara y hasta puede que alguno que otro no sea de doctrina cien por cien fiable. Pero todos, eso todos todos, todos son sacerdotes. Y hacen su oficio con más acierto de lo que lo haría cualquier laico.

Siempre he tenido la fortuna de no aburrirme en las homilías porque, más acordes o menos con mi sensibilidad o mis preferencias y mi estilo, siempre he encontrado curas responsables, que preparan sus homilías, cosa que se nota: quien más quien menos ha tenido esa misma idea de llevar un guión... En todo caso, se nota que los curas sí preparan sus homilías, como es lógico; no sé si ante el Sagrario porque no los espío, pero no me extrañaría que fuera una práctica bastante común.

Por último, y a pesar de esta postura general, también es cierto que hay estilos de predicar que me gustan más que otros, claro, cómo no. Especialmente el del papa Benedicto XVI, por ejemplo. Pero eso no obsta para que piense que el criterio para juzgar una buena homilía no se basa en mis gustos personales.
29/10/12 4:41 PM
  
gonzalo
Si quiere que le diga la verdad en barcelona sie,mpre me he dormido el sermón. Empecé a despertar cuandp n verano en la provincia de Soria el sermón fue corto cponciso y con cosas concretas. Me quedé con la boca abierta y mascullé, en alto y con la consabida patada de mi mujer :"olé tus güevos"

Salut
29/10/12 5:10 PM
  
Maria
Pues, hable con sencillez y desde su experiencia, no tiene que dar un gran discurso, las palabras que salen del corazón , gustan a todos...tontos, listos, ricos y pobres que son los que El Señor reúne domingo tras domingo. Hablar del Amor de Dios es cursi...no lo creo, ya que los que escuchamos la homilía," somos los que hemos conocido el Amor que Dios nos tiene" y es nuestra riqueza interior.
29/10/12 5:51 PM
  
santi
mi experiencia es que las homilias son fiel reflejo de como vive el aacerdote su vocacion, o siendo generalista, cómo cumple su misión.

de lo que no abunda en el corazón no puede hablar la boca y no llega a otros corazones. con o sin esquemas, con todo o nada escrito.
29/10/12 6:05 PM
  
Paloma
El método que el Papa recomienda (este Papa que Dios nos ha regalado) para una buena homilía dominical es el siguiente: "Rumia la liturgia en tu propia oración". El Papa hizo esta recomendación a los seminaristas y sacerdotes, que leyeran con una semana de antelación la liturgia del siguiente domingo, y que durante la semana fuera su oración, luego que se prepararan bien la homilía y listo. De la oración sale una buena predicación.

Recomendamos además conocer a la Fundación Carmen de Noriega, especializada en impartir cursos de comunicación a sacerdotes, precisamente para mejorar este tema. Aquí más: http://is.gd/Bdoyhy
29/10/12 6:38 PM
  
Menka
El "nuevo" cura de Ars de Marsella es todo un ejemplo.
Las cosas de siempre, bien dichas pero dichas.
El Infierno también existe y la salvación no es automática. Dios no es para jugar.
Si decís algo para los móviles, no estaría de mal. A veces se salen fuera porque suena hasta con la música de Shakira, decid algo por favor.
Decid cosas concretas y formativas y serán muy útiles. Los ejemplos vienen muy bien, con ellos todo el mundo despierta y presta atención.
No hay que tener miedo a que los fieles se van a ofender.
29/10/12 6:41 PM
  
Pedro Fernández Barbadillo
Muy bonito artículo y una reflexión imprescindible para los sacerdotes.

¡Cómo se nota la diferencia entre quien se ha preparado una homilía (o una conferencia o un discurso) y quien improvisa!
29/10/12 8:17 PM
  
Pepito
Digo lo mismo que Yolanda: nunca he escuhado una homilía tan mala que no tenga algo que enseñarme o edificarme.

Cuando un sacerdote se pone a predicar en la Misa siempre tiene su palabra un no se qué que edifica y mueve a ser uno mejor y reconocer lo mucho que le queda a uno para ser buen cristiano. Debe ser la gracia de estado o el ex opere operato que decían los escolásticos.
29/10/12 8:43 PM
  
Tulkas
No hace falta perder tiempo.

Cojan las del Crisostomo y léanlas. O las de san Antonio.

Muchos curas mejor seria que ejercitaran eso de que la homilía es opcional. A ser posible ejercicio diario.
29/10/12 9:30 PM
  
Gregory
Cuando se habla de homilias entramos en un terreno donde se dice de todo porque todos son expertos en homiletica. Sin embargo es bueno y saludable que escuchemos lo que nos dicen sobre la homilia porque mejorar siempre es posible, la homilia debe ser preparada en la oración he leido homilias muy profundas que en verdad te hacen reflexionar dichas por Obispos y papas e incluso Sacerdotes. Existen sacerdotes que las preparan en equipo lo cual a veces cuesta porque cada quien tiene su estilo pero es saludable porque nos ayuda a comentar la Palabra.
29/10/12 10:14 PM
  
Alessandro
Este artículo me parece más que inútil.

Aburrir?
Desde cuándo la Santa Misa es un monólogo de Eva H?
Es El Hormiguero de la cuatro tv?
La tenemos que hacer divertida, verdad?
Y cebar a la Eucaristía con música hasta en la consagración verdad? Así será más divertida supongo.
Más amena, más simpática,...
Hablas, Padre, de aterrizar... qué pasa? que los sacerdotes divagan en tonterías místicas, que están en el limbo, que se pasan toda su vida, más aún los que llevan vida monástica, pensando en idioteces.
Un kilo de arroz? Se lo damos y, mañana?
La Palabra de Dios nunca vuelve vacía. El sacerdote es Cristo. Cristo! De los kilos de ternera que faltan va hablar Cristo? Cristo, pide kilos de humildad, caridad, un gramo de amor aunque sea, kilos de esperanza, litros de oración para regarnos y mantenernos flexibles de corazón y con un buen olor a santidad.
No puede ser la homilía un resumen semanal de lo que hace o deja de hacer Caritas. Eso es cascar como marujas.

Tres kilos de abrazos!

Y no seamos simplones!

Menos criticar a los sacerdotes y más mortificarnos por ellos. (rezar, ayunar, dormir en el suelo...) yo tampoco lo hago.
30/10/12 2:02 AM
  
Koko
Buenísimo es la charla del P. Nelson Medina sobre las 7 leyes de la predicación.

De imprescindible visionado para sacerdotes, diáconos o ministros de la Palabra.

https://www.youtube.com/watch?v=Q8YLrDmllAo
30/10/12 5:36 AM
  
second at
Un tal Santi lo ha explicado de manera genial en un comentario más arriba. De lo que no se vive, es difícil transmitir.

A veces, no es necesario tanta palabra, conozco a algún cura que utiliza vídeos (unas veces más afortunados) e incluso dibujos de un tal Fano. La Parroquia la tiene llena, incluso de jóvenes.
30/10/12 9:24 AM
  
Gregory
El uso de la imagen en la prediciación es muy antiguo, de hecho los vitrales en las Iglesias mantienen un fin pedagogico de manera que usarlas hoy no es ni novedad ni abuso salvo que omitamos por completo el mensaje de la Palabra.
30/10/12 5:22 PM
  
Bernard Marcos
Me parecen muy buenos los comentarios.Pero para todo la persona siempre tiene que tener voluntad y disposición. Vas a una fiesta sin ganas, no quieres bailar, estás metido en el cel de seguro cuando salgas dirás que fiesta tan aburrida. No será lo mismo de aquél que participó y disfrutó la fiesta. Así es con el Señor. Siempre he dicho hay que vivir cada momento de nuestra vida como si fuera el éltimo día. Disfrutemos y vivamos con amor en todo,
17/05/14 5:37 PM

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