El Papa conoce muy bien lo que ocurre en España y lo que debe hacer la Iglesia
Por si algún despistado creía que el papa Francisco no conoce bien lo que está ocurriendo en España, hoy ha despejado todas las dudas en su discurso a los obispos españoles:
Ahora que estáis sufriendo la dura experiencia de la indiferencia de muchos bautizados y tenéis que hacer frente a una cultura mundana, que arrincona a Dios en la vida privada y lo excluye del ámbito público, conviene no olvidar vuestra historia. De ella aprendemos que la gracia divina nunca se extingue y que el Espíritu Santo continúa obrando en la realidad actual con generosidad.
El Papa sabe que gran parte de los bautizados en este país han dejado la fe en el baúl de los recuerdos. Y también es consciente de que en España hay una cultura mundana que quiere enterrar aún más esa fe. Apelar, en ese contexto, a la historia y la gracia de Dios, es un claro mensaje. A saber, que España ha sido católica. Y que la gracia de Dios está a nuestra disposición para que vuelva a serlo.
¿Y cómo se consigue eso? Pues convirtiendo las diócesis en misioneras. El Papa ha pedido a los obispos que pongan sus Iglesias “en un verdadero estado de misión permanente, para llamar a quienes se han alejado y fortalecer la fe, especialmente en los niños". Ha insistido en la importancia de la iniciación cristiana (no hace falta que les diga qué realidad eclesial es “especialista” en eso), en la formación de los futuros cónyuges y en el acompañamiento de los ya casados que han formado una familia.
¿Y quiénes deben dirigirlo todo? Los obispos. El Santo Padre les ha exhortado a ponerse “al frente de la renovación espiritual y misionera de vuestras Iglesias particulares“. Pero ni pueden ni deben estar solos o creerse que están solos. Sacerdotes, consagrados y laicos, cada cual en su papel, han de ser colaboradores con los pastores. Es más, los obispos pueden y deben ayudarse entre sí. Por eso el Papa les dice que les “será de gran ayuda la colaboración franca y fraterna en el seno de la Conferencia Episcopal“.
Como no podía ser de otra manera, el Papa ha recordado que “el amor y el servicio a los pobres es signo del Reino de Dios que Jesús vino a traer“. Y la labor de la Iglesia en España en esa tarea ha sido reconocida por el Sucesor de Pedro: “Sé bien que, en estos últimos años, precisamente vuestra Caritas – y también otras obras benéficas de la Iglesia – han merecido gran reconocimiento, de creyentes y no creyentes. Me alegra mucho...". La alegría del Papa debe reafirmarnos en esa labor de servicio a los más necesitados, que no es otra cosa que el servicio al mismísmo Señor Jesucristo, que se encarna en ellos.
Igualmente importante para el Papa es que nuestros obispos cuiden la pastoral vocacional. Una Iglesia sin sacerdotes, o con sacerdotes mal formados, está destinada a pasar por una crisis continua, por no hablar de su posible desaparición. Por ello el Papa Francisco indica que este “es un aspecto que un obispo debe poner en su corazón como absolutamente prioritario, llevándolo a la oración, insistiendo en la selección de los candidatos y preparando equipos de buenos formadores y profesores competentes“.
Como católico español, me siento muy feliz de comprobar que el Papa conoce bien la realidad de mi país y ha sabido exhortar sabiamente a nuestros pastores. Es señal de que sus fuentes de conocimiento de lo que ocurre en España son inmejorables. Y eso me lleva a pensar que en la elección de futuros pastores para la Iglesia en este país, la labor de asesoramiento al Santo Padre está en muy buenas manos. Algunas de esas manos tienen muchos años de experiencia.
Ahora falta que todos los católicos españoles, desde los obispos hasta el último de los seglares, cojamos el testigo y convirtamos nuestras iglesias locales en instrumentos de misión. Si el Santo Padre tiene a bien visitarnos el año que viene, con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, mejor que mejor. Nos vendrá muy bien que venga a cumplir su ministerio petrino de confirmarnos en la fe. Hoy lo ha hecho ante nuestros obispos. Ojalá lo haga también visitando esta tierra que le quiere y le necesita.
Luis Fernando Pérez Bustamante
16 comentarios
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Con tu permiso LF, quisiera agradecer a todos aquéllos que por intermedio de este blog han rezado por la recuperación de un familiar mío muy enfermo. Que Dios les premie el ciento por uno. E informarles además que nos embarga una gran alegría: la enfermadad ha desaparecido de los monitoreos y mediante una quimioterapia precautoria, podrá volver a su plena vida normal.
Laus Deo.
Solo una cosilla, fijate que el Papa habla de indiferencia y no de apostasia.
Es que me parece significativo porque los parroquianos habituales de iC hablan siempre de apostasia.
Saludo, buen debate :-)
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LF:
Pues casi prefiero la apostasía a la indiferencia:
Ap 3,16
Ojalá fueras frío o caliente, mas porque eres tibio y no eres caliente ni frío, estoy para vomitarte de mi boca.
España, siempre fiel.
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LF:
¿?
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LF:
Yo no he dicho que el Papa sabía hace meses como están las cosas en España a nivel de la sociedad. Digo que lo sabe ahora y que tiene buenos informadores. No solo el cardenal Rouco, dicho sea de paso. Y añado que lo que sabe sobre la Iglesia en este país -especialmente lo relacionado sobre la secularización interna de algunos sectores del catolicismo español- lo sabe por cosas que él ha leído recientemente. Él solito, sin que nadie se lo haya tenido que explicar. Algunos obispos se quedaron gratísimamente sorprendidos por ello. Y podría decir más, pero me lo tengo que callar. Lo cual, dicho sea de paso, es una pena, porque daría una imagen muy interesante del Santo Padre.
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LF:
Vale, ya te entiendo.
En cualquier caso, le quedo muy agradecido por la calidad de sus textos, la claridad de sus razonamientos y las muestras de fortaleza en la fe que de su parte recibo cuando le leo. Ruego a Dios por usted y su familia
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LF:
Gracias por avisar de la errata. Corregida.
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LF:
Usted lo ha dicho. Parece otra cosa por lo que dicen otros. Yo no hablo de lo que parece. Y lo que digan otros, es cosa suya.
La alternativa que nos espera va ha ser o una Iglesia públicamente callada y autocensurada en algunos temas (aborto, homosexualidad, divorcio, eutanasia, etc.) o una Iglesia confesora y por ello perseguida.
Deberemos elegir entre hablar claro y ser perseguidos o callar y sobrevivir miserablemente traicionando la confesión pública de nuestra Fe. Solo el que persevere hasta el fin se salvará.
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LF:
La obsesión enfermiza de esos dos señores con el cardenal Rouco roza lo delictivo.
Cuando puedas (ahora está "mising" por el cierre del medio en que se alojaba), puedes asomarte por el "blog de Fco de la Cigoña". Tendrás oportunidad de conocer datos que ilustran la responsabilidad de presbíteros y pastores de la Iglesia que, en ocasiones más o menos duraderas, no quedan lo que se dice a la altura de la misión que tienen encomendada, o que, en ocaciones, descristianizan efectivamente.
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