Una Iglesia de jóvenes y ancianos

Cada vez que se celebra una Jornada Mundial de la Juventud es habitual escuchar a todo el mundo -también a los papas- decir algo tan evidente que no acabo de entender por qué se repite tanto. A saber, que los jóvenes son el futuro de la Iglesia. Y me pregunto, ¿cómo no habría de ser así?

Por una mera cuestión biológica, los que hoy tienen entre catorce y veintitantos años tendrán entre treinta y cuarenta dentro de dos décadas. Y entonces el futuro seguirá siendo cosa de los jóvenes. De hecho, no ha habido una sola época en los veinte siglos de la historia de la Iglesia en que no haya sido así.

Es bastante probable que entre los centenares de miles de chavales que están en Río -o en las JMJs paralelas que se celebran en todo el orbe- haya muchos que serán sacerdotes e incluso obispos. Pero la gran mayoría están llamados a unirse para formar familias cristianas.

Ello mismo nos debe hacer comprender la importancia de dar una formación adecuada a quienes han de recoger el testigo de la fe que ha sido entregada de una vez para siempre a todos los santos. Ya desde la niñez, el cristiano ha de alimentarse de buenos pastos y no de cardos y de espinas.

Como dice el salmo “¡Tú, oh Dios, me adoctrinaste desde mi juventud, y hasta ahora he pregonado tus prodigios!” (Salm 71,17). Si algo bueno tienen las JMJs es que el Vicario de Cristo tiene la oportunidad de dar buena doctrina a los jóvenes, tanto si son católicos como no. Y la repercusión mediática del evento hace que las palabras del Papa tengan más eco.

Sin embargo, el papa Francisco ha querido dar protagonismo en esta JMJ a esa parte de la Iglesia que tiende a ser bastante ignorada por todos. Me refiero a los ancianos. Aprovechando que ayer era la festividad de Santa Ana y San Joaquín, padres de la Virgen María, el Papa ha recalcado el papel que juegan los abuelos en la transmisión de la fe. Y es que por mucho que los jóvenes sean el futuro, éste no será bueno si se produce una ruptura de la comunión entre los chavales y aquellos que están ya en la fase final de su peregrinación por esta vida camino del Padre.

Dice el proverbio: “La gloria de los jóvenes es su fuerza, y la hermosura de los ancianos es su vejez” (Prov 20,29). La Iglesia ha de ser a la vez fuerte y hermosa, y para ello debe contar con la energía de sus jóvenes y la sabiduría de sus ancianos, acumulada tras una larga vida en el Señor.

Vivimos en una época en la que la juventud se ha convertido en el gran campo de batalla espiritual entre los hijos de Dios y los hijos de las tinieblas. Debemos evitar tanto el error de la idolatrización de los jóvenes por el mero hecho de ser jóvenes, como en el pesimismo del que se pasa el día diciendo “¿a dónde vamos a parar con esta juventud?”

En realidad los jóvenes son en gran medida aquello que les hemos enseñado a ser. Por supuesto, cada chaval tiene su parte de responsabilidad a la hora de marcar el camino por el que ha de transitar en lo que le queda de vida, pero nadie puede pedir el milagro de tener una juventud sana si se le ha educado en los valores del hedonismo y la inmoralidad. No basta con no enseñarles el mal. Hay que formarles en el bien, darles instrumentos para que la gracia haga su labor en sus almas, de manera que puedan oponerse al espíritu de este mundo, que sin duda les arrastra hacia las tinieblas del consumismo, del ocio irresponsable y de la incapacidad de formar familias estables.

Gracias a Dios, el papa Francisco está siendo capaz de ofrecer a nuestros jóvenes el único camino seguro para que puedan ser aquello a lo que el Señor les ha llamado. El Vicario de Cristo les hace preguntas de cuya respuesta depende el que sean siervos de Dios o esclavos del mal. Pero es necesario abonar la semilla que el Papa pone en sus corazones. La Iglesia ha de saber regar el mensaje de la salvación que ellos reciben en esta JMJ. Es necesario asegurarse que los catequistas hacen bien su función. Es vital que las pastorales juveniles sean eficaces. No se puede pedir a los chavales que vayan contracorriente si no se les enseña a entregar su vida a Cristo.

En ese sentido, la secularización interna de la Iglesia es un enemigo muy poderoso. Es la quintacolumna de Satanás en medio del pueblo de Dios. Y los jóvenes son sus principal objetivo. No basta con enseñar la verdad. Hay que denunciar la mentira, combatirla, arrancarla de cuajo en el seno de la Iglesia. La luz siempre se impone sobre las tinieblas, pero si dejamos que sectores importantes del catolicismo vivan cegados por la oscuridad de la herejía, tendremos cristianos incapaces de ser fieles a Cristo. El evangelio nos llama a dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Nos llama a atender al enfermo, a visitar a los que están presos, a cuidar de las viudas y los huérfanos. Pero sobre todo, Cristo nos pide que hagamos discípulos en todas las naciones. Si esto último lo dejamos a un lado, seremos aquello que el Papa no quiere que seamos: una ONG más que presta servicios sociales. Y Cristo no vino a fundar una ONG, sino una Iglesia que es santa, católica y apostólica.

Luis Fernando Pérez Bustamante

11 comentarios

  
Odra de Rivas
Me pareció excelente! Comparto su opinión sobre todo porque si no aprovechamos la sabiduría de los viejitos cómo podrán los jóvenes seguir adelante; sin embargo muchos jóvenes no quieren "perder" su tiempo hablando con los abuelitos porque lo consideran aburrido
27/07/13 3:10 PM
  
Maria-Ar
Brillante LF!!

Bendiciones!
27/07/13 3:12 PM
  
Ricardo de Argentina
Me ha parecido acertadísimo -aunque seguramente es "providencial" el adjetivo más adecuado - la mención elogiosa que ha hecho el Papa de los ancianos ante los jóvenes.
Falta que hacía, lamentablemente.
27/07/13 4:20 PM
  
Antonio Torres
¡Chapeau!
27/07/13 7:23 PM
  
Franco
Off topic, Luis Fernando, ¿Te enteraste de lo que dijo Cristina Kirchner sobre el papa?

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LF:
No.
27/07/13 7:27 PM
  
Alf_3
La familia es la educadora fundamental, por derecho, pero también por obligación. Ahí se inculcan los valores y también, se transmite la cultura. El Papa pide que la experiencia del anciano se muestre a la avidez de la juventud. Si aquí esto se efectúa, las influencias exteriores no harán daño fácilmente, y el joven las podrá desechar.
Las familias latinoamericanas en que conviven más frecuentemente, padres, hijos, abuelos, tíos, etc; es la que puede realizar lo que el Papa señala. Con todas las interferencias del ritmo moderno, éste es un camino certero de evangelización.
Estupendo, como de costumbre, Luis Fernando.
27/07/13 8:42 PM
  
Percival
Es que viendo el presente, que es siempre de la generación adulta...
Sobre todo de ESTA generación adulta...
27/07/13 10:13 PM
  
Nova
Me temo que el asunto de los jóvenes es toda vía más complicado de lo que refleja el artículo. Todos conocemos a chicos que, habiendo hecho la Primera Comunión, no vuelven a pisar una iglesia, a causa, entre otras razones, del mal ejemplo de sus padres, que no practican la fe habitualmente. Y también conocemos casos de padres que han hecho todo lo posible por transmitir la fe a sus hijos de la mejor forma que han podido y, aun así, alguno o algunos de esos hijos, en uso de su libertad, dejan de practicar la fe.

Yo no sé si esto se arregla sólo con pastorales no sé cómo para jóvenes. A lo mejor, habría que desarrollar, al mismo tiempo, otra pastoral dirigida a recuperar a esos papaítos que dejaron de practicar tiempo ha y llevan muchos alejados de Dios y de la Iglesia. Y quizá la Jerarquía debiera recuperar un lenguaje un poco más duro, con el fin de sacudir las conciencias... mejor que te "sacudan" aquí, que en el Infierno...

Tenemos los católicos un problemón con todo esto, en definitiva.
28/07/13 12:51 AM
  
Franco
LF; Comparo a Francisco con Nestor, ya se ve que no sabe que mas decir para no fracasar en las elecciones. Imaginese lo que dijo todo el pais cuando se entero.
28/07/13 1:42 AM
  
Dr. Sonnel
Off topic:
Luis Fernando, mira el discurso del Papa ante el CELAM es mucho más rico que el discurso escrito y da una idea justa de que piensa Francisco por ej son el celibato, la comunión de los divorciados, etc... Repito mucho mejor que leerlo dado que hay comentarios de él sobre el texto. Un abrazo
29/07/13 1:28 AM
  
victor somovilla villanueva...
Me gustaria poner una nota de optimismo creo que la juventud catolica de hoy dia pese a ser menor numericamente creo que tiene una fe mas grande que su generacion preterita en la que muchos eran catolicos por tradicion hoy dia aquel joven que dice ser catolico lo suele ser de verdad ya que socialmente no esta visto como una normalidad como antes si no como algo malo carca antiguo por lo tanto luchan contracorriente y tambien son mas fieles al magisterio solo hay que ver como estan al lado de los Papas de todos de Juan Pablo de Benedicto y del actual. Que tengan alguna contaminacion de las modas actuales es evidente que si que es muy dificil para cualquiera quitarse el influjo cultural del tiempo que nos ha tocado vivir(formas de vestir bailes musica).Para muestra de esto no hace falta mas que comparar los curas jovenes con los viejos y ver cuales son los que mas visten como la Iglesia manda
29/07/13 10:01 AM

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