(220) XXI EFC. de Bs.As.: “La liturgia, fuente y expresión de la Fe -el padre de la Mentira lo sabe-“(5 al 7/10/2018)

Es tal los abusos litúrgicos que se cometen en mi provincia, que ir a misa constituye un verdadero martirio. Dios, nuestro Señor, tenga piedad de nosotros, nos conserve la fe y la perseverancia final.
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"si alguien tiene claro lo prioritario y perentorio de esta cuestión es el padre de la Mentira, que se goza en corromperla y desnaturalizarla", perfecto.
En verdad es un emprendimiento fundamental el defender la Liturgia y luchar por restaurar su presencia insustituible, sin la cual se extingue poco a poco la vida de la Iglesia. La destrucción de la Liturgia es un medio poderoso empleado por el demonio para derrumbar la vida cristiana.
Pero, ¿creemos poder derrotar al padre de la mentira, en una Iglesia que se derrumba cada vez más, a pesar de los sucesivos pontificados que han combatido contra las herejías del racionalismo, modernismo, masonería, marxismo, relativismo, satanismo, etc.?, ¿hemos advertido la impotencia de los justos para detener este ataque demoledor lanzado por el demonio? Porque creo advertir cierta falta de conciencia de la magnitud del problema, cuando veo lanzarse con encomiable audacia contra las fuerzas enemigas del infierno que operan dentro de la Iglesia, ante todo, y fuera de ella. Pareciera no entenderse que se trata de una batalla escatológica final y decisiva, en la que las fuerzas del anticristo sólo pueden ser contenidas y vencidas por la Virgen, a quién Dios ha encomendado pisar la cabeza del dragón. Si advertimos que ésta es la naturaleza de nuestra actual encrucijada, no podemos ignorar que la Virgen ha anunciado en Fátima el triunfo de su Corazón Inmaculado en el mundo, Lo cual significa que Ella está conduciendo esta batralla, y que sus fieles hijos deben secundarla, siguiendo sus indicaciones, que nos da mediante sus mensajes y manifestaciones extraordinarias. Ahora bien, si ponemos reparos a las afirmaciones de Cristo y de María, casos de los mensajes al P. E. Gobbi y en San Nicolás, estamos obrando de modo contrario a lo que Ellos nos piden. El combate contra el demonio lo venceremos de las Manos de María, bajo su Conducción, o no lo lograremos; retardaremos el triunfo de Cristo y de María que cuentan con nosotros.


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V.G.:Hornero, ud. dice:
"¿creemos poder derrotar al padre de la mentira, en una Iglesia que se derrumba cada vez más, a pesar de los sucesivos pontificados que han combatido contra las herejías del racionalismo, modernismo, masonería, marxismo, relativismo, satanismo, etc.?, ¿hemos advertido la impotencia de los justos nosotros no creemos poder derrotar...."
Nosotros no creemos poder derrotar esta embestida por nosotros mismos, desde ya, y no dudamos que el mando de esta batalla corresponde a María Santísima. Somos perfectamente conscientes de la pequeñez del "resto fiel", pero ello no quita la necesidad del testimonio, y de seguir anunciando la verdad, para que la mayor cantidad posible de almas se acoja a ese pequeño rebaño.
¿Qué es exactamente lo que ud. objeta en su comentario?

"Otros escándalos abonaron lo que hoy padecemos, más cerca y más lejos en el tiempo. Los más próximos: Amoris Laetitia ya ha ido dejando sus huellas envenenadas en numerosas diócesis..."

Corroborando lo dicho, la semana pasada AICA informó que el Obispado de Mar del Plata ha encomendado a sus sacerdotes y diáconos salir en busca de los católicos casados en segundas nupcias -muchas veces con hijos de esa segunda unión- para decirles que en cumplimiento del Capítulo VIII de Amoris Laetitia la misericordia de Dios está con ellos... Y lo mejor de todo es que no tienen que arrepentirse de nada porque no han cometido ningún pecado...
Por lo tanto, como bien dice Monseñor Nicola Bux, "estamos ante la presencia de un cisma incipiente porque un pensamiento no católico ha entrado en la Iglesia católica..."

Deberíamos tomar conciencia de que estamos a las puertas de un gran dolor -pero con final feliz- que cambiará a la Iglesia y al mundo para siempre.
Si es cierto que la Iglesia es la madre de esta Civilización que alguna vez fue cristiana, el mundo correrá la misma suerte que la Iglesia, o dicho de otro modo, al hijo le pasará lo mismo que a la madre...
¡Cuántas generaciones habrán querido ver lo que nosotros vamos a ver!
Roguemos a Dios que además de testigos podamos ser también protagonistas, porque estamos tan pero tan cerca, que ni nos damos cuenta de la enormidad que se cierne sobre nosotros...
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V.G.: Muchas gracias por su testimonio. Caminamos, sin duda, entre áspides y basiliscos....

Virginia: mi comentario no contiene una objeción sino un aporte,que desea acrecentar o despertar una mayor conciencia acerca de los momentos de extrema gravedad que vive la Iglesia y la humanidad toda, causada por la intervención violenta del demonio en estos tiempos de naturaleza escatológica. Tal situación comprende una serie de momentos y circunstancias sobre las cuales nos advierten Cristo y Su Madre. Por lo cual sostengo firmemente que nuestras iniciativas en defensa de la Iglesia deben ser precedidas por María en el sentido que Ella nos pide: no hagáis nada por vuestra cuenta sino sólo bajo mi Conducción. Esto supone afirmar de modo explícito que la Iglesia debe reconocer el lugar eminente de María, que sólo Ella tiene la misión dada por Dios de derrotar al dragón. La Iglesia ha afirmado por boca de B.XVI que la nave pareciera hacer agua por todas partes, y los hechos diarios nos lo prueban. Pero no se afirma de modo explícito nuestra impotencia para detener tan poderoso ataque del demonio, tampoco se manifiesta de modo explícito la necesidad absoluta que tenemos de ser conducidos por la Virgen. Para lo cual, es evidente, debemos aceptar y difundir sus mensajes a fin de obrar conforme a ellos y coordinar espiritualmente todas nuestras acciones, como “un ejército preparado para la batalla”. No podemos ignorar que el demonio se ha desatado desesperado contra esta intervención final y decisiva de María, logrando que se haga acallar a Jesús y a María, aquí entre nosotros, en San Nicolás, o que se Los silencie eludiendo referirse a los mensajes que nos dan para alentarnos en el combate y para disponernos a preparar la Venida de Cristo en su Reino glorioso. Todo esto se silencia. Por esto María, dice, viene a despertarnos, a advertirnos de la urgencia con que debemos responder, que Ella es el Arca a la que debemos entrar para soportar los momentos durísimos de la tempestad que se avecina, momentos de emergencia, los califica. Mientras tanto, Ella ha traído la Aurora que está iluminando la Iglesia, la humanidad y el universo todo, de la cual Jesús nos dice: “Ha venido el Día. ¿Y no lo ven? Ha venido la Misericordia. ¿Y no la aceptan?”. No, no son objeciones a quienes trabajan como ustedes por defender la Iglesia, en todo caso, me limito a difundir con palabras mías, en parte, lo que Cristo y la Virgen están diciendo a la Iglesia y a todos los hombres.
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V.G.: Muchas gracias, Hornero; coincidimos!

ÍMuy buen artículo.
Ante tamaños ataques que sufrimos por pecados y delitos en nuestra Iglesia ,al denunciarlos queda a la luz el pecado de unos y otros, por tanto confesión y arrepentimiento y en casos de sentencia indemnización a la víctimas.
Así mismo no pueden pastorear ,ni educar en la fe los que degradan de esta manera tan vil a parte de sus ovejas,este pecado mancha como aceite extendido en el océano no se mezcla pero contamina.

Y que puede hacer el cristiano católico fiel?
Cenaculos de oración ,acompañados por sacerdotes y catequistas fieles a Se,Tradicion y Magisterio y dar a conocer la Verdad iniciando Nueva Evangelización desde lo pequeño nosotros,y el Misterio insondable Trinitario que se manifiesta de forma admirable en la Liturgia.

El misterio Eucarístico es sacrificio, acción de gracias ,Alabanza y Luz de la Gloria ,lo celeste unido en la Eucaristia ,el misterio al descubierto el mayor milagro .Jesucristo presente que nos acompaña hasta el fin de los tiempos.
Virginia oremos por este encuentro y ya nos contarás como lo vivís ¡Mi enhorabuena!

Estimada Virginia: este comentario expresa mi reconocida y admirada adhesión al XXI Encuentro de Formación sobre Liturgia. Tarea encomiable que ustedes llevan delante de modo sistemático. La jerarquía de los expositores y temas a abordar dicen bien de los frutos esperados de esas jornadas. Mi reconocimiento lo hago extensivo a esa página web de InfoCatólica, verdadero centro de apostolado en el que concurren la información de primer nivel, los colaboradores asociados con sus enseñanzas oportunísimas, y los comentarios que nos enriquecen. Que el Señor y la Virgen bendigan estos emprendimientos surgidos en la Madre Patria y en esta Argentina elegida por Cristo para que María lleve adelante su misión de conversión a todos los pueblos de la tierra. No puedo dejar de recordar las palabras proféticas deS.J.P.II pronunciadas ante el CELAM en Santo Domingo el 12 de Octubre de 1992, V Centenario del Descubrimiento: “Bendita tú, América, por haber creído lo que se te ha dicho. Te llamarán bienaventurada todas las generaciones”. Esperemos que bajo el nombre profético del Nuevo Mundo se esté gestando en sus entrañas el Mundo Nuevo que María está dando a Luz. La Madre Patria nos precedió y transmitió nuestra fe cuando encallaba en nuestras costas la Nave Capitana, la Santa María. De tal madre, tal hija. ¡Viva España!

La Liturgia encierra la vida total de la Iglesia, porque es eso: la Vida que irriga al Cuerpo Místico de Cristo desde Su Cabeza hacia sus miembros, y desde éstos hacia la Cabeza. Todo cuanto obra el cristiano, en la medida que vive con la Iglesia, aún cuando no lo reflexione, o aún cuando no lo sepa, está misteriosamente inmerso en este fluir de la Vida de Cristo, que vivifica cuánto hacemos, y vuelve a Dios glorificándolo. La Iglesia se renueva incesantemente en su arquitectura humano-divina, como Cristo que "crecía en estatura,y en gracia" (Luc.), por lo cual la Liturgia se ha ido constituyendo desde los comienzos hasta hoy como signo visible de la realidad sobrenatural que la vivifica. Así, los sacramentos, sacramentales, el oficio divino, oraciones, ritos, y demás elementos, son los medios visibles mediante los cuales se realiza como manifestación del culto espiritual debido a Dios. Esta relación divino-humana establecida por Cristo y completada por la Iglesia a través del tiempo, siguiendo el curso que Dios da al misterio de la Salvación, ha entrado,según cabe entender “los signos”, en la etapa escatológica de los últimos tiempos o novísimos, anunciados por el Nuevo Testamento, en particular por el Apocalipsis. Estos últimos tiempos transcurren bajo la Aurora de María, La Señora Vestida de Sol, que interviene de modo activo en dos ámbitos fundamentales: el combate final y decisivo contra el demonio, al que pisará la cabeza, aniquilando su poder de príncipe de este mundo, y preparando el camino a la Segunda Venida de Cristo. Lo cual ha sido profetizado por S.L. de Montfort, y dicho también por S.J.P.II, cuando siendo cardenal dio los Ejercicios espirituales de Cuaresma, por pedido de Pablo VI, publicados bajo el título “Signo de Contradicción”, en cuyos párrafos finales afirma que “las últimas batallas de la Iglesia serán vencidas por la Virgen”. Esto obliga a considerar y hacer presente en la Liturgia la nueva realidad escatológica en la que hemos entrado bajo los auspicios transfigurantes de la Aurora de María, Aurora de Cristo, que La Señora Vestida de Sol irradia sobre la Iglesia, la humanidad y el universo todo. La Aurora de María precede al Día del Señor y prepara su camino mediante la Luz de Gloria de Cristo que Ella nos participa como Medianera. Lo cual conduce a su vez a la necesidad imperiosa, que la Iglesia reconozca de modo más efectivo y solemne esta condición de nuestra Madre, Madre y Reina de la Iglesia, Madre de Cristo, Esposa del Espíritu Santo e Hija del Padre. No es menester abocarse a la difícil tarea de promover el dogma sobre esta verdad, basta reconocerla por el magisterio ordinario, e implementarla de modo comprensible y tangible en la Liturgia, por los modos que la Iglesia determine, sea incorporando textos específicos en la Misa, en el Oficio divino, determinando solemnidades anuales, y de modo muy especial en la predicación a los fieles. En síntesis, la Liturgia debe acoger los nuevos tiempos, y con ellos la condición eminente de María como Medianera que comanda la batalla final contra el demonio, y que prepara el camino para el Advenimiento de Cristo. No importa que ignoremos el día y la hora de este acontecimiento feliz, pero, María en varias de sus manifestaciones extraordinarias actuales afirma que es próximo, más aún, inminente. Y aquí, cabe a la Liturgia un progreso sustancial en su estructura, el que deriva de las nuevas condiciones que crea para los cristianos y para la humanidad toda, la Luz transfigurante de la Aurora de María. Como en el orden natural la noche y sus condiciones físico-biológicas difieren de las traídas por el día en su amanecer, de modo semejante, este Amanecer, como también lo llama María, trae a la Iglesia, a los hombres y al cosmos, nuevas condiciones espirituales-temporales, esto es, humano-divinas, por las que la Creación se prepara a recibir al Señor. Pío XII expuso de modo explícito que “se podía y debía restablecer la armonía primitiva”, que “había todo un mundo que requería ser reconstruido desde sus fundamentos”, lo cual coincide con los mensajes actuales de la Virgen, que nos anuncian “la restauración del Paraíso terrenal”. Cierto que tales anuncios nos parecen de dudosa interpretación, ¡tan profundo es el sueño en que yace nuestro hombre viejo, cerrado a las realidades que trascienden nuestra soñolienta mirada, oprimida por la modorra de la acidia, por las fantasías de lo empírico-racional, el bajo y oscuro mundo en que palpamos las cosas, en el que deambulamos hipnóticos, olvidados de los caminos visitados por la divina sabiduría, por esas sendas de luz, de libertad, de vuelo elevado desde el que se contempla la longura, anchura, altura y hondura del mundo que nos pertenece, esas cuatro dimensiones que señala San Pablo. La Virgen viene a despertarnos, a pedirnos que nos pongamos de pie, a convocarnos a la tarea inaudita de edificar poco a poco un “mundo nuevo”. El viejo sueño de Pío XII, el movimiento “Por un Mundo Mejor”, generó entre liturgistas la conciencia de la necesidad de una profunda renovación litúrgica en orden a una más madura comprensión por parte del cristiano de su misión de sacerdote, profeta y rey, conforme a la cual le compete el ministerio de ordenar el mundo, hoy desquiciado como consecuencia del pecado original, si bien, “curado en su raíz por Cristo” (Pío XII). El ejercicio de tal ministerio necesita absolutamente de la Liturgia, pues es esencialmente un ministerio de naturaleza humano-divina; corresponde a la condición del hombre nuevo, que recibe la realidad de la creación como un don de Dios Creador a fin de que se sirva de él para su perfección propia y para el culto de glorificación debido a Dios. Esto implica que la Liturgia asuma toda la actividad que Dios ha asignado a los cristianos y a los hombres de buena voluntad, vinculando sus tareas material-temporales diarias con el culto divino, de modo tal, que todo cuanto hagamos reciba de la Liturgia la participación en la vida divina, merced a la condición humano-divina de Cristo. Porque al encarnarse el Verbo sobreelevó nuestra condición conjuntamente con la de las creaturas materiales, las que constituyen el cosmos. De ahí el carácter sacro o sacramental de nuestro mundo. La Liturgia transfigura las tareas rutinarias y profanas en verdaderos actos cultuales por los que el hombre sirve y glorifica a a Dios como ministro, y gobierna las cosas que le han sido confiadas. Así, los trabajos agrícolas-ganaderos, industria, comercio, transporte, administrativos, docentes, profesionales, etc. serían insertos en la vida espiritual, reconociendo en ellos su dimensión trascendente al servicio del Reino de Dios entre nosotros. Naturalmente esto presupone la conversión creciente de la humanidad, pero, la Iglesia como Madre y Maestra abre el camino a fin de que poco a poco los Pastores, sacerdotes y fieles comprendamos la verdadera naturaleza de nuestra existencia, nuestra dimensión que trasciende los límites visibles-racionales en que nos encuadramos, y en los que limitamos nuestras relaciones durante la vida presente con el mundo que nos rodea. La Liturgia tiene por ello la inmensa responsabilidad docente de revelar a los hombres nuestra eminente dignidad, no sólo expuesta en los textos teológicos, sino al alcance de la comprensión de todos los fieles, sin requerimientos de instrucción erudita, sino la elemental de todo cristiano. Se ha insistido mucho en nuestra condición de rebaño de ovejas, hay en ello una gran verdad, pero se ha minimizado la enseñanza de que somos sacerdotes, profetas y reyes, “linaje escogido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo conquistado, para que anunciéis las grandezas de Aquel que de las tinieblas os ha llamado a su admirable luz” (I Pedro 2,9). Insigne e ingente tarea, la de levantar al hombre caído hasta llevarlo a volar cerca de los ángeles; de henchir el mundo a fin de dar cabida en él al Reino de Dios en su plenitud. Esta es la Misión recibida por María de Su Hijo, iluminar con su Aurora la Iglesia, la humanidad toda y el universo en espera del Señor que viene; Jesús nos dice en San Nicolás: “Ha venido el Día. ¿Y no lo ven?. Ha venido la Misericordia ¿Y no la aceptan?”, y también: “Ya sentirán vergüenza por haberme dejado de lado, pero tarde será, porque Mi Misericordia no los tocará. Yo no vengo con egoísmo, vengo con Amor. ¿No quieren ver? ¿No quieren escucharme? Pronta está Mi Misericordia” (2-12-2015). Respondamos afirmativamente al Señor, y crucemos con Ël el umbral de la Esperanza que nos proponía S.J.P.II. La Liturgia sea nuestra guía, nuestro sostén, nos brinde las alas que hoy necesitamos ineludiblemente para responder al momento presente.


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V.G.: Muchas gracias por su comentario, Hornero, pero le rogamos que en adelante procure que no sean tan extensos, porque se desdibuja así el concepto de "comentario". María Reina lo bendiga!

Virginia: le agradezco la publicación de mi desmesurado comentario; agradezco también su advertencia sobre el inconveniente de no acomodarme a la brevedad de este "género literario" surgido al amparo de Internet. Pido disculpas al lector curioso que haya consentido detenerse más de lo aceptable. No obstante ser consiente de mi "infracción", me atreví a saltar los límites porque me era penoso desglosar afirmaciones muy vinculadas entre sí. No es fácil referirse a la Liturgia de modo fragmentado, teniendo cuenta su amplia estructura que abarca el orden divino y el humano. Quisiera, en vista al próximo Encuentro de Formación, subrayar la necesidad de un progreso esencial de la Liturgia en su relación con los tiempos escatológicos que vivimos.Es la primera consideración, a mi entender, que debe plantearse. Del reconocimiento o no de esta realidad escatológica dependen las consideraciones que se formulen. Porque los tiempos últimos han sido confiados por Dios a la Virgen a fin de que por Ella se hagan efectivos dos hechos del plan de la Salvación que concurren a un mismo fin: la derrota definitiva del demonio, y la preparación del camino a la Venida del Señor. Lo cual no se puede aceptar ni entender debidamente si antes no se aceptan las manifestaciones extraordinarias actuales de Jesús y de María. Aquí está el nudo de la cuestión; el que no se desata mientras se silencien o eludan los mensajes que nos revelan el curso del Reino en nuestros días, y nos convocan a marchar bajo la Conducción de María que ilumina con su Aurora la Iglesia, la humanidad toda y el universo.

Estos Encuentros anuales (y ya vamos en el XXI) son una maravilla.
"Yo, ausente en el cuerpo, pero presente en el espíritu" (1Cor 5,3), sólo puedo recomendarlos encarecidamente, y rabiar un poco porque ya no puedo asistir. Muchos años y muchos trabajos.
Bendición +


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V.G.:¡¡Gracias pater!! Por nuestra parte, seguimos buscando algún método de bilocación para tenerlo con nosotros...¡y nada! Pero gracias a Dios, "el tiempo es superior al espacio" (¿¿??) y cada año es más nuestro cariño y gratitud filial!

El próximo Encuentro de Formación, sobre la Liturgia, permite plantear cuestiones acordes a los tiempos actuales. ¿Cómo juzgar acerca de asuntos sobre los cuales la inteligencia natural por sí misma tiene escasa o ninguna competencia? Felizmente, contamos con la asistencia del Espíritu Santo que Cristo nos envía.. (jn 14,26). Hoy, el Espíritu Santo nos habla por medio de María, Su Esposa. Por esto, los tiempos actuales se presentan como tiempos nuevos signados por la Aurora de María. Traen un despertar a la Iglesia y a sus miembros que experimentan el impulso evangelizador de la parresía que les revela la humanidad toda como objeto actual de su tarea, magna, pero no imposible; abordada bajo la fuerza conquistadora del amor hacia nuestros hermanos que resplandecen como astros bajo la luz transfigurante de Cristo, que irradia María sobre la Iglesia, la humanidad y el cosmos todo. Este canto de esperanza ante el nacimiento de un Mundo Nuevo debe ser recogido por la Liturgia e instrumentar las condiciones para que se haga realidad.

Estimada señora:
Las conferencias están grabadas? Se podrán publicar/conseguír?
El tema es delicado y muy importante, me enteré tarde de estos encuentros y voy a tener que esperar hasta el año próximo.
Tenemos un círculo de formación con unos amigos y me gustaría contar con ese material !
Dios la bendiga! Excelente trabajo!
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V.G.: Muchas gracias Ángel, demos gracias a Dios que sostiene cada Encuentro. Sí, están grabadas; le envío por correo electrónico el catálogo completo.